Semos peligrosos... y ultras
Como decía el gran Makinavaja, personaje del cómic creado por el genial Ivá, “semos peligrosos". No tenemos perdón del Gran Arquitecto. Nos enfadamos, y mucho, cuando desde la televisión que pagamos todos los españoles, una gentil y dicharachera dama tiene la feliz idea de sacar la imagen de una vaquilla con el Sagrado Corazón. Todo ello en el programa de mayor audiencia de todo el año: las Campanadas.
Y no solo nos enfadamos, sino que reclamamos que se aplique la ley todavía vigente. Esa ley que el gobierno quiere cargarse porque de lo que se trata es de que cualquiera, en base a una ilimitada libertad de expresión, pueda insultar, vejar, mofarse y hacer escarnio de las creencias de los católicos. Digo católicos porque los musulmanes, sin ir más lejos, saben que su religión jamás será objeto de burla por parte de esos adalides de la libertad ilustrada. Son malos pero no estúpidos y no les apetece que su cabeza deje de estar sobre sus hombros.