Escándalo a la puerta de una iglesia
Como habrán notado los lectores perspicaces, he estado un tiempo de viaje y no he podido escribir en el blog. No es necesario que me agradezcan todo ese tiempo libre adicional del que han disfrutado al no leer mis artículos. Sin duda, lo habrán empleado sabiamente en nobles y esforzadas empresas, que probablemente han hecho del mundo un lugar mejor. Sin embargo, todo lo bueno se acaba y ya estoy de vuelta, dispuesto a aburrirles de nuevo.
Un lector, Cristhian, me ha pedido que comente una noticia aparecida en los últimos días. Aparentemente, el Reverendo Ewen Souter, un pastor anglicano, ha retirado el crucifijo de la fachada de su Iglesia porque “no era una imagen adecuada para el exterior de una iglesia que quiere dar la bienvenida a los fieles. De hecho, los desanimaba”. También ha afirmado que “Se trata de expresar esperanza, ánimo y la alegría de la fe cristiana. Queremos comunicar buenas noticias, no malas noticias, así que necesitamos un signo que eleve más el espíritu y sea más inspirador que la ejecución en una cruz”.
Para ser sincero, a mi tampoco me gusta la imagen, que me parece una escultura bastante fea. Si la hubieran cambiado por otra por razones artísticas me habría parecido muy bien. En cambio, creo que este Reverendo anglicano rechaza el crucifijo por todas las malas razones que uno pueda imaginar. Según dice, lo que no le gusta es que “expresa sufrimiento, tormento, dolor y angustia”. Ha decidido cambiar el crucifijo por una cruz de acero inoxidable simplemente por rechazo a la imagen misma de Cristo crucificado.
La preocupación principal parece ser “dar la bienvenida” a la gente. Ahora bien, hay dos formas de dar la bienvenida a las personas que llegan, cada una con sus problemas y sufrimientos, a una iglesia. Una posibilidad es pedirles que dejen esos sufrimientos fuera de la iglesia, prometiéndoles que todo les va a ir bien a partir de ahora y que ya no tendrán que sufrir más, como hacen las sectas. Otra posibilidad es presentarles, en cambio, a Cristo crucificado, que ha compartido sus sufrimientos y los ha convertido en un camino de salvación para todos los hombres. San Pablo y los demás apóstoles prefirieron esta última opción, predicando a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles.
No sólo los judíos se escandalizaban de la cruz. También multitud de cristianos de todas las épocas lo han hecho. Una de las primeras herejías que aparecieron en el cristianismo fue el Docetismo. Los docetas creían que, como era absurdo que Dios sufriese, los sufrimientos de Cristo en la Cruz habían sido una mera apariencia o incluso que no era Cristo el que había muerto en la Cruz sino que, en el último momento, había sido sustituido por otra persona. Esta noticia no es más que una muestra de que el escándalo de la Cruz sigue estando presente en nuestra época y que, incluso entre los propios cristianos, hay siempre quien se avergüenza de la Cruz de Cristo.
En cualquier caso, si lo que se quiere es evitar cualquier imagen de sufrimiento, ¿por qué quedarse en retirar un crucifijo? Creo que también deberían hacer algo con la propia Eucaristía, porque eso de hablar de “sangre” es muy poco amigable. Deberían cambiar el vino por gaseosa y hablar del “espíritu burbujeante y chispeante” de Jesús. Y, por supuesto, eliminar los funerales, sustituyéndolos por una fiesta en la que todos se comprometan a fingir que el difunto nunca existió para no tener que enfrentarse al hecho de que ellos también morirán algún día. Por otra parte, todo eso de los mártires tampoco resulta políticamente correcto y hay que sustituirlo por el diálogo, la tolerancia y por hacer lo que haga falta para salvar el pellejo. Además, habría que “modernizar” la Biblia y quitar, entre otras muchas cosas, a Jeremías y a Job, que se quejan mucho, el martirio de San Esteban, que es demasiado “gráfico”, y, por supuesto, todos los relatos de la Pasión. Es decir, lo que habría que hacer es descristianizar el cristianismo.
