La autocrítica es demasiado poco
En el artículo de ayer, comentando un programa de la televisión, hablábamos del feng shui y las creencias supersticiosas de que los desagües, las vibraciones de los minerales y las energías positivas determinan la felicidad de las personas que viven en una casa. Una lectora, Yolanda, preguntaba:
¿No hay alguna autocrítica que hacerse al respecto? No hay que irse hasta los tiempos de Feijoo para reconocer un catolicismo plagado de supersticiones pintorescas;
En mi opinión, Yolanda, es probable que algunas supersticiones de hoy sean consecuencia de excesos de la piedad popular (que yo, la verdad, siempre he visto combatir a los curas). Además, precisamente esas supersticiones son las que me parecen más repugnantes, como la santería, que mezcla elementos claramente paganos e incluso demoníacos con el nombre de los santos. Sin embargo, cosas como el feng shui, las brujas, etc. no tienen nada que ver con el cristianismo y parece evidente que, cuanto menos cristiana es la sociedad, más terreno ganan esas cosas, precisamente porque no son cristianas.

Ayer escuché en la televisión como un programa aparentemente serio ofrecía unos criterios esenciales para la felicidad de las familias. Una buena señora, presentada como experta, daba consejos sobre la importancia del Feng-shui, para conseguir una casa apacible, llena de bienestar.
Quiero dedicar este artículo a un antiguo himno latino de adviento, basado en el profeta Isaías, que es verdaderamente maravilloso, el Rorate Coeli. Todo aquel que tenga algo de poesía en su alma quedará sobrecogido al leerlo. Puede usarse además como una magnífica oración para repetir todos los días en este tiempo de Adviento.
No sería justo decir que la variedad y profundidad de las respuestas recibidas me han sorprendido, porque la calidad de los lectores de este blog es de sobra conocida. Sí que diré, en cambio, que me he sentido justamente orgulloso de mis lectores, de lo sustanciosas que han sido sus respuestas y de cómo han sabido identificar, sin vacilar, los puntos fundamentales de la cuestión. Como verán, he recogido todas las respuestas en este extenso artículo, que toca muchos puntos esenciales de la vida cristiana.
El otro día, afirmé que mi 
    
            
            
            
            
            
            
            


