Uniones Civiles: el cuento corto
Hay muchos y razonables argumentos en contra de la legalización de las uniones civiles, pero a veces lo que se necesita es una explicación breve y simple. Por eso, ofrezco el siguiente “cuento corto”.
Para llegar a ser un buen ciudadano, cada niño necesita el apoyo constante de su padre y su madre, y, para convertirse en un adulto feliz y seguro, necesita saber que cuenta con ellos de forma incondicional.
Para cumplir esa labor de forma adecuada no basta con la mera tendencia natural a proteger a la prole, cada papá y mamá necesita saber que la comunidad valora y agradece los sacrificios que hacen por permanecer juntos para cuidar a sus hijos. Entonces, es justo y necesario que el Estado reconozca el matrimonio, lo promueva y ampare.
Explicación
Cada vez que se avanza una legislación que debilita el matrimonio, trivializa el divorcio o se crean instituciones que desdibujan su función en la comunidad, los directamente afectados son los niños, que se exponen a perder el hogar que tanto necesitan para crecer y desarrollarse como persona, sin que nadie pueda hablar por ellos u oponerse a lo que han decidido los padres. No hay aquí una apelación a la religión para defender el matrimonio, sino a la obligación que tenemos los adultos de proporcionar a nuestros hijos las mejores condiciones posibles para su desarrollo.
Las leyes de matrimonio homosexual y de divorcio debilitan al matrimonio, porque desplazan el carácter social de esta institución, desde la crianza de los hijos, hacia la voluntad de los adultos, nuevamente perjudicando a los niños. Si en cambio se sostiene que lo esencial para esa institución es el enamoramiento de los contrayentes, entonces el Estado no debe regularla, porque no le corresponde aprobar o rechazar las emociones de los ciudadanos.
Las uniones civiles, en tanto, si tienen un carácter matrimonial no debe aprobarse porque no tiene sentido tener dos nombres legales para lo mismo, o amparar una poligamia encubierta; y si tiene un alcance meramente patrimonial, debe prevalecer la libertad de los contratantes para regular sus efectos, por sobre las condiciones que quiera imponer el Estado, o en su defecto la regulación vigente del cuasi contrato de comunidad.
Es justo que el Estado reconozca el matrimonio, porque al hacerlo compensa el que los padres dejen de disponer de sus bienes sólo para sí mismos y los destinen a mejorar la situación sus hijos, que luego se conviertan en buenos ciudadanos. Es necesario, además que lo promueva y lo ampare, porque al cumplir esa función los cónyuges de forma conjunta, el Estado se ahorra de incurrir en gastos que, de otro modo, deberían ser asumidos por él, como los que corresponden al cuidado diario, la educación pública y la represión de las conductas disruptivas para la sociedad.
InfoCatólica necesita vuestra ayuda
Un poco de contexto, para lectores no chilenos: Ante la arremetida del lobby gay en Chile para legalizar el matrimonio homosexual, varios legisladores cristianos, de izquierda y derecha, han propuesto como forma de compromiso la figura de las uniones civiles, que ampararían las relaciones sentimentales (del mismo o diferente sexo), cuando por cualquier motivo no se pudiera contraer matrimonio regular. Desde luego, en este momento el alcance preciso de esa institución esta sujeto a negociación política.
10 comentarios
A veces, como en el caso del divorcio, parece que son pequeñas concesiones que sí se pueden hacer. Muy bien argumentado.
Que haya ley de divorcio no implica que los padres sean malos padres.
Hay personas que son buenos padres, otros son padres aceptables y otros malos padres.
Hay gente que está casada, gente divorciada gente "juntada".
Tampoco hay algo así como "educación para la paternidad" en la curricula de educación y los niños desafortunadamente vienen sin manual del usuario. :)
Conozco parejas que son católicas jamás se van a divorciar pero ambos huyen del hogar todo el tiempo y no se soportan. Los niños crecen en ese ambiente.
Otros somos divorciados y cuidamos de nuestros hijos y por ahora parecen bastante felices.
Y hay personas que trivializan el matrimonio y la paternidad pero ud realmente cree que obligándolos a estar juntos se va a solucionar algo??
Por otro lado si sería bueno que justamente el hecho del matrimonio sea realizado con más responsabilidad y no "porque la ceremonia es bonita y quiero una"
Y como dice Gaby mantener cierta coherencia. Ya le conté el caso de esta persona casada y divorciada por civil con 2 hijos que ahora se casa por iglesia.
