Reflexiones en torno a dos significados del término «mundo».
Reflexiones en torno a dos[1] significados del término «mundo».
El r. Guillermo Juan Morado publicó el viernes 3 de octubre de 2008 un magnífico artículo titulado La paz, la oración y la estima del mundo.
Una bella frase de su artículo me llamó poderosamente la atención: “Los cristianos no podemos tener una mirada permanentemente negativa, que en todo lo humano o lo terreno vea corrupción y maldad.”
Ya había oído y leído muchas veces antes esa frase o alguna similar. Pero esta vez sentí la necesidad de ahondar en su significado. A continuación presento el resultado de esa meditación por si pudiera resultar de alguna utilidad a alguien. Si por el contrario no resultara de ninguna utilidad, no hace falta que nadie se sulfure. Con ignorarla, basta[2].
Esta frase SÓLO puede ser cierta si nos referimos al mundo que Dios ha creado (Gn.1:1-31, 2:1-25) y que Cristo ha venido a redimir a causa tanto del Pecado Original[3] (Gn.3:1-14) como a causa de todos y cada uno de los pecados de todos y sólo de los hombres[4] (Rm.3:22b-23a), a excepción de la Madre de Dios, la Santísima Virgen María[5]:
Así, el mandato del Génesis reza:
“Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»” (Gn. 1:28)
Ese mismo mandato es descrito desde una perspectiva ontológica por San Pablo:
“En resumen, todo lo que ustedes hagan, sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.” (1Co.10:31)
Porque:
“Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.” (1Co.3:22b-23)[6]
A causa de este mandato, algunos calvinistas hablan del “Mandate 28 ™”. Como Dios es el Soberano Creador del mundo al que sostiene constantemente en Su Ser (Jn.5:17), se Le puede servir a través de Su Creación.
Sin embargo, esta frase JAMÁS podrá ser cierta si nos referimos a ese mundo perverso (Gal.1:4, “de præsenti sæculo nequam”; Mt.12:39, “Generatio mala et adultera”; Fil.2:15, “generationis pravae et perversae”), por el cual Cristo no reza (Jn.17,7: “Ego pro eis rogo, non pro mundo rogo”) porque está en malos del Maligno (Mt.4:8-9; 1Jn.5:19: “mundus totus in Maligno positus est”)[7], que es su Príncipe (Jn.12:31, “Princeps huius mundi”; Hch.26:18, “de potestate Satanae”) y su dios (2Cor.4:4, “deus huius sæculi”), y al cual no sólo nunca debemos acomodarnos (Rm.12:2, “nolite conformari huic sæculo”) sino que debemos apartarnos (Jn.15:19; Jn.18:36; 2Co.6:17) y luchar contra él (Ef.6:12, “est nobis colluctatio… adversus mundi rectores tenebrarum harum”).
Fue precisamente con ese mundo con el que Satanás tentó a Jesucristo…
“El Demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito (Dt.6:10): “Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto"». (Mt.4:8-10)[8]
… para convertirlo así en su vasallo:
Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! (Mt.10:25)
Por eso San Pablo nos recuerda que:
“nuestra lucha [es]… contra los Soberanos de este mundo de tinieblas” (Ef.6:12b)
Y Jesucristo nos explica que:
“Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia.” (Jn.15:18-19)
Por eso Jesucristo nos dice:
“Mi [Regnum] no es de este mundo. Si mi [Regnum] fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi [Regnum] no es de aquí.” (Jn.18:36[Ioh.18:36])
Porque:
“es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.” (Jn.14:31)
Y nos instruye:
“No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, codicia de los ojos y ostentación de riqueza. Todo esto no viene del Padre, sino del mundo;” (1Jn.2:15-16)
Y nos advierte:
“Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.” (Lc.16:15)
Y nos vuelve a advertir:
“Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. (Mt.6:1)
Por si todo esto no fuera suficiente, San Pablo nos recuerda en los términos más serios que hemos de apartarnos del mundo (Rm.12:2, “nolite conformari huic sæculo”):
“No tengan relaciones indebidas con los que no creen. Porque, ¿qué tienen en común la justicia con la iniquidad, o la luz con las tinieblas? ¿Qué entendimiento puede haber entre Cristo y Belial?, ¿o qué unión entre el creyente y el que no cree? ¿Qué acuerdo entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente, como lo dijo el mismo Dios: Yo habitaré y caminaré en medio de ellos; seré su Dios y ellos serán mi Pueblo (cfr. Lev.26:12; Ez.37:27; Jer.32:38). Por eso, salgan de en medio de esa gente y pónganse aparte, dice el Señor. No toquen nada impuro, y yo los recibiré (cfr. Is.52:11; Jer.51:14). Y seré para ustedes un Padre, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso (2Sam.7:14; Is.43:6; Jer.31:9).” (2Cor.6:14-18)
Y así…
“…así serán irreprochables y puros, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación extraviada y pervertida, dentro de la cual ustedes brillan como haces de luz en el mundo” (Fil.2:15)
Sin embargo, los términos usados por San Pablo palidecen al lado de los usados por Jesucristo:
“No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.” (Mt.7:6)
Por lo tanto, queda claro que los cristianos, como discípulos de Cristo que somos, no sólo no debemos acomodarnos (Rm.12:2) y tenemos que apartarnos (Jn.15:19; Jn.18:36; 2Co.6:17) de ese mundo perverso (Gal.1:4; Mt.12:39; Fil.2:15) por el cual el mismo Cristo no reza (Jn.17,7) porque está en malos del Maligno (Mt.4:8-9; 1Jn.5:19), que es su Príncipe (Jn.12:31; Hch.26:18) y su dios (2Cor.4:4), sino que -además- tenemos que luchar contra ambos (Ef.6:12).
Pero, sin embargo, tenemos una obligación con el mundo que Dios ha creado (Gn.1:1-31, 2:1-25) y que Cristo ha venido a redimir a causa tanto del Pecado Original (Gn.3:1-14) como a causa de todos y cada uno de los pecados de todos y sólo de los hombres (Rm.3:22b-23a), a excepción de la Santísima Virgen María.
El mismo Jesucristo nos dice cuál es esa obligación:
“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.” (Mc.16:15b-16)
Y nos recalca:
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” (Mt. 28: 18b-20)
Diciéndonos, tal y como también le dijo a San Pablo:
“Te libraré de los judíos y de las naciones paganas. A ellas te envío para que les abras los ojos, y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del imperio de Satanás al verdadero Dios, y por la fe en mí, obtengan el perdón de los pecados y su parte en la herencia de los santos». (Hch.26:17-18)
Para que así se cumpla:
“lo anunciado por el profeta Isaías (Is.42:1): ‘Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre’". (Mt.12:17b-21)
Porque:
“comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.” (Lc.24:47)
Así pues, desde el punto de vista de las palabras de Cristo en el Nuevo Testamento, el servicio a Dios a través de su creación sólo es un instrumento secundario subordinado al objetivo primario del anuncio de la Buena Nueva a todos los hombres de buena voluntad que acepten no sólo apartarse (Jn.15:19; Jn.18:36; 2Co.6:17) y no acomodarse (Rm.12:2) al mundo perverso (Gal.1:4; Mt.12:39; Fil.2:15) por el cual el mismo Cristo no reza (Jn.17,7) porque está en malos del Maligno (Mt.4:8-9; 1Jn.5:19), que es su Príncipe (Jn.12:31; Hch.26:18) y su dios (2Cor.4:4), sino que, además, acepten luchar contra ambos (Ef.6:12)[9].
Ahora bien, por otra parte, hablando de hijos, después de tanto hablar de los demás no podemos olvidarnos de nosotros mismos y de que Dios es nuestro Padre, que nosotros somos sus hijos y que, si no nos hacemos como niños…, todo habrá sido en vano:
“Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.” (Mt.18:3)
Y, entonces:
“¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?” (Mc.8:36)
Por eso nos dice el Eclesiastés:
“vanitas vanitatum et omnia vanitas” (Ecl.1:2b)
Como nos dice el r. Iraburu:
“… la humanidad [es]… un pueblo inmenso de pecadores, dignos de condenación eterna: «todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios» (Rm.3:23). Todos necesitan la salvación de Cristo, una salvación obtenida por gracia. Ninguno sin ésta es digno de salvación, es decir, ninguno puede salvarse a sí mismo”[10]
Porque, como nos dice Benedicto XVI:
“somos un don y no el resultado de una autogeneración”[11].
Y como nos sigue diciendo el r. Iraburu:
“El hombre solamente logra su salvación amando al Señor con todo el corazón y obedeciendo sus mandatos. Y así como el amor al Señor ha de ser total, con todas las fuerzas del alma, sobre todas las cosas, sin límites, así ha de ser la obediencia a Él, total y sin límites. Llegado el caso, el cristiano ha de ser «obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Flp 2,8). Jesús entiende de este modo su propia muerte, y quiere que se contemple su Cruz como la epifanía simultánea de un amor y de una obediencia al Padre que no tienen límites: «conviene que el mundo conozca que yo amo al Padre, y que, según el mandato que me ha dado el Padre, así hago. Levantáos, vámonos de aquí» (Jn 14,31). Y del Cenáculo van a Getsemaní y a la Cruz.
