Nazis 1, Católicos 0
Hoy por la mañana vi una nota de prensa sobre Udo Voigt, el neonazi elegido al parlamento europeo, y mi primera reacción fue pensar “¿Qué ocurre con los católicos? ¿Hasta los nazis tienen mejores resultados políticos que nosotros?”. Es una idea que no he podido quitarme de la cabeza. En serio, tenemos que encontrar una forma de explicar esta situación política, porque no se entiende que una organización global y encarnación de una tradición filosófico política fundamental para la cultura de occidente –me refiero a la Iglesia–, no sea capaz de elegir ni siquiera a uno de los suyos; al tiempo que los nazis sí pueden hacerlo.
Visto así, se trata de una situación inexplicable.
Ante esta pregunta, hay varios enfoques posibles. Por ejemplo, se podría decir que los católicos se encuentran dispersos en muchas otras agrupaciones políticas, de modo que no es posible comparar el éxito de un candidato extremista, con los euro diputados católicos, que pueden ser muchos. Mi respuesta: es muy probable que haya católicos entre los políticos elegidos para las últimas elecciones, y que algunos de ellos sean hijos fieles de la Iglesia; pero no he oído que alguno fuera elegido por ser católico, representando los principios no negociables de Benedicto XVI. Y si resultaron vencedores fue bajo otras banderas, alianzas y partidos políticos. Udo Voigt, en cambio, fue condenado por los tribunales bajo cargos de incitación al odio racial, negación del holocausto e incitación al racismo, y luego va y se presenta a las elecciones, y 300.000 personas lo apoyan. Es decir: Nazis 1, Católicos 0.
También se podría decir que ese resultado se explica por la historia de Alemania, como cuna del movimiento nacional socialista, pero aplicando ese criterio, deberíamos poder decir que España, con toda su historia, sería el terreno propicio para que se eligiera al menos un eurodiputado por ser católico, pero no es así.
Como aquí estamos revisando todas las posibilidades, no dejaremos de mencionar la más terrible: puede ser que el cristianismo haya agotado su rol en la historia de la humanidad, y que los católicos seamos unos ilusos por aferrarnos a él. Esta es una conversación más propia de mantener con los ateos y agnósticos, así que la dejaremos para otro día.
Pero si es verdad de Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre, y la respuesta a todas las aspiraciones del hombre, es indispensable preguntarnos cómo llevar Su mensaje a un ámbito tan importante del ser humano como la política. Pero el solo hecho de escribir esto me hace pensar en las objeciones acerca de la separación entre Iglesia y Estado, es decir, que a los cristianos les está absolutamente vedado opinar en asuntos políticos. En este sentido, debemos admitir que hemos perdido una guerra cultural importante: el muro que libera al Estado de las obligaciones de la religión es una verdad inconmovible, y dado ese principio, los que sostengan lo contrario están destinados a ser irrelevantes.
Asumido que los católicos somos una minoría, que jamás llegaremos a ejercer el gobierno bajo una bandera cristiana, todavía cabe preguntarnos qué clase de minoría somos.
En 2009, el Papa Benedicto dijo:
Normalmente son las minorías creativas las que determinan el futuro, y en este sentido la Iglesia Católica debe entenderse a sí misma como una minoría creativa que tiene una herencia de valores que no son cosa del pasado, sino una realidad muy viva y relevante. La Iglesia debe actualizarse, estar presente en el debate público, en nuestra lucha por un verdadero concepto de libertad y paz.
Una minoría creativa, así nos definió el Papa. Una minoría creativa debe ser activa, dispuesta a actuar en el diálogo intelectual, en la educación y en la acción social, pero siempre en perfecta unión con la Iglesia. Y ese es nuestro otro problema, que incluso entre los católicos se ha instalado la idea que es posible ser católicos, sin adherir a todo lo que la Iglesia enseña en el Catecismo (en este sentido, corresponde agradecer a San Juan Pablo II por esta gran obra). Esta es otra batalla cultural que hemos perdido.
