(358) La insensatez
“Con Nietzsche llega a su culmen y a su plena conciencia la llamada via moderna, es decir el nominalismo. Lo que nos distancia del pensamiento que hace posible una demostración de la existencia de Dios —al modo de las cinco vías de Santo Tomás— es la desconfianza, la duda acerca del rendimiento de nuestras palabras” (Robert SPAEMANN, El rumor inmortal, II).
La via moderna nos trae al Leviatán.
Dar razones universales, la esencia del asunto y no los detalles accidentales, por muy emotivos que sean.
No hechizar el lenguaje. No querer que los términos cambien la realidad. No concederle, en esto, eficacia al mal.
Huir de lazarillos de monstruos y amigos de Leviatanes.
Acoger al hermano fuego para que devore la casa. Colmo del buenismo “piadoso” de Occidente.
Enterrar la cabeza, con los párpados entre las raíces. A esto llaman fidelidad.
El rebañismo que mata el rebaño de Cristo, peor que un lobo.
Paráfrasis. Siempre hay un motivo sectario para negar que dos por cuatro sean 8. Y es que la autoridad no sepa las tablas de multiplicar.
Insensatez: tatuarse la marca del Leviatán, y luego pretender que Dios no la vea en el semblante, para eludir el Juicio.
El placebo “todo va bien” no funciona con el sentido sobrenatural de la fe.