«Los que aman a Dios» y «los que guardan sus mandatos» son los mismos, ya que no es posible amar al Señor sin obedecerle. Notemos, por otra parte, que nuestro Señor Jesucristo afirma su majestad divina al aplicarse a sí mismo esa fórmula tradicional sagrada. Así dice en la última Cena: «si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (Jn 14,15), y «si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor» (15,10)…
«vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando» (Jn 15,14). Si unos cristianos se resisten a hacer lo que Cristo manda, ¿a dónde irán entonces, si ni siquiera pueden unirse a Cristo en la Eucaristía? «Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros» (Jn 6,53). ¿O es que piensan que el hombre puede salvarse a sí mismo, separado de Cristo? El hombre se salva haciéndose amigo de Cristo y cumpliendo con su gracia sus mandatos. Él es el único Salvador de los hombres…”[12]
Por otra parte, un aspecto relacionado con estos dos significados del término “mundo” es el uso de los términos “diálogo” y “anuncio” en relación a la Buena Nueva.
Según el Diccionario de la RAE, el “diálogo” es una simple:
“Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.”[13]
Mientras que, por otra parte, “Anunciar” consiste en:
“Dar noticia o aviso de algo; publicar, proclamar, hacer saber.”
Por eso Jesucristo:
“Él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.” (Jn.13:1b)
Nos ordena:
“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Mc.16:15)
Nos vuelve a ordenar:
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes” (Mt.28:19a)[14]
Y nos advierte:
“El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará."(Mc.16:16)
Es, precisamente, a causa de esa terrible advertencia[15] por lo que Cristo, que tanto nos ama a todos, no nos puede decir: “Vayan por todo el mundo y ‘dialoguen’ acerca de la Buena Nueva con toda la creación…”, o “Id, pues, y ‘dialogad’ con las gentes…”
Por eso nos dice el r. Iraburu:
“Lo recuerdo de nuevo: «el justo vive de la fe, la fe es por la predicación [præ-dicare, decir con fuerza], y la predicación es por la palabra de Cristo» (Rm 1,17; 10,17). La vida cristiana nace de la fe, y la fe es suscitada y acrecentada por la predicación; pero no por cualquier predicación, sino por aquella que mantiene viva la misma palabra de Cristo.”[16]
Cualquiera que haya tenido o tenga hijos a su cargo seguro que conoce muy bien cuál es la diferencia entre “platicar” con ellos o “avisarles” de algo. Es, precisamente, a causa de esa terrible sentencia por lo que San Pablo se pregunta ¿Pero qué acuerdo puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? (2Co.6:16a) y nos recuerda nuestro deber:
“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.” (Ef.6:10-16)
Así pues, “los cristianos no podemos tener una mirada permanentemente negativa…” que sólo vea corrupción y maldad en el “mundo que Dios ha creado (Gn.1:1-31, 2:1-25) y que Cristo ha venido a redimir a causa tanto del Pecado Original (Gn.3:1-14) como a causa de todos y cada uno de los pecados de todos y sólo de los hombres (Rm.3:22b-23a), a excepción de la Santísima Virgen María“.
Muy al contrario, debemos tener una mirada permanentemente positiva que consista en anunciar “la Buena Nueva a toda la creación” (cfr. Mc.16:15), en hacer “discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo“, en enseñarles a guardar todo lo que Cristo nos ha mandado, y en recordarles una y otra vez que Él estará con nosotros “todos los días hasta el fin del mundo” (cfr. Mt.28:18b-20)[17].
Y, para realizar esta tarea principal, podemos utilizar como instrumento subordinado, bueno y querido por Dios, el servicio a través de Su creación. Pero siempre sometido al instrumento primario de toda predicación, que será, evidentemente, la conversión humilde y constante de nuestro corazón -voluntad, memoria y entendimiento- a Dios[18] para cumplir Su Voluntad anunciando la Buena Nueva. Esa conversión deberá ir acompañada por una humilde e intensa vida de oración y sacrificio, una asistencia frecuente al Sacrificio de la Eucaristía y una práctica también frecuente de los Sacramentos[19]. Si esa vida de Fe está enraizada en Cristo, producirá, necesariamente, frutos buenos de predicación y de salvación.
Porque:
“de la abundancia del corazón habla la boca"(Lc.6:45)
Como Benedicto XVI nos dice en su encíclica Caritas in Veritate:
“Sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este mundo se queda sin aliento… Este desarrollo exige, además, una visión trascendente de la persona, necesita a Dios: sin Él, o se niega el desarrollo, o se le deja únicamente en manos del hombre, que cede a la presunción de la auto-salvación y termina por promover un desarrollo deshumanizado… Por tanto, la vocación cristiana a dicho desarrollo abarca tanto el plano natural como el sobrenatural; éste es el motivo por el que, «cuando Dios queda eclipsado, nuestra capacidad de reconocer el orden natural, la finalidad y el ‘bien’, empieza a disiparse».”[20]
Por eso las palabras de Jesucristo a Marta de Betania resultan del todo esclarecedoras:
“Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que muy estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude». Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada» (Lc.10:38-42)[21].
Por si todavía nos hubiéramos quedado con alguna duda acerca de cuál debe ser nuestra relación con el mundo, Jesucristo nos explica sus palabras a Marta:
“No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá! Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?». Son los paganos los que van detrás de estas cosas.
El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.” (Mt.6:19-34)
Finalmente, monseñor Juan Straubinger, en su Introducción al Nuevo Testamento[22], concluye:
“Es que, como ha dicho Pío XII, Dios no es una verdad que haya de encerrarse en el templo, sino la verdad que debe iluminarnos y servirnos de guía en todas las circunstancias de la vida. No ciertamente para ponerlo al servicio de lo material y terreno, como si Cristo fuese un pensador a la manera de los otros, venido para ocuparse de cosas temporales o dar normas de prosperidad mundana, sino, precisamente al revés, para no perder de vista lo sobrenatural en medio de “este siglo malo” (Gál., 1, 4); lo cual no le impide por cierto al Padre dar por añadidura cuantas prosperidades nos convengan, sea en el orden individual o en el colectivo, a los que antes que eso busquen vida eterna.”
Así, como dice Benedicto XVI:
“El anhelo del cristiano es que toda la familia humana pueda invocar a Dios como «Padre nuestro». Que junto al Hijo unigénito, todos los hombres puedan aprender a rezar al Padre y a suplicarle con las palabras que el mismo Jesús nos ha enseñado…”[23]
Y por eso, imploramos junto a Benedicto XVI que:
“Que la Virgen María, proclamada por Pablo VI Mater Ecclesiæ y honrada por el pueblo cristiano como Speculum Iustitiæ y Regina Pacis, nos proteja y nos obtenga por su intercesión celestial la fuerza, la esperanza y la alegría necesaria para continuar generosamente la tarea…”[24]
Éste es el Magisterio, vivo e inmutable, que la Iglesia de Cristo, Una, Santa, Católica y Apostólica, enseñó ayer, enseña hoy y enseñará mañana y siempre[25].
ADVENIAT REGNVM TVVM.
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NOTAS:
[1]
Según la vigesimosegunda edición (2001) del Diccionario de la Lengua española de la Real Academia de la Lengua española, actualmente en vigor, los dos significados del término “mundo” a los que me refiero son:
Por una parte, la acepción décima: “en sentido ascético y moral, uno de los enemigos del alma, según la doctrina cristiana”.
Por otra parte, las acepciones primera, segunda, cuarta, quinta (que incluye a la sexta), séptima y octava: el “conjunto de las cosas creadas” que incluye el “planeta que habitamos”, la “totalidad de los hombres, género humano”, la “sociedad humana”, que incluye a esa “parte de la sociedad humana, caracterizada por alguna cualidad o circunstancia común a todos sus individuos. El mundo pagano, cristiano, sabio”, la “experiencia de la vida y del trato social”, y el “ambiente en el que vive o trabaja una persona”.
La acepción tercera, “esfera con que se representa el globo terráqueo”, hace referencia a la imagen que encabeza el artículo; lógicamente, excepto a modo de reclamo visual, esa imagen no está directamente relacionada ni con el resto de acepciones, ni con los conceptos desgranados a lo largo del texto.
Finalmente, la acepción décima, “vida secular, en contraposición a la monástica. Dejar el mundo”, es irrelevante en este caso porque los dos sentidos del término “mundo” a los que me refiero son aplicables tanto a la vida “secular” como a la “monástica”.
[2]
Caveat lector:
a)
De la misma manera que nuestra percepción del mundo modela nuestra forma de leer e interpretar la Biblia, nuestra forma de leer e interpretar la Biblia modela nuestra percepción del mundo. Por este doble motivo es tan importante que la lectura e interpretación que hagamos de las Sagradas Escrituras sea la correcta. La querida y deseada por Dios. Precisamente por eso es tan importante que para la lectura e interpretación de la Biblia nos atengamos a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia.
