Caricaturas anticatólicas (II): Lutero contra el Papa
Generalmente, los autores de las caricaturas anticatólicas son personas desconocidas para la gran mayoría de la gente. El oficio de caricaturista no parece ser muy del gusto de los historiadores, de modo que los libros de historia apenas tratan la cuestión. Hoy, sin embargo, traemos al blog a dos autores de caricaturas anticatólicas muy conocidos: Martín Lutero y Lucas Cranach el Viejo.
Entre el Reformador y el pintor, escribieron un librito, o más bien un panfleto, titulado Contra el papado en Roma, fundado por el demonio (1545). De él vamos a tomar hoy algunas caricaturas para edificación, o al menos información, de nuestros lectores. Según los talentos de los que disponía cada uno, Cranach aportaba los dibujos y Lutero unos versos que los explicaban.
La semana pasada, veíamos una caricatura en la que el autor pretendía dar un argumento contra los católicos. Un argumento muy sesgado, pero argumento al fin. Estas caricaturas no se molestan en dar argumentos, aunque sean sesgados y, en ese sentido, están en el escalón más bajo del valor aportado por el género caricaturesco. Como verán los lectores, son puros desahogos groseros y vulgares de un odio mortal contra el Papa. Es muy triste (y significativo) que sean obra del más ilustre de los Reformadores.
En la primera, de gran calidad pictórica y humana, se puede ver al Papa sentado y a dos personajes que le enseñan el trasero mientras expulsan gases por el mismo. La poética explicación de Lutero:
“No nos asustas, Papa, con tu condena,
Y no seas tan iracundo
Porque, de otro modo, nos daremos la vuelta
Y te enseñaremos nuestros traseros”.
En otra caricatura, titulada “El Papa, doctor en Teología y maestro de la fe”, el Papa aparece como un burro tocando la gaita y los versos de Lutero dicen:
“El Papa puede interpretar la Escritura
Y acabar él solo con los errores
Igual que un asno puede tocar la gaita
Él solo y acertar con las notas”.
A continuación, presentamos otro dibujo del libro, que representa al Papa como el trasero de un monstruo que supuestamente había aparecido en las orillas del Tíber.
En esta, titulada “El Papa, dios de este mundo, es adorado”, un par de espontáneos defecan en la tiara papal y en el escudo pontificio se han sustituido las llaves por dos ganzúas de ladrón. Lutero apostilla:
“El Papa ha tratado el Reino de Cristo
Igual que su corona está siendo tratada aquí.
Si tienes alguna duda, el Espíritu lo dice (Apocalipsis 18),
Echadlo con alegría, porque Dios mismo lo manda”.
La referencia bíblica es a las palabras del Apocalipsis contra la Gran Babilonia, que para Lutero representaba el Papado, especialmente el versículo 18,6: “Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.”
Otra caricatura, con gran refinamiento, dibuja al Papa subido en una cerda y con apestosos excrementos en las manos. Es una referencia al Concilio que iba a reunir el Papa y los versos alusivos de Lutero dicen:
“Cerda, deja que monte encima de ti
E hinque las espuelas en tus costados,
Quieres tener un concilio
Y en lugar de eso te doy mi mierda”.
En esta, más imaginativa, se presenta la “historia” del Papa: engendrado junto con sus cardenales por las Furias (una especie de demonios de la mitología griega), es criado y amamantado por ellas.
Finalmente, podemos ver cuál era, según Lutero, el final que merecían los cardenales y el propio Papa: morir de muerte ignominiosa, ahorcados como criminales. Los versos del Reformador decían:
“Si fueran justamente castigados
el Papa y los cardenales aquí en la tierra,
Sus blasfemias merecerían
Lo que ves pintado aquí”.
En fin, creo que estas perlas bastan para que uno se pregunte en qué diantres estaban pensando los responsables del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos cuando llamaron a Lutero “testigo del Evangelio”. El Reformador alemán era ciertamente sincero en sus creencias y quería seguir a Cristo, pero es un claro ejemplo de pasiones desatadas, justificadas a posteriori por una doctrina hecha a medida de sus pecados, desde el biniomio desesperanza/presunción hasta la soberbia, la ira y la lujuria.
