Receta para un desastre

Nos dicen

Dios quiera que nunca en su familia tenga que enfrentar la disyuntiva entre la vida de una mujer o de un feto.

A lo que sólo nos cabe responder “Dios quiera", porque cuando uno decide dejar de actuar por meras intuiciones morales convencionales, y comenzar a guiarse por principios, debe entender y aceptar que tarde o temprano nos alcanzarán las consecuencias de esa decisión. Si decimos que ningún aborto nunca se justifica, estamos aceptando que también rechazaremos el aborto cuando nos parezca conveniente, cuando enfrentemos la diyuntiva entre la vida de nuestra hija y la de nuestro nieto.

Y es que proponer un principio es atarse, y sabemos llegará la oportunidad en que preferiríamos no haberlo hecho, y nuestros amigos consecuencialistas se encargan de recordárnoslo todo el tiempo.

Decimos que la tortura nunca es justificable, y ellos nos dicen “Ojalá nunca captures al terrorista que ha puesto una bomba, y tengas que hacerlo confesar donde se encuentra para salvar miles de vida"; Decimos que la muerte intencional de gente inocente nunca puede ser la opción correcta y nos plantean el caso en que la población de nuestro país sea atacada con armas nucleares; O afirmamos que nunca es lícito procurar la muerte de un ser humano inocente, y nos responden “ojalá nunca esté en juego la vida de una mujer que amas". ¿Qué podemos responder, más allá de “Ojalá así sea"?

Y es que en definitiva, lo que proponemos, esto de definir un principio y respetarlo siempre, es una receta para el desastre. En efecto, las situaciones descritas por nuestros detractores pueden ocurrir, y ocurren con más frecuencia de lo que a uno le gustaría, ¡y las podemos sufrir a nosotros mismos! Y cuando llega a ser ese el caso caso sólo hay dos opciones igualmente lamentables: o sufrimos el mal y pasamos por crueles y fanáticos, o abandonamos el principio y nos avergonzamos a nosotros mismos y a los que confiaron en nosotros.

Desde luego, para quien no tiene fe, no existe tal disyuntiva. Para él, un principio no es más que un acto de la voluntad de un momento, y como tal puede mutar por una voluntad posterior, y el costo de hacerlo es tan bajo que simplemente no se compara con el beneficio de evitar el mal (sea este mal, la explosión de la bomba, el ser derrotados en batalla, o que muera la mujer que amamos).

Así, es evidente que para tener principios se necesitan la fe y la esperanza. Fe, para creer que los principios existen realmente, como una regla independiente de que la conozcamos y de lo que pensemos de ella; y esperanza, para confiar en que, a pesar del mal actual, Dios puede compensar nuestra fidelidad, de una forma aún desconocida para nosotros y en un tiempo que no es el nuestro.

El paganismo se encontraba ante la misma disyuntiva, y desarrolló el estocisimo que, por cierto, sólo era para los filósofos y las élites iluminadas, nunca para el pueblo, que tenía por destino la esclavitud y los trabajos manuales. Así, las naciones que llegaron a convertirse en imperios lo hicieron sobre la base de un concepto estoico del honor que era mantenido estrictamente desde el Estado, y, por ejemplo, el samurai que perdía el honor, debía cometer sepuku, pero contaba con un “ayudante” que debía cortarle la cabeza en caso que notara alguna debilidad en el suicida.

Lo curioso es que las naciones occidentales esperan que sus políticos sean honestos, no corruptos y modelo del hombre con principios, pero al mismo tiempo quieren que no tengan fe ni esperanza (en el sentido telógico, se entiende). No veo cómo sea eso posible. Puede que un miembro de la élita gobernante haya aprendido ciertas normas de convivencia, y digan, por ejemplo, “No, yo nunca condonaría la tortura", pero al ser esto un mero convencionalismo social, al no contar con una fe y una esperanza que la soporten, él abandonará ese principio, sin pensarselo dos veces, cuando lo que está en juego parece un mal inminente, y harán el mal que vean como menor en ese momento. Si juega bien sus cartas, además será percibido como pragmático, leal, patriota y/o compasivo (según sea el principio que traicionó) y sea reelegido. Pero lo cierto es que sin una esperanza sobrenatural, los principios duran tanto como la calma en el mar, y sin ellos no puede haber una democracia que no se convierta en máscara de la antigua aristocracia.

