Negligencias que favorecen la apostasía general
“Las condiciones para recibir la comunión sacramental, que en la época de Pío X aún se consideraban obvias, no han vuelto casi a ser recordadas por la Iglesia en los últimos decenios“. Puede que una frase así sea fácil encontrarla en alguno de los posts de InfoCatólica, pero lo cierto es que está en un artículo del P. Martin Grichting, vicario general de la diócesis suiza de Chur. Una diócesis, por cierto, que debe ser de las pocas que cuenta con un buen obispo en toda Centroeuropa (vean las noticias del final de este enlace).
Aunque el P. Grichting escribe en relación a la polémica sobre la comunión de los que viven en adulterio, aprovecha la ocasión para recordar que existen diez mandamientos cuyo quebrantamiento, casuísticas aparte, suele conllevar la comisión de un pecado mortal. Les aseguro que me sobran dedos de una mano para contar las veces que yo he oído decir en una homilía que no se puede comulgar si no se está en gracia de Dios. Y que comulgar en pecado mortal, es añadir un nuevo pecado grave a los que se han cometido. Y sin embargo, eso es lo que la Iglesia ha enseñado desde San Pablo. Dado que no creo ser una excepción, pregunto: ¿qué razón puede llevar a la Iglesia a ocultar una doctrina, poniendo así en peligro la salvación de millones de fieles?
Creo que la misericordia de Dios pasará por alto la ignorancia de multitud de fieles que comulgan sin estar en condiciones de hacerlo. La razón es simple: nadie les ha dicho que no pueden hacerlo. Por tanto, la responsabilidad mayor, por no decir casi absoluta, recae en quienes debiendo predicar toda la fe católica, esconden partes de ella, lo que incluye los requisitos para poder comulgar.
Estas semanas atrás hemos visto otra de las consecuencias de ocultar casi por completo doctrinas que aparecen en la Biblia, la Tradición y el Magisterio. Me refiero al debate entre quienes (José Miguel Arraiz, Nestor Martínez, Adrián Ferreira, F. Nelson Medina, OP) defienden la fe católica al decir que Dios sí castiga y quienes se mantienen pertinazmente en el error contrario, lo cual les está llevando a incurrir probablemente en herejía. Un error que viene dado, probablemente, por una deficiente y/o insuficiente predicación de la verdad eterna sobre Dios, su justicia y su misericordia, que lleva a ver al Señor como una especie de Papá Noel buenista que tiene poco que ver con el de la Revelación.
Y como con ese asunto, pasa con otros. Efectivamente, por razones pastorales -que están presentes en el discurso de apertura del Concilio Vaticano II por parte de San Juan XXIII- ahora se utiliza mucho menos el término castigo. Y el término condenación. Y el término infierno. Y el término penitencia. Y el término herejía. Y del purgatorio, ni se habla ni se plantea como una posibilidad en las homilías de funerales. Y etc. ¿Resultado pastoral? A ojos vista está.
Esto tiene consecuencias no solo para la Iglesia. Ejemplo. Dado que corresponde a la Iglesia ser luz del mundo, me pregunto si el hecho de que hoy los padres y profesores de escuela hayan perdido mucha de su autoridad tiene que ver precisamente con esa idea de que el castigo es en sí mismo malo y contrario al amor. De tal manera que castigar a los hijos, pequeños y adolescentes, está muy mal visto e incluso es perseguido. La Iglesia ha dejado prácticamente de perseguir el error aplicando el castigo medicinal -canónico- necesario. La sociedad ha hecho lo mismo. Me da igual quién fue primero. Así no vamos a ningún sitio. La solución es volver sobre nuestros pasos y recuperar, siquiera en parte, la predicación de verdades que, sin haberse perdido, están tan ocultas que multitud de fieles no las reconocen como pertenecientes al depósito de la fe.
Mucho estamos leyendo últimamente sobre la necesidad de que la Iglesia condene menos y sea más madre misericordiosa. Pero la misericordia que consiste en dejar al pecador en el pecado y el error es una hija bastarda de la verdadera misericordia divina. Y es además una afrenta a la gracia de Dios, que es instrumento de justificación y santificación. Por tanto, esa “pastoral” debe ser arrancada de cuajo antes de que el propio Señor tome medidas drásticas para limpiar a su Iglesia de tanta necedad. Créanme que lo hará. Y si alguno duda, que se lea los mensajes de Cristo a las iglesias en el libro del Apocalipsis.
Luis Fernando Pérez Bustamante
44 comentarios
Como leí hace poco, quiero dejar dicho a mis hijos que adviertan a quien predique en mi funeral que no vaya a "canonizarme" inmediatamente allí mismo, porque me privaría de las oraciones de los asistentes, quizá imprescindibles para mi salvación!!!!
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LF:
Para tu salvación, no sé, porque una vez muerta, la cosa tiene difícil remedio si no estabas en gracia de Dios. Pero para que tu tiempo en el purgatorio, si es que vas allí, se acorte, no lo dudes.
Y por otra parte, el santo cura de Ars, en varias de sus homilías selectas editadas, incide en los aullidos y gemidos que en el Valle de Josafat muchos reprocharán a familiares, párrocos etc con expresiones de por qué no me dijiste que esto o aquello era pecado o similares.
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LF:
Yo se lo leí a Bruno Moreno. Pero no me acuerdo en qué post.
14 Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. 15 Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o
caliente! 16 Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. 17 Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 18 Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. 19 Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. 20 Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. 21 Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
La purificación de España va a ser inmediata (¡ya mismo!)y durísima, ¡durísima! y hay pocas lámparas con verdadero aceite. Todo son hipocresías "salva-ortodoxia" filo cismáticas, sin amor al prójimo, y sin respeto al Vicario de Cristo, que sólo le ven lo negativo y jamás las cosas buenas que hace. (No va por ti Luis Fernando, que haces la defensa desde la humildad y sin importarte el precio). Pero muchos: A la Virgen que la zurzan con sus apremios, que yo soy Sto. Tomás revivido...O Sta. Catalina de Siena y ahí queda eso).Conviene que me interrogue a mi mismo ( yo JC Polav. también) antes de que lo haga Jesucristo. Y sin la Virgen no soy capaz ni de acceder a mi realidad.
Acertado diagnóstico de las causas.
Correcta la solución propuesta.
Que de aplicarse a conciencia, hará que la realidad espiritual y social de la Iglesia se dé vuelta como un guante.
Porque hay "algo" que a modo de lastre, esteriliza los esfuerzos evangelizadores. "Algo" que tú señalas con perspicacia. Porque, ¿a qué vamos a ir a las periferias? ¿Acaso a enseñar que Dios no castiga, porque si lo hace es "malo"?. ¿A enseñar que todos tienen "derecho a la eucaristía"? ¿A enseñar que el Infierno está vacío porque, ¡oh colmo!, todos tendrían "derecho a salvarse"?