Si pecamos, que al menos Dios nos libre de intentar justificar nuestros pecados. Y si caemos en esto último, Dios nos guarde de hacerlo farisaicamente, so capa de religión.
51 comentarios
y hablar, del mal hecho por "testigo de la fe"?..
saludos Bruno..
Así dice el Libro de la Concordia.
Los mejores chistes de los herejes son sus documentos doctrinales.
La manera de actuar de lutero, sus dibujos, su bajeza en la caridad, su odio, su actuar...?es de una persona santa y llena del Espíritu Santo, o denota más bien que vienen del otro lado?, del lado oscuro. O sea del demonio sin más vueltas.
Pues es un insulto el querer poner por algunos a este hereje a la altura de S.Agustin, Santa Teresa, etc. A quien quieren engañar?
Y entiendan que nadie se salva solo por tener fe. Lo dice el Evangelio:
-Y dijeron los que le oían: ¿Entonces quién puede salvarse? Él respondió lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios (Lc.18,26-27)
Aquí esta el saber y comprender del porqué Jesucristo dice:" »En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles del cielo, ni el Hijo del hombre. Solamente lo sabe el Padre.
Cierto: Solo Dios lo sabe. Y para saberlo hay que ser en Dios, como Dios es.
"Debemos primeramente (a los judíos) prender fuego fuego a sus sinagogas y escuelas, sepultar y cubrir con basura todo aquello a lo que no prendamos fuego para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o ceniza" No es Hitler, es el "testigo del Evangelio" en "Sobre los judíos y sus mentiras" de 1543.
"Tolerabilius esse vivere sub turca quam hispanis, nam turca confirmatio regno servare iustitiam sed hispanos plane esse bestias." Esto no sé si es de Lutero o de Teresita de Liseaux.
En la revuelta de los campesinos de 1524 provocada por él, al escapársele de las manos, dirigió a los príncipes alemanes esta breve pero aclaratoria indicación rezumante de caridad y espíritu evangélico: "Son cerdos. Ahorcarlos a todos"
Y de este tipejo se ha puesto su retrato en el Vaticano y se pretende este año festejar la herejía, la crápula, la mentira, el odio, el crimen y la ordinariez suburbial.
Testigo del Evangelio.
Hay que joderse.
Si bien este post es sumamente informativo e ilustrativo contra los argumentos basados en 'lugares comunes' de que Lutero era un santo que luchaba contra la corrupción de la Iglesia, tampoco es del todo positivo hacer una propaganda de sus bajezas, cuando muchos de los propios luteranos no las resisten.
Hoy es primordial el estudio de la Confesión de Augsburgo y otras fuentes de la doctrina luterana y/o "reformada" para lograr una concordia, de la misma manera que se logró con los anglicanos a través de los Ordinariatos, sin por ello rehabilitar a Cranmer o a sus discípulos protestantes.
Como exclama sabiamente el amigo Haddock: ¡Hay que joderse! (y apretar el culo para no caerse, añado)
Estoy de acuerdo en el tono conciliador de la Confesión de Augsburgo que es una propuesta de concordia política al Emperador, tan llena de bajeza como la actitud de los arrianos en Nicea firmando el homoousios por sumisión a Constantino.
La estrategia de los herejes siempre será la misma: adulación y sometimiento al poder civil, rebeldïa contra la Primacía por Derecho Divino y acuerdos entre ellos que pasan por considerar sus desacuerdos como "doctrinas de segundo rango".
Las pocas cosas en las que Lutero tenía razón (regeneración bautismal, Presencia Real, confesión ante el sacerdote) son despreciadas por la mayoría de los protestantes hoy día, que son credobautistas, memorialistas, cesacionistas...
"y hablar, del mal hecho por "testigo de la fe"?"