Mientas tanto, al resto, que hemos decidido vivir conforme a los principios, sólo nos queda rogar a Dios que no nos ponga a prueba en aquello que decimos sostener, porque nos hemos puesto la soga al cuello, y somos débiles para hacer lo que dijimos que otros debían hacer.

No permitas que caigamos en tentación
Y líbranos del mal. Amén.

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16 comentarios

  
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
Si, es cierto, pero en nuestras leyes, antes de acudir a la despenalización del aborto en tres supuestos (que no legalización y, encima, con derechos), se debería de haber aclarado en el Código Penal los supuestos de agravantes, atenuantes y eximentes, como cualquier otra falta o delito. No sé si esto que digo es una barbaridad, pues no entiendo de leyes, pero muchas veces he temblado en mi imaginación ante situaciones verdaderamente duras. Tengo entendido que antiguamente no se tenía la obligación de declarar en un juicio en contra de parientes tan cercanos como los padres, los hijos o la esposa, pero no sé si recuerdo bien.

En cualquier caso, qué importante es una buena preparación espiritual, cuando todavía es tiempo, tanto a nivel individual como del entorno de personas con las que se convive, sobretodo, el entorno familiar. Una preparación del espíritu para que, si llega una situación como las descritas, (no me atrevo a decir “Dios no lo quiera o permita”, diré mejor hágase su “voluntad”, así, entrecomillado, pues ¿quién entenderá los “planes” de Dios, acá en la tierra? Es el misterio del dolor), si llega una situación como las descritas, digo, sean nuestras reacciones acordes con la voluntad de Dios, que sabe mejor que nosotros por qué permite ciertas situaciones. Los novios católicos lo deberían de tener en cuenta y contemplar la posibilidad de condicionar la boda, ¡pero eso también es duro…! Pero no todo son rosas en el matrimonio, hay espinas, y a veces, muchas. En cualquier caso, ¿no se exigen, por narices, actos heroicos en la vida militar, en caso de guerra?

A los cristianos nos pasa lo que le pasaba a Cristo; le producía verdadera angustia el sacrificio por el que, asumiendo nuestros pecados, estaba dispuesto a pasar: «Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustiado estoy hasta que se cumpla!» (Lc 12, 50)

Creo que no hay más recetas que habituarnos a acogernos a la gracia de Dios, que no abandona a sus Criaturas en situaciones de prueba, como no abandonó a su Hijo. Y no abandonar al hermano que pasa por esa situación, ayudándole, aconsejándole y animándole en lo que fuera necesario.

La receta simplemente humana, pasa por una mentalización. Pero una mentalización sin contar con Dios, no parece recomendable.
22/12/10 6:35 PM
  
Saladino
Varias cosas:

1. Los principios han cambiado incluso para los cristianos. El Dios de la Biblia modificó sus principios, pasando de arrasar ciudades de pecadores e idólatras a perdonar y redimir pecados.

2. Luego, al margen queda (en tu escrito) la interpretación de los principios que de facto hacéis los cristianos. Tú mismo has dicho en reiteradas ocasiones que la violencia es útil en legítima defensa. Y, sin embargo, si tuvieras bien anclados los principios cristianos, tendrías que poner la mejilla y amar al que te golpeó.

3. Los creyentes no son los únicos que pueden tener "principios". Es más, los principios que tengan una persona, a la hora de la verdad, no dependen de que estén sustentados o no en Dios, sino en la integridad de la persona (esto vale como efecto de la 2ª). ¿Cómo dices? ¿un ejemplo?: Sócrates.

Podría poner algunas cosillas más, pero con esto me quedo satisfecho. :)

22/12/10 9:14 PM
  
Salmantino
Yo discrepo de Saladino. Tanto más doy vueltas a que significa "bien" y "mal" para un no creyente tanto más que convenzo de que no significan nada. Se reducen cuestiones puramente culturales que pueden mudar a conveniencia.
Como yo lo veo, sólo una referencia absoluta, Dios, puede dotar de verdadero sentido a esas palabras. Es algo similar a lo que ocurre en ciencia con las medidas experimentales. Sin una escala, carecen de significado. Y esa escala sólo puede ser Dios cuando de cuestiones morales se trata.





