InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Matrimonio

31.08.19

Mirando a la perifera

En estos tiempos que nos ha tocado vivir, encontramos que cada día la división cultural se hace más profunda y las diferencias sociales más pronunciadas. En ese contexto, el Papa nos invita a ir a las periferias existenciales, al encuentro de todos los que están esperando el mensaje cristiano.

En ese espíritu, propongo buscar ideas, lemas, palabras más bien en los que uno y otro bando de la lucha cultural, en los que todos podamos estar de acuerdo. Por ejemplo:

El matrimonio gay es tan matrimonio, como una mujer trans es mujer.

Sigan buscando puntos de encuentro con nuestros oponentes, mientras tanto iré a preparar mi discurso ante la Academia para cuando me den el Nobel de la Paz.

25.07.17

El matrimonio gay como síntoma

Hace tiempo, no me atrevería a decir cuánto, dos ideas de matrimonio compiten en nuestra sociedad: una que lo entiende centrado en los hijos, y otra que lo ve esencialmente como un contrato entre adultos. Al primero de estos conceptos, más tradicional, pertenecen características como la solemnidad de la boda, la estabilidad, y la prohibición de contraerlo entre parientes. A la segunda escuela acerca del matrimonio, moderna, corresponden las bodas fastuosas, las relaciones abiertas, el divorcio exprés y sin causa y, obviamente el mal llamado “matrimonio gay”.

Entre estas dos tendencias, es indudable que el matrimonio gay es una gran victoria simbólica a favor de la idea moderna de matrimonio. Es más, me atrevería a decir que es la victoria definitiva, pues en una relación homosexual los hijos no figuran por ningún lado. La infertilidad no es un defecto ni una opción buscada, sino un elemento esencial.

Es cierto que ni el matrimonio y ni la sociedad colapsan cuando se instaura el matrimonio gay. Siendo los homosexuales entre un 1 y 2 por ciento de la población, y muchos menos los que se “casan”, los efectos inmediatos y directos de esas leyes son mínimos. Sin embargo, no hemos perdido el tiempo al hablar sobre la importancia del matrimonio natural en este blog. Es un deber denunciar toda ley inmoral y absurda, incluso si sus efectos no son perceptibles en el día a día. Las leyes de matrimonio gay, además de ser una inmorales y absurdas, tiene un enorme efecto simbólico.

“¿Y qué importa?” podrían decirnos “¿No es lo normal que la sociedad cambie? ¿Que sus instituciones se modernicen?”

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7.06.17

La base del matrimonio

No puede ser que los prejuicios añejos sean más fuertes que el amor

Con esta explicación, la Presidenta de la República anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley para establecer el matrimonio homosexual en Chile.

A pesar de la constante campaña a favor de alterar la definición misma del matrimonio, en la televisión, en el Estado, en las élites culturales, sociales y políticas, esta iniciativa todavía enfrenta fuertes resistencias. Cuando la única opción aceptable en público es la completa sumisión del entendimiento y la voluntad a las pretensiones del lobby gay, y cualquier alternativa o escrúpulo al respecto es denunciada como el epítome de la intolerancia (y por lo mismo, intolerable), sorprende encontrar que un 60% todavía quiere mantener el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

Es que el matrimonio nunca será un detalle menor en la forma como la sociedad decide organizarse. En las leyes de matrimonio civil hay muchas normas de detalle, que se modifican todo el tiempo. Cambia al régimen de los bienes, a los requisitos para contraerlo, o sus efectos sucesorios, etc. Esto son aspectos periféricos, que se resuelven sin mayor controversia, como un asunto técnico donde la gente no tiene mayor interés. En cambio, decir que dos hombres podrían casarse provoca preocupación y debate. Existe en la población la intuición de que algo no anda bien, que es una mentira sobre la esencia misma del matrimonio, y que desprestigia a la ley que la acoja y la apruebe.

Sin embargo, convertir esa intuición en un argumento razonable requiere un esfuerzo. Lo habitual es intentar apaciguar los ánimos con soluciones de compromiso, como establecer uniones civiles que son matrimonio en todo menos en el nombre, o admitir que dos hombres se casen pero no que adopten niños.

Nuestro esfuerzo, entonces, será hacer explícito ese argumento

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16.11.15

Carta a mi hemano que se va a casar

Hola Hermano

Desde que nos avisaste hace medio año que te ibas a casar, he venido pensando algunas cosas que me gustaría hablar contigo acerca del matrimonio. Ahora faltan apenas un par de meses y no creo que tengamos la ocasión de sentarnos a conversar, así que te las escribo. Ojalá te sirvan.

Punto uno, hombres y mujeres son diferentes. A veces nos reímos de esas diferencias, otras las sufrimos. En general esas diferencias no son relevantes, en el trabajo, el deporte, los estudios etc. El único lugar donde sí importa es precisamente en la relación entre hombres y mujeres. Verás: las mujeres invierten mucho más en cada relación que los hombres. No es culpa de nadie ni tiene que ver con el cariño en la pareja, simplemente es producto de la naturaleza.

La mera posibilidad del embarazo establece una gran diferencia. Para que decir si esa posibilidad se convierte en una realidad. Incluso si deciden no tener hijos por ahora, el solo paso del tiempo conlleva un costo para la mujer que el varón no soporta. También desde el punto de vista laboral, que la mujer esté en una relación conlleva un estigma que el varón no recibe. A veces le van a preguntar si quiere tener hijos, otras no, pero lo van a pensar, y eso se traduce en una desventaja frente a otros postulante.

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13.10.15

Para qué necesitamos un sínodo sobre la familia

Hace unos días el Papa dijo que en el próximo sínodo la doctrina católica acerca del matrimonio no está en cuestión, lo mismo que yo dije en la entrada anteriorNo digo que el Papa sea lector de este blog, pero quién sabe tal vez si algún Cardenal. Seguramente no el Papa.

En serio, la Iglesia no cambia su doctrina en un sínodo. No la cambia nunca, en realidad, solo la define mejor y más claramente. Pero desde luego no hay que esperar ningún cambio doctrinal de un sínodo.

Algunos hermanos no dicen “Entonces, para qué un sínodo. A qué viene provocar tanto alboroto en torno a doctrinas que ya conocemos bien, y que sabemos que el mundo moderno intentará manipular cualquier resultado".

Parte de la respuesta a esa preocupación se encuentra en esta carta [en inglés] de una mujer católica herida día a día por la convivencia con su esposo. Ella, y muchas mujeres como ella son mártires del matrimonio, en su sentido original: testimonio de la gracia recibida a través de la perseverancia. No son pocas las mujeres heridas por una tradición humana que se ha hecho pasar por parte del cristianismo. Tal vez nosotros mismos lo hemos permitido porque nos era más cómodo.

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