Alguna vez he hablado de ello. Por ejemplo: La Reforma hizo un gran daño a la comprensión de la Escritura
"Hoy es primordial el estudio de la Confesión de Augsburgo y otras fuentes de la doctrina luterana y/o "reformada" para lograr una concordia, de la misma manera que se logró con los anglicanos a través de los Ordinariatos, sin por ello rehabilitar a Cranmer o a sus discípulos protestantes"
Bueno, los anglocatólicos se unieron con la Iglesia repudiando los errores de Cranmer y los demás. No se llegó a la unión con ellos estudiando las teorías de Enrique VIII sobre su autoridad ni las de los ministros de su hijo. De hecho, los anglocatólicos que se unieron con Roma habían llegado a la fe católica antes de que pidieran la unión con la Iglesia y se crearan los ordinariatos para ellos.
En cambio, con los luteranos se firmó un documento conjunto sobre la justificación... que no sirvió prácticamente de nada, porque inmediatamente muchos luteranos señalaron la verdad: que el documento rechazaba las ideas de Lutero sobre el tema. Para que los luteranos vuelvan a la Iglesia tienen que abandonar las herejías de Lutero; no hay otra salida.
(Nota: aunque el documento mencionado no sirvió para acercar el luteranismo a la Iglesia, sí que sirvió para que algunos luteranos individuales entendieran lo que realmente creía la Iglesia, más allá de la propaganda protestante, y se hicieran católicos).
Cachisss! Era un sueño.
De vuelta a la triste realidad.
Y sin embargo su Misal y sus rituales, con ciertas enmiendas, son tomados en gran medida del anglicano-calvinista Book of Common Prayer que había sustituido al English Missal. Lo mismo numerosas devociones y literatura post-reforma inglesa, que desde la perspectiva "católica romana " se apartan de una u otra manera y en mayor o menor medida de las tradiciones y costumbres --por no decir de la teología-- más segura y ortodoxa de la Iglesia católica. Ni hablar de la heterdoxa.
Mi punto es: los anglicanos deseaban conservar muchas de sus tradiciones protestantes o al menos protestantizadas que no necesariamente eran anti-católicas sino lisa y llanamente "reformadas" a su modo. Debería --creo-- seguirse el mismo camino con los luteranos que deseen el acercamiento, aprovechando la casi intuitiva experiencia
que se dio lugar entre los anglicanos.
La brecha con las diversas denominaciones luteranas es mucho más amplia, pero vale la pena ponerse a la oración y al trabajo con toda la pasión por la verdadera unidad.
In Christo.
El Papa tiene en común con Alejandros, Julios, Leones e famiglia, que todos son sucesores de Pedro y a pesar de sus debilidades y errores (podía usted haber añadido entre otros al nefasto Esteban o al torpe Paulo IV, que con su fijación contra España ayudó a la pérdida de Inglaterra,) profesan oficialmente una misma fe.
El numerito de que un Papa celebre a Lutero es como si los tomates de mi huerta concelebraran con las amanitas phalloides en razón de que les alimentan la misma tierra. Unos son nutritivos y ricos en vitamina C; las otras son mortalmente venenosas.
Me parece bien que siga dando la lata en este portal porque mientras tanto no hace cosas peores, pero permítame la arrogancia de invitarle a que rece a la Santísima Virgen María, de la que habrá oído hablar aunque creo que desconoce su poderosa intercesión para casos complicados como el suyo.
Se lo digo (y no es broma) con mucho afecto.
¿Lo mío? Rosarios, oraciones, misas, sufrir, mirar al Cielo, pedir, dar, ven Señor Jesús, amar a Su Madre, llorar, ora pro nobis, conversión, penitencia, ayuno... Amar al padre eterno que nos da la vida y cumplir Sus Mandamientos.