22/12/10 11:10 PM
  
gringo
Pues no es así.
23/12/10 12:37 AM
  
Saladino
Salmantino: Qué bonita es la teoría... pero a la hora de la verdad la moralidad que uno sustente en Dios solo está de cara la galería. La integridad no tiene nada que ver con eso.

Además, vuelvo y te repito, 2000 años de Cristianismo es mucho tiempo como para sostener lo que afirmas. Lee aunque sea a Karlheinz Deschner, aunque ni siquiera hace falta para el tema. Solo basta con saber dos o tres pinceladas de historia y observar el mundo de hoy.

"Se reducen cuestiones puramente culturales que pueden mudar a conveniencia."

Pues eso también se aplica a los cristianos, a los musulmanes, a los gordos y a los flacos. Por supuesto, también a los ateos.
23/12/10 3:11 AM
  
Pato Acevedo
@ Saladino: 1. Dios condena a los pecadores y perdona sus pecados en el AT y en el NT, porque es Dios y nuestra vida le pertenece. No cambia ni pasa a llevar ningún principio.

2. La fuerza es legítima cuando se ejerce en defensa, lo que no implica que sea siempre la mejor opción, a veces es mejor poner la otra mejilla. Lo que no implica la máxima evangélica es que dejemos que otro sufra el golpe en su mejilla, cuando mi deber es defenderlo.

3. Desde luego que los ateos también tienen principios, lo que digo es que no tienen buenas razones para mantenerlos, cuando esa decisión les enfrenta a un mal inminente.

¿Sócrates? ¿el famoso? ¿el que se declaró inocente del cargo de no creer en los dioses de la polis? ¿el que acusó a los sofistas por su relativismo moral? A ese tipo de paganos ya me referí en la entrada.
23/12/10 1:50 PM
  
Saladino
"1. Dios condena a los pecadores y perdona sus pecados en el AT y en el NT, porque es Dios y nuestra vida le pertenece. No cambia ni pasa a llevar ningún principio."

Entonces el No matarás es solamente aplicado a los terrícolas. Eso de predicar con el ejemplo imagino que no será su fuerte. No obstante, te recuerdo que en el AT Dios incita a que su pueblo masacre determinados pueblos, especificando que se vaya especialmente a por las mujeres y los niños, sin excepción. Luego sus principios tetamentarios son variables y condicionados a la circunstancia.

"3. Desde luego que los ateos también tienen principios, lo que digo es que no tienen buenas razones para mantenerlos, cuando esa decisión les enfrenta a un mal inminente.

Este es el tipo de teoría vacua y contraria a la experiencia que yo critico. Por muchas buenas razones que uno tenga para mantener principios, a la hora de la verdad se vienen abajo siendo uno creyente o no. Es más, el sustento que uno tenga para los principios es relativo y subjetivo. Yo puedo basar mi postura hacia la defensa de la vida por una promesa especial y honda que, por ejemplo, le hice cuando chico a mi abuelo, un ser al que amaba con todas mis fuerzas. Ergo, eso depende.

"La fuerza es legítima cuando se ejerce en defensa"

Dime una parábola, una enseñanza o una frase en la que Jesús afirme eso. Yo sí me acuerdo de una, pero se trata de la de Pedro cuando estaban en el monte de Getsemaní, y no dejó que lo defendiera.
23/12/10 2:59 PM
  
Pato Acevedo
@ Saladino: Entonces el No matarás es solamente aplicado a los terrícolas.

Exactamente, estamos hablando de moral y principios para humanos, porque Dios no puede violar un principio, no puede ir contra su propia naturaleza.

Por muchas buenas razones que uno tenga para mantener principios, a la hora de la verdad se vienen abajo siendo uno creyente o no.

De ahí que cada día rogamos a Dios "no nos dejes caer en tentación". Los no creyentes ni siquiera tienen esa esperanza.