Como dice el r. Iraburu:
“la reforma de la Iglesia requiere principalmente una ‘meta-noia’, un cambio de mente, un paso de la ignorancia, del error, de la herejía, a la luz de la verdad de Cristo. Aquellas verdades de la fe que hoy sean ignoradas o negadas, han de ser reafirmadas cuanto antes. De otro modo seguirá creciendo la apostasía.”
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (16) El demonio -I
Aunque me doy perfecta cuenta del peligro que supone derivar conclusiones ontológicas a partir de unas cuantas citas espigadas del Nuevo Testamento, creo que tanto su abundancia como la claridad de sus significados permiten abrigar una certeza razonable en que tanto el uso como la interpretación que hago de ellas es acorde con el Magisterio de la Iglesia y, por tanto, con la realidad descrita por las Escrituras. De todas formas, y de acuerdo con lo ya dicho antes, si en algo contradigo el Magisterio de la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica, considérense aquellas partes que lo contradigan como erróneas y automáticamente retractadas. En ese caso, tan pronto como me sea posible, corregiré esos errores.
b)
La forma de citar los textos del blog del r. Iraburu en Infocatólica, Reforma o apostasía, es de mi estricta y exclusiva responsabilidad. No hay que olvidar que esos textos pertenecen a unos artículos dentro de los cuales fueron redactados. El r. Iraburu NO es responsable de la interpretación que yo les he dado al insertarlos dentro de otro texto, fuera de su contexto original.
c)
Por otra parte, sería injusto si esta reflexión pretendiera ser una respuesta crítica a una sola frase extraída de su contexto original. Nada más lejos de mi intención. Por eso no lo es. Sólo he tomado esa frase como punto de partida para desarrolar la argumentación que sigue a continuación.
d)
Por si acaso, quizá no esté aquí del todo de más repetir la advertencia que hace Romano Amerio al inicio de su Iota Unum:
“No existe una diversidad de claves (como se dice hoy) con las que pueda leerse este [artículo]. El sentido que se le debe atribuir es el sentido que posee tomado unívocamente en su inmediato significado literal y filológico. Por tanto, no existen en él intenciones, expectativas u opiniones distintas de las que el autor ha introducido… La intención del autor del [artículo] en nada difiere de la intención de su [artículo], salvo en aquellos lugares donde, como puede suceder, pudiese haber escrito mal: es decir, dicho lo que no quería decir.”
cfr. Romano Amerio: Iota Unum, “Advertencia al lector.”
e)
Finalmente, no hace falta recordar que acepto todo tipo de rectificaciones, puntualizaciones, precisiones y sugerencias constructivas para mejorar el texto. No se trata de un prurito personal. Se trata de respeto, reverencia, amor y temor -temor, sí- a la Palabra de Dios. Por lo mucho que nos da. Por lo mucho que nos pide, que es nada en comparación.
[3]
“La sabiduría de la Iglesia ha invitado siempre a no olvidar la realidad del pecado original, ni siquiera en la interpretación de los fenómenos sociales y en la construcción de la sociedad: «Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres».”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate ("El amor lleno de verdad"), punto §34.
[4]
Género “homo”, formado por “vir” y “mulier”:
“Y Dios creó al hombre (homo) a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón (vir/masculum) y mujer (mulier/femina).” (Gn.1:27)
[5]
a)
cfr. “Mater intemerata”, en la Letanía Lauretana.
http://es.wikipedia.org/wiki/Letanías_lauretanas#Letan.C3.ADas_lauretanas_en_la_Iglesia_cat.C3.B3lica
b)
Más información sobre “La Llena de Gracia” en Catholic Answers.
c)
i) Como curiosidad, quizá no esté del todo de más recordar aquí lo que hasta el propio Martín Lutero afirmaba acerca de la Inmaculada Concepción cuando todavía no era Dogma de Fe:
“Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado.”
cfr. Sermón “Sobre el día de la Concepción de la Madre de Dios”, 1527.
ii) Sin embargo, NO hay que olvidar la descripción de Martín Lutero hecha el 27 de octubre de 2008 por el r. José María Iraburu Larreta en su artículo en Info Católica, Lutero, gran hereje.
[6]
“Todo esto es del hombre, porque el hombre es sujeto de su existencia; y a la vez es de Dios, porque Dios es el principio y el fin de todo lo que tiene valor y nos redime: «el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios» (1 Co 3,22-23).”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §79.
[7]
cfr. Romano Amerio: Iota Unum, puntos §2, y §4.
A este respecto, la narración evangélica es diáfana:
“Iterum assumit eum Diabolus in montem excelsum valde et ostendit ei omnia regna mundi et gloriam eorum et dicit illi: ‘Haec tibi omnia dabo, si cadens adoraveris me’.” (Mt.4:8-9)
El testimonio de Satanás acerca del control que ejerce sobre el mundo es confirmado por Cristo en muchos pasajes (cfr. 1Jn.5:19; Jn.12:31; Hch.26:18, entre otros).
Y el r. Iraburu explica:
“Satanás, príncipe de un reino tenebroso, formado por muchos ángeles malos (Mt 24,41; Lc 11,18) y por muchos hombres pecadores (Ef 2,2), tiene un poder inmenso: «el mundo entero está puesto bajo el Maligno» (1 Jn 5,19). Efectivamente, el «Príncipe de los demonios» (Mt 9,34) es el «Príncipe de este mundo» (Jn 12,31), más aún, el «dios de este mundo» (2 Cor 4,4), y forma un reino contrapuesto al reino de Dios (Mt 12,26; Hch 26,18). Los pecadores son sus súbditos, pues «quien comete pecado ése es del Diablo» (1Jn 3,8; cf. Rm 6,16; 2 Pe 2,19).”
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (16) El demonio -I
” De los tres enemigos del hombre, demonio, mundo y carne (cf. Mt 13,18-23; Ef 2,1-3), el más peligroso es sin duda el demonio, con ser tan peligrosos los otros dos. «Sus tentaciones y astucias, dice San Juan de la Cruz, son más fuertes y duras de vencer y más dificultosas de entender que las del mundo y carne» (Cautelas 3,9). Los tres actúan atacan al hombre aliados, pero cuando el cristiano ha vencido ya en buena parte mundo y carne, el demonio se ve obligado a atacar directamente.
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (17) El demonio -II
[8]
En relación con este pasaje, el r. Iraburu explica:
“Satanás en el desierto le muestra a Jesús con arrogancia «todos los reinos y la gloria de ellos», y le tienta sin rodeos: «todo esto te daré si postrándote me adoras». Satanás, en efecto, puede «dar el mundo» a quien ‘por soberbia y pecado, mentira, lujuria y riqueza’ le adore: lo vemos cada día. Tres asaltos hace contra Jesús, y en los tres intenta llevar a Cristo a un mesianismo temporal, ofreciéndole una liberación de la humanidad «sin efusión de sangre» (Heb 9,22). Y esa misma tentación habrán de sufrir después, a través de los siglos, sus discípulos. Por eso Cristo quiso revelar en su evangelio las tentaciones del diablo que Él mismo sufrió realmente, para librarnos a nosotros de ellas. En el desierto, desde el principio, quedó claro que el Príncipe de este mundo no tiene ningún poder sobre él (Jn 14,30), porque en él no hay pecado (8,46). Es Jesús quien impera sobre el diablo con poder irresistible: «apártate, Satanás». Lo echa fuera como a un perro.
Tras el combate en el desierto, «agotada toda tentación, el Diablo se retiró de él temporalmente» (Lc 4,13). Solo por un tiempo. Vuelve a atacar con todas sus infernales fuerzas a Jesús cuando éste se aproxima al final de su ministerio. En la Cena, «Satanás entró en Judas» (22,3; Jn 13,27). Y el Señor es consciente de su acción: «viene el Príncipe de este mundo, que en mí no tiene poder alguno» (14,30). Por eso en Getsemaní dice: «ésta es vuestra hora, cuando mandan las tinieblas» (Lc 22,53). La victoria de la cruz está próxima: «ahora es el juicio del mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Jn 12,31-32; cf. 16,11).”
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (16) El demonio -I
“El Demonio sabe tentar con mucha sutileza, como se vio en el jardín del Edén, presentando el lado aparentemente bueno de lo malo, o incluso citando textos bíblicos, como hizo en el desierto contra Cristo. El cristiano debe resistir con «la armadura de Dios» que describe el Apóstol (Ef 6,11-18), y muy especialmente con la Palabra divina, la oración y el ayuno, que fueron las armas con que Cristo resistió y venció en las tentaciones del desierto. Pero debe resistir sobre todo apoyándose en Jesucristo y sus legiones de ángeles (Mt 26,53).”
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (17) El demonio -II
[9]
Por eso el cardenal Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, dicasterio vaticano que trabaja por la promoción humana y cristiana a través de la caridad y el apoyo a los necesitados, afirmó en la presentación en Roma el 7 de julio de 2009 de la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, que:
“la doctrina social de la Iglesia es un elemento de evangelización: ‘Es decir, el anuncio de Cristo muerto y resucitado que la Iglesia proclama a través de los siglos’… Por ello aseguró que la encíclica no puede leerse fuera del contexto del Evangelio… El cardenal Cordes señaló también que la Revelación debe ser un elemento clave en el tema social: ‘Los principios de la doctrina social no se han quedado meramente en lo filosófico sino que tienen su origen en Cristo y en su Palabra’… el hombre no puede ser visto en un horizonte sólo terrenal, interesado nada más [que] por los bienes materiales".
cfr. Info Católica: El Papa no busca hacer política sino orientar a quienes la hacen.