LO suyo. por lo visto, y por lo que nos ha contado en este portal, además de pontificar sobre sus bajuras, enseñarnos los colmillitos y burlarse de Jesucristo y Su Doctrina, es tomar por la retambufa, cosa que al Dios que le dio la vida no creo que le haga mucha gracia. No cambio lo mío por lo suyo. O dicho de otra manera, no cambio el Cielo que mi Dios me tiene prometido por el infierno.
Un servidor antepuso un libro de San Leon Magno, y al menos hasta que se den cuenta, el hereje quedará cubierto.
Decir que Lutero fue testigo del evangelio tiene sus consecuencias, como se ve.
Entre las últimas cosas por las que fui a preguntar estaban un Misal Tradicional de Juan XXIII y la Casti connubii. Eso no lo tenían pero la Adulterii gaudium sí estaba en el escaparate. ¿Tendrán la Exurge Domini??
Además era un cerdo provocador, chulo, prepotente y satánicamente soberbio. Pero si hubiera sido un tipo amable y de buen carácter, habría seguido siendo un heresiarca.
Bruno, esta afirmación implica que crees entender el estado espiritual y psicológico de Lutero. Supongo que no crees haber recibido el don de la clarividencia, por lo menos sobre el alma de Lutero, por lo que afirmas eso en base a lo que escribieron otros, muy probablemente Heinrich Denifle (1844-1905). El punto es que Denifle tampoco recibió el don de clarividencia sobre el alma de Lutero, por lo que su afirmación de que la inmoralidad de Lutero es la raíz y fuente de su pensamiento y acción cismáticos-heréticos es una mera hipótesis.
A la hora de evaluar hipótesis, puede ser tanto o más válida la de otro biógrafo católico de Lutero, Hartmann Grisar (1845-1932), que en su obra, publicada en 1911-12 en tres tomos y resumida en 1926 en uno, pone a la raíz del pensamiento y la praxis de Lutero una psiquis enferma, neurótica y maníaco-depresiva.
Aunque la hipótesis de Grisar es a mi juicio (que ciertamente no goza de clarividencia) mucho más cercana a la realidad que la de Denifle, es importante tener en cuenta que hace 100 años no existía el concepto de neurodiversidad ni se conocía el rol de los neurotransmisores en la psicología. Si Lutero hubiese vivido hoy, un psiquiatra probablemente le habría prescripto fluoxetina o paroxetina, más algún antipsicótico para sus visiones. En su tiempo, y tal vez también ahora, lo mejor para él habría sido dejar el monasterio e irse a vivir tranquilo al campo, trabajando en algo que involucrase mucho ejercicio físico.
Además de estas consideraciones, la fecha de composición de esta obra en particular, un año antes de la muerte de Lutero, amerita tener en cuenta su obesidad creciente, siendo su peso probable hacia el final de su vida unos 150 kg, a juzgar por un grabado. Esa obesidad morbosa va asociada a resistencia a la insulina y diabetes tipo II, y la alta glucemia consecuente va asociada a una pérdida de lucidez. Cualquiera que haya cuidado un diabético pudo notar la diferente agudeza mental cuando la glucemia está en 100 versus cuando está en 300. No es de extrañar que las últimas obras de Lutero, contra el papado y contra los judíos, sean puro desperdicio.
Sin olvidar sus deficiente formación de base occamista.
No se va contra Dios, tal como fue Lutero, por diabetes física sino por diabetes moral en grado superlativo.
Estoy de acuerdo en que es muy posible que tanto Lutero como otros personajes históricos hayan tenido diversos síndromes, tanto psiquiátricos como de otras especialidades médicas, aunque opino que siempre hay que ser cauto al afirmarlo, porque ese tipo de diagnósticos, que no permiten hacer pruebas, son poco fiables.
En cualquier caso, si bien es un tema interesante para el historiador y para los aficionados a la historia, creo que no cambia en nada lo sustancial de mi afirmación sobre Lutero. Todas esas dolencias, en los grados de los que estamos hablando, influyen en el que las sufre, pero no anulan su libertad, por lo tanto no se puede decir que expliquen perfectamente su comportamiento (las causas físicas solo explican perfectamente el comportamiento de seres no dotados de libertad). Hasta donde yo sé, no hay nadie, ni de su época ni de la nuestra, que pretenda que Lutero tenía enfermedades fisiológicas o psiquiátricas tan graves que anulasen su libertad.