Lo cierto es que no solo somos una minoría, somos una minoría dentro de una minoría. Me refiero a que los católicos que participan en la vida sacramental de la Iglesia, cumpliendo sus requisitos mínimos (misa dominical, fiestas, diezmo) en las naciones occidentales apenas se eleva por sobre el 20%; pero incluso dentro de ellos una parte ínfima se siente obligado a concordar con la Iglesia en los asuntos sometidos a discusión política (aborto, matrimonio), mucho menos a votar conforme a su religión. Esta segunda minoría es tan ínfima, que si dijéramos que es un 10% de los que van a misa cada domingo, todavía nos alcanzarían los votos para escoger a un eurodiputado. La situación es peor.
Algunos de mis hermanos miran a los obispos y piden que expulsen de la Iglesia a los que no adhieren en un 100% a todo el Catecismo. Yo no estoy tan seguro que esa sea la labor de los obispos. No recuerdo dónde escuché que un obispo está encargado del bienestar espiritual de todos en su diócesis, no solo de los católicos, pero me parece una doctrina hermosa. Con esto en mente, si para algunos la participación habitual en los sacramentos es el camino a una adhesión más profunda a las doctrinas de la fe, no es tan evidente que expulsarlos de la Iglesia sea siempre lo que hay que hacer. Creo que eso nos quiere enseñar el Papa Francisco (aunque puedo estar equivocado, y lo digo porque me molesta la liviandad con la que tantos se toman del Papa para justificar sus posiciones personales. Esta es una posición personal).
Por otro lado, no podemos dejar de mencionar que tenemos obispos y cardenales que tampoco se sienten vinculados con las enseñanzas del Catecismo. Qué le vamos a hacer.
Ya para terminar estas ideas sueltas, creo que antes de ser una minoría creativa, tenemos que al menos calificar para ser una minoría, y no un agregado de grupos pastorales. Eso significa poner a toda nuestra Iglesia en una misma línea, con una catequesis dialogante y explicativa, que sepa entregar las razones por qué tal vez no sería conveniente matar al inocente, mentir o cometer adulterio. Puede parecer ridículo, pero a ese nivel estamos.
En términos más claros, lo que necesitamos ahora es una catequesis para católicos. Y mientras no ordenemos la casa de nuestra minoría, otras minorías más organizadas (como los nazis y los comunistas) nos seguirán venciendo. Y en este esfuerzo, la dirección de los obispos es indispensable.
41 comentarios
No hay nada que analizar, sólo tener la honestidad de reconocerlo por muy clerigólatra que sea uno.
No hay que olvidar que el Nazismo fue una de las tantísimas variantes del Liberalismo (en sentido lato), junto al comunismo, al socialismo y al liberalismo propiamnete dicho. Todas las cuales variantes repudian a la Iglesia con todas sus fuerzas.
Es sólo una posibilidad, no es necesario que me linchen por mencionarla.
Cito homiletica.org: Jesús, con la parábola de hoy te quejas de que los que hacen el mal pongan más empeño en sus objetivos que los que intentan hacer el bien: «los hijos de este mundo son más sagaces en lo suyo que los hijos de la luz» (Lucas 16, 8).
Además, es bueno constatar una vez más que no todos los católicos son como la lumbrera intelectual Ricardo de Argentina, para quien las democracias en el poder son nazis y terroristas y para quien el liberalismo, el comunismo y el socialismo son todo lo mismo. ¿Para qué queremos tantas palabras en castellano si para Ricardo bastan con dos o tres? Podríamos llamarlo "capacidad de síntesis". O "banalización del nazismo y del terrorismo".
Perdón, pero un nazi está contra el matrimonio homosexual, un nazi está a favor del matrimonio tradicional y las familias numerosas, y contra los anticonceptivos porque quiere más trabajadores-soldados para la patria, un nazi está contra la masonería y el comunismo, un nazi está a favor de un gobierno dictatorial un sistema admitido por la Iglesia.
Incluso un nazi está contra el aborto libre, solo lo admite en casos de niños malformados y de razas inferiores. Pero nunca admitiría una ley de plazos.
No, no. Un nazi no es algo diametralmente opuesto a ser católico.
