Oración por los enemigos, de Nikolai de Zica
Traduzco hoy para el blog una oración de Nikolai de Zica, un obispo serbio ortodoxo de la primera mitad del siglo XX, considerado santo por los ortodoxos y conocido a menudo como el “Crisóstomo serbio".
Es una oración-meditación sobre el amor a los enemigos y el papel de esos enemigos en la historia de salvación que Dios tiene con cada uno de nosotros. Como verán los lectores, el buen obispo no se pierde en generalidades dulzonas o abstractas. Sin duda, había experimentado en su propia vida lo que era tener enemigos. Como tantas veces hace la fe, pone cabezabajo al mundo tal como estamos acostumbrados a entenderlo.
Dedicado a Luis Fernando.
……………..
Oración por los enemigos, de Nikolai de Zica
Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo.
Mis enemigos me han llevado a tus brazos más que mis amigos.
Mis amigos me han atado a la tierra, mis enemigos han hecho que me desprenda de ella y han destruido mis aspiraciones en este mundo.
Mis enemigos han hecho que sea un extranjero en los reinos de la tierra y que habite como forastero en este mundo.
Del mismo modo que un animal perseguido por los cazadores encuentra un refugio más seguro que un animal despreocupado, yo, perseguido por mis enemigos, encontré el santuario más seguro oculto bajo tu tabernáculo, donde ni amigos ni enemigos pueden matar mi alma.
Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo.
Ellos han confesado mis pecados ante el mundo en mi lugar.
Me han castigado cuando yo he dudado en castigarme.
Me han atormentado, cuando he intentado huir de los sufrimientos.
Me han reprendido, cuando yo me envanecía.
Me han escupido, cuando estaba lleno de arrogancia.
Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo.
Cuando me he creído sabio, me han llamado necio.
Cuando me he colocado por encima de los hombres, se han burlado de mí como si fuera un enano.
Cuando he querido ser el primero, me han postergado.
Cuando he corrido a enriquecerme, me lo han impedido con puño de hierro.
Cuando he pensado que podía dormir tranquilo, me han despertado de mi sueño
Cuando he intentado construirme una casa para pasar una vida larga y tranquila, la han derruido y me han echado de ella.
En verdad, mis enemigos me han liberado de las ataduras del mundo y han hecho que alargue la mano para tocar la orla de tu túnica.
Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo.
Bendícelos y multiplícalos; multiplícalos y vuélvelos aún más contra mí, para que mi huida hacia ti sea sin retorno, mi esperanza en los hombres se desvanezca como una telaraña, una serenidad total empiece a reinar en mi alma, mi corazón se convierta en la tumba de esas dos malvadas hermanas, la arrogancia y la ira, pueda atesorar mi tesoro en el cielo y por fin me vea libre del autoengaño que me ha enredado en la terrible maraña de esta vida ilusoria.
Mis enemigos me han enseñado lo que casi nadie sabe: que el único enemigo que tiene un hombre en este mundo es él mismo.
Uno sólo odia a sus enemigos cuando no se da cuenta de que no son enemigos, sino amigos crueles.
Me resulta muy difícil decir quién me ha hecho más bien y quien me ha hecho más mal en este mundo: mis amigos o mis enemigos.
Por lo tanto, bendice, Señor, tanto a mis amigos como a mis enemigos.
Un siervo maldice a sus enemigos, porque no entiende, pero un hijo los bendice, porque sí que entiende y sabe que sus enemigos no pueden quitarle la vida. Por eso, anda sin miedo entre ellos y ruega por ellos a Dios.
Bendice a mis enemigos, Señor. Yo también los bendigo y no los maldigo.
Amen
20 comentarios
Y concédeles, aunque sea en el último minuto, el arrepentimiento que les libre de la "geenna".
Gracias, Bruno, por hacernos partícipes de este tesoro.
Gran verdad, que los que no nos quieren, pueden descubrirnos nuestros defectos, mejor que los que nos quieren.
_______________
-Mis amigos -como tantos aquí Bruno- me han atado a la tierra; Y me han hecho sentir cuán gustoso es ser querido y adorado.
-Mis enemigos, sí... así, consentidamente, se deja uno atar a los altares de este mundo.