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LF:
Obviamente no vamos a hacer eso. Entre otras cosas porque eso sería difundir herejías. Dudo mucho que Dios permitiera tal cosa. Y mi post no va sobre la difusión de herejías -ya he escrito en otras ocasiones sobre eso- sino sobre la no predicación de determinadas verdades.
El Papa nos está pidiendo ello y todos estamos llamados a escucharle y aplicarlo en nuestra tarea de evangelizadores. Precisamente la Evangelli Gaudium es un documento clave para entender lo que significa hoy una evangelización para nuestros tiempos desde la fidelidad absoluta al Magisterio.
Es bueno advertir también que es muy poco lo que se habla y se comenta en las páginas católicas sobre esta Exhortación Apostólica, no obstante que es la hoja de ruta de la Iglesia para los próximos años.
Un ejemplo de lo que nos dice el Papa en dicha exhortación y que debe complementar necesariamente lo dicho en este artículo es :
"168. En lo que se refiere a la propuesta moral de la catequesis, que invita a crecer en fidelidad al estilo de vida del Evangelio, conviene manifestar siempre el bien deseable, la propuesta de vida, de madurez, de realización, de fecundidad, bajo cuya luz puede comprenderse nuestra denuncia de los males que pueden oscurecerla. Más que como expertos en diagnósticos apocalípticos u oscuros jueces que se ufanan en detectar todo peligro o desviación, es bueno que puedan vernos como alegres mensajeros de propuestas superadoras, custodios del bien y la belleza que resplandecen en una vida fiel al Evangelio."
Finalmente no se entiende la insistencia en aludir, por una simple frase sacada de contexto, al Papa San Juan XXIII y acharle por ello implícitamente los "males" pastorales actuales. Cuidado, San Juan XXIII fue un visionario, conocía su tiempo más que nosotros lo que hoy no conocemos, impulsó el Concilio (una bendición para toda la Iglesia- más allá de su incorrecta posterior aplicación en algunos aspectos y lugares)inspirado por el Espíritu para los nuevos tiempos, salvo que también se dude ahora del Espíritu Santo.
En lo demás muy de acuerdo como casi siempre.
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LF:
El Papa Francisco puede pedir lo que estime oportuno para el bien de la Iglesia -para eso es Papa-, que yo escribiré lo que me parezca -para eso soy seglar con derecho a dar mi opinión-. Y como lo que escribo no es contrario a lo que pide el Papa -el Kerigma empieza por un llamado a la conversión-, pues todos felices. Eso sí, permítame que dude que la EG sea la hoja de ruta para muchos años. Para algunos, puede. Para muchos, me da que no. Al menos no más que otras exhortaciones apostólicas papales que algunos parecen querer olvidar, a pesar de tener mucha más base escritural, patrística, tradicional y magisterial.
Esa frase de San Juan XXIII, que no está sacada fuera de contexto sino citada y comentada precisamente en el contexto exacto en el que fue dicha, no es culpable de TODO, pero sí es fundamental para entenderlo TODO, porque no se quedó ahí la cosa. Se hizo exactamente lo que se dijo en ese párrafo. Y la Iglesia dejó de aplicar el castigo medicinal necesario a los que desde dentro promulgaron, defendieron y expandieron herejías. Eso no admite duda. Es un hecho ya histórico. Historia reciente, pero historia. Se abrieron las ventanas, entró el humo de Satanás. Así de simple.
Lo maravilloso es que, en ese contexto pastoral penoso que empezaba a imponerse, los textos del Concilio se mantuvieron alejados del desastre. Señal de que el Espíritu Santo sabe proteger a su Iglesia del error doctrinal.
Y digo editado, porque han borrado de los evangelios lo que dice Lucas 17: 3-4 “Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.”
LA DIABÓLICA EDICIÓN del evangelio que el humo de satanás ha inspirado hace que en la Iglesia solo se predique el "PERDONAR 70 VECES SIETE" y con maligna astucia se desecha la condicional "SI SE ARREPIENTE". Desgraciadamente hay muchos IDIOTAS que se creen más misericordiosos que el mismo Cristo y desechan esta condicional. Y ni hablar del mandato que hace Cristo de REPRENDER.
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LF:
Esa teoría sobre las cartas del Apocalipsis es... eso, una simple teoría. Ciertamente interesante, pero no segura.
He leído atentamente este trabajo que ha preparado y ofrece al conocimiento de sus visitantes.
Aunque ya conozco sus criterios sobre cómo usted entiende que tiene que ser la Iglesia de Cristo, he buscado con interés alguna señal que se identifique con el Evangelio del Reino, que nos anunció Jesucristo, y que todos los hombres de buena voluntad podemos encontrar con la lectura asidua y humilde de la Sagrada Escritura. Solo he encontrado señales de anti testimonio. Por ejemplo, se encuentran a menudo estos criterios, cada vez que el Señor se refería a los fariseos. Eran los “justos”, los observadores escrupulosos de la Ley de Dios.
Pero el Señor, sistemáticamente, los desautorizaba: no, no y no. Y, lo que encontramos es que son señalados como modelo a seguir a personas alejadas de las prácticas que exigían cumplir los fariseos. El publicano justificado en su oración. El samaritano leproso y curado. El buen samaritano. La samaritana a la que pide de beber, a pesar de vivir en flagrante adulterio y pecado…
El ejemplo constante del Señor nos enseña repetidamente que no rechaza ni aparta de sí a los que eran considerados impuros, infieles, pecadores. Va en su busca. Los acoge con amor. Para convertirlos y llevarlos al Reino.
Creo que la Iglesia no sería una Madre Santísima, como efectivamente lo es, si obedeciese las protestas de algunos hijos que, considerándose muy seguros y santos porque cumplen todos los mandamientos, quieren poner una muralla infranqueable entre ellos y los que, según su criterio, son personas impuras descarriadas, indignas de acercarse siquiera de lejos al Señor, como los diez leprosos.
Esa no es la Iglesia en que creo y espero. Porque si exijo ahora que la Iglesia sea así de rigorista y dogmática con sus hijos… ¡estoy perdido! Pues… ¿quién puede presumir de ser santo, sino solo el Santo: Dios?
Atendamos bien y entendamos que quiere decir el Señor cuando nos repite: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.”
Señor Luis Fernando: ¿Tan perfecto se considera usted, que no teme a Dios y exige que le trate a usted, así como usted exige que trate a los demás? ¿Cree que cualquiera de nosotros, criaturas, estamos alguna vez, realmente DIGNOS de recibir al Señor? ¿Tan puros y santos como Él?
Pienso que, como es usted muy joven, el Señor le puede estar esperando en algún camino de Damasco, para derribarle del caballo y decirle… “¿porqué me persigues? No puedes dar coces contra el aguijón”
Es lo que deseo para usted así como para sus “fieles discípulos de este sitio”.