Es más en lo de los famosos principios no negociables, nazis y catolicos están más cerca de lo que algunos querrían.
«¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?»
(Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.)
Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás.
Pero Pilato les decía otra vez:
«Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?»
La gente volvió a gritar:
«¡Crucifícale!»
Pilato les decía:
«Pero ¿qué mal ha hecho?»
Pero ellos gritaron con más fuerza:
«Crucifícale!»
Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado. (Mc 15, 6-15)
@ gringo: Y un nazi también está a favor de que los trenes lleguen a tiempo. Pero de partida es una ideología atea y materialista, y desde ese punto de vista su oposición con la Iglesia no puede ser más fundamental.
Estás usando otro cliché.
Los nazis no eran ateos y además tenían un sentido de la trascendencia.
Pero los católicos actúan no solamente en un partido católico.
Sospecho que el nacionalsocialismo actual mantiene los puntos fuertes del NSDAP (o sea, nacionalismo y socialismo), y en cambio ha desechado los más accidentales (como lo de tener muchos hijos o "prohibir" los anticonceptivos).
El nacionalsocialismo fetén (que no es exactamente igual al fascismo, aunque obviamente son hermanos) propugna ante todo la prevalencia de razas o pueblos "naturalmente superiores". Es una ideología basada en el racismo, el cual a su vez, como desarrollo ideológico está basado en... sí, el darwinismo social.
El darwinismo social (predominio del individuo/raza/nación más apto) es casi contemporáneo y muy cercano al darwinismo filosófico y científico. Su postulante original fue el señor Francis Galton, primo del propio Darwin para más señas.
El racismo y sus hijos (no sólo nacionalsocialistas) están todos enmarcados en la filosofía política norteuropea del 19 y principios del 20 (escandinavos, germánicos, anglosajones). O sea, la Europa protestante.
Por lo demás, los nacionalsocialistas no niegan principios básicos del liberalismo como la soberanía nacional o popular, el predominio de la razón científica sobre la Revelación o la autonomía total del Hombre (en su caso, el superhombre. Ellos son siempre "más").
Nazis y jacobinitos escépticos están mucho más cerca en sus principios de lo que algunos querrían.
Los nazis no eran cristianos, y su trascendencia no pasaba de cuatro eslóganes sobre la "providencia" de la raza aria y que "dios" (el que fuera) estaba de su parte.
En la práctica eran plenamente materialistas.
Se ve al candidato encima de una moto y el eslógan es "dale gas" (o "dales gas").
Es sencillamente repugnante.
Al final cada nación tiene sus propios pecados, y por mucha palabrería que se gasten, parece como si los germánicos no pudieran evitar ser racistas.
Pero sí estoy persuadido que todos los renegados católicos del último medio milenio han sido presa de algunas de las muchas variantes del Liberalismo, esto es, la cosmovisión de la Francesada. Cosmovisión radicalmente anticristiana, como lo han enseñado los Papas que condenaron repetidamente al Liberalismo.
Fue en esa misma Revolución donde aparecen las "izquierdas" (jacobinos") y las "derechas" (girondinos), variantes ambas de un Liberalismo en el que aún hoy se incluyen la inmensa mayoría de los partidos y los gobiernos. Porque quien no es de izquierda o de derecha, o es de "centro" o es un "ultra". Todos giran alrededor de las categorías liberales.
Los jacobinos o"zurdos" son los más apresurados, los de la vanguardia (socialistas y comunistas) para llegar al "paraíso" liberal que prometió las Francesada. La "derecha", en cambio" es más "conservadora" y postula, sí, avanzar en el mismo sentido, pero sin privarse del disfrute mundano. No es confrontativa como los jacobinos, y hasta es capaz de ir a Misa.
Mi visión simplona de "ver liberales por todos lados" tiene una ventaja: sirve para explicar porqué los partidos católicos no pueden prosperar, y porqué en el Parlamento Europeo pudieron entrar nazis pero católicos, no.
En cuanto al tema del nazismo y este partido, son los malotes necesarios para los gobernantes, que los utilizan so pretexto para implantar leyes que ellos mismos no se atreven promover abiertamente. Porque si no, Alemania podía perfectamente haber prohibido este partido, le duela a quien le duela. Y no quisieron hacerlo, eso es obvio.
