Don Camilo y el Concilio Vaticano II
En el año 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial Giovanni Guareschi, que había luchado por su país en el frente oriental y tras el armisticio firmado por Italia con los aliados, sido preso de los alemanes, fundó en Milán un semanario satírico llamado “Cándido". El objeto de la sátira es fundamentalmente el comunismo italiano, la Unión Soviética y los países del pacto de Varsovia. En estas páginas nació su mayor creación, Don Camilo, famosísimo y con cara de Fernandel. Un sacerdote, íntegro, dedicado a Cristo (que lo amonesta con regularidad desde el crucifijo del altar), a la Iglesia (aunque su obispo ni le comprenda ni le aprecie) y la su grey (entre los que hay bastantes votantes de ese botarate de Peppone y su partido comunista).