Dime una parábola, una enseñanza o una frase en la que Jesús afirme eso.

"El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió.”
(Lc 10, 13-16)

Catecismo de la Iglesia Católica
2264: El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal.
2265 La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar perjuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad.
23/12/10 4:29 PM
  
k
>Exactamente, estamos hablando de moral y principios >para humanos, porque Dios no puede violar un >principio, no puede ir contra su propia naturaleza.

Entonces es bueno moralmente que Dios ordene matar o mate personalmente a mujeres y niños inocentes???

Kewois
23/12/10 6:59 PM
  
Pato Acevedo
@ k: Si Dios lo hace y Dios es absolutamente bueno, no puede ser algo malo ¿no?
23/12/10 9:31 PM
  
Saladino
¿Y qué pasa Blogger si Dios instaura entre los humanos la regla del No matarás y luego cada dos por tres les dice: -Déjenme pensar, bueno... aniquilen a todo ser viviente entre la tribu "nosecual". ¿Qué pasa si ese dios no es el verdadero? Cualquiera les dice a esa gente que hagan ademán de evolucionar hacia nuevas y menos retrógradas posturas.

"El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió.”

Como diría Axel Foley: ¿¡estás de cachondeo!? ¿Dónde está ahí la legítima defensa? Sí, en el Catecismo está clarísimo, y puedo estar de acuerdo en lo que ahí se dice, pero eso no es lo que dijo Jesús como es lógico y evidente.

Luego esa frase de Jesús yo la interpretó dirigida única y exclusivamente a sus discípulos, que fueron los que lo conocieron realmente, no a la pléyade de sucesores imperio-romanoides religiosos que se han venido sucediendo y que se han parecido tanto a Jesús como un huevo a una castaña. Pero, claro, lo de menos es que se parezcan. Aquí la cuestión es que hagamos lo que ellos dicen, y si no, estamos contra Dios. ¡Qué peligro! Es decir, que no se les puede enmendar la plana en nada a unos señores que van al baño como cualquier hijo de vecino.

He aquí la legítima defensa (¿se nota la ironía? Y recuerda que ya te cité la del huerto de Getsemaní):

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho departe de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día. Pedro, tomándolo aparte, se puso a reprenderle diciendo: Lejos de ti, Señor; de ningún modo te ocurrirá eso. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro.- ¡Apártate de mi, Satanás! Eres escándalo para mí, pues no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres.» (Mateo 16, 13-23)
24/12/10 1:40 AM
  
Pato Acevedo
@ Saladino: En ese caso, evidentemente hemos entendido mal el mandato y debemos profundizar nuestra conmprensión. Así, nos encontramos que una traducción más precisa sería "no cometerás asesinato", lo que no comprende las muertes provocadas en guerra.

Como diría Axel Foley: ¿¡estás de cachondeo!?

Un poco, porque como católico, no tengo que encontrar todo en la Biblia para que sea verdad.

Si tú interpretas que sólo los discípulos tenían autoridad, ignoras Mt 28:20 "Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

Pero, claro, lo de menos es que se parezcan. Aquí la cuestión es que hagamos lo que ellos dicen, y si no, estamos contra Dios. ¡Qué peligro!

¡Exactamente! y a pesar de eso, la Iglesia ha cumplido su misión, sin haber retractado una declaración infalible. Uno diría que es un milagro, y ya ha convertido a algunos ateos.

http://www.conversiondiary.com/2010/09/how-i-went-from-lifelong-atheism-to-orthodox-catholicism-audio.html
24/12/10 3:04 AM
  
Johan Liebhart
Esto no para!!
[enlace editado]
25/12/10 9:10 PM
  
Pato Acevedo
@ Johan Liebhart: ¿Qué tiene que ver tu enlace con el post?
26/12/10 2:22 AM
  
Saladino
Pasada la Navidad te contesto Blogger, ¿qué pensabas... que te ibas a ir de rositas? (es broma)

Ahora en serio. Son tantas las cosas que se me ocurren acerca de la potestad romana que no daría para acabar.