Por lo demás, que el occidente en la actualidad utiliza el nazismo como herramienta política, lo comprobamos a diario hace meses en Ucrania.
Por la época del católico Kennedy, los EEUU consiguen operatividad logística para hacerse cargo de cualquier conflicto que ocurra dentro de las Américas. Se crea entonces el Comando Sur, con ingerencia hasta el Cabo de Hornos, como lo muestra el mapa del escudo que lucen en sus boinas.
Pero había un problema: desde las épocas en que el ahora obsoleto Imperio Británico se había hecho del control político de H.A., habían quedado en las cripto colonias una especie de guardias pretorianas al servicio de Londres, constituidas por una camarilla militar liberal todopoderosa. Camarilla que con el Comando Sur en operaciones se mostraba innecesaria, y por consecuente, onerosa y molesta. Y ello no obstante que las tales camarillas, haciendo gala de su secular obsecuencia, estaban dispuestas a hacer lo imposible para continuar prestando servicios al nuevo amo. Pero éste dijo “no”, y las camarillas en algunos casos se rebelaron, no queriendo largar el hueso. Fue al caso de Argentina y Uruguay, entre otros.
Había pues, que sacar del medio a tales “molestos aliados”. ¿Qué hizo el Imperio? Comenzó a facilitar la operatividad de desconocidos grupúsculos marxistas, al tiempo que adoctrinaba a los hijos de las camarillas dominantes (muchos de ellos sedicentes católicos, o “cato-liberales”, como el famoso P. Mugica) con los postulados de la Teología de la Liberación”, que instaba a la lucha armada contra los “opresores imperialistas” como un imperativo moral. El peronismo, al que los milicos liberales habían expulsado del poder, fue propuesto como causa a defender. Se “peronizó” artificialmete a una generación que provenía de hogares oligarcas, profundamente antiperonistas. Esto se hizo básicamente desde la universidad. (Luego el mismo Perón expulsaría a esos sedicentes peronistas, que en un principio habían logrado engañarlo.)
Las condiciones para la guerra estaban servidas porque el Imperio alentaba a ambos bandos (las picanas para las torturas venían desde USA). Y la guerra se hizo. Y la ganaron los militares. Entonces el Imperio, que los había apoyado en su lucha “antisubversiva” consintiendo que masacraran a los “jóvenes idealistas” para ganar la “guerra sucia”, puso en marcha su artillería legal y mediática para mostrar al mundo todo su horror carnicero, con lo cual perdieron el prestigio, el poder y muchos, la libertad. Merecidamente por cierto, en muchos casos.
Y como en una película, ganaron los “buenos”: se les dio el poder a los “jóvenes idealistas” (la Kristina” presume de ello), y en eso están.
Y la “Pax Americana” continúa.
Los nazis fundaron su propia Iglesia nacional, basada sobretodo en el protestantismo.
Además confundían en sus ritos el cristianismo con las religiones germánicas.
La división SS Galitzia formada por voluntarios polacos y ucranianos uniatas tenía sus propios capellanes católicos. Y según testimonios de supervivientes del Holocausto los guardianes de los campos de esta división eran peores que los alemanes. Y es que el antisemitismo no fue un invento nazi, y los eslavos durante siglos mamaron el odio al judío.
El nazismo no es un materialismo, sino un idealismo hegeliano basado en conceptos como el destino, el espíritu del pueblo, la necesidad de espacio vital, la familia, el orden social, la limpieza de sangre, etc.
Las obras de Hitler están llenas de referencias al "Señor", el "Creador", y no, no era Odin. Hitler se refería al Dios cristiano que conoció de monaguillo cuando en el coro de su parroquia austriaca vio las primeras esvasticas de su vida.
Entiendo que al ser en nuestra cultura occidental el nazismo lo peor de lo peor, uno quiera diferenciarse lo más posible de ellos, pero los muertos del nazismo no están en el debe del ateísmo.