Le ofrezco mi fraternal saludo en Cristo.
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LF:
Creo que con 45 años no soy muy joven. Y por mi salud, es probable que no llegue a la ancianidad. El resto de su comentario, está en parte respondido en mi respuesta a Enrique, justo debajo de esta. No tengo ni ganas ni tiempo de volver a explicar por qué hago lo que hago y de la forma en que lo hago. Si acaso, decir que de ninguna de las maneras me considero perfecto. Soy pecador como el que más e incluso más. Eso sí, tanto mi director espiritual como pastores de la Iglesia me animan a seguir por este camino. Me fío más del criterio de ellos que del suyo.
Si Dios cree que hago daño a su evangelio, le ruego que me quite de en medio cuanto antes. Puede hacerlo tranquilamente. Si cree que, por su gracia, hago algo bien, que me mantenga en esta tarea.
Y una cosa más. Necio sería el que se considerara discípulo de "este sitio". Todos somos discípulos de Cristo y de su Iglesia. Ni más, ni menos. Infocatólica no ocupa ni el lugar de Uno ni de la otra. Si acaso, intentamos servirles lo mejor que podemos. Al que no le guste, que no nos lea. Pero mientras estemos en pie, seguiremos haciendo lo que hacemos.
Para los verdaderos católicos que pretendemos mostrarnos como tales y se auténticos servidores de la Iglesia, no es muy claro decir eso de que el Papa puede escribir una cosa y yo escribir otra cosa que, si bien no se opone explícitamente a su mensaje, al silenciar lo que sí pide hablar el Papa a la hora de evangelizar con el estilo que hoy nos está requiriendo, en el fondo termino no haciendo caso a su pedido que si es explícito a lo largo de toda la Exhortación.
Sobre el KERIGMA el Papa también lo explica para no confundirnos lo que él quiere que entendamos en el numeral 164 :
"El kerygma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre. En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte». Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos[126]"
Respecto a la importancia para los siguientes años que le da el propio Papa Francisco a su exhortación en armonía, unidad y continuidad con todo el Magisterio anterior y que por tanto es un intención explicita que así sea para todos los católicos es bueno salir de las dudas y leer lo que dice Papa al respecto en el numeral 1 :
"1. La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años."
Por otro lado si hay alguna duda adicional sobre el pedido expreso a toda la Iglesia para aplicar estos criterios de evangelización , se sale de la duda leyendo el numeral 18:
"18. Me extendí en esos temas con un desarrollo que quizá podrá pareceros excesivo. Pero no lo hice con la intención de ofrecer un tratado, sino sólo para mostrar la importante incidencia práctica de esos asuntos en la tarea actual de la Iglesia. Todos ellos ayudan a perfilar un determinado estilo evangelizador que invito a asumir en cualquier actividad que se realice. Y así, de esta manera, podamos acoger, en medio de nuestro compromiso diario, la exhortación de la Palabra de Dios: «Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito, ¡alegraos!» (Flp 4,4)."
Es claro que el Papa , sin negar magisterios anteriores, nos pide un nuevo estilo de evangelizar, acomodar al Papa solo a las palabras que nos gustan y acallar sus escritos magisteriales o por lo menos exhortativos destinados a TODA LA IGLESIA sobre cómo evangelizar en los tiempos actuales, no hace bien al servicio de la Iglesia.
Esa insistencia en culpar a una pastoral de la misericordia los males de la Iglesia actual a veces olvida aunque lo sabe, que la misericordia no se opone al anuncio firme e integral de la Fe (que es lo que pide también el Papa Francisco); que es el corazón libre del hombre el que se aleja o no de Dios (más allá de los aciertos y errores humanos de la Iglesia);que por más condenas y excomuniones que en la historia de la Iglesia a habido o pueda haber en el futuro, el hombre pecador se ha vuelto pertinaz, el Demonio tiene también poder y actúa y seduce el corazón...pero a pesar de ello muchos se han convertido por encontrar una Iglesia en la reconoce al Padre misericordioso. Sería pues un serio y grave reduccionismo imputar a la pastoral de la Iglesia los males de hoy en el mundo y en la Fe, no es así de fácil el tema ni esas son las causas fundamentales ni las más importantes sino la falta de conversión de los evangelizadores y la ausencia de santidad en muchos de nosotros.
Finalmente reitero que, sin ser el único documento que debe estudiarse, algunos vienen callando y silenciando mucho las enseñanzas de esta Exhortación del Papa,no obstante él mismo se está encargando de difundirla entre los grupos, movimientos eclesiales y demás evangelizadores y hasta Jefes de Estado por que tiene en claro que esta Barca debe ser impulsada en la dirección que describe en ella.
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LF:
No me tienes que explicar que una exhortación apostólica papal tiene autoridad pontifici. Todas la tienen. Y si digo todas, también las de los papas anteriores.
Por otra parte, yo no he dicho nada respecto a este Papa en este post. Hablo de lo que ha hecho la Iglesia en los últimos cincuenta y pico años. Con los cinco papas previos al papa Francisco (obviamente JPI no pudo hacer nada). Y estamos en la situación que estamos. Una apostasía generalizada en Occidente, una falta cuasi absoluta de combate del error doctrinal (contradiciendo expresamente lo indicado por los apóstoles) y un ocultamiento negligente de doctrinas imprescindibles para la salud espiritual del pueblo de Dios y, de paso, del mundo.
Si se sigue por ese camino, creo que la nueva evangelización será un fracaso, si es que no lo está siendo ya. A Dios gracias, no tengo responsabilidad pastoral alguna, pero sí tengo la libertad, e incluso el deber, que el Concilio Vaticano II pone en manos de los laicos. Concretamente así:
Los laicos, al igual que todos los fieles cristianos, tienen el derecho de recibir con abundancia [117] de los sagrados Pastores los auxilios de los bienes espirituales de la Iglesia, en particular la palabra de Dios y les sacramentos. Y manifiéstenles sus necesidades y sus deseos con aquella libertad y confianza que conviene a los hijos de Dios y a los hermanos en Cristo. Conforme a la ciencia, la competencia y el prestigio que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su parecer acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia.
(Lumen Gentium 37)
Si me equivoco, daré cuentas a Dios por ello. Pero prefiero darlas por equivocarme que por permanecer callado como un cobarde que permanece impasible ante la apostasía que tenemos encima.
He querido visitarle de nuevo, antes de finalizar mi jornada, con la esperanza de que haya leído usted mi comentario y se haya encontrado con algún rayo de luz que haya iluminado en su corazón a la Iglesia total y no solo esa cara parcial que conoce usted.
Sigo afirmando que es muy joven. ¿Comparado con quien? Pues, por ejemplo con su Santidad el Papa Francisco.
He leído, con sumo gusto, la formidable exposición que le ha hecho mi compañero comentarista Enrique, con cuya comprensión de la misión de la Iglesia y de nuestra me siento totalmente identificado.