La verdad es que me alegro de que esta iglesia retire el crucifijo y lo sustituya por una cruz sin Cristo. Así no engañará a nadie y proclamará claramente al mundo lo que ofrece: un cristianismo light, dedicado a sentirse bien, a ser “buena gente”, a aceptar todos los “estilos de vida” aunque sean contrarios al Evangelio. Es decir, una negación de la realidad del sufrimiento y de la muerte, una cruz vacía, una apariencia de salvación que no puede salvar. La imagen de la derecha, tomada de la página web de la parroquia anglicana en cuestión y que deben de considerar un ejemplo de imagen atrayente, es quizá un buen símbolo de la falta de sentido que subyace a esta forma de comprender el cristianismo.
La cruz es necesaria para nuestra salvación. La de Cristo y la nuestra unida a la suya. “El que no toma su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío”. La buena noticia no es que no hay cruz, sino que mi cruz no está vacía, que Cristo está en ella conmigo. No tengo que sufrir solo. Mi sufrimiento no es un sinsentido. Cristo sufre conmigo y, por eso, la cruz se ha convertido en un camino de salvación, en la puerta del cielo, en .
Dios quiera que no nos avergoncemos de la cruz de Cristo, que podamos decir, con sinceridad como San Pablo: “En cuanto a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo por la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo” (Gal 6, 14).
Quizás lo más absurdo de todo esto es que este Reverendo dijera que necesitaba en su iglesia un símbolo más “inspirador” que el crucifijo. No se me ocurre nada más inspirador que la visión que inspiró estos antiguos versos españoles, tan conocidos (y propongo que al Rev. Souter le pongan como penitencia escribirlos mil veces hasta que se los aprenda):
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, señor; muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera,
pues aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
36 comentarios
Cuando me hice cargo de mi nuevo empleo, en un banco de Estado, la secretaria tímidamente me preguntó si querìa un crucifijo en mi despacho. Le dije que yo tenía uno pequeño que llevo conmigo desde chico, pero que no tenìa problemas en que pusieran uno, dado que habìa notado que casi todos los despachos lo tenían.
Ahì me contó la historia. Mi antecesor era judío. Un día la llamó y le dijo que no soportaba màs la mirada "del barbudo", y que sacara el crucifijo. Ella lo guardó y esperó.
No todos soportan al pariente.
Veamos, la imagen del Crucificado hay que entenderla, hay que conocer su significado, lo que nos lleva a amarla y por tanto a, como cristiianos, explicarlo adecuadamente a nuestros hermanos para que, a su vez, se puedan sentir inspirados por quien fué capaz de los mayores sacrificios por nosotros.
Obviamente si no somos capaces de sentir ese significado, la imagen no resulta amable, es más puede horrorizar el contemplar una imagen de tamaño sufrimiento y dolor.
Por tanto insisto, si ese Pastor no es capaz de entender el mensaje de Jesús en la cruz y explicarlo a los fieles de su congregación, lo mejor que puede hacer es quitar al Cristo, la Cruz y cualquier otro símbolo o imagen que pueda afectar a la sensibilidad de quienes no entienden. O tal vez volver al seminario a que se lo expliquen.
Me preocupa mucho más que algunos "pastores" católicos actuen, al menos de palabra, de la misma manera.
Saludos
Me ha hecho gracia lo del "pariente". Como ya sabrás, aquí en España lo de los crucifijos en edificios públicos es un tema bastante discutido. Lo cierto es que no he pensado mucho sobre el tema, quizás algún día podríamos dedicarle un post y discutirlo.
Un saludo.
Estoy de acuerdo, aunque más que decir que ha obrado bien, yo diría que ha obrado con lógica. En efecto, no ha hecho más que sacar las consecuencias lógicas de lo que verdaderamente piensa sobre el cristianismo y sobre la fe.
Yo veo dos buenas consecuencias de este tipo de cosas:
- Las cosas quedan más claras. Así nadie recibe gato por liebre y todo el mundo sabe lo que va a encontrar en esa iglesia y en muchas otras como ella. El que quiera un cristianismo light, que lo reciba y el que quiera recibir la fe católica, también sabrá dónde encontrarla.