La creencia en que las valquirias se llevan al Valhala a los guerreros muertos en combate te pueden parecer absurdas, pero eso no hace que la fe de los nazis fuera menos sincera.
Como ves, sirven para un roto y para un descosido.
Unos (nazis) se creen superhombres y otros (cristianos) se creen especiales y elegidos por un todopoderoso. Tan especiales que se arrogan el derecho a condenar y castigar aquí y ahora a quienes no comparten sus creencias, como si dudaran de que ese Dios que adoran no fuera a hacerlo en su momento, como ellos aventuran. Fíjate que,si existe, igual Él con su sabiduría, amor y justicia infinitas, considera que merecéis ser castigados por arrogantes y acabamos todos juntitos en vuestro Infierno, unos por no creer y vosotros por creer que sois su mano en la Tierra.
Saludos.
No me vengas con tonterías anda, si vamos a usar a los nazis para criticar al otro vais a salir perdiendo.
Cuando Alemania se anexionó Austria todo el episcopado católico firmó una carta pidiendo al pueblo su adhesión al nuevo régimen. Desde luego para ser los nazis "todo lo contrario" a los católicos, los obispos perdieron una oportunidad única para llamar a la resistencia o al menos para callarse y no echar más leña al fuego.
Muchas veces los católicos comparan nuestra situación con la de la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial y dicen que antes no se supo parar a tiempo a Hitler.
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En definitiva que no me vaciles con lo de admitir cualquier gobierno salvo uno islámico porque precisamente esa es la postura de muchos católicos.
¿Y a mí qué si los austriacos aceptaron o no a Hitler? La Santa Sede condenó el nazismo antes de que éste llegara al poder. Si a los ateos eso no les agrada, no es mi problema. A propósito, ¿Qué hicieron los ateos por impedir los crímenes nazis? Por si acaso, repartirse Polonia con ellos no cuenta.
- Los católicos somos minoria, y dentro de esa minoria hay que asumir que estamos en declive porque la mayoría de los católicos son de una edad avanzada, y por tanto el relevo generacional está francamente mal. Si ahora somos unos 6-7 millones, para el año 2030 no creo que seamos más de 3 millones.
- Que dentro de esos católicos, la mayoría suele ser informarse a través de los medios de comunicación tradicionales -prensa, radio, televisión- y por tanto viven ajenos a la existencia de partidos y agrupaciones que verdaderamente quieren desarrollar los principios no negociables de Benedicto XVI. Les han silenciado, boicoteado, y ninguneado desde todos los grandes medios.
- Que la mayoría de los católicos no participan en la vida pública más allá de echar un trozo de papel en una urna cada 4 años. No se afilian a partidos, ni sindicatos, ni asociaciones. Somos casi 7 millones, y pasamos totalmente desapercibidos. Cuando deberíamos ser la opción mayoritaria en todos los estratos de la sociedad.
- Que muchas de las asociaciones, medios de información, etc. que defienden valores como la vida, o la familia, algunas con mucha repercusión social,en el fondo están sirviendo políticamente a quienes no van a defender la vida ni la familia. Lo más lamentable es que muchas de esas plataformas incluso se suponen asociadas a los católicos, o a la propia Iglesia.
Tras este análisis es normal que en las pasadas elecciones europeas, no se haya asomado ningún partido político a un resultado significativo desde el punto de vista electoral.
Mientras no se rompa el círculo de los medios de comunicación al menos en los afines a los católicos, no hay nada que hacer. Mientras que el católico de a pie, no pase a la acción y la información va a ser muy difícil colarse en los cuadros de mando del Sistema.
Tristemente esa es la realidad. Somos muchos, pero desmovilizados, descoordinados, desinformados, y tutelados por quienes no nos representan.
Los culpables son muchos, y en parte de debe a que la propia Jerarquía de la Iglesia, todavía no es consciente de que es preciso tomar decisiones en una dirección que no van sentar bien a los laicistas. Habrá que olvidarse de los complejos, y de las tibiezas, porque hay asuntos que son graves, y que cada año que pasa tendremos menos oportunidades. El momento es ahora, o nunca. Si no empezamos a dar guerra ahora, que somos mayoría, cuando seamos minoria será mucho peor.