[10]
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (08) Salvación o condenación -I
[11]
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §68.
[12]
En ese mismo texto, el r. Uraburu continúa diciendo:
“¿Y por qué estas verdades… no se predican con más frecuencia y claridad? Por miedo a la Cruz. El Apóstol lo tenía muy claro: «si aún buscase agradar a los hombres, no sería siervo [fiel] de Cristo» (Gál 1,10; cf. 1 Cor 10,33; 2Cor 12,15; 1Tes 2,4).”
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (15) El adulterio -y II
[13]
Tomo el significado del término “diálogo” con la acepción de la RAE, no con la acepción teólogica especializada usada por Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate:
“En efecto, la verdad es «lógos» que crea «diá-logos» y, por tanto, comunicación y comunión.”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in Veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §4:1.
Me parece que el uso de esta acepción teológica del término “diálogo” como “conjunto sucesivo de verdades” puede producir, en un comentario que no es teológico, confusiones engorrosas sin proporcionar a cambio ningún beneficio. Por ahora baste decir que en un diálogo sólo puede producir un verdadero «diá-logos» dentro del contexto de una especulación ontológica en la que no se considere la acción ni del Pecado Original, ni del pecado personal, ni de Satanás y el resto de demonios que colaboran con él vagando por el mundo buscando la perdición de las almas, tal y como reza la oración de León XIII al Arcángel San Miguel (“qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo”).
Mucho me temo que no es ésa la situación de este nuestro “mundo” en el que vivimos. En ninguna de las dos acepciones del término aquí usadas.
[14]
Por eso San Pablo nos dice:
“Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente. Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con Él por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios.” (2Co.5:16-20)
Pero esta misión está plagada de peligros porque el mundo, al estar en manos del Maligno (Mt.4:8-9; 1Jn.5:19), es perverso (Gal.1:4; Mt.12:39; Fil.2:15).
Por eso Jesucristo nos dice:
“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos…
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes que llegue el Hijo del hombre….
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.” (Mt.10:16-18;22-23;28)
Y no estaremos libres de peligros ni siquiera dentro de nuestra propia casa, rodeados por nuestra propia familia, porque:
“El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir…
No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí… (Mt.10:21;34-37)
Pero el premio bien vale la pena:
Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.” (Mt.10:19:29)
[15]
En la Introducción al Nuevo Testamento de La Santa Biblia, monseñor Juan Straubinger nos dice:
“El amor lee entre líneas. Imaginemos que un extraño vio en una carta ajena este párrafo: ‘Cuida tu salud, porque si no, voy a castigarte’. El extraño puso los ojos en la idea de este castigo y halló dura la carta. Mas vino luego el destinatario de ella, que era el hijo a quien su padre le escribía, y al leer esa amenaza de castigarle si no se cuidaba, se puso a llorar de ternura viendo que el alma de aquella carta no era la amenaza sino el amor siempre despierto que le tenía su padre, pues si le hubiera sido indiferente no tendría ese deseo apasionado de que estuviera bien de salud… Dios es así; ama con predilección fortísima a los que son pequeños, humildes, víctimas de la injusticia, como fue Jesús: y entonces se explica que a éstos, que perdonan sin vengarse y aman a los enemigos, Él les perdone todo y los haga privilegiados. Dios es así; inútil tratar de que Él se ajuste a los conceptos y normas que nos hemos formado, aunque nos parezcan lógicos, porque en el orden sobrenatural Él no admite que nadie sepa nada si no lo ha enseñado Él (Juan, 6, 45; Hebr., 1, 1 s.). Dios es así; y por eso el mensaje que Él nos manda por su Hijo Jesucristo en el Evangelio nos parece paradójico. Pero Él es así; y hay que tomarlo como es, o buscarse otro Dios, pero no creer que Él va a modificarse según nuestro modo de juzgar.”
Vale la pena leer toda esta introducción y después preguntarnos a nosotros mismos: “¿Mundo?”, “¿Diálogo”?
[16]
cfr. r. José María Iraburu Larreta: (13) Misiones y conversiones.
[17]
“viene en nuestro auxilio la palabra de Jesucristo, que nos hace saber: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Y nos anima: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo» (Mt 28,20).”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §78.
[18]
En este sentido hay que entender la Doctrina Social de la Iglesia en general y la nueva encíclica de Benedicto XVI, Caritas in Veritate, en particular. Por eso:
“En efecto, el verdadero desarrollo no consiste principalmente en hacer.”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in Veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §70.
[19]
A este respecto recomiendo muy vivamente la lectura y la compra del libro de Dom J. B. Chautard El alma de todo apostolado.
[20]
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), puntos §11, y §18.
[21]
Porque:
“el hombre es «uno en cuerpo y alma», nacido del amor creador de Dios y destinado a vivir eternamente. El ser humano se desarrolla cuando crece espiritualmente, cuando su alma… conoce… la verdad que Dios ha impreso germinalmente en ella, cuando [habla] (alemán: “redet”) … con su Creador.”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in Veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §76.
[22]
a) La Santa Biblia, traducida a partir de los textos originales por monseñor Juan Straubinger, con todas las introducciones y con todas las notas, exegéticas, patrísticas y pastorales, está publicada en:
i) La modesta edición del Club de Lectores, Buenos Aires, 1986
ii) La edición más lujosa de la Universidad Católica de la Plata, 3ª Edición de 2009.
b) Si alguien se siente cómodo leyendo en inglés, puede acudir a:
i) Esta edición de la Biblia Douai-Rheims comentada por el r. George Leo Haydock, que se puede comprar aquí:
http://www.loretopubs.org/index.php?target=products&product_id=60
Sobre la Biblia Douai-Rheims:
http://en.wikipedia.org/wiki/Douay-Rheims_Bible
ii) Esta edición del Nuevo Testamento comentada por el r.p. Cornelius Lapide, S.I.:
http://www.catholicapologetics.info/scripture/newtestament/Lapide.htm
Que puede descargar gratuitamente en formato pdf (sólo los 4 evangelios en 8 vol.) aquí:
http://www.archive.org/search.php?query=cornelius%20lapide%20AND%20collection:toronto
Y que puede comprar (sólo los 4 evangelios en 4 vol.) aquí:
http://www.loretopubs.org/index.php?target=products&product_id=119
c) Otros recursos para leer el Antiguo y el Nuevo Testamento.
[23]
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §79
[24]
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), punto §79.
[25]
a)
“El punto de vista correcto, por tanto, es el de la Tradición de la fe apostólica, patrimonio antiguo y nuevo… lo que pertenece desde siempre a la verdad de la fe”
cfr. Benedicto XVI: Caritas in veritate (“El amor lleno de verdad”), puntos §10, y §11.
b)
Algunos recursos electrónicos para conocer esa Tradición:
i) Si se desea ver los textos originales, se puede acudir al libro El Magisterio de la Iglesia de Enrique Denzinger:
En formato HTML:
http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/gc.htm#a
http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/magisterio_de_la_iglesia.htm
O en formato PDF:
http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/1954-1954,_Denzinger,_Enchiridion_Symbolorum_(Altera_Editio),_ES.pdf
http://www.statveritas.com.ar/Libros/Denzinger_PDF.zip
ii) Si se desea una explicación más extensa y articulada, se puede acudir a la segunda edición del Catecismo de la Iglesia Católica.
En formato HTML:
http://www.vatican.va/archive/ESL0022/_INDEX.HTM
O en formato PDF:
http://www.mseg.gba.gov.ar/capellania2/varios/Catecismo.pdf
iii) Si se desea una explicación más breve, se puede acudir al Compendio de la segunda edición del Catecismo de la Iglesia Católica.
En formato HTML:
http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendium-ccc_sp.html
O en formato PDF:
http://www.arquidiocesisdeayacucho.org/catequesis/compendio_cec.pdf
iv) Si se desea una explicación más didáctica pero igualmente extensa y articulada, se puede acudir al Catecismo Romano.
En formato HTML:
http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/index.htm
O en formato PDF:
http://www.statveritas.com.ar/Libros/CATECISMO_ROMANO(Stat_Veritas).zip
v) Si se desea una explicación más didáctica y más breve, se puede acudir al Catecismo Mayor de San Pío X.
En formato HTML:
http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/bsi.htm
http://www.mercaba.org/PIO%20X/catecismo_mayor_00.htm
O en otros formatos.
http://www.scribd.com/doc/2976595/CATECISMO-MAYOR-San-Pio-X
http://www.statveritas.com.ar/Libros/CATECISMO_MAYOR[San%20Pio%20X].zip
37 comentarios
1) el pelagianismo, que sostiene que todo el "mundo" es Creación, es decir, todo es bueno tanto ontologica como relacionalmente, por lo tanto, hay que dialogar con todas las realidades humanas.