- Es un recuerdo para todos de lo que es en verdad la Cruz. Todos corremos el peligro de acostumbrarnos a la imagen de la Cruz, de olvidar lo que significa verdaderamente dar la vida, de prescindir de cosas como "el que no coge su cruz y me sigue...". Si no despertamos de ese letargo, tendrá que ser Dios el que nos despierte, probablemente con un sufrimiento que no podamos ignorar.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo, aunque, desde el Movimiento de Oxford, muchas iglesias anglicanas pusieron y conservan hoy en día crucifijos e incluso imágenes de la Virgen y de los santos.
Es cierto que el rechazo de los crucifijos es una mentalidad en buena medida protestante. Fue un rasgo puramente anticatólico de los Reformadores, que tendían a rechazar los crucifijos principalmente porque los católicos los tenían, inventando después, eso sí, multitud de razones para explicar su postura. Es decir, se trata propiamente de una tradición protestante.
En efecto, lo preocupante (para nosotros) es que este tipo de cosas se han ido infiltrando en muchas iglesias católicas. Conozco alguna en Madrid en la que el crucifijo se sustituyó por un Cristo resucitado, utilizando este mismo razonamiento.
Saludos.
Yendo a la cuestión, dos observaciones: 1.- A mí sí me gustan algunas representaciones de Cristo Crucificado Rey, pero no sé si es muy litúrgico o ortodoxo que sustituyan al Crucifijo como único que preside la Eucaristía. Otra cosa es cuando le quitan la Cruz, que entiendo que hay también algunas muy hermosas, pero no presidiendo iglesias -por ejemplo, el Cristo de la Sala Pablo VI del Vaticano-
2.- Lecturas muy desintoxicantes. Perdona o quita los enlaces si hacen daño: La solemne profesión de fe del Credo de Pablo VI en el 69, en http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/motu_proprio/documents/hf_p-vi_motu-proprio_19680630_credo_sp.html
La esfera y la cruz de Chesterton, muy difícil de leer si antes no se han leído otros del genial autor. O la crítica de Massimo Borghesi a Torres Queiruga repensando la resurrección sin el crucificado en http://www.30giorni.it/sp/articolo.asp?id=11806
Paz y bien, santo y feliz año del Señor 2009, Bruno y familia chica y grande.
Siento la confusión. Lo anuncié en un comentario en el último post, pero supongo que se perdió en el caos de la discusión que hubo luego mientras yo no estaba.
En cuanto a lo que dices, entiendo que un Cristo Crucificado Rey es, simplemente, un tipo de crucifijo. Los crucifijos románicos y algunos góticos solían representar al Crucificado como reinando desde la cruz. Los renacentistas presentaban al Crucificado como el Hombre perfecto, etc. Son matices que no afectan al hecho de estar representando a Cristo en la Cruz.
También los Cristos resucitados o glorificados, como el Pantocrator de las catedrales románicas, son estupendos. Otra cosa es el avergonzarse de la Cruz y limitarse únicamente a representar a Cristo resucitado. Eso ya no es de recibo.
Gracias por recordarme el Credo de Pablo VI. Tengo pendiente, desde hace tiempo, dedicarle un par de artículos.
Un saludo.
Me acorde del tiempo en que enseñaba de casa en casa que la cruz era una mentira, que Jesucristo habia muerto en un palo vertical y ya! Y les decia a la gente que encontraba en las casas que tener una cruz colgada del cuello o colgada en la pared era como tener la imagen de una pistola con que hubiesen matado a un ser querido.
Después la santa madre iglesia viene y me enseña que no es muerte, sino vida lo que esa cruz representa. Dichosos nosotros que tenemos quien nos eduque, quien nos muestre las cosas del cielo. Les llevamos ventaja a los protestantes, NOSOTROS SI TENEMOS MADRE!!!!!
En una Iglesia de Madrid tiene un Cristo que está en la cruz pero al tiempo glorioso y resucitado y es la verdad.