Cuando me he colocado por encima de los hombres, se han burlado de mí como si fuera un enano.
Cuando he querido ser el primero, me han postergado.
_________________
-Bruno:
-Y si es Dios quien te dice que sí: Que eres sabio, que eres más que hombre, y que eres el primero.
-En orden a lo que eres;
-¿A quién te debes más y mejor: Al Dios que te dice te ensalza y te construye; O al enemigo que te niega, te hunde y te destruye negándote lo que Dios te dice que eres.
¡No, por favor, más no!
Entiendo el sentido que quiere darle el autor, pero me resulta excesivo. A mí la "Teología Excesiva" con su prosa excesiva como que no. Será que doy para poco...
Para excesos "no enemigos" el de S. Juan de la Cruz.
Un enemigo es, usando la DRAE, una "persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal"; por tanto, si alguien cumple eso, aunque tú no se lo reproches, es tu enemigo, aunque no tú seas su enemigo.
De gustibus non est disputandibus. Gracias a Dios, tenemos miles y miles, de oraciones que podemos rezar, para todos los gustos.
"¿Por qué no bendecir a los enemigos simplemente porque sí, por sus almas y porque Dios los ama? Pero bendecirlos y rebendecirlos porque a tí mismo te fustigan y pulen... En realidad es bendecir el mal que hacen porque a ti te hace bien. Casi maquiavélico"
Creo que no va por ahí la cosa. En primer lugar, porque en ningún caso se dice que tus enemigos estén pecando al tratarte así. Puede que piensen que hacen bien, que el mundo necesita ser protegido de las tonterías que dices, que ellos tienen que defenderse de ti, etc. Hay que tener cuidado de no juzgar tampoco a nuestros enemigos. Es fácil no juzgar al que te hace bien, pero para no juzgar al que te está machacando hace falta la gracia de Dios.
En segundo lugar, tampoco se "bendice el mal", algo que no tiene mucho sentido. Se bendice a los enemigos.
En tercer lugar, no se les bendice porque ellos pequen (si es que pecan), ni tampoco por el daño que tú recibes en sí mismo, sino por el bien que Dios saca de sus acciones y de ese daño. Un bien del que tú te beneficias directamente. Ellos son parte del plan de Dios para ti. Tu vida no sería mejor si ellos no estuviesen. Al contrario, es muy probable que sean necesarios para que te puedas salvar. En ese sentido son tus "santos enemigos", porque quizá sin ellos te condenarías.
Finalmente, yo creo que para entender estas cosas conviene meditar la ocasión en la que David, huyendo de su propio hijo, va al exilio y sube llorando la cuesta de los Olivos, junto al torrente Cedrón. Allí se encuentra con un pariente de Saúl, que le insulta. Uno de sus cortesanos dice al Rey: "¿Cómo se atreve ese perro a hablar así? Déjame que vaya y le corte la cabeza". Pero David responde: "¿Y si es Dios quien le ha dicho que maldiga a David? [...] Quizá el Señor mire mi humillación y me devuelva la felicidad, a cambio de esta maldición que hoy recibo de él" (cf. 2Sam 16,5-12). A mi juicio, uno de los textos más impresionantes de todo el Antiguo Testamento.
Saludos.
..................................
Pues, hombre, si te escupen, destierran, atormentan, etc. muy fraternos no son. Es cierto que puden no ser enemigos si te corrigen un mal, pero entonces serían amigos que corrigen, no "amigos crueles" como dice la oración. La crueldad nunca es buena, lo cual, claro, no significa que quien lo sea esté pecando con total voluntad y libertad, pero desde luego materialmente sí. Por ejemplo, no sabemos si César Vidal y Losantos interiormente pecan plenamente, pero su crueldad es manifiesta en determinadas ocasiones. Si me difamaran e insutlaran, rogaría para que Dios los iluminara y les trocara la crueldad en bondad, pero no daría gracias por su comportamiento. Otra cosa es dar gracias por los frutos que Dios saca de ello.
Me sigue pareciendo una oración tirando a morbosa.
Saludos
amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. LUCAS 6:28
Dejar un comentario