2) cierta deformación integrista heredada del jansenismo que reduce la idea de Creación a la de "mundo" y ve los efectos del pecado original en todas partes, incluso afectando la realidad ontologica del Universo. Esta posición no se formula doctrinalmente, sino a traves de ciertas practicas o tendencias rigoristas. No dice "el sexo es malo", pero pràcticamente lo sugiere. Al respecto, recomiendo Josef Pieper, "Las virtudes", edit. Rialp.
Contra esto, la verdadera posición católica: la Creación es buena, el hombre es óptimo. El pecado original no ha corrompido la naturaleza humana, sencillamente la ha desordenado, introduciendo un factor de ignorancia en la inteligencia y de malicia en la voluntad.
Pero es esencialmente bueno. Todo es bueno. Lo malo son las acciones humanas (pecado) y las relaciones torcidas que estructuran la convivencia humana (estructuras de pecado): a esto llamamos mundo, que es ciertamente el reino de Satanás.
-"Y bendíjoles Dios; y díjoles Dios. Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla, mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que serpea sobre la tierra" gn.1,28
Mi pregunta es muy simple: ¿Esto lo dijo Dios, -al hombre Adán supongo- antes o depués del llamado Pecado Original?
Porque permíteme decir, que hoy día yo como tal hombre descendiente del llamado Adán: No veo que me sea fácil de someter ni a las aves del cielo, ni a los peces del mar. Ni que estos me sean fáciles de dominar. Ni menos que pueda dominar los fenómenos de la naturaleza que son inferiosres en evolución a los animales de la Tierra.
A mi me convenció más otra versión al respecto que no por no aparecer en los libros sea menos veraz. pues dice así:
Adán y Eva como supremos seres del proceso evolucionista en creación. Que partiendo del barro del planeta Tierra - en natural Ley de Jerarquías- dominaron todo este su planeta. Y todos los minerales, y los vegetales, y animales dominaron.
Allí donde la anterior Naturalaleza Elemental era menor como base de su posterior en evolución: el Mineral. Y el anterior Mineral era menor como base de su posterior el Vegetal; Y éste a su vez como anterior era menor como base de de su posterior el Animal. Y éste a su vez como anterior era menor como base de su posterior la Mujer. Y la Mujer como anterior en evolución era menor como base de su posterior en evolución natural: El Hombre.
Y todos estos, antes del Pecado Original; Allí en aquel Paraíso Terrenal crecieron y se multiplicarón como por generación espontánea; Sin causa, y consecuencia de cópula carnal.
Sí: antes del Pecado Original todo lo que era población en el planeta Tierra crecía y se multiplicaba como por generación espontánea que era el poder del amor del Dios Creador.
Y la Mujer engendraba llegado su tiempo: como por obra y cracia del Espíritu Santo. Que es misterio para los hombres de hoy.
Y el hombre Adán y la mujer Eva quisieron ser dueños como Dios de la Creación. Y copularón para su multiplicación; Y todo el resto de la Creación en obediente Ley de Jeraquías les siguió en efecto de cópula carnal.
Y así como el Hombre y la Mujer se rebelaron contra su Dios; así el animal -obediente en Ley de Jeraquías-se rebeló contra el Hombre y la Mujer. Y el vegetal se rebeló contra el animal; Y el mineral hizo lo mismo contra el animal. Y la Naturaleza Elemental se reveló contra el mineral. Y la Naturaleza Elemental se rebeló contra toda la Creación.
Y de tal forma fue que sólo uno llamado Jesús el Cristo, por ser hombre de naturaleza humana preadámica pudo dominar los elementos.
Hasta que redimidos volvamos al lugar de origen. Donde como está escrito:
"Y respondiéndolos Jesús le dijo: Estáis en un error y ni conocéis las escrituras ni el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como ángeles del cielo,..(Mt.22-29-30)
"Díjole entonces Jesús: Apártate, Satanás, porque escrito está. Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto(Mt.4,10)
Te has dado cuenta que Jesús no condena a Satanás; sino que sólo le dice "apartate".
¿Qué misterio encierra esta respuesta? ¿Cuál es la consubstancia temporal de este sujeto tan potente hoy día. Que de cualquier forma como primero o último en el poder de este Mundo: Sólo a Dios deberá a dorar y dar culto?
Efectivamente, "el pecado original no ha corrompido la naturaleza humana, sencillamente la ha desordenado, introduciendo un factor de ignorancia en la inteligencia y de malicia en la voluntad".
Pero, ¿de dónde proceden el dolor, la enfermedad y la muerte en la creación y en el ser humano?
_Rastri_:
Sus preguntas son extrañas.
No creo que Eva pudiera incitar al pecado a Adán antes de existir, ni que Adán pudiera pecar antes de actuar por primera vez.
Satanás, como ángel dotado inteligencia angélica, realizó su elección de una forma total, absoluta, plena, libre y eterna cuando se rebeló contra Dios. En su rebelión se produjo su condena: estar apartado de Dios, por y para Quien fue creado. Jesucristo no tenía que condenar al que se había condenado por propia voluntad a causa del mayor de los pecados: el Pecado contra el Espíritu Santo.
Como católico, la Revelación se halla en el Canon Católico de las Sagradas Escrituras. No reconozco ningún otro Libro Sagrado aparte de la Biblia.
Su relato no es bíblico en ninguno de los sentidos que pueda tener el término. Su perspectiva, tampoco.
hay que tener cuidado en ese punto en no equivocarse. Si bien la muerte y el dolor son consecuencia, en el estado de natura caìda, del pecado original, no son en sí mismos males. Son parte de la Creación. Son consecuencia del pecado porque por el pecado perdimos ciertos dones sobrenaturales que nos hacían inmunes a estas consecuencias perfectamente naturales del orden de la Creaciòn. Cierto agustinismo en variante jansenita, al enfatizar las consecuencias del pecado original, pretende que el dolor, la muerte y el sufrimiento (así como la sexualidad) no son naturales, no forman parte del orden de la Creación. Por el contrario, el tomismo tradicionalmente es muy mitigado en las consideraciones sobre el efecto del pecado original sobre el orden natural. No hay que exagerar esto, porque se llega a algunas desviaciones que por reacciòn al pelagianismo, arrojan al estrictismo. Es muy sutil esta distinción que hago, pero por una consideración excesiva del daño del pecado original se pueden seguir algunas desviaciones heteroprácticas de algunos considerados Torres de Ortodoxia. Romano Amerio sabía bastante de ello.
Al respecto, le invito a leer un capítulo bastante interesante del teologo progre arrepentido Jacques Maritain, quien en su libro "Le paysan de la Garonne", explica cómo de la actitud pesimista y barroca preconciliar, de la idea negativa del "desprecio del mundo" típica de la devotio moderna desviada, se pasó a la "postración frente al mundo".
En este link (todo en el es interesante, pero lea el capítulo de Maritain):
http://tollers.jack.googlepages.com/etvoil%C3%A0!
Te estoy muy agradecido por tu puntualización:
"la muerte y el dolor son consecuencia, en el estado de natura caìda, del pecado original, no son en sí mismos males. Son parte de la Creación. Son consecuencia del pecado porque por el pecado perdimos ciertos dones sobrenaturales que nos hacían inmunes a estas consecuencias perfectamente naturales del orden de la Creaciòn".
Aclara tus afirmaciones y responde mi pregunta. Asunto zanjado.
¿El "pesimismo antropologico preconciliar" al que te refieres incluye TODO el Magisterio de San Pío X?
Jacques Maritain, como tantos filósofos franceses, tiene una cierta tendencia a "olvidar" distinciones a veces muy necesarias. Distinciones de las que no suele olvidarse otro filósofo francés: Etienne Gilson.
Leeré con mucho gusto el vínculo que me indicas:
http://tollers.jack.googlepages.com/Maritainanti-kuktraduccinannima.doc
Me refiero a las corrientes eclecticas, barrocas, voluntaristas y nominalistas que campeaban en la Iglesia, siendo el tomismo una corriente minoritaria hasta su resurgimiento. Con decir que Suárez, filosofo oficial de la Compañía, pretendía ser "tomista". Ojo que las cosas no estaban fàciles antes del Concilio, no digamos nada en materia litúrgica. Hay un buen estudio de otro progre arrepentido, Louis Bouyer, en su estudio "La descomposicion del catolicismo". Muy recomendable y muy independiente.
Repudio también a Maritain y su nefasta influencia en el pensamiento del entonces cardenal Montini. Pero el libro es una especie de confesión, al final de su vida. Y los progres nunca se lo perdonaron.
Toto corde
Te agradezco la orientación para la lectura del texto de Maritain.
Sólo puedo decir que estoy de acuerdo en todo lo que dices. Y que te agradezco profundamente tus orientaciones, que no van a caer en saco roto.
Seguiré las pistas que me indicas.
Lo que se da en el infinito Espacio donde Dios mora, no se puede dar en el Tiempo limitado o Universo donde nosotros moramos
Por otra parte visto que Dios mora en una dimensión infinita -que llamamos infinito espacio- Pues Dios como infinita consubstancia de Luz y de Vida no puede morar en una dimensión limitada, como es este nuestro Universo, pues no cabría.