Yo prefiero los iconos de Jesucristo luz del mundo, la Trinidad, la transfiguración y sobre todo la Resurrección Y la Virgen de la ternura, con el niño Jesús. Prefiero una sencilla cruz de madera vacía, aunque también tengo un crucifijo. Todo tiene su momento.
Pero no veo peor lo de este Evangélico que lo de Monseñor de Balaguer.
Saludos cordiales
En Cristo crucificado está la Vida y el camino para el cielo.
Últimamente han venido unos testigos de Jehová a mi casa varias veces (tengo que hablar de ello en algún post) y nunca se olvidan de decir que no hubo cruz. Resulta muy curiosa esa obsesión de negar la cruz, la verdad.
Aunque está claro que todos intentamos negar la cruz en nuestras vidas o huir de ella.
Me ha gustado mucho lo que has dicho de que nosotros sí tenemos madre. He compuesto una canción sobre ello estos últimos días. Cuando tenga un momento la grabaré y la pondré en un post.
Un saludo.
Está bien el enfoque realista que le das: lo que importa no es lo que le guste o no a este Reverendo, lo que importa es de dónde nos viene de verdad la salvación, de la entrega de Cristo en la Cruz.
Lo que nos salva, gracias a Dios, es la verdad.
Es una buena precisión, debería haber dejado más claro lo que quería decir. A cada uno le gustan cosas diferentes por mil razones. A mí, por ejemplo, me suelen gustar más los cuadros de las bodas de Caná que los de la última cena. ¿Por qué? Ni idea.
El problema, en este caso, no es de gustos (ya he dicho que, a mí personalmente, no me gustaba artísticamente el Crucifijo en cuestión). Este pastor anglicano quita el crucifijo, según él mismo dice, porque cree que la "ejecución en una cruz" no es algo "inspirador" y no es un signo apropiado para la puerta de su iglesia. Eso muestra una forma de pensar totalmente alejada del cristianismo. Los gustos no tienen ninguna importancia, pero pensar así sí que la tiene, porque es más propio de la New Age que de la fe cristiana.
En cuanto a Mons. Escrivá, yo no soy ningún experto, la verdad. He leído de él "Camino", que me regalaron cuando me confirmé, y poca cosa más. Pero me parece que lo de las cruces desnudas tenía en él otro sentido:
"Cuando veas una pobre Cruz de palo, sola, despreciable y sin valor... y sin Crucifijo, no olvides que esa Cruz es tu Cruz: la de cada día, la escondida, sin brillo y sin consuelo..., que está esperando el Crucifijo que le falta: y ese Crucifijo has de ser tú".
(Camino 178)
Es decir, le gustaban las representaciones de la cruz de cada uno. Aparte de eso, habla muchísimas veces de contemplar a Cristo en la cruz. Difícilmente se podría decir que a Mons. Escrivá no le gustaban las representaciones de Cristo en la cruz por rechazo a una imagen de sufrimiento.
Un saludo.
Me ha parecido muy apropiada, en este contexto, la idea del Cristo total de Santa Teresa de Lisieux.
Si sólo aceptamos parte de lo que Cristo hizo y dijo, lo que nos gusta o nos parece bien, sólo seremos salvados en parte (en el mejor de los casos, lo más probable es que estemos rechazando totalmente la salvación).
Un saludo.
La señal del cristiao es la Santa Cruz, desde pequeña me he representado esa ·idea· como un crucifijo vacío o como la señal de santiguarse o de la bendición de un sacerdote formando una cruz. En todos esos casos no hay imagen humana.
El afán de esconder la muerte, el dolor, el sufrimiento, la vejez, las limitaciones, la enfermedad, es un afán presente en esta sociedad, es cierto. No sé si ese evangélico lo hacía captado por ese mismo afán -prefiero pensar que no- o precisamente para atraer al ciudadano medio de hoy que huye de lo desagradable.
Sé, como Yolanda, por contacto con personas del Opus, que eso es así.
Seguramente le gustaría contemplar a Cristo crucificado en su momento oportuno.
A mí me parece que la contemplación de Jesucristo Crucificado se corresponde con momentos de recogimiento muy puntuales, en los que se puede meditar la pasión, no sólo en semana santa, sino quizás los viernes o a una hora determinada del día.