En cuanto a la capacidad de ver el interior de Lutero, es importante recordar que lo que nos prohíbe Cristo no es calificar conductas, sino juzgar a las personas. Yo no tengo ni idea de cuál es el juicio que mereció Lutero ante Dios, porque no conozco por completo su historia, atenuantes subjetivos (médicos o no), circunstancias, etc. (de hecho, ayer recé por Lutero, para que Dios haya tenido misericordia de él), pero lo que sí puedo hacer es calificar su conducta.
De hecho, lo que yo he hecho en las últimas frases del artículo es, simplemente, analizar lo que el mismo Lutero explicó sobre el origen del luteranismo: cuando monje, caía en la desesperanza porque no era capaz de pecar y tenía un miedo horrible de condenarse. En lugar de salir de la desesperanza por la vía de la esperanza, intentó hacerlo por el lado opuesto: la presunción. Y construyó todo un sistema teológico (y, a la postre, una religión) basado en ese vicio de la presunción, que él llama la justificación por la fe, que es la piedra angular del luteranismo. Otros elementos del sistema los fue añadiendo cuando la Iglesia intentó sacarle de su error, porque no admitía que nadie lo hiciera: si el Papa le decía que eso era erróneo, el Papa era el anticristo; si la Tradición negaba sus doctrinas, la Tradición era meramente humana y solo la Escritura tenía valor; si algunos libros de la Escritura contradecían sus opiniones, o no eran verdaderamente Escritura o eran meras "epístolas de paja"; si estaba harto de la pobreza, la obediencia y la castidad, esos votos eran imposibles de cumplir y nulos.
Por supuesto, Lutero también tiene cosas buenas y, por supuesto, no tengo ni idea del grado subjetivo de culpa que había en él, porque eso solo lo sabe Dios. Pero que, al igual que Enrique VIII, es un ejemplo perfecto de elevar sus propios vicios y pasiones a regla universal creo que es evidente.
"Me parece bien que siga dando la lata en este portal porque mientras tanto no hace cosas peores, pero permítame la arrogancia de invitarle a que rece a la Santísima Virgen María, de la que habrá oído hablar aunque creo que desconoce su poderosa intercesión para casos complicados como el suyo". Pues sí, bastante soberbia su actitud, ciertamente la menos idónea para encomendarme a la Santísima Virgen a la que invoco a diario desde niño como me enseñaron, sobre todo para agradecerle el haberme concedido darme cuenta de a quiénes conviene no hacer mucho caso en este valle de lágrimas. Desde el afecto también.
"Esperando a Cristo", ¿qué le hace pensar que usted tiene prometido el cielo y los demás no? A ver si con tanto rosario y tanto "sufrir" (sic) se le olvidó que insultar a sus hermanos tira por tierra su empeño de no "cambiarse por ellos".
Chimo de Valencia, los datos biográficos deslumbrantes deben contrastarse con otros de más dudosa dignidad mundana. Que me da igual si fueron la coartada interesada y fullera para el agustino alemán, ahí estaban y ahí se aprovechó él. En román paladino: "A río revuelto, ganancia de pescadores".
No creo que la intención del Santo Padre sea la de ensalzar al reformador, sino la de provocar una reflexión sobre el brutal desorden sobre desorden que se produjo hace quinientos años, mostrando que el cisma, declarado o guardado, es una constante entre los hijos de la Iglesia, que nunca nos entenderemos, ni falta que hace a lo mejor.
En definitiva, antes y ahora: política.
