17.09.07

Roma aclara las dudas sobre la alimentación e hidratación artificiales.

Una de las cosas buenas que tiene la Iglesia Católica, y que la diferencia de otras confesiones cristianas, es que su magisterio puede y debe aclarar cualquier duda sobre cuestiones que afectan a la moral e incluso la dignidad de la vida humana. Por eso es de agradecer que se publique el texto que voy a copiar. Obviamente no estamos ante una declaración de carácter dogmático pero es deber de todo católico, y tanto más si es sacerdote, religioso o teólogo, asentir a lo que Roma ha determinado sobre esta cuestión tan polémica y actual.

Respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a preguntas de la Conferencia Episcopal Estadounidense sobre la alimentación e hidratación artificiales

Primera pregunta:
¿Es moramente obligatorio suministrar alimento y agua (por vías naturales o artificiales) al paciente en «estado vegetativo», a menos que estos alimentos no puedan ser asimilados por el cuerpo del paciente o no se le puedan suministrar sin causar una notable molestia física?

Respuesta:
. Suministrar alimento y agua, incluso por vía artificial, es, en principio, un medio ordinario y proporcionado para la conservación de la vida. Por lo tanto es obligatorio en la medida y mientras se demuestre que cumple su propia finalidad, que consiste en procurar la hidratación y la nutrición del paciente. De ese modo se evita el sufrimiento y la muerte deivados de la inanición y la deshidratación.

Segunda pregunta:
¿Si la nutrición y la hidratación se suministran por vías artificiales a un paciente en "estado vegetativo permanente", pueden ser interrumpidos cuando los médicos competentes juzgan con certeza moral que el paciente jamás recuperará la consciencia?

Respuesta:
No. Un paciente en "estado vegetativo permanente" es una persona, con su dignidad humana fundamental, por lo cual se le deben los cuidados ordinarios y proporcionados que incluyen, en principio, la suministración de agua y alimentos, incluso por vías artificiales.

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16.09.07

La añoranza inexistente como excusa de los totalitaristas

En favor de la ingeniería social de la actual legislatura zapateril y en contra de los que en mayor o menor medida nos oponemos a la misma, uno de los argumentos repetidos hasta la sociedad por los "pensadores" de la izquierda y el laicismo fundamentalista es el de apelar a los treinta y muchos años de régimen franquista, y el papel que la Iglesia desempeñó en el mismo. Dicen los insignes popes del articulismo y la tertulia progresista que los obispos, o más concretamente un sector de los mismos, añoran un pasado en el que la Iglesia era la que formaba las conciencias ejerciendo, según ellos, un dominio tiránico sobre las mismas. Y claro, el laicismo integrista es la vacuna contra ese deseo enfermizo.

Bien, partamos de un hecho. No hay tal añoranza. El no desear el mal para nuestra sociedad no implica desear volver al pasado sino, por el contrario, buscar un futuro mejor para todos. No hay obispo alguno que quiera resucitar a Franco y su régimen, que quiera reinstaurar la obligatoriedad de la educación en los valores del Movimiento, entre los cuales estaba, no vamos a negarlo, la fe y la moral católicas. Incluso aunque crean, como de hecho deben creer, que el catolicismo genuino es garantía de prosperidad social y moral para España, su actuación se limita a dejar oir su voz a los fieles, y a los que no lo son, sobre aquellos temas que consideran que afectan gravemente a la salud de la sociedad española. Sociedad, por cierto, que tanto si les gusta como si no a los científicos de salón del pensamiento progre, está hoy infinitamente más enferma y deteriorada de lo que estaba cuando entramos en la Transición. Constatar este dato, señores afectos a la cosmogonía de la escuadra y el mandil, no implica el deseo de volver atrás sino, simple y llanamente, ser fieles a la verdad y apuntar a la necesidad de proponer soluciones que vayan a la raíz del empobrecimiento de la calidad moral de la sociedad española de principios del siglo XXI.

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15.09.07

Desenmascarando a la quintacolumna

En plena campaña a favor de los derechos de los padres y en contra de la obligatoriedad de la asignatura Educación para la Ciudadanía, se están dando una serie de movimientos que empiezan a ser ciertamente sospechosos. Una de las estrategias típicas en cualquier confrontación es el "divide y vencerás". Es obvio que el papel de la Iglesia en relación a la EpC debería ser solo tangencial, debido a que a quien atañe más la cuestión es a los padres independientemente de su adscripción religiosa, el hecho de que la mayoría de la escuela concertada de este país sea confesionalmente católica convierte a dichos colegios en una pieza clave para el triunfo de las tesis contrarias a la existencia de dicha asignatura. Y no estamos hablando de cualquier triunfo, no. Lo que acá nos jugamos es la formación en valores de nuestros hijos, el papel que el Estado va a jugar en dicha formación y el límite a nuestro pleno derecho a educarles y que se les eduque en la escuela conforme a nuestras creencias, nuestra ética y nuestra moral. Pues bien, si en algo tan fundamental, la imagen que está dando la Iglesia es de falta de unión, ¿qué se puede esperar de ella? ¿a dónde nos va a conducir este enfrentamiento, da igual que sea soterrado o abierto, entre los que quieren oponerse frontalmente al enemigo y los que quieren pactar con él las cláusulas de rendición?