Mi calificación de "discípulos de este sitio" quería señalar que, hasta la llegada de Enrique, todos los comentarios anteriores eran para ovacionar su ardor guerrero para "acabar con los seguidores de Cristo en Damasco".
Reitero mi saludo en la mejor actitud de cordialidad...
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LF:
Sí, claro, y si el año pasado digo que el Papa era muy joven comparado con mi abuelo de 101 años, pues ya ve. Pero una persona de 45 años no es muy joven en ningún caso. Por otra parte, el editor de este portal tiene más o menos la misma edad que el Papa y dice más o menos lo mismo que yo en un blog cuyo título "Reforma o apostasía" ya es suficientemente explícito.
Pero es más, le concedo que mis tesis están muy lejos de ser mayoritarias no solo entre los bautizados sino incluso entre los católicos practicantes. Me da lo mismo. Digo lo que opino y lo que pienso que debería de hacerse en la Iglesia.
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LF:
Yo creo que el cardenal debió haber sido un pelín más prudente en una de las cosas que afirmó sobre la EG. Concretamente al decir que no tenía muy claro que fuera magisterio pontificio. Por mucho que el Papa diera pie a que se piense eso de determinadas partes de la exhortación, el conjunto del texto lo es necesariamente.
Si bien todos los documentos papales tienen legitimidad, acentuar unos sobre otros y silenciar unos en preferencia de otros, más aún cuando se trata del magisterio actual, es decir de aquel a quien el Espíritu Santo ha dispuesto que dirija la Barca de la Iglesia, en verdad resta y no suma a la misión evangelizadora.
En lo demás siempre de acuerdo en que hay que denunciar cuando y como corresponde, pero no olvidemos que no hemos sido constituidos en discípulos fundamentalmente para denunciar sino fundamentalmente para ANUNCIAR la Buena Nueva.
No caiagamos en la tentación de quedarnos como pesimistas estériles o quejosos dentro de la Iglesia como lo advierte el Papa en su tan silenciada Exhotación:
"85. Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Señor dijo a san Pablo: «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad» (2 Co 12,9). El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal. El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica."
Y sobre el Concilio Vaticano II y San Juan XXIII también nos advierte y exhorta a mirar el mundo sin pesimismo apocalíptico y con realismos cristiano, propo del católico :
"84. La alegría del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar (cf. Jn 16,22). Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rm 5,20). Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaña. A cincuenta años del Concilio Vaticano II, aunque nos duelan las miserias de nuestra época y estemos lejos de optimismos ingenuos, el mayor realismo no debe significar menor confianza en el Espíritu ni menor generosidad. En ese sentido, podemos volver a escuchar las palabras del beato Juan XXIII en aquella admirable jornada del 11 de octubre de 1962: «Llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina […] Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquélla lo dispone para mayor bien de la Iglesia»[65]."
Con esto cierro estas reflexiones y felicito siempre la fuerza y servicio que esta página y su director brinda a la Iglesia, mas también invito a que con humildad nos preguntemos si realmente estamos en sintonía con el santo Padre en lo que nos pide para la evangelización de estos tiempos.
Saludos
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LF:
Yo no sé, ni me importa, si tengo cara de vinagre, si soy un neopelagiano autorreferencial prometeico (¿habrá alguien capaz de saber qué narices es eso?) o si soy un profeta de calamidades. Me importa un pimiento ir contracorriente porque llevo así casi toda mi vida. Solo sé que lo que veo lo cuento, que lo que creo que hay que hacer, digo que se haga y que de lo que pienso que debo advertir, advierto. Y eso lo hago y lo haré con este Papa como lo hice con los anteriores. Tras 7-8 años dedicado a la apologética en foros protestantes llevo otros 7-8 diciendo más o menos lo mismo que digo en este post. Y como no me separo ni un milímetro de la doctrina católica -más bien me dedico a propagarla-, me siento en plena comunión con la Iglesia.
Y desde luego tengo plena esperanza, pues estoy convencido del triunfo del Reino de Dios. Es más, creo que Cristo llegará en gloria y poder para aplastar a sus enemigos, someterlos bajo sus pies y juzgarnos a todos. Esto tampoco se suele predicar, claro. No mola esa imagen de Cristo Rey de Reyes impartiendo justicia a un mundo entregado a Satanás. Mientras esperamos su regreso, la Iglesia tiene que predicar el evangelio completo.
La actitud de Jesús respecto a la samaritana a la que pide de beber es de misericordia: Le recuerda su vida de pecado sin acritud, pero sin disimulo. "Dices bien, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido..." Conviene tomar muy en cuenta la exactitud del registro divino de nuestras vidas, que contiene SIEMPRE una exigencia de cambio radical.
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LF:
Sí, ya digo que el propio Papa dio pie a ello, pero sigo pensando que un cardenal no debe decir eso que dijo de forma pública. Al menos no en ese momento.
Y mucho tienen que ver actitudes como la que tendrá lugar en la Misa de hoy Domingo:
Se recorta de la lectura el versículo 7 que habla del castigo de las culpas: se pasa del 6 al 8...
¿Por qué la Iglesia esconde la Palabra de Dios a sus hijos?
Y todo el que rece el Oficio Divino, sabrá la de Salmos que tienen aplicadas las tijeras...
¡Así nos va!
Por lo demás creo que lo dicho dicho está y el que tenga oídos que oiga el que no quiera oír ni le importe lo que diga el Papa está en su libertad de hacerlo pero recuerde que es al Vicario y no a los obispos ni cardenales sin comunión con él a quien se le ha dado la autoridad magisterial y la responsabilidad de guiar a la Iglesia.
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LF:
Cardenal Joseph Ratzinger, en 1997, siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe:
"Yo no diría que el Espíritu Santo elige al Papa, pues no es que tome el control de la situación sino que actúa como un buen maestro, que deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos". Y ".. hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido". Y "...el papel del Espíritu Santo hay que entenderlo de un modo más flexible. No es que dicte el candidato por el que hay que votar. Probablemente, la única garantía que ofrece es que nosotros no arruinemos totalmente las cosas"
Por cierto, cuando encuentres a alguien que haya hecho esto...:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1403130924-acompaneme-en-esta-gira-infor
... vienes y me lo cuentas.
Es decir, lecciones sobre fidelidad a ESTE PAPA, ni una.
Y permíteme el pos que a continuación cuelgo, por favor. Pero como siempre, a tu juicio lo dejo.
Gloria a Dios!
Y oiga que yo sepa nadie ha ovacionado a nadie pero sí que se ha mostrado acuerdo a nuestro Director. Por algo es nuestro Director. El error nuevamente es de Vd. al ”querer señalar” : “… que HASTA la llegada de Enrique, todos los comentarios anteriores eran para ovacionar su ardor guerrero… bla bla “
Pues ya ve ahora sí que me veo forzado a lanzar una ovación a Luis Fernando y al Espíritu Santo que le guía para bendición de miles.