Pasando ahora a tu percepción de que ML, "cuando monje, caía en la desesperanza porque no era capaz de pecar" (supongo que quisiste escribir "no era capaz de evitar pecar"), insisto en que ésa es la hipótesis de Denifle y que afirmarla como más que una mera hipótesis es a mi juicio juicio temerario. Más aún, a mi juicio mi propia hipótesis es mucho más plausible, y para penitencia de los potenciales lectores la resumo a continuación:
Mi hipótesis es que ML era un caso de un cuadro de conectividad neuronal atípica caracterizado, usando términología de telecomunicaciones, por poco ancho de banda para control y gran ancho de banda para pensar, sentir, etc.
Esto tiene como consecuencia que, mientras la persona está haciendo una actividad que requiera un cierto grado de control, esa actividad ocupa toda su ancho de banda disponible para control, de modo que no puede a la vez controlar sus pensamientos, sensaciones. A la vez, es probable que la actividad en cuestión le deje amplia capacidad disponible para pensar, sentir, etc, dando lugar a un flujo mental que la persona no puede controlar a menos que deje de realizar la actividad (lo cual no es recomendable si está conduciendo un auto o manejando maquinaria). Ese flujo mental literalmente anárquico puede ser cualquier cosa, como el desarrollo de una tesis o del argumento de un libro o de un guión de temática pecaminosa (ya sea en el sentido carnal o en el de violencia) en el que uno bien puede ser el personaje.
Por lo tanto, si la persona tiene además TOC instanciado en la práctica religiosa, y no entiende claramente SU realidad, específicamente que mientras está haciendo algo su baja capacidad de control está totalmente ocupada en esa actividad y por lo tanto no tiene capacidad de control disponible para "ordenar" sus pensamientos o sensaciones de manera que sean "limpios" (y recordemos que el TOC se caracteriza por buscar "limpieza" y "orden"), el tipo va a estar totalmente jodido por los escrúpulos, porque va a pensar que esos pensamientos o sensaciones son pecados.
Para discernir cuán probable es que un cuadro de este tipo describa el caso de ML, hay que evaluar tres puntos, del cual uno de ellos es la probabilidad de que tuviese el cuadro caracterizado por conectividad neuronal atípica, el cual no voy a tratar aquí. Los otros dos son:
A. El nivel de actividad que realizaba en su tiempo de monje. Este requisito es sobradamente satisfecho, según el artículo sobre ML en la Enciclopedia Católica [1]:
"Su posterior nombramiento en 1515 como vicario del distrito le hizo ser el representante del vicario general de Turingia y Sajonia. Su obligaciones eran muy variadas y su vida muy ocupada. Le quedaba poco tiempo para los proyectos intelectuales y la creciente irregularidad en el cumplimiento de sus deberes religiosos no podía ser algo bueno para su futuro. El mismo nos dice que necesitaba dos secretarios o cancilleres, escribía cartas todo el día, predicaba en la mesa, también en monasterio y en las iglesias parroquiales, era superintendente de estudios, y como vicario de la orden tenía tanto que hacer como once priores; daba clases sobre los Salmos y S. Pablo, además de preocuparse por los recursos económicos del monasterio de 22 sacerdotes, 12 jóvenes, un total de 41 personas."
B. La probabilidad de que haya tenido TOC. Este requisito es sobradamente satisfecho por sus bien conocidos problemas de escrúpulos, los cuales son el TOC instanciado en la práctica religiosa. Además es bien sabido que tenía accesos de ira y episodios de depresión, siendo los tres problemas (TOC, ira y depresión) consistentes con el mismo cuadro de desbalance de neurotransmisores, particularmente falta de serotonina.
Por lo tanto, si mi hipótesis es correcta, como personalmente creo que es, Lutero era libre de tomar básicamente dos opciones:
- Una basada en la humildad, diciendo "La doctrina y praxis de la Iglesia son correctas y son la referencia, yo soy neurológicamente defectuoso y no soy apto para la vida de monje. Pido reducción al estado laical y vivo tranquilo practicando la fe hasta donde puedo."
- Otra basada en la soberbia, diciendo "Yo soy la referencia y la doctrina y praxis de la Iglesia están equivocadas."