Pero como ambiente de oración o de presencia de Dios a lo largo del día, no me parece oportuno, porque no se corresponde a nuestros ritmos vitales, ni nuestras experiencias.
A mí me parece bien que ponga una cruz sin más en el exterior, para significar que intentan seguir a Jesucristo.
Las explicaciones concretas, vienen luego.
A mí cada mañana me gusta empezar con la imagen de un icono de Jesús resucitado. Tanto es así, que tengo uno en mi casa habitual y otro portátil en el pueblo donde trabajo. Detrás explica:
"Expresa el triunfo de Jesús sobre la muerte. El resucitado desciende al mundo de la muerte para liberar a nuestros padres que están representados por Adán y Eva, primer hombre y primera mujer. El Cristo toma la mano de todos nosotros al igual que rescata a Adán y a Eva.
El llena de luz nuestras oscuridades."
Soy partidaria de encontrar un momento para cada cosa.
Ahora mi mini-Belén dará paso a la borriquita con Jesús, María y José camino de Egipto.
También me encanta una imagen de José con el niño, que es una foto de la escultura de Vasallo que hay en Benaocaz.
Yolanda,
A mí me parece que para evangelizar habrá que tener la misma actitud que Jesucristo, y él no se pasó todo el día predicando la cruz, y menos la cruz por la cruz, de modo que supongo que el evangélico éste tiene buena intención y no quiere decir que no haya que aceptar las cruces que nos encontramos en nuestro camino, sino recordar que morimos para resucitar, y no sólo al final, sino un poco todos los días.
Saludos cordiales
Hoy sabado dia 10 de Enero se celebrará el 40 aniversario del Camino neocatecumenal.
El encuentro será en San Pedro con Benedicto XVl y los iniciadores del Camino junto con 25.000 hermanos.
Será trasmitido en directo desde las 17 a las 18 h. por TELE PACE y por ST 2000. (www.telepace.it www.st2000.it)
Y no olvidaría la frase de Pascal "Jesús estará en agonía hasta el fin del mundol Mientras, no hay que dormir".
El crucifijo lo recuerda
Gracias por las direcciones.
Además de encuentro con los iniciadores del CAmino, creo que el Papa va a enviar a 200 familias en misión.
Será algo digno de verse.
Como comprenderéis, no tengo nada contra la cruz sola, ni tampoco contra las imágenes de la Resurrección. Ni siquiera pienso que tenga que haber un crucifijo en la puerta de todas las iglesias. En las iglesias románicas, lo más frecuente era el Cristo pantócrator glorioso en el pórtico.
Lo que me moleste es que se rechace un crucifijo como si el mayor acto de amor de la Historia de la creación no fuese un símbolo adecuado del cristianismo, porque se prefiere un amor light, de buen rollito pero sin dar la vida.
Cuando estuve en Egipto, compré unos pequeños iconitos hechos por coptos de allí que muestran a la Sagrada Familia yendo a Egipto. Uno es el tradicional, con el asno, y otro los muestra atravesando el Nilo en un barco. Intentaré fotografiarlos y ponerlos en algún post.
Saludos.
Bienvenido,espero que el viaje te haya sentado a las mil maravillas...¡espirituales!.
Es tenido como del mal gusto,en las tertulias de nuestra postmoderna sociedad,hablar de sufrimiento,enfermedad,dolor,muerte,etc.porque eso es triste...pero que el pater anglicano de marras entre por el aro es de vergüenza cristiana.En mi pequeño despacho de Cáritas Parroquial entran musulmanes,algunos jovencitos/as,y, nunca se asuntan, ni de lejos,por ver a un Crucificado. Como dice Ana,¿qué predicará el Viernes Santo?,mas aún¿qué predicará en los funerales?,¿qué palabras de consuelo dirigirá a los enfermos?."Dios mío,Dios mío por qué me has abndonado".
Benedicat te Omnipotens Deus.
Yolanda,un fuerte abrazo.
"Dios quiera.....'
Si he leído la frase del ojalá....
Eso lo tengo muy claro.
Lo que no tengo muy claras son otras cosas.
