Mis pronósticos sobre el próximo cónclave
Puesto que muchos han intentado predecir lo que ocurrirá en el próximo cónclave, según su real saber y desentender, también me ha parecido a mí, estimado Teófilo, poner por orden mis fascinantes especulaciones.
A modo de exclusiva, los lectores de este blog tendrán el honor de conocer un adagio que se susurra, entre los más altos y exclusivos vaticanistas, egresados de la Universidad Vaticaniana y periodistas dedicados a los asuntos de papabiliosidad, y que nunca se ha ventilado antes fuera de las altas esferas: Dicen los entendidos que “Quien entra Papa, sale Cardenal” (y no digan que yo se los dije).
Es una extraña regla, pero se cumple siempre, como por obra de magia. Por eso desde ya les digo con total certeza que podemos descartar completamente uno de los candidatos que ha recibido más atención mediática y favorito de la prensa, el obispo Joseph Ratzinger. Nadie pone en duda la capacidad de este prelado, demostrada muchas veces a la cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antiguamente conocida como la Santa Inquisición (¿Y eso? ¿Que Word lo pone automático? Bueno, sigamos), pero las opiniones expresadas en el ejercicio de ese cargo –demasiado en línea con la doctrina que enseñó Jesús–, lo han hecho un candidato polémico.
Por otro lado está el título de Papa emérito que detenta actualmente, que, en caso de entrar al Cónclave, obligaría a quitarle ese cargo y entregarle uno de Cardenal, para que pueda salir de la Capilla Sixtina con él, decisión con la que no todos los votantes estarían de acuerdo.
Prácticamente con la misma seguridad, podemos decir que el próximo Papa no será una mujer.
Esta certeza proviene no sólo de nuestra acabado dominio de las reglas de concordancia gramatical, sino además por el oficio natural del sumo pontífice. Es bien sabido que la
función más relevante del Papa es posar junto a políticos y líderes mundiales de la más diversa índole, lo que llevaría a serios incidentes sobre en qué lugar de la fotografía deberá ponerse la esposa del dignatario visitante, y la consecuente desestabilización de la paz mundial. Ningún Papa querrá eso como parte de su legado, así que es casi seguro que no será mujer.
Algunos [cita requerida] pueden señalar que esto implicaría una discriminación contra el 50% de la humanidad, pero basta mirar a la configuración de los cuadros políticos en el mundo (recuerden, todo esto gira en torno a las fotos) para darse cuenta que eso nunca ha sido un impedimento en otras elecciones.
Los vaticanistas, también prevén con un alto grado de certeza que el próximo líder de la Iglesia sea alguien bautizado, como un gesto que ayudaría a la unidad de los cristianos. Mucho más debatida es la pregunta acerca de si el próximo Papa debe ser un católico.
Esta venerable tradición se ha mantenido por durante mucho tiempo (algunos dicen que se remonta a Constantino), pero últimamente, ha habido mucha especulación sobre el punto, pues como nunca en sus dos mil años de historia, la Iglesia se ha propuesto acoger a personas de las más variadas convicciones, dando lugar a una comunidad más inclusiva, diversa y democrática.
Como fino observador de estas realidades, puedo confirmar que los católicos han disminuido su influencia dentro de la Iglesia, pero lo cierto es que esta corriente todavía es mayoritaria en el día a día de las parroquias, y no creo que los millones que todavía se aferran a esta denominación, estén dispuestos a seguir las directrices de alguien que no la comparta abiertamente. Ciertamente esto es algo que los Cardenales electores tendrán en mente al momento de emitir sus sufragios.
Otro factor a tener en cuenta es la edad de los candidatos, por su influencia en la perspectiva de un pontificado “de transición” (expresión en latín que significa “cortito") o largo. Es difícil predecir qué tienen en mente los Cardenales a este respecto, pero parece seguro decir que se descartan a todos los candidatos mayores de 115 años y menores de 15.
En conclusión, tenemos que indudablemente el próximo Papa muy probablemente será un varón, católico, entre 15 y 115 años, y que no será Joseph Ratzinger. Eso nos deja 249.999.999 personas en la “lista breve” para convertirse en líderes de una Iglesia que actualmente declara más de mil millones de seguidores, y no cabe duda que en este mismo momento cada uno de ellos considera seriamente sus posibilidades de acceder a tan alto puesto.
Dentro de este listado, muchos periodistas especializados apuestan por los primados de localidades importantes, como Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, o naciones tradicionalmente católicas como el Arzobispo Ruoco Varela de Madrid. Sin embargo, en La Esfera y la Cruz tenemos la más exclusiva información, que nos permite hacer una certera predicción acerca del resultado del Cónclave, por que desde ya les aseguro que el próximo Papa será el Obispo de Roma.
Recuerden, lo leyeron primero aquí.
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