Y para terminar, copio y pego su despedida para con él. Eso sí, con unos extra puntos suspensivos además de los que vuecencia puso. Léalos también.
“ mi saludo en la mejor actitud de cordialidad...” … …
Sólo le falta rematar su síntesis doctrinal buenista asegurando que el pecado mortal no mata y que, por ello, el Infierno puede ponerse seriamente en duda.
Repase el Evangelio y advierta el "rigorismo" (que usted cita y le espanta) de Jesús contra el pecado "vete y no peques más"/ "No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor".............o tal vez su evangelio no ponga eso o a usted no le interese considerarlas.
Como siempre buen comentario. Una cosa me ha llegado ´hondo´; dice que nos falta amor, verdad! Mea culpa!
Pero después me llama la atención algo que presiento yo mismo. “La purificación de España va a ser inmediata (¡ya mismo!) y durísima, ¡durísima! y hay pocas lámparas con verdadero aceite…”
Lo del aceite claro, pero lo de “ ¡ya mismo! Y durísima, aunque lo imagino me gustaría saber como llega a esa aseveración. Ya se que no es el sitio apropiado pero si a L. Fernando no le importa ¿podría explicar?
Gracias.
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LF:
Cuando toque hablar de España, hablaremos. Este post no trata de nuestra patria.
Como también es obvio que la fidelidad no se reduce a recopilar las noticias del año, sino a la comunión de corazón con este pontificado y sus enseñanzas, de lo contrario nos convertimos en arbitrarios juzgadores de cada Papa, un raro catolicismos ese, que entiendo no es el que se pretende practicar aquí..
Ningún comentario sobre el silencio a las enseñanzas de la exhortación EG de este pontificado, nada sobre su intención de llevar a cabo sus directrices para estos años explicitados por él, y otros puntos ya mencionados anteriormente por lo que entonces entiendo todo ello ya está aclarado.
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LF:
¿Recopilar noticias? ¿que me dediqué a recopilar noticias? Oye, un poquito de seriedad. ¿Cuándo has visto tú a alguien que partiendo de las noticias que tuvieron al Papa como protagonista haga un breve comentario de cada una de ellas, DESTACANDO LO MUCHO DE BUENO que tiene este papado?
Y por otra parte, a ver si te queda claro que este post no es sobre la EG. No tengo por qué comentar ni dejar de comentar la EG aquí solo porque tú te hayas emperrado en ello. Precisamente en esa "recopilación" afirmo lo siguiente sobre la misma:
Presentada como una especie de programa de este papado, la exhortación “Evangelii Gaudium” va a marcar el camino por el que andará la Iglesia en los próximos años. Por tanto su lectura es imprescindible.
¿Le parece bien al señor?
Pero vamos, si te hace ilusión, la cito en relación a algo que tenga que ver con este post. Por ejemplo:
Tampoco podemos ignorar que en las últimas décadas se ha producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico. Es innegable que muchos se sienten desencantados y dejan de identificarse con la tradición católica, que son más los padres que no bautizan a sus hijos y no les enseñan a rezar, y que hay un cierto éxodo hacia otras comunidades de fe. Algunas causas de esta ruptura son: la falta de espacios de diálogo familiar, la influencia de los medios de comunicación, el subjetivismo relativista, el consumismo desenfrenado que alienta el mercado, la falta de acompañamiento pastoral a los más pobres, la ausencia de una acogida cordial en nuestras instituciones, y nuestra dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario religioso plural. (EG 70)
Hale, hasta aquí la charla.
Deseo expresarle mi reconocimiento a su brillante capacidad de exponer la fe de la Iglesia de Cristo con razonamientos propios y ajenos (de Su Santidad el Papa Francisco), elegidos con lucidez, honestidad y caridad.
Creo que será un privilegio poder conversar largamente con usted para aprender, para llenar ese vacío que todos llevamos en nuestra alma para llenarlo con palabras evangélicas.
¡Enhorabuena, Enrique! Que Dios te bendiga.
Y que alcance esta bendición también al autor del trabajo que motiva estos comentarios. Y, por supuesto, nadie le puede impedir que siga adelante, rectamente, sin desviarse ni un milimetro de la meta que se ha fijado. Reconozco que Dios puede hacerle, al final, mucho más santo que a mi. Porque los caminos para ir a Dios son infinitos e inescrutables para nosotros criaturas suyas.
Saludos cordiales para todos...
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LF:
Que sí, oiga, que Dios puede impedirme que siga adelante. Perfectamente.
Y esto no tiene que ver con el grado de santidad personal. Escribir no le hace a uno más santo. Y no escribir tampoco le hace a un menos santo.
Si acaso, el hecho de que yo apele a la necesidad de predicar sobre la conversión, la gracia, la penitencia, etc, hace que esté más expuesto a lo indicado en Romanos 2,21-24:
... tú, en suma, que enseñas a otros, ¿cómo no te enseñas a ti mismo? ¿Tú, que predicas que no se debe robar, robas? ¿Tú, que dices que no se debe adulterar, adulteras? ¿Tú, que abominas de los ídolos, te apropias los bienes de los templos? ¿Tú, que te glorías en la Ley, ofendes a Dios traspasando la Ley? Pues escrito está: “Por causa vuestra es blasfemado entre los gentiles el nombre de Dios.”
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LF:
Cierto.
1-Te animo a que sigas haciendo esta labor ingrata de la que muchos por no ir contra corriente, se han desentendido. Tenemos que acostumbrarnos en ir contra corriente.
Muchos se tendrían que dar cuenta que es completamente ridícula la arrogancia y la soberbia del "non serbiam",infinitas veces mas ridículo que si se me acercara una hormiga y me dijera que soi su esclavo.
Dios no es un esclavo, que que de por buenos mis actos, con independencia de si cumplen unas normas (mandamientos), y con independencia de si nos llevan hacia el Cielo o hacia el infierno.
Dios es un Padre y también es un Juez Veraz, que no puede engañarse ni engañarnos por ser la Verdad.
2-Te animo a que sigas con la integridad de la Revelación, sin ARRANCAR paginas de la escritura que son mas difíciles de vivir.
3-Si uno va al medico y el diagnostico es que estoy enfermo, el medico debe decirme la verdad para aplicar el tratamiento; ocultando la enfermedad no se puede aplicar el tratamiento y se va contra la VERDAD.
Dios haciéndonos VER nuestra ENFERMEDAD actúa con VERDAD, diciéndonos que estamos enfermos; y el hombre no puede decirle a Dios que el hombre es el que dice lo que esta bien y lo que esta mal, en contra de Dios.
4-Te acompaño con la oración, cuídate de la bestia, es muy inteligente y esta observando nuestras reacciones ante las últimas tentaciones que nos puso,para ser mas eficaz en el siguiente ataque.