"Y he aquí que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

Esta frase se la dijo Jesús a sus discípulos y nuevamente puede ser interpretada a placer. Yo la interpreto con el hecho de que Dios estará con todos los hombres sin importar condición y credo hasta el fin de los tiempos (porque todos son sus hijos, lo crean o no). De forma más reducida podría decir que estará con todos los cristianos, no solo con los burócratas con ansias de "potestas" e infalibilidades. Eso nos abre una abanico extensisimo de cristiandades que van desde los calvinistas pasando por los anglicanos y luteranos hasta llegar a los anabaptistas. Cualquiera dirá que el suyo es el que dice la norma a seguir.

Por tanto, hasta ahora me ofreces interpretaciones interesadas para salvaguardar la primacía de lo católico sobre lo cristiano, y, a la misma vez, de los burócratas sobre los humildes. Es un discurso del poder que deja al individuo, al cristiano de a pie como un mero niño infantil e incosciente sin capacidad de discernir.

"la Iglesia ha cumplido su misión, sin haber retractado una declaración infalible."

Desconozco cuántas y cuáles han sido las materias infalibles, pero no me parece un milagro que no se hayan retractado de los asuntos ex-catedra puesto que cualquiera (ironía) falsea en el plano empírico asuntos que son absolutamente campo de la fe. Es decir, difícilmente se podrá demostrar su falsedad, y, además, tampoco es misión del que no lo cree, sino del que lo cree y quiere convencer a los demás. No obstante, estarás de acuerdo conmigo en que, en razones de creer, los burócratas infalibles anteriores y posteriores al s. XIX, han perseguido a personas por distintas verdades empíricas que luego pudieron ser confirmadas. ¿Corolario? No me aportan ninguna fiabilidad, pues en razones humanas han demostrado no ser más fiables que cualquiera.

Por tanto, creer infalible en lo divino a quien puede ser completamente falible e inmoral en lo humano es un ejericio de credulidad bastante fuerte. Convierte al ser humano en una marioneta.

Por otra parte, y para terminar, ¡menudo chollo para aquel que, habiendo sido burócrata de la Multinacional del Rezo, y participado en guerras y enriquecimientos, no tendrá que preocuparse de que la gente dude de él. Nuevamente ¡qué peligro! Me recuerda a los regímenes stalinianos, norcoreanos y chinos, donde el Gran Timonel vendía un paraíso, en este caso terreno, para mantener la docilidad de los individuos. Su palabra era indiscutible a pesar de que hiciera cosas contrarias a lo que afirmaba. ¿Por qué vamos a creer menos al Gran Timonel Kim Jong-il que al Papa, si en eso nos han adoctrinado desde chicos y nos dicen que tenemos que hacer lo que diga a pesar de con sus actos haga lo contrario o nos esté llevando a la ruina?

Ya digo. Defiendes un discurso del poder de unos hombres sobre otros. Es un discurso elitista, de las clases pudientes y pudendas para mantener el statu quo que más les interesa.
26/12/10 2:12 PM
  
Pato Acevedo
@ Saladino: Je, je ¡No te preocupes! he aprendido que los debates en internet terminan por faltas de ganas o tiempo, no de cosas que responder.

Si un discurso es elitista o injusto, me tiene sin cuidado, porque la verdad no tiene el deber de conformarse a mis ideales de justicia.

Efectivamente la escritura, tomada sin contexto, puede ser interpretada por cada uno como mejor se ajuste a sus preconcepciones. Estarás de acuerdo conmigo, en todo caso, que, en la duda acerca de lo que quiere decir un texto, merecerá mayor crédito la interpretación que hagan los que lo tiene por propio, por sobre la que hagan los opositores a ese texto ¿no?

Pero más importante aún, el argumento decisivo es la historia. Ante una interpretación dudosa debe prevalecer aquella que sea más cercana a la intención del autor, y cómo lo entendieron aquellos para quienes se escribió el texto.

En el caso de los evangelios, esa interpretación la hizo la Iglesia primitiva desde un inicio, y ellos entendieron que eran el nuevo Israel, el cuerpo de Cristo, y que el signo visible de su unidad era el obispo.
26/12/10 7:52 PM

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