Kewois
@ Gaby: Sí y no. Si el Estado fuera coherente con su discurso liberal de "yo no me meto en la vida privada", efectivamente debería derogar el matrimonio civil, dejar que la Iglesia celebrara los suyos y limitarse a reconocerlos. Por otro lado, también es cierto que existe un interés público en los matrimonios contraídos por no cristianos, y en ese sentido puede ser justificado que el Estado los regule y celebre.
@ Kewois: Dices muchas verdades, así que sólo responderé a la única pregunta que haces.
A veces el vernos en situaciones extremas, como obligados a vivir juntos, nos ayuda a crecer y ver más allá de nuestro egoísmo. No siempre, claro, y cuando no es así (caso de violencia, por ejemplo) la separación es una posibilidad que puede ayudarnos a cambiar, reflexionar, crecer.
Lo que nunca ayuda es que lo niños tengan que competir por la atención y el apoyo de sus padres con las nuevas familias que ellos han decidido formar.
Cuando hay hijos, eso de "tengo derecho a rehacer mi vida" es una gran mentira, porque ellos son la prueba viviente de que es imposible pretender que lo hecho no existió.
Por lo demás,estoy de acuerdo. A mí tampoco me gustó nunca la palabra "matrimonio" para las uniones homosexuales,mas me da que el tema no se calmaría casi nada si la palabra dejara de usarse en ese sentido.
Y sí,un bautizo civil es ridículo. Pero un matrimonio civil no. Es preciso legalizar esa situación,es un derecho para cada ciudadano y es un compromiso para los contrayentes. Por eso debe estar regulado.Pero un bautizo civil no cumple ninguna función como no sea la social,que(irónicamente) es la que matiene la mayoría de los bautizos hoy. ¿Será por eso que se quieren celebrar a pesar de ser ridículos?¿Tendremos Primera Comunión civil?
Por cierto,ni que no hubiera separaciones o divorcios con el amor eterno dado por Dios(supongo que es con mayúscula) en el Sacramento del Matrimonio.
Y lo del amor sobrenatural,es que yo solo soy un ateo ignorante,así que no lo veo ni claro ni simple. ¿Podría iluminarme? Gracias.
@ Roi: Si hubiera un estado coherentemente liberal (que dice "no me meto en poner un estilo de vida sobre otro"), no habría necesidad de regular el matrimonio, bastaría con que reconociera el contraído ante un ministro religioso, o la situación de hecho creada, si son ateos.
Lamentablemente, nuestros mal llamados liberales son en realidad conservadores del ateísmo, no pueden aceptar otro matrimonio que el impuesto por el Estado, y por eso ven como imprescindible la intervención estatal.
Sin embargo, lo que haya ocurrido antes de la Resurrección no debería importarnos, ya que por la Resurrección de Jesucristo hemos renacido "a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera" (1Ped 1, 4). Nos interesa lo que pase hoy. Hoy se simulan matrimonios (que no lo son) y ya en Japón los jóvenes se "casan" con personajes de caricaturas. A la unión de un hombre con un cómic se le puede llamar como quiera, pero no "matrimonio".
@Roi: Lo del "copyright" era una exageración, pero con cierto sentido. Obvio que no tenemos "copyright" sobre la palabra, o nos haríamos millonarios. Pero al menos en NUESTRAS conversaciones, deberíamos llamarle al pan pan y al vino vino. ¿Que un hombre se quiere casar con un elefante? Será un "mascotazgo", pero no un matrimonio. ¿Que dos hombres quieren vivir juntos? Pues nada se los impide, pero no es un matrimonio. Porque al paso que vamos, ya en México la "asociación civil" se aplica a las monjas de clausura. Al rato las monjas y los curas tendrán que celebrar "matrimonios" entre sí para poder vivir en un monasterio legalmente, y nosotros tan tranquilos.
Por otro lado, lo del "derecho legal" al matrimonio civil no deja de ser también un poco falaz. La asociación lícita de dos individuos para los fines que convengan sí es un auténtico derecho. Pero el derecho a usar la palabra "matrimonio" no es de suyo ley natural. Es como que yo dijera que tengo derecho a llamarle "gato" al ratón. Podré llamarle todo lo "gato" que quiera, pero sigue siendo un ratón. Un "matrimonio civil" no deja de ser un "contrato civil", con sus cláusulas y sus términos y fines. Llámenle como quieran, pero sigue siendo un contrato, no un matrimonio.
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