Que Jesús te guarde en su Corazón.
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LF:
Gracias. Sobre todo por las oraciones.
La opinión farisaica, como muy bien expone, no es algo de ayer, precisamente. Es algo que en los mismos tiempos del Maestro existió, y también después, cuando algunos pasaron de perseguir paganos a perseguir herejes, sin cambiar un ápice su visión tremendista, distorsionada y negativa en lo físico, mental y espiritual de sus propias personas y, lo que es peor, de las de los demás.
Lo peor no es eso: lo peor es que, efectivamente, a algunos parece que les sobra mucha gente y el concepto "hermano" lo tienen un tanto extraviado. En lugar de convivir, de intentar comprender, de acompañar, se dedican a perseguir a todo aquél que no entra dentro de sus estándares de "pureza doctrinal", a veces cayendo hasta en denigrar y manipular a otros para conseguir sus fines.
Aquí veo yo dos causas y una consecuencia: las causas son ciertos desequilibrios psicológicos de los baluartes de la ortodoxia, que utilizan la religión para dar rienda suelta a sus impulsos reprimidos (ira, odio, violencia, baja autoestima, intolerancia, fanatismo), que habría que averiguar de dónde vienen, y por otro lado la infantilización espiritual de sus seguidores, que les lleva a seguir ciegamente (frecuentemente también debido a cuestiones políticas y/o ideológicas) a dichos "líderes": siempre es más fácil vivir sin pensar y que "te piense otro" que asumir con autonomía el destino de tu vida y de tu relación con el Padre.
La consecuencia se plasma en el hastío de los perseguidos y de los que, aun no siéndolo, no pueden concebir la idea de que haya personas que se declaren seguidores del Maestro y acorralen a otros, pidan su expulsión, su excomunión o su silencio. Que se acumulen bienes. Que se persigan honores terrenales. Que se medre en política y se perpetùen oligarquías, más otras cosas peores que mejor es callar. En la sociedad del Siglo XXI, con la población alfabetizada, es imposible mantener a la gente sin pensar en esas cosas, y si a eso se le suma una maraña de leyes, cànones, prohibiciones, anatemas, desprecio a realidades distintas, rituales obsoletos y desprovistos de significado, y encima una casta de "santos" pues las personas huyen de la Iglesia como institución y prefieren encontrar al Padre de forma individual.
Lo cual es una lástima, porque algunos aún querríamos poder sentir a la Iglesia como nuestra Madre.
Cuando pienso en Dios, pienso en cómo me ha educado mi padre, y no me cabe en la cabeza eso del fuego eterno, de las cuentas y la absolutamente desquiciada expresión que he leído de "aplastar a los enemigos". Y me da por preguntarme uè clase de educación habrán tenido esas personas para tener la imagen de un (editado), en lugar del Abbà comprensivo de Jesús.
Y siento profunda lástima por ellos, créame, pero cuando veo còmo maltratan a otros hermanos también siento una repulsión creciente que no sólo no hace que aumente mi fe en la Iglesia, sino que la pone a niveles subterráneos.
Que esas personas reflexionen si les merece la pena quedarse cuatro y destruir la obra de Jesús (aunque me da que esto no se parece ni remotamente a Su intención) o tratar de ser más humanos y menos santos, y curar sus dolores internos antes de lanzarlos como aguijón a los demás.
Felicidades por su valiente escrito, en el caso de que este mío pase el "corte"...
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LF:
... ira, odio, violencia, baja autoestima, intolerancia, fanatismo.
Menos mal que los paladines de la heterodoxia no juzgáis nunca a los que defendemos la sana doctrina. Rebosáis bondad y misericordia por los cuatro costados.
LF:
A los herejes no les apedreo. Les llamo herejes. Jairo dice que la Biblia blasfema. No quiero ser nunca como él. Pagola niega la historicidad de los evangelios, contradiciendo lo afirmado por el Concilio Vaticano II y toda la tradición bimilenaria de la Iglesia. Queiruga llegó a decir que el día en que se encontraran los huesos de Cristo en un tumba, sería el día más feliz de su vida. Esos dos señores no tienen la misma fe que yo.
Y sí, cometí el error de llamar chorrada a una frase del Papa en su entrevista publicada en La Vanguardia. Ciertamente es FALSO lo que dijo del antisemitismo y la derecha política, pero me pasé con ese término. Por eso lo edité. Cuando meto la pata, la saco.
Doctrina sanísima, sí.
LF:
No soy san Timoteo, pero en la medido que puedo, intento hacer caso a san Pablo:
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
(1Ti 4:16)
Aderezada, además, con fuegos del Averno, profecías y Cristos que vienen a limpiar la tierra de herejes, comunistas, gays, heterodoxos y demás especies de gente que no le gusta a usted y a otros pocos, en ese club elitista que parecen empeñados en montar expulsando al resto.
LF:
Que Cristo va a venir a juzgar a vivos y muertos forma parte de la fe católica. Y esto, también:
Los cobardes, los infieles, los abominables, los homicidas, los fornicadores, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el estanque que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte.
(Ap 21,8)
En mi club están estos:
Se enfureció el dragón contra la mujer, y fuese a hacer la guerra contra el resto de su descendencia, contra los que guardan los preceptos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.
(Ap 12,17)
Quiero siempre tratar de entender de dónde le viene tamaño desprecio por el ser humano, porque de tal se puede considerar sus campañas de linchamiento mediático por personas que ni siquiera pierden el tiempo en tratar de luchar contra usted, demostrando ser más tolerantes y menos iracundas. Porque cuando la "sana doctrina", en lugar de sugerirse o invitarse, se trata de imponer, ya estamos en presencia de fanatismo. Y como tal lo consideran a usted no sólo los "heterodoxos", sino un buen número de religiosos y hasta de obispos. Pregúntese por qué. Trato y no puedo, pero sospecho que hay algo en el fondo que le hace actuar así. Y que no tiene nada que ver con religión.
LF:
Desprecio tanto al ser humano que, en la escasísima medida de mis posibilidades, intento defenderle de las doctrinas de muerte y condenación que predican y difunden los herejes. A lo que usted llama odio, la Escritura lo llama así:
Hermanos míos, si alguno de vosotros se extravía de la verdad y otro logra reducirle, sepa que quien convierte a un pecador de su errado camino salvará su alma de la muerte y cubrirá la muchedumbre de sus pecados.