He estado pensando en eso que dices del disgusto y repulsa ante el crucifijo en relación con los Testigos de Jehová, que intentan afirmar por todos los medios la idea insostenible de que Cristo no murió en una Cruz. ¿Será un simple deseo de distinguirse o nos dice eso algo sobre su fundador?
¡Bien encontrado el fallo! Gracias, ya está corregido.
Lo cierto es que escribir en Internet es distinto de hacerlo en papel. En Internet, los lectores suelen leer mucho más rápidamente las cosas. A mí mismo me pasa: me cuesta más concentrarme en leer un texto en la pantalla que en papel, sobre todo si es largo.
Ya contaré alguna cosilla del viaje, cuando tenga tiempo. Me ha venido muy bien descansar un poco.
Como dices, en algunos ámbitos es de muy mal gusto hablar de la muerte, de la enfermedad o del sufrimiento. Son temas que hay que ocultar, porque un gran número de personas no se los plantean ni quieren planteárselos. Prefieren vivir como si no existieran esas realidades... hasta que les tocan a ellos, claro.
Pero que los mismo cristianos (y los anglicanos dicen serlo) retiren ese símbolo perfecto de toda nuestra vida de fe, realmente que causa tamaña pena.
¿Vamos entonces a camouflar los edificios hospitalarios, porque están llenos de enfermos y muchos esperando el desenlace final?
¿Quitaremos la cruz como signo de las farmacias? ¿Aboliremos a la "Cruz Roja"?
Claro que se trata de un cadalso (como glorificar un revólver), pero no porque muchos no compartan o no entiendan el profundo misterio de la muerte engullida por la vida sin fin, vamos a suprimir un signo que requiere fe y las convenientes explicaciones.
Si fuera por eso, porque muchas imágenes no son comprendidas por tanta gente, saquemos de la vista a la Cibeles de Madrid, al Prometeo encadenado de una plaza de Montevideo, a las ninfas de una fuente en Buenos Aires, etc. etc.
Por otra parte, la repulsa del crucifijo es un signo de obsesion o posesion demoníaca de manual
Como (casi) siempre sus apreciaciones son correctas: 7 años después de aquella fecha, alguien ha leído este hilo y no puede por menos que intervenir, aunque ninguno de los participantes, salvo Bruno, lo lea. Quien sabe si en 2023 otro llegue a leerlo: no me gustaría que se quedara con las intervenciones de RNA o de Asun, sino con la que Bruno les rectifica.
Dice Asun el 10.01.09 a la 1:41 a.m.: "Josemaría Escribá, Monseñor de Balaguer, también prefería las cruces a los crucifijos con Cristo. Creo que porque se supone que en la cruz nos tenemos que ponen cada uno (...). Prefiero una sencilla cruz de madera vacía, aunque también tengo un crucifijo. Todo tiene su momento. Pero no veo peor lo de este Evangélico que lo de Monseñor de Balaguer". Correcciones:
* Josemaría Escribá: error - Josemaría Escrivá de Balaguer
* Monseñor de Balaguer: error - Monseñor Escrivá de Balaguer (nombrado por Pío XII Prelado doméstico de Su Santidad, el 22 de abril de 1947), apellido compuesto y, por tanto, no separable. Además, Balaguer (Lérida), que yo sepa, no es cabeza de diócesis sino que pertenece a la de Urgel, sufragánea de la de Tarragona.
* "Prefería las cruces a los crucifijos con Cristo": error, y en este caso con un punto de malicia al redundar Cristo y crucifijo - la rectificación de Bruno del 10.01.09 a las 11:22 a.m. debería ser suficiente para alguien bienintencionado. No obstante, recomendar a Asun la lectura del rezo del Vía Crucis que él compuso (disponible en casi cualquier librería con apartado para libros de la religión católica). Yo lo he hecho: por un momento había dudado de que Cristo apareciera en ese rezo (et voilá!) sólo en las estaciones XII, XIII y XIV, pero no: qué alivio.
* Creo que porque se supone que en la cruz nos tenemos que ponen cada uno": cierto, y no solo se supone sino que es hecho y representación ascética desde el principio de la Iglesia, o ¿cómo murió San Pedro?