Ya lo estamos viendo en los paises de nuestro entorno, donde los votantes acaban eligiendo alternativas como las señaladas por el artículo -que siguen siendo malas- pero al final para algunos representan un mal menor.
El NPD será nazi, sí, y todo lo que quieran. Pero díganme ahora cuantos partidos defienden la vida, fuera de estas siglas. Muy pocos. En muchos paises sólo se puede elegir a partidos liberales -proaborto, antifamilia, sumisos a la ideología de género, etc.- pero que respetan algunos derechos humanos, o a partidos como el NPD, que son igualmente tóxicos pero que dicen respetar algunas cosas como los derechos del nasciturus. Tristemente nos estamos metiendo en la disyuntiva entre elegir la lepra o el cólera.
En España pasa lo mismo, la mayoría de los católicos vota al PP, para que no salga vencedor el PSOE, pero al final el mal menor sigue siendo el mal. Y como nadie da oportunidad a los pequeños partidos, tendremos mal -grande o pequeño- por muchos años más. Lo acabamos de ver hace tan sólo una semana.
La relación entre catolicismo y nazismo se vio claramente durante la visita de Himmler al Monasterio de Montserrat: los mayoría de monjes no salieron a recibirle pese a estar invitado por la España franquista por su persecución de los católicos en Alemania.
Si seguimos la actuación de los obispos españoles, principalmente en sus medios de comunicación (COPE, 13TV, Catalunya Cristiana), podemos observar que la pollítica les interesa muy mucho: la de PP-CIU-PNV (ellos sabrán por qué).
Los ateos fueron los primeros en oponerse a Hitler en Alemania.
Hitler se convirtió en dictador gracias a la Ley habilitante, aprobada por el parlamento con los votos nazis que solo tenían mayoría simple, y sus aliados católicos del partido Zentrum y los conservadores fueron determinantes.
Solo votaron en contra los socialdemócratas. No pudieron votar los comunistas porque Hitler ya los había encarcelado con la excusa del incendio del Reichstag.
Los ateos lucharon contra Hitler en España, pactaron la repartición de Polonia para ganar tiempo y poner tierra de por medio pues todos sabían que la guerra era inevitable (pero el tonto de Stalin la esperaba para 1944), y luego vencieron al 70 por ciento de todas las divisiones alemanas llevando el mayor peso de la guerra.
La Iglesia condenó al nazismo antes de su llegada al poder y luego firmó u concordato, algo tradicional, llevarse bien con el que manda.
En 1949 Pío XII decretó excomunión para cualquiera que colaborase con el Partido Comunista Italiano, aunque se presentase a unas elecciones democráticas.
Por qué nunca lanzo la excomunión contra fascistas y nazis?.
Los cristianos (así, en general) por el hecho de serlo no nos creemos elegidos, sino afortunados. Lo de "elegidos", en el sentido en el que lo utilizas, pertenece a otras culturas y religiones.
La parte cierta es que nos podemos encontrar en el Infierno, porque pecadores somos. La diferencia es que nosotros nos lo habremos ganado a pulso :-)
Ojalá donde nos encontremos sea en el Cielo.
Un saludo en la Fe.
Le sugiero a Vd, y al sr. Mariner que lean un excelente artículo de José Javier Esparza en La Gaceta sobre los resultados electorales de las pasadas elecciones europeas y la responsabilidad del PP, que es quien tiene el poder, en los mismos Y le recuerdo que nuestros obispos bastante tienen con intentar ejercen en libertad su misión al servicio de la Iglesia en una sociedad que les responde con agresividad y amenazas.
¡Qué buenos los ateos! Qué suerte tuvieron esos polacos de ser oprimidos por ellos antes que por los nazis. Y en España, peleando valientemente... Seguro que matar curas y monjas era solamente una pantalla, para que nadie descubriera su bondad. Te olvidaste de un pequeño detalle, no fueron precisamente los católicos los que apoyaron a Hitler, sino los protestantes(3000 de 4000 pastores y ni un clérigo católico en la lista), a menos que vos tengás información que ni yo, ni nadie más, conozca.