Stg 5,19-20
En mi vida profesional he atendido a individuos profundamente atormentados por esa "sana doctrina" que menciona. Individuos que no tienen que esperar al tránsito para descubrir si existe el Infierno, porque ya lo viven en sus vidas modeladas a base de la culpa, la falta de autoestima, transtornos de ansiedad y somatomorfos y un largo etcétera por su pertenencia a psicogrupos ultraconservadores católicos (hasta ahora, de cinco muy conocidos) en donde, en base a esa visión negativa les enseñaron a considerarse poco menos que basura pecadora sometida a vigilancia por un Padre atento al más mínimo fallo para castigar. Gente con la sexualidad trastornada y enferma, con una vida social reducida o casi nula. Con familias destruidas y desatendidas. Con problemas económicos derivados de las "bolsas de inmundicias". Con crisis de identidad porque alguien ha tratado de "curar su enfermedad", o porque unos padres muy católicos los han puesto en la calle,...
LF:
Usted no tiene ni puñetera idea de lo que es mi vida. Ni puñetera idea. Yo no tengo ningún sentimiento de culpa porque sé que Dios perdona mis pecados cuando me arrepiento, confieso y cumplo la penitencia que se me impone. No pertenezco a ningún grupo ultraconservador, por la sencilla razón de que no pertenezco a ningún grupo de ningún tipo. Soy un simple diocesano de Huesca que, por cosas de la vida, dirige un portal católico. Así que si algunos pobres desgraciados han caído en sus manos "profesionales" -Dios los proteja a todos- no serán desde luego de las características mías.
... Sana doctrina, sí.
LF:
Sí, esa que nos salva:
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
1ª Cor 1,21
La fe, cuando no sirve para liberar, sino para esclavizar y atormentar, no es fe ni es nada. Es una adicción y un sometimiento, muy lejos de lo que el Padre quiere para nosotros. En ver eso los "heterodoxos" le ganan por goleada. De ahí a que sus tesis sean vistas como más sanas que las suyas, que están condenadas a desaparecer. Eso no es apostasía: es madurez espiritual y hasta salud pública.
LF:
Tiene usted razón. La fe que esclaviza y atormenta no es fe. Pero la fe que nos libera del pecado por la gracia de Dios, es la fe que nos salva. Y usted pretende que a los que viven en el pecado y la herejía, se les deje "felices" en sus esclavitudes y errores. Usted es, por tanto, instrumento de Satanás, que no quiere que el hombre sea verdaderamente libre de las ataduras del pecado y de la mentira.
Por eso me desprecia. Pero su desprecio es gloria mía y de los que, como yo, somos testigos del evangelio de Cristo y de la fe católica.
Como ve, no sólo los "herejes" podemos opinar: es que debemos hacerlo, no sólo por evitar esas realidades, sino para que los católicos normales no tengan que ser considerados igual que la minoría que no ha entendido todavía que existe libertad de expresión y pensamiento.
LF:
Usted hable lo que le dé la gana, que yo hablaré explicando lo que aquella que es Una, Santa, Católica y Apostólica ha predicado a lo largo de los siglos.
Con esto pongo fin a mis intervenciones en esta página, porque cada vez que les leo mi fe en la Iglesia disminuye cada vez más. Espero que, como dice el sr. Jara, admita vd que la visión de otro puede ayudarle en su propia vida y desempeño de su celo. Porque al final de la vida el Padre no le va a juzgar por cuántas encíclicas conoce o el número de herejes que se ha llevado por delante, sino por cuánto amor haya distribuido.
Y lo que se lee aquí no destila amor precisamente, sino desprecio por los hermanos.
Cuídense.
LF:
¿Su fe en la Iglesia disminuye? ¿De qué fe habla? Es más, ¿desde cuándo la Iglesia es objeto de fe? ¿Va a hablar de amor quien en su anterior comentario nos acusa a los católicos fieles al Magisterio de estar llenos de "ira, odio, violencia, baja autoestima, intolerancia, fanatismo"? No me haga reír.
Vaya en paz.
Dios te bendiga una y mil veces, Luis Fernando.
Leyendo algunos de sus comentarios, me parece que ud. ha trocado la religion de Cristo, por la religión del Papa. Una pena. Eso no es catolicismo, sino fetichismo africano
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LF:
Hombre, tampoco diría yo eso.
Siempre se ha dicho que hay viejos de 25 y adolescentes de 50, y a la vista está.
Muchos cercanos a esa cifra, bastante "quemados" ya de Iglesia y de eclesiásticos pero aún fieles orgullosos de ella, fuimos en su tiempo de esos viejos de 25, férreos defensores del Magisterio y de lo que hiciera falta. Si no nos gustaba, fácil: nos aguantábamos, lo importante era que el enemigo nos viera fuertes.
Por eso, y puesto que la vida se escapa, pensamos que como vivimos un anticipo de la vejez cuando todavía no tocaba, a tiempo estamos todavía de vivir la juventud perdida tontamente... y el Magisterio y esas cosas bien pueden esperar. Aquí estaremos, pero todavía no.
Naturalmente los que dicen que Dios no castiga, exageran la tesis contraria de los que ven el castigo de Dios hasta en la sopa. No niegan el infierno, sólo acentúan la idea de que si es el hombre el que elige libremente el camino de la muerte, a pesar de que le han regalado el de la vida, Dios es el que ofrece salvación, el hombre el que la rechaza.
Claro que se puede decir que el infierno es castigo de Dios, pero igualmente se puede decir que es elección del hombre, por tanto autocastigo.
En cuanto a las cosas que nos suceden, la fe cristiana dice que todo es para nuestro bien. Si a algunos les gusta la palabra castigo que la usen, pero que tengan en cuenta que la noción de castigo humana tiene muy poquito que ver con Dios. Otros con igual libertad pueden elegir no usarla.
Naturalmente eso no indica que lo que hacemos no tenga consecuencias y que no estemos avisados, pero al final de la vida nos examinarán de amor, no de si llamamos castigo o no a lo que nos ocurría en la vida diaria.
Todo es para nuestro bien.
Y ante nosotros está el camino de la vida y el de la muerte, cada cual que elija y luego que no culpe a Dios si se niega a hacerle caso, pues se condena el solito al desconfiar de la palabra de Dios que identifica Amor y Vida. El Padre siempre estará esperando en la puerta de casa, pero si el hijo se niega a volver, porque el camino es duro o porque pasa del Padre, pues está "castigado" a comer bellotas. Es lo que hay.
Saludos cordiales
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LF:
En serio, ¿hay algo que tú creas que es herejía?
Que negar que Dios castiga es una herejía como la copa de un pino, es algo indiscutible desde el mismo momento en que Trento anatemiza a quien sostiene esa tesis heterodoxa. Y ya puedes dar todas las explicaciones que quieras, que eso no va a cambiar.
No dudes de que los discursos tremendistas que amenazan con castigos no tienen nada que hacer en el mundo de hoy.
Hablar del infierno, sí. Como una posibilidad real de quien se cierra al amor a Dios y el prójimo.
Hablar del purgatorio, también, como un regalo de Dios que a pesar de que no estamos preparados para vivir su vida nos atrae hacia él purificándonos de nuestras sombras.
Hablar de la misericordia de Dios, que no sólo es perdón, es perdón y ayuda. Hablar de dejarnos transformar por el amor de Dios que nos amó primero.