* Prefiero una sencilla cruz de madera vacía aunque también tengo un crucifijo: es tu opción, y válida; sólo que la cruz antes y después de Cristo fue objeto de tortura y homicidio y con Él, medio de sacrificio y redención.
* Todo tiene su momento: error. Si hay un hecho en la Historia que NO tiene su momento sino que es eterno es la Redención, y ésta se culminó en la Cruz; si no, la Santa Misa sería más parecido a una reunión de alcohólicos anónimos reincidentes que la perpetuación del sacrificio de Cristo.
* Pero no veo peor lo de este Evangélico que lo de Monseñor de Balaguer": lo lamento, porque después de lo dicho la diferencia no es de matiz sino constitutiva. Dale una vuelta, si eso.
Debido a que mi comentario refiere tres intervenciones diferentes, y al tamaño de cada uno de ellos, te pido, Bruno, que aceptes un segundo post: va inmediatamente a continuación de éste. Gracias.
• “En mi juventud estuve unos cuantos años riodeada de gente del opus”: peculiar y un poco despectiva manera de referirse a miembros de la pontificia Prelatura Personal de la Santa Cruz y Opus Dei, pero seguro que es por la familiaridad que adquirió durante esos años: ya se sabe que donde hay confianza…
• “Se recomenadba llevar una cruz de madera oscura sin crucificado en el bolsillo”. Sólo he conocido a un miembro del Opus Dei (de los varios cientos que conozco) que llevara una cruz de madera oscura en el bolsillo. La tenía, como la tienen o tuvieron los demás, por ser el primer miembro nativo que había pedido la admisión en la Obra en cada país y no como privilegio y aún menos como recomendación: la solía llevar encima para recordarse su vocación al apostolado; que habiendo sido el primero, no podía ser el último. Es un regalo que el Prelado da a los primeros de cada país, y, efectivamente, es una cruz y no un crucifijo y suele ser oscura, ateniendo al punto 178 de Camino que Bruno cita literalmente.
• “Y también colocar sobre la mesa de trabajo una cruz sencilla y sin figura humana de Cristo crucificado”. Mientras escribo esto, miro la que tengo delante en mi mesa y no se parece en nada a la descripción de Yolanda: es un crucifijo, con figura humana crucificada, labrado, plateado, con peana de piedra y todos los detalles posibles que una figura de 15 centímetros pueda tener para rememorar ese hecho (lanzada, corona de espinas, Inri,… incluso los clavos de las manos están insertos en las muñecas y no en las palmas)
• “Era algo generalizado y me mostraron el texto de Escrivá que lo justificaba, aunque ahora no recuerdo cuál era”. Sí, se llama “costumbre” y son esos modos de actuar trasmitidos por tradición, pero que no llegan a formar parte del Plan de Vida de los miembros de la Prelatura. Son usos habituales que San Josemaría tenía en su oración, mortificación, ascesis…, o bien indicaciones dejadas por él en sus escritos y meditaciones para que sus hijos (si querían) las llevaran a su conducta como detalles de delicadeza en el trato con el Señor. En este caso, el texto en donde lo mencionaba (y que no “justifica” que alguien lo siga, sino que lo propone) es el punto 5 de la estación XI del texto para la oración del Vía Crucis que compuso: “Antes de empezar a trabajar, pon sobre tu mesa o junto a los útiles de tu labor, un crucifijo. De cuando en cuando, échale una mirada… Cuando llegue la fatiga, los ojos se te irán hacia Jesús y hallarán nueva fuerza para proseguir en tu empeño”. Por supuesto, un Vía Crucis con crucificado, porque no todo tiene su momento.
Con respecto a la referencia que vuelve a hacer Asun en su post del 10.01.09 a las 2:31 p.m. a San Josemaría, y por extensión al Opus Dei (“Sé, como Yolanda, por contacto con personas del Opus, que eso es así”), no puedo por menos dar aquí toda la razón del mundo a Asun y unirme al criterio de que, efectivamente, lo sabes como Yolanda.
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