El argumento de quienes se conforman con adaptar la EpC al ideario de los centros católicos es absolutamente débil por diversas razones. La mera existencia de la asignatura, tal y como está planteada, es la puerta abierta al control absoluto del Estado de la educación de nuestros hijos. Aparte de que insignes socialistas ya han dicho que eso de la adaptación al ideario del centro no puede desvirtuar la asignatura, es obvio que esta supuesta condescendencia hacia los centros católicos no es sino el caramelo envenenado por el cual debemos aceptar que exista la EpC. Y luego ya se encargarán ellos de que sea lo que siempre han querido que sea. Es el lobo asomando su patita blanca (adaptación al ideario) queriendo entrar dentro de nuestros colegios. Y cuando le dejemos entrar, el lobo se mostrará cual es. Una vez dentro, ya no habrá forma de pararle.

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14.09.07

Ese monoteísmo tan peligroso

Don Miguel Ángel Moratinos, ínclito y nunca bien ponderado ministro de Asuntos Exteriores, inauguró ayer la exposición "Dios(es). Modos de empleo", que estará presente hasta el próximo seis de enero en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. El ministro relacionó la exposición con esa iniciativa irano-turco-zapateril -el Gran Arquiteco los cría y ellos se juntan- conocida como "Alianza de civilizaciones". Y claro, ¿qué mejor cosa para contribuir a esa alianza que ofrecer a los visitantes, y en especial a los escolares, una guía "pedagógica" que nos explica las lindezas de las religiones monoteístas?

En dicho material pedagógico nos encontramos con material como el siguiente:

¿La diferencia entre los monoteísmos (religiones con un único dios) y los politeísmos (religiones con
múltiples dioses) es únicamente de tipo aritmético?

No, ni muchísimo menos. Los monoteísmos defienden una verdad absoluta, contenida en Sagradas Escrituras reveladas a los hombres por el propio Dios, y que les imponen una moral rigurosa. Los politeísmos no tienen esa pretensión: sus dioses se comportan igual que los seres humanos y, por ende, son tolerantes e incluyentes. Esto explica que los griegos primero, y los romanos después, estuvieran dispuestos a aceptar en su panteón al dios de los judíos y no comprendieran por qué los judíos no aceptaban a los suyos en el Templo de Jerusalén, actitud que tildaban de "superstición".
Por eso, sólo los monoteísmos, como veremos más adelante ("Conflictos y convivencia"), han provocado guerras religiosas. No se han desatado conflictos religiosos que implicaran a una religión politeísta salvo en contadas excepciones (los enfrentamientos entre hinduistas y musulmanes en India, por ejemplo).

O sea, qué malas y provocadoras de conflictos son las religiones monoteístas y qué poco problemáticas y cuán pacifistas son las politeístas. Pero veamos más:

¿Se puede hablar de "religiones laicas"?

Es cierto que las ideologías totalitarias del siglo XX -el comunismo en sus diversas versiones de Estado, el fascismo o el nazismo- presentan todos los rasgos de los sistemas religiosos cerrados y coherentes: un jefe sacralizado, adorado y considerado infalible (Stalin, Mao, Kim Il Sung, Mussolini, Hitler), una Iglesia jerárquica, un dogma recogido en textos sagrados (la Clase, la Raza, la Nación, el Partido), una Inquisición, mártires… Pero lo que les falta es precisamente lo que constituye la esencia de las religiones: una concepción trascendente del más allá.

Aparte de que no sé -bueno, sí lo sé- porqué no incluyen a Fidel Castro en la lista, es obvio que se quiere establecer una relación muy clara entre las peores dictaduras y la Iglesia Católica.

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13.09.07

¡Uy!.... una excomunión.

La noticia acaba de saltar a la prensa: La «Comunidad de la Señora de todos los Pueblos», más conocida como el «Ejército de María» ha sido excomulgada por haber realizado ordenaciones prohibidas de diáconos y sacerdotes, según ha anunciado la Conferencia Episcopal de Canadá, país en el que fue fundada.

Confieso que es la primera vez que oigo hablar de esa gente. Pero una vez que he sabido de su existencia, he comprobado que es muy fácil encontrarles en Internet, así como recabar toda la información sobre el proceso que se ha seguido hasta la decisión final. El texto oficial -en inglés- de la declaración de excomunión se encuentra en el siguiente link. No admite lugar a dudas. Quedan excomulgados los "dirigentes" de la secta así como, y esto es muy importante, todos aquellos fieles católicos que participen en sus actividades. Parece ser que la gota que ha colmado el vaso ha sido la fraudulenta ordenación de sacerdotes y diáconos por parte del sacerdote Jean-Pierre Mastropietro, perteneciente al grupo. No hace falta decir que no siendo obispo ese tal Jean-Pierre, la ordenación tiene la misma validez que la que pueda realizar este servidor, pero a lo que se ve tal acción ha animado a la iglesia canadiense y a Roma a declarar la excomunión de la secta entera.

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