De aquí quepa entender que esta infinita dimensión como morada de Dios siendo cúbica -ver nueva Jerusalen en Apocalipsis- está conformada por un infinito externo mayor cúbico; Y por un infinito interno menor nuclear esférico.
Y es de aquí, de este infinito interno menor esférico donde nace la infinita fuente de Vida que haciéndose cada vez mayor alimenta toda la Creación -sea la celestial como la universal temporal terrenal- (ver Ap.22,1-2)
Entendido esto a Satanás, como a cualquier otro rebelde, no se le puede otorgar un pecado infinito pues éste, siendo limitado, no puede pecar en grado de infinito.
Pero si que se le puede otorgar el ser y proceder de un origen de infinito menor. Y de aquí que éste, Satanás, como todo rebelde a la Ley de Dios: sólo esté muerto y condenado hasta allí donde su rebeldía sea manifiestamente como estado de muerto.
Visto esto sí que cuadra lo que dice Jesús a Satanás que adorará a Dios y a Él solo servirá: Sea como ángel príncipe mayor espacial; sea como principe del mundo temporal; Sea al fin del Tiempo: como ser menor espacial. Pues dicho está que Dios nos dará a cada uno según nuestras obras, incluido aquí al demonio Satanás.
Y si Satanas es el mayor pecador; Y si la condenación es el no ser ni existir a los ojos de Dios. En la medida que el rebelde esta fuera de la visión de Dios: éste se está condenando en profundidad del no ser. Hasta que aparezca lo que siendo de éste, aún no haya muerto. Y así desde aquí empezar una nueva razón del ser y existir.
Por lo que respecta a mis preguntas extrañas. Lo que yo planteo como creación terrenal es una jerarquía evolutiva que arranca de las aguas universales como Naturaleza Elemental; Y que termina en el ser superior como individuo evolutivo definido que es el Hombre Adán.
Dicho de otro modo: cuando el Pecado Original nos apartó de este Paraiso Terrenal: Ya estaba formado el ser como persona macho hombre Adán y la hembra mujer Eva. Amén de toda una creación de fauna y flora.
No entiendo pues eso de que Eva pudiera incitar a Adán antes de existir; O que pudiera pecar antes de actuar por primera vez. No me has comprendido.
Vista la exigencia que el libro bíblico hace a propósito de la castidad, sin otros argumentos que aquí no expongo: Sí que me permite asegurar que el ayuntamiento copulativo de entre Eva y Adan y su consiguiente conseecuencia trastocó toda la creación terrenal como efecto creado en espontánea generación,
Pues estoy seguro que antes del Pecado Original toda la creación terrenal crecia y se multiplicaba como por generación espotánea; sin causa y consecuencia de la concupiscente cópula carnal de entre el macho y la hembra.
Sí como "el Jesús hombre" fue engendrado sin causa y consecuencia de cópula carnal en el seno de su madre Virgen. La nueva inmaculada Eva
¿Tan dificil es hacerme entender?
Quizas sea que yo escribo no para que me entiendan, sino para que quede como ya dicho.
Dios es simultáneamente inmanente y trascendente al plano histórico. Sostiene todas las cosas en su Ser y, a la vez, las trasciende.
Un carpintero, al crear una cuchara de madera, usa madera, su voluntad, su memoria y su entendimiento. Cuando deja de aplicar su voluntad, permanece en la madera el resultado de haber aplicado su voluntad, su memoria y su entendimiento: la cuchara. Todas las cosas están hechas de una misma materia: la Voluntad de Dios. Si Dios dejara un solo instante de aplicar Su Voluntad sobre ellas, si dejara de prestarles atención, dejarían inmediatamente de existir, dejarían de ser.
Por eso nunca nadie puede dejar de existir a los ojos de Dios. Puede existir alejado, con muchísimo sufrimiento, que será tanto mayor cuanto mayor sea esa lejanía.
Como vd. sabe, el valor de una ofensa no depende del valor de quien ofende sino del valor del ofendido. No es lo mismo ofenderme a mí, que ofender al Rey de Reyes. Ni el ser humano, ni Satanás son infinitos. Pero Dios sí lo es. Por eso, toda ofensa a Dios es infinita.
Todo ser finito está limitado a la sucesión de actos. Unos realizados antes que otros. Sin embargo, Dios, que es infinito, ve esos actos de forma simultánea, siempre delante de Él. De forma constante. Así, esos "pecadillos" de juventud, nunca confesados y hace largo tiempo olvidamos, todavía siguen presentes delante de Dios. Eterna e infinitamente presentes ante Él.
Por eso es tan importante arrepentirnos de nuestros pecados y la confesión sacramental. Sin embargo, Satanás, con su inteligencia angélica, pecó con tal pleno conocimiento de causa, con tal maldad, que es incapaz de arrepentirse. Y por eso los hombres que le adoran son incapaces de arrepentirse.
Aunque ya he entendido lo que antes quería decir, ahora no entiendo qué quiere decir con:
"la vida que... que da razón de ser... tiene un origen como fuente de vida en profundidad nuclear cada vez menor. Hasta el infinito menor. Lo que aparentemente sí ciertamente este menos vida cada vez menor parece que se niega la vida ensí mismo. Pero no lo es."
"un infinito externo mayor cúbico; Y por un infinito interno menor nuclear esférico."
En cualquier caso, su perspectiva, vuelvo a repetir, no es cristiana.
"Sobre el estado primitivo de hombre afirma la católica doctrina que Adán fue creado en santidad y justicia, pero no por naturaleza, sino por don sobrenatural. Esta doctrina es de la más alta importancia, porque después del pecado original perdió el hombre la santidad y la justicia, pero no el libre albedrío, que era de su naturaleza, aunque ésta quedase menoscabada. Por el contrario, Lutero sostuvo que esa justicia primitiva era de natura, de essentia hominis, y no un don quod ab extra accederet, un atributo accidental, como decían los escolásticos. Seguidamente se lanzó en el fatalismo más crudo, negando en absoluto la libertad humana, en lo cual le siguió su discípulo Melanchton, de quien es el principio: Dios obra todas las cosas, y a quien le parecía pernciosísimo vocablo el de libre albedrío... Verdad es que más adelante suavizó un poco estas primeras proposiciones y anduvo toda la vida inquieto y vacilante, acercándose ya a los reformistas, ya a los católicos.
De un abismo a otro abismo: negado el libre albedrío, la lógica exigía hacer a Dios autor del pecado, y por horrible que esta consecuencia parezca, es lo cierto que la sostuvo en términos expresos el dulce Melanchton. Para él, Dios es autor del mal como del bien; no sólo permite el mal, sino que le obra, y tanto se le debe atribuir la traición de Judas como la vocación de San Pablo. El mismo Melanchton rechazó más adelante estas proposiciones, y en la Confesión de Ausburgo expone una doctrina muy contraria, es a saber: que la causa del pecado es la voluntad de los malos. Cómo se concilia esto con la negación del libre albedrío, averígüelo quien pueda".
Para mí es evidente que el punto de vista católico es muchísimo más convincente que el terrible determinismo protestante, y que como bien señala Luis en su comentario "la Creación es buena, el hombre es óptimo. El pecado original no ha corrompido la naturaleza humana, sencillamente la ha desordenado, introduciendo un factor de ignorancia en la inteligencia y de malicia en la voluntad"
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Lo que pasa es que la acción combinada del libre albedrío, el Pecado Original, los pecados personales, la acción de Satanás y del resto de los demonios que vagan por el mundo para la perdición de los hombres, junto a las conductas, estructuras y asociaciones de pecado resultantes de todo eso, hacen que tengamos que ser muy cuidadosos cuando hablemos de "lo bueno" que es el mundo. Y tenemos que ser cuidadosos no porque lo diga yo sino porque lo dice Jesucristo en el Evangelio.
Desde un punto de vista ontológico sólo existe verdadera libertad (libertad moral) en la elección del Bien, que es todo aquello que procede de Dios. Desde un punto de vista histórico, la libertad recibe el nombre de libre albedrío (libertad natural) y consiste en la posibilidad de elección del Mal, que es todo aquello que no procede de Dios sino de nosotros mismos. En ese caso estamos pervirtiendo el orden creado al intentar convertirnos en dioses de nosotros mismos, a pesar de ser sólo simples criaturas. Ése es el pecado contra el Espíritu Santo que no tiene perdón. Ése es el pecado de Satanás y de todos sus seguidores, que son legión.
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Addenda 10-08-2009:
Respecto a la distinción entre libertad natural (o libre albedrío) y libertad moral, recomiendo la lectura de la encíclica de Pío XII "Libertas Praestantissimum", especialmente los puntos 3 y 5-22.
http://www.vatican.va/holy_father/leo_xiii/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_20061888_libertas_sp.html
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Magnífico texto de don Marcelino. Gracias por traerlo a colación tan oportunamente.
Grandísima la tarea de la editorial Homo Legens y del Grupo Intereconomía al publicarlo.