Pues sí, la Iglesia condenó el nazismo, y no mencionaste el hecho de haber salvado tantos judíos[snip]
Si la Iglesia no decretó la excomunión para nazis y fascistas, debe ser porque el comunismo ateo es infinitamente peor.
Y los ateos salvaron el mundo de la barbarie :-)
Menos lobos.
Los comunistas y los nazis son hijos de la misma madre. Hermanos fraticidas que se han matado y matarán siempre que puedan.
Eso de que lucharon contra Hitler es falso. No luchó en la guerra civil española. Los ateos lucharon primero entre ellos con fruición (deporte que practican con entusiasmo) y contra el Frente Nacional. Y perdieron.
Y más nos valió a todos, lo contrario hubiera sido mucho, pero mucho peor.
Un saludo en la Fe
Pd: cuantos soldados perdieron los rusos (ateos? todos? curiosa manera de entender las cosas) a manos de... los rusos? Si, una vez más la misma costumbre.
Tú has preguntado y yo he respondido.
No me dedico a decir qué buenos son los ateos, solo respondo a tu pregunta sobre qué hicieron los ateos contra los nazis (si entendemos por ateos a los socialistas y comunistas).
Ya te he explicado que sin los votos de los diputados católicos del Zentrum Hitler no hubiera tenido poderes de dictador.
Me da igual que la mayoría de votantes de Hitler fueran protestantes. No estoy diciendo que ser católico y alemán fuera equivalente a ser nazi.
Lo que digo es que el nazismo no era una ideología atea, ni tampoco la mayoría de los nazis eran ateos. Los había protestantes, católicos, paganos, y ateos.
En cuanto a la excomunión de Pío XII a los comunistas y su mayor diplomacia con fascistas y nazis, la respuesta es muy sencilla, la glesia está dispuesta a aguantar cualquier gobierno que le de algo y pacte con ella. Por muy malos que sean si quieren firmar concordatos les recibimos con los brazos abiertos.
Gracias a Mussolini y los pactos de Letrán de 1929, existen el moderno Estado Vaticano y el Banco Vaticano.
Gracias al concordato con la Alemania nazi, todavía hoy los católicos alemanes solo por estar bautizados están obligados a pagar un impuesto religioso, que equivale al 9% del IRPF que le pagan al estado alemán.
No se saca de lo que paga al estado sino que es un impuesto añadido, es decir, pagan más.
Los protestantes tienen una obligación similar.
Para poder librarse de dicho impuesto es necesario apostatar de tu fe.
Ese impuesto, que repito es una ley de tiempos hitlerianos, permite a la Iglesia católica alemana ser la más rica de Europa y la segunda del mundo tras la norteamericana.
Yo2:
Vale, entonces en España no estuvo la Legión Cóndor luchando al lado de Franco.
Lo siento, no voy a gastar neuronas contra alguien que quiere rescribir la Historia.
Como el partido nazi está prohibido en Alemania entonces resulta que ese tipo no es nazi ni su partido tampoco.
Claro y como en España Batasuna está prohibida entonces Bildu no puede ser batasuno camuflado.
El hecho de que las siglas y los colores parezcan calcados es una casualidad, y la bromita de darle "más gas"no es ningún guiño al holocausto, es que somos muy mal pensaos.
Pasa como en España con Alianza Nacional, que dice defender el "nacionalismo social" y claro no se trata de un juego de palabras para dar a entender nacional socialismo, ni hay que dejarse llevar por los colores blanco, negro y rojo, ni por su antisemitismo, tampoco son nazis es que otra vez somos mal pensaos.
"Dieciseis estados federados alemanes presentaron ante el tribunal constitucional una solicitud para declarar ilegal al partido de ultraderecha NPD, por considerar que parte de su ideología es idéntica a la nazi, informó la cadene Deutsche Welle.
El NPD se presenta como patriótico, aunque las fuerzas de seguridad lo consideran racista, antisemita y revisionista".
Diario16 (Perú) 03-12-2013.
Cualquiera que vea imágenes de esa gente pensará que para no ser nazis lo disimulan bastante bien.
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