Anunciar el evangelio, dejar que la gente se acerque a Jesús y le escuche de primera mano, oir lo que tiene que decirnos personalmente.
Pero Jesucristo vino a salvarnos, no a condenarnos. Y a veces parece que ni entramos en el reino de los cielos ni dejamos que otros entren en él. Cada cual que se encuentre con Jesús y que realice su propio camino de progreso.
Y además se mete en el mismo saco a personas muy diversas, de las cuales a algunas se las acusa injustamente de no creer en Jesucristo por puro malentendido. En otros casos es evidente que no hay fe en Jesucristo sino utilización de su nombre en un cacao extraño. Pero no hay que arrancar le cizaña porque se puede arrancar con ella el trigo.
Si uno propaga la doctrina de la Iglesia, ya ha cumplido su parte como católico, y los demás que juzguen lo que cuadra y lo que no.
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LF:
Apariciones marianas aparte -que por algo las habrá enviado Dios-, ¿tú has oído un solo discurso tremendista de esos en los últimos 50 años o has sabido de alguno en el último siglo y medio?
Hacer énfasis en que no es el profesor el que suspende sino el alumno el que suspende, cuando no quiere hacer un trabajo que está al alcance de cualquiera y es el requisito necesario para ser capaz de ingresar en esos estudios porque necesita unos conocimientos para seguirlos, no significa que se diga que el alumno puede autoaprobarse sin esos requisitos, sino que aunque el profesor emite el juicio de que no los ha presentado, el que no ha querido presentarlos ha sido él.
No hay contradición sino diferente enfoque.
Y lo que habéis publicado sobre Trento no me parece que anatemice a lo que han dicho determinadas personas en reciente polémica, porque ninguna de ellas veo que haya dicho lo que Trento dice que es anatema.
Explicado el asunto si se quiere entender, en el fondo en lo único que no estamos de acuerdo es en el enfoque. Por lo demás si decís que Dios puede castigar, pues sí que puede, porque lo puede todo. Otra cosa es que alguien diga que un Tsunami es castigo de Dios, lo que va contra toda la lógica que Dios muestra en los evangelios. Mejor no ir de amigo de job por la vida, por si acaso.
Todo es para bien de los que aman al Señor y se sienten amados por él, eso es todo.
Y luego si a alguien le hace ilusión creer que Dios le premia con la lotería o le castiga con una pata rota, ese será su problema particular, pero que no pretendan obligar a otros a creer lo mismo.
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LF:
A ver, ult, ¿quién determina cuál el castigo? ¿quién es el que juzga? ¿quién es el que emite la sentencia? ¿quién es el que la ejecuta?
¿A ti te parece que cuando un asesino va a la cárcel lo lógico es decir que él solito se ha autocastigado por su crimen?
Pues imagínate lo que es una cárcel eterna. Es Dios quien creó el infierno. Es Dios quien determinó quién y por qué se va al infierno. Es Dios quien finalmente juzga a todos. Es Dios quien hace que los condenados vayan el infierno. Y es Dios quien determina que no salgan de ahí en toda la eternidad.
Dado que Dios es también quien envía a su Hijo primogénito para que todo el que crea en Él se salve, es evidente que la responsabilidad final de ir o no al infierno la tiene el que acaba siendo condenado. Pero el castigo lo impuso Dios y lo ejecuta Dios. Y negar eso es herejía. Te pongas como te pongas.
También es herejía negar que Dios castiga con penas temporales, que mayormente son medicinales. Eso es, entre otras cosas, cargarse la doctrina católica sobre la penitencia.
Tú dices: es preferible hablar de la responsabilidad del castigado. Bien, como quieras. Pero si se niega -no se matiza, no, ¡¡ SE NIEGA !! - que Dios castiga, se quita a Dios el papel de Juez e incluso de Padre. Y punto final.
No es mi intención molestar y la verdad es que ahora mismo no tengo muy claro lo que acabo de decir. Sorry :)
Procuraré hablar ordenadamente claramente y no mandar las cosas sin haberlas reflexionado más.
Hasta otro día.
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LF:
No te molestes en intentar demostrar que Trento no dice lo que dice.
Además, este post no es sobre si Dios castiga o no. Hay varios blogs en los que se ha tratado el asunto. Participa en ellos.
Ustedes son un testimonio viviente de lo desnortado que puede estar un católico en nuestros días. ¡Lo suyo no es la teología, a la vista está!
Sólo remarco esto: si una encíclica no está libre de error (no es infalible)aún siendo que allí hay una voluntad manifiesta de enseñar... ¿que será de una exhortación apostólica? Pues nada: es de menor rango y me pide un menor asentimiento de fe.
En el Magisterio eclesiástico hay una jerarquía... no todas las palabras ni todos los documentos tienen el mismo peso ni importancia.
Ya lo ha dicho el P. Iraburu varias veces: no es lo mismo una homilía, que un discurso de ocasión en una aeropuerto, que una entrevista, etc.
Poner todo al mismo nivel es desconocer realmente que es el Magisterio de la Iglesia: que no cambia en lo esencial, permanece siempre el mismo, y profundiza pero nunca negando la doctrina anterior.
Gracias LF por su post! Lo felicito! Siga así hombre que necesitamos muchos como usted...
Pues el que dijo: No cometerás adulterio, dijo también: No matarás. Si, pues, no cometes adulterio, pero matas, ya has violado la Ley". Santiago 2: 10,11
Y va de suyo que si no se mata pero se comete adulterio, lo mismo. Así se puede seguir intercambiando con los diez mandamientos, y la conclusión es la misma, fallando en un punto la consecuencia es como si se faltara en todo.
Hay una "solidaridad" en el pecado, opuesta a los méritos de la Comunión de los Santos.
El artículo del Padre Martín Grichting, citado al principio recuerda esta cuestión.
Por exigencias como estas, algunos tildan al cristianismo de inhumano.
Lo que desborda las fuerzas del hombre, se sostiene en la Gracia de Dios.
La misericordia divina viene al encuentro y socorro del pecador, no de aquel que disculpa todo pecado, como diciéndole a Jesús, no te molestes aquí no te necesitamos, tu bondad es que no debamos seguir recurriendo una y otra vez a ella.
Se sustituye el dogma del pecado original, por uno de misericordia inicial, por la cual todo pecado en su génesis se disuelve en la misma, sin necesidad de sentir que ofendemos a Dios, que debemos arrepentirnos o reparar el daño causado.
El pecado es un robo de gloria Dios y hay que resarcir esa deuda. Aquí o en el Purgatorio.
Si toda sociedad, a lo largo y ancho del planeta y en cualquier época, ha castigado el robo ¿qué menos pensar en un castigo para el robo de la gloria de Dios?
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LF:
Yo sigo diciendo deudas en muchas ocasiones. Es como lo aprendí.
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