Hay una diferencia entre lo que es caer en desgracia de Dios rebelándose contra su Ley. Y otra es pretender que el "ángel demonio"; o ese justo que peca siete veces al día pueda ofender a Dios con su rebeldía.
A mi como hombre superior no me ofende el mordisco de una hormiga. Todo lo más si insiste la mato. Y no será porque me haya ofendido, pues ésta no tiene esa categoría de evolución genética para ofenderme.
A mi me puede ofender un ser igual o similar a mi; no uno inferior. Yo no muerdo a mi perro si este extralimitándose me muerde. Le castigo más no por ofenderme, sino porque se ha rebelado contra mi que soy su dueño.
Ese concepto de que el valor de la ofensa no depende del que ofende sino del valor del ofendido. Es una vieja salida para justificar el grado del eterno castigo del pecado. Ofende quien puede ofender. Y quien no puede ofender: se rebela y nada más. Y aquí en esta su rebeldía la desgracia del amo como superior.
"Adán fue creado en santidad y justicia, pero no por naturaleza, sino por don sobrenatural".
Chocante contradicicón pues contradice lo que es la santidad y la justicia de Dios con su propia naturaleza. Y aquí todo lo que de Dios, como don de Dios en creación que se desprende, es de Dios que a Dios pertenece
Ciertamente Dios creó a toda la Creación en justicia de Dios que es el don de Dios. Y la Creación dominada por la rebeldía del maligno Satanás. Se reveló contra su Creador.
Y de lo que fuera como luz y vida en Creación; apareció la oscuridad y la muerte que es don -en rebeldía- de aquel que quiso ser como Dios....
El dilema no es tanto que Adán haya perdido su grado de santidad. Sino cúal, cómo y qué es la causa y el efecto consiguiente de su pecado para no repetir la caída.
Pues sería muy triste que una vez redimidos y resucitados de ésta nuestra muerte temporal: Vovieramos a caer en el mismo pecado.
Pero esto es parte de otro debate.
El Pecado contra el Espíritu Santo es una ACTITUD de rebelíon.
Una cosa es pecar por debilidad, contra la propia voluntad, como le pasa hasta a los justos, y otra muy distinta es pecar por voluntad propia. Satanás no pecó por debilidad sino, usando su libre albedrío, por voluntad propia. Y sus seguidores hacen lo mismo. Por eso se condenan: por pecar contra el Espíritu Santo. Y se condenan ellos mismos.
Es más grave abofetear al Rey (o al Presidente de la República, o al Secretario General de las Naciones Unidas) que abofetearme a mí. Abofeteándome a mí, sólo se me ofende a mí. Abofeteando al Rey (o al Presidente de la República, o al Secretario General de las Naciones Unidas) se está haciendo algo más que abofetear a Fulanito (o a Menganito, o a Zutanito). Se está abofeteando al Reino (o a la República, o a la Comunidad Internacional) y a todas las personas que nos hemos dado este (o ese, o aquel) sistema de gobierno.
Si a vd. le parece que el libre albedrío de los seres angélicos y de los seres humanos no es un don inscrito en la naturaleza de éstos y de aquéllos por la Voluntad de Dios sino a pesar de ella, entonces es que eso a lo que vd. llama "Dios" no es el Dios de Quien estoy hablando.
Me permito, aunque seguro que lo conoce, recomendar también la lectura de De Cristo o del mundo, del p.Iraburu, comenzando por el final si no le importa:
www.gratisdate.org/nuevas/xtoomundo/final.htm
Y del mismo modo, junto con otros muchos textos que podrían darse del mismo p.Bojorge S.J., este capitulito creo que también va en línea con la verdad por Vd. sistematizada:
www.horaciobojorge.org/laicoscuatro.html
Doy gracias a Dios porque en nuestros días -junto con la negación de verdades tan imprescindibles para conservar la fe, hay afirmaciones de ellas como la suya y las que Vd. y sus comentaristas citan. Dios le bendice, Dios le bendiga.
Muchas gracias por tus palabras de aliento.
No conocía ninguno de los dos textos. Ni el del r. Iraburu, ni el del r.p. Bojorge. Los voy a leer con mucho interés.
_A todos_:
Me voy de vacaciones. Pero el miércoles 28 y el jueves 29 podré responder a vuestros comentarios.
Hasta entonces, para todos, un gran abrazo en Cristo Jesús.
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Y que por ende la gloria de Dios, en sí mismo refractada, queda reflejada en crear este tipo de sus creaturas -hijos- con este don del libre albedrío. Como si dijera: Vosotros soy mis hijos porque yo os cree; Y porque yo soy libre de crearos, libres en mi sois vosotros de ser -o no ser- mis hijos.
Esto -que si bien no merma la glora de Dios- no quita que conlleva su riesgo de desagradecimiento como queda demostrado con el llamado Ángel Caído o Satanás.
También estoy de acuerdo que el llamado Adán, en aquel su Paraiso Terrenal estuviera dotado de este don del libre albedrío. Pues bien queda dicho cómo Dios exhorta a éste sobre el comportamiendo que debe deseguir si no quiere morir. Y el resultado es el conocido: no quiso escuchar y se perdió en abismos de profundidades de muerte; tanto él como sus descendientes.
De lo que se deduce que nosostros los descenddientes de Adán, por herencia genética nacimos muertos. Y el muerto, justamente porque está muerto no tiene libre albedrío.
Dicho sea por mucho que el hombre de hoy día pretenda decir, y quiera hacer para salvarse nunca obtendrá el derecho propio de salvación en atención a ese libre albedrío. Porque nace ya condicionado por la herencia genética del Pecado Original; Sea: muerto.
Lo dice Jesús: "Oyendo esto, los discípulos se quedaron estupefactos, y dijeron: ¿Quién, pues, podrá salvarse? Mirándolos, Jesús, les dijo: Paras los hombres, imposible, mas para Dios todo es posible" (Mt.19,25-26)
Que este derecho propio para el hombre y sus descendencia en orden al libre albedrió de otro, bien singular hombre, lo consiga Jesús el Cristo; de acuerdo. Pero esto es otro tema.
Ciertamente son los justos, esos que pecan siete veces al día por debilidad de su libre albedrío. Pues pecan -o pecamos- respirando el aire del espacio; bebiendo el rocio de la mañana; y comiendo el fruto de la Tierra que son principios de ingesta copulativa. Otra función copulativa -carnal- fuen la que trastocó toda la creación: Y matando al autor; mató a sus hijos.
Esto es fácil de admitir si se comprende cómo en el Cielo: los vivientes, ni respiran, ni beben, ni comen; -ni lógicamente copulan que es la máxima expresión de ingesta copulativa no tolerada al hombre-
Hay otra forma de ingesta copulativa que repugna a Dios extremadamente: Ésta es lo que llaman de la eugenesía y otras insolentes prácticas de la llamada Ciencia de la Investigacíon de la Genética.
En el cielo los vivientes son alimentados por la Luz de principio que es el Dios padre y por la Luz de fin que es el Dios Hijo.
Y quí el infinito viviente como un todo; que como parte de infinitos vivientes es el Espiritu Santo.
Por lo que respecta a las bofetadas del lacayo contra el rey. Sigo con mi teoría , que no es mía. O sí lo es, siempre y cuando se entienda de donde procede. La tuya está pasada
-De mi justicia nace la liberta. Libre eres de amarme, o de odiarme.
Si me amas eres libre; si me odias te sometes7
Si a mi no me temes porque respeto tu libertad, eres injusto conmigo. Si al hombre temes porque te somete, eres cobarde y te desprecio.
Mas si amas lo que he creado para tí; lo mejor de mi mismo. Y tanto más y mejor lo hagas: tanto másgrande serás.
Porque yo así lo quiero: Que aquel que a mi me ame libremente: Libremente sea servido por lo que le precede.
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
(Jn 1, 9-10)
El mundo, qué gran tema.
Fueron los textos joánicos los que, por vez primera, hablaron entitativamente del mundo como concepto con sustanciación religiosa [Evangelio y 1ª de Juan]. Pero será Blaise Pascal en su Prière pour demander à Dieu le bon usage des maladies quien acuñará el término de uso delicioso y criminal del mundo, tan del gusto de los amigos y de las religiosas de Port Royal des Champs para quienes el mundo era ens fictum, una nada, pero nada de nada, y nada más, o algo de lo que había que tomar distancia, una trampa o, por mejor decir, un trampantojo o trompe d'oeil , un esmaltado abalorio o artilugio de faux brillants. O sea, lo mismo que dice en su Doctrina cristiana el catecismo de Gaspar Astete S.J. :
- ¿Cómo se vence y huye del mundo? R: Éste se huye y vence con menosprecio de sus pompas y vanidades.
Porque hablar del mundo es hablar de los poderes del mundo. Y ante estos poderes ¿qué haremos?¿y cómo los limitaremos? Las mesdames de Port Royal, cuando iban a ser enterradas, introducían en el ataúd de la que moría un papel escrito con una especie de requête o recado o queja ante el alto tribunal de Dios que era el único del que esperaban justicia. Y ese papel de quejas destinado estaba a la pudrición, eso es claro, pero sabían muy bien que ni Dios ni el mundo serían los mismos después de aquella protestación y lamento.