[1] ec.aciprensa.com/wiki/Mart%C3%ADn_Lutero
Esto puede interpretarse en dos sentidos no mutuamente excluyentes:
- NSJC no posee los conocimientos en temas de psiquiatría que los psiquiatras poseen.
- Los temas de psiquiatría son irrelevantes para el juicio moral, por lo que NSJC no necesita tenerlos en cuenta para juzgar.
Aún cuando Ud lo haya dicho en el segundo sentido, la lectura natural de la cita resulta en el primero, el cual es heterodoxo en el mejor de los casos y blasfemo en el peor.
No son muy diferentes de las críticas que recibe el papa actual de algunos de sus comentaristas (de usted) e incluso de colaboradores de esta página (alguno convenientemente silenciado, o casi).
No veo por qué, son criticables las caricaturas que usted trae a colación y no los comentarios que proliferan por aquí
No tengo los conocimientos necesarios para opinar sobre una evaluación de Lutero desde el punto de vista psiquiátrico o neurológico. Vuelvo a aconsejar ser muy cauto con estos temas (por ejemplo, los escrúpulos son algo normal en ciertos momentos del camino de crecimiento espiritual y no creo que sea correcto asimilarlos a un trastorno obsesivo compulsivo), pero más allá de eso no puedo decir nada.
Mi único interés era resaltar que, cuando los trastornos (o diversidades) de tipo neurológico no llegan a quitar la libertad, son asimilables a las otras innumerables circunstancias que nos influyen a todos. Cuando uno llega cansado del trabajo, es más probable que peque de ira. Cuando uno tiene 20 años es más probable que peque de lujuria que cuando tiene 70. Etcétera. Pero lo cierto es que en ambos casos son pecados reales, de los que somos realmente culpables. La opinión predominante en nuestra época postcristiana es que el hombre es un animalito, completamente condicionado por las circunstancias, y hay que cuidar de no sucumbir a esa presión ideológica.
Saludos.
"...heterodoxo en el mejor de los casos y blasfemo en el peor"
Entiendo que la frase de Palas Atenea no pretendía ser una afirmación, sino una ironía.
¿No puedes percibir que al afirmar que el deterioro metabólico de Lutero en sus últimos años no tuvo influencia sobre su lucidez y sobre el carácter de sus escritos de esos años estás también especulando?
Por otro lado, yo no digo que ese probable deterioro en su lucidez influyese en su posición respecto a los distintos temas, sea la doctrina católica, la jerarquía católica o los judíos, sino en el carácter desaforado de sus escritos de esos años, que no eran argumentativos sino una burda sarta de improperios.
Hay que distinguir condicionar de determinar. Las circunstancias internas, ya sean estructurales o pasajeras (*), o externas no determinan la elección moral pero sí la condicionan.
Una persona de perfil típico o en condiciones de descanso, etc. puede ser libre de elegir entre dos opciones A y W, la primera moralmente lícita y la otra ilícita, mientras otra persona de perfil atípico o en una condición de cansancio puede ser libre de elegir entre B y W, siendo la primera moralmente lícita, pero no A.
Personalmente yo tuve en una época accesos incontrolables de ira, durante los cuales mi libertad se reducía a elegir hacia qué orientarlos, siendo la opción posible y moralmente lícita ponerme a golpear el respaldo acolchado de un mueble. Cuando identifiqué y suprimí de mi dieta el factor que provocaba los accesos (el resaltador de sabor glutamato monosódico) desparecieron de una semana para otra, sin que hubiese habido cambio alguno en mi vida a cualquier nivel, ya sea espiritual, psicológico, familiar, laboral, social, etc.
(*) Notemos que el concepto de "circunstancias internas" es un oxymoron, incluso etimológicamente (circun = alrededor), si los referimos a la persona en su totalidad. Las características estructurales o la condición temporal, como el cansancio, de una persona, pueden ser considerados "circunstancias" solamente si los referimos a la voluntad o libre albedrío (términos que designan la misma potencia, ST I, q.83, a.4).
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