¿Tenían alguna razón, o toda la del mundo, aquellas gentes como mi señor Pascal, monsieur d´Andilly, mère Agnes Arnauld, mère Angélique, monsieur de Saint-Cyran y los otros en negarse a tratar con el mundo de cualquier manera? Catad y ved si hay dolor como mi dolor traduce la Biblia de Ferrara esa frase del Oficio de Tinieblas en la que se medita sobre la muerte de Dios y el menosprecio del mundo.
Nada de músicas, nada de hermosuras, nada para el recreo de los sentidos. No haya mundo con el que el ojo codicioso pueda ser herido o engañado. Sólo el amor que, como una lumbre, reconcome por dentro.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Y estas gentes de Port Royal lo sabían, claro que lo sabían, pero eran unos ultras, pues sí, se lo concedo, aunque ultras bienaventurados. Y además, ¿podían haber sido otra cosa? Pues no podían ser más que eso, en modo alguno, como no pueden serlo quienes buscan una desmesura y una demasía absoluta, al Deus absconditus, en el acá y en el más allá de las regiones de la muerte.
Y lo de Port Royal fue un catolicismo mitigado, cierto, y aun desmayado, pues no había lugar para el asomo de la belleza y para la fiesta de los ojos, que era cosa sospechosa y de ninguna consideración lo que explica que los crucifijos de mère Angélique Arnauld fueran de papel y se los comieran los ratones, qué cosas. O que en todo el monasterio no hubiese más que dos pinturas, una Última Cena en el altar y el milagro de la curación de soeur Catherine de Sainte-Suzanne, ambos de Philippe de Champaigne; dos cuadros y ya eran muchos. Y ningún apego será tolerado y ninguna atadura a las cosas del mundo; ninguna.
Pero por estos rigores en el desprecio del mundo no las podemos condenar y yo no las condeno, desde luego. Y además nadie dice que podamos sustraernos a las bellezas del mundo porque, efectivamente, no podemos. Y bien que lo sabían en Port Royal donde se puso simplemente una cartela que era como un aviso y decía: ”Esto es mentira, apariencia, ens fictum” y, por tanto, engaño, trompe-l´oeil aunque se muestre como realidad y verdad, y no lo es. Una ascesis, vamos.
Y estas cosas tocan, siquiera con la punta de los dedos, aquella postal de la Magdalena en el huerto que es una espera amorosa y solamente eso. Y ese Noli me tangere! o Noli me tenere! [¡No quieras tocarme! o ¡No quieras tenerme!, según qué testigo usemos] son algo desconcertante y atroz. Y remiten seguramente a ese amor que debe trascender toda figura y toda carne. Y por ahí debían ir las cavilaciones de estas mesdames y messieurs, sobre el modo y manera como toda carne deviene en espíritu más allá de la siega de la muerte, y sólo nos queda la calavera con sus melancolías, como pañuelo perfumado que se le hubiera caido al cuerpo resucitado. Y un amor, desde luego, que está intacto y se yergue de modo eminencial sobre los poderes del mundo y atraviesa los mundos concluidos para dar la voz de la esperanza. Como la voz de esa misma Magdalena cuando preguntara: Ubi posuistis eum? ¿Dónde lo habéis puesto? ¿Dónde?
Podría contarle muchas cosas al respecto pero de una hay evidencia: aquellas mesdames amaban la vida sencillamente y de modo particular a los enfermos y tomaban la enfermedad como la miseria que era, pero despreciaban todo el aparato de terror que la enfermedad misma podía desplegar, o desplegaba el mundo a su respecto. Y cuando soeur Jacqueline Pascal escribe a su hermano el 19 de enero de 1655 que "Yo he experimentado que la salud depende más de Jesucristo que de Hipócrates" no está diciendo nada diferente de lo que, de modo reiterado, escribe nuestra Teresa de Ahumada en su Vida; una ortopraxis impecable, desde luego. Y a estas mesdames se las podrá señalar de cartesianismo teológico o incluso de espíritu geométrico pero eran en todo admirables, en todo, y, ante ellas, yo no me atrevería ni abrir la boca.
Y la cosa está, o eso a mí me parece, en que en Port Royal no había espejos. Pero tampoco Juan de Yepes se los daba a sus enfermos de bubas o sífilis, ni aunque se los pidieran. Por misericordia. Y por algo más que dijera mademoiselle Perrier y que es todo y enteramente realidad:
- No mentir, no engañar ni engañarse, no hacer aparecer más de lo que es y lo que no es; sólo lo real.
Ésa es la ética y la estética de lo verdadero.
"Se había impresionado tanto con la obra de Maritain que tradujo algo de ella al italiano y siguió admirando al escritor francés hasta el día de su muerte. Por cierto que para esa época Maritain estaba horrorizado ante el espectáculo de la Iglesia no sólo arrodillada, sino arrastrándose a los pies del mundo. Antes de morir escribió El campesino de la Garonne, una acusación mordaz de las actuales tendencias predominantes dentro de la Iglesia las que, irónicamente, derivan en no pequeño medida de sus propias enseñanzas. Maritain, por cierto, nunca había aceptado las implicancias lógicas del humanismo integral, que llevado a sus últimas consecuencias, debe resultar en la negación de la naturaleza divina de la Iglesia y de su fundador; porque si Cristo es Dios y la Iglesia habla en Su Nombre, entonces tiene derecho a exigir, como decía Pío XI, que el deber de ―honrar públicamente a Cristo y de prestarle obediencia se refiere no sólo a los particulares, sino también a los magistrados y a los gobernantes".
Hemos de hallar a Dios en las cosas que conocemos, y no en las que ignoramos. Dios quiere ser comprendido por nosotros en las cuestiones resueltas, y no en las que áun están por resolver [...] Dios no es un tapa-agujeros. Dios ha de ser reconocido en medio de nuestra vida, y no sólo en los límites de nuestras posibilidades. Dios quiere ser reconocido en la vida y no sólo en la muerte; en la salud y en la fuerza y no sólo en el sufrimiento; en la acción y no sólo en el pecado. La razón de ello se encuentra en la revelación de Dios en Jesucristo. Él es el centro de nuestra existencia, y no ha "venido" en modo alguno para resolvernos cuestiones aún sin solución
Y esta otra de D. Bonhoeffer a E. Bethge fechada en la prisión de Tegel (Berlín) el 6 de junio de 1944:
El hombre ha aprendido a arreglárselas solo en todas las cuestiones importantes sin recurrir a "Dios" como "hipótesis de trabajo". Eso es ya evidente en las cuestiones científicas, artísticas e incluso éticas, y ya nadie osaría ponerlo en duda; pero de un centenar de años a esta parte, ha ido cada vez haciéndose más válido en las cuestiones religiosas: se ha puesto de manifiesto que, también sin "Dios", todo marcha ahora tan bien como antes. Al igual que en el campo científico, también en la vida diaria de los hombres se va haciendo retroceder a Dios cada vez más lejos y más fuera de la existencia; también aquí Dios está perdiendo terreno´[...] La apologética cristiana ha adoptado las más variadas estrategias para oponerse a semejante seguridad en sí mismo. Intenta demostrar al MUNDO, ya mayor de edad, que no le es posible vivir sin el "tutor" Dios. Aunque se haya capitulado en todas las cuestiones seculares, quedan aún las llamadas "cuestiones últimas" -muerte, culpa- en las que sólo Dios puede darnos una respuesta y debido a las cuales tenemos necesidad de Dios, de la Iglesia y del párroco. Hasta cierto punto nosotros mismos vivimos de esas denominadas cuestiones últimas de los hombres. Pero ¿quéocurrirá si, un día, dejan de existir como tales, es decir, si también estas cuestiones hallan una respuesta sin "Dios"?.
Qué cosas ¿verdad?
Qué cosas ¿verdad?
¡Qué talento el de éste Demetrio! Afortunadamente no es español; pues oí decir por ahí que en expaña ya no caben más tontos.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo.
El rechazo del mundo que Cristo ha venido a redimir lleva asociada una gran carga de gnosticismo. Está comentado desde una perspectiva Calvinista:
http://www.americanvision.org/worldviewforum/viewtopic.php?f=55&t=915&start=0&sid=9c5f50ab83ef0edcfc87d94a4c92a5a8
El texto que indicó _luis_ un poco más arriba es muy importante para terminar de centrar el asunto. Vale la pena leerlo con detenimiento.
http://tollers.jack.googlepages.com/Maritainanti-kuktraduccinannima.doc
Cambiando de tema, lo último que descubrí antes de salir de vacaciones fue esta página:
http://superflumina.org/
Los textos que aparecen en ella son de mucha calidad.
Volviendo a cambiar de tema, os escribo este comentario desde un ordenador con acceso a internet que, fortuitamente, ha "caído" temporalmente en mis manos.
Perdonad que no os responda individualmente. Estoy de vacaciones y sometido a una dieta estricta de "no internet".
Mi mujer y mis hijos se lo merecen.
Vosotros también.
ADVENIAT REGNVM TVVM.
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