InfoCatólica / De Lapsis / Categoría: Contracepción

26.04.11

Putin quiere aumentar la tasa de natalidad rusa un 30% en 3 años

Discurso a la Duma de Vladimir PutinMientras que para los progres la solución a la pobreza es eliminar a los pobres, ya sea con esterilizaciones masivas, promoción del aborto, la anticoncepción o «la política de un solo hijo», en Rusia, el Primer Ministro Putin, presentará un plan a la Duma para favorecer la natalidad.

Propone una inversión de casi 40 mil millones de euros en el principal activo del país: las personas. El esfuerzo será titánico, el país ha pasado de 148,5 millones de personas en 1995 a 143 en la actualidad. Los números oficiales muestran entre 1,6 y 1,7 millones de abortos al año, pero estimaciones no oficiales lo sitúan en cerca de 6 millones por año, el 90 por ciento de los cuales se hacen, como en la mayoría de los países desarrollados, a petición de la mujer por causas “sociales”, no por razones médicas.

El proyecto de ley tiene por objeto el cuidado integral de la persona, y entre las medidas incluye crear las condiciones favorables para que la mujer opte por dar a luz. El aborto dejaría de ser calificado como un servicio médico del sistema nacional de salud, lo que permitiría que los médicos pudieran negarse a realizarlos. Con la nueva legislación también serían ilegales los abortos en la segunda mitad del embarazo.

Además las ayudas por maternidad se incrementarían hasta los 2.000 rublos (70$) mensuales hasta el nacimiento del niño.

Dentro de este ambicioso plan estratégico tendrá lugar el 29 y 30 de junio la «Cumbre demográfica en Moscú: la Familia y el Futuro de la Humanidad» El listado de participantes da una idea de que se quiere una solución global: bioéticos, demógrafos, sociólogos, académicos, rectores universitarios, líderes provida, o el mismísimo Metropolita Hilarión.

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16.03.11

¿Las ecografías matan a las niñas?

One Child Policy ChinaEcógrafos, benditos «aparatos». En USA los abortistas los llaman «el arma de destrucción masiva» del movimiento provida. La visión del «fruto del vientre» consigue muchas veces avivar ese pequeño rescoldo de humanidad que reside en los instintos. Y se salvan vidas.

También nos hace a los varones algo partícipes de los embarazos de nuestros hijos. Es muchísimo más que el «pon la mano aquí, sentirás cómo se mueve». Una delicia poder contemplar al bebé en seno de la madre. Es una experiencia personal, pero seguro que compartida.

Pero,…. Siempre hay un pero. En un discurso de 2006 en las Naciones Unidas, el demógrafo Nicholas Eberstadt, decía:

Desde hace cinco años, el público estadounidense recibe puntual información sobre lo que comunmente llamamos «guerra global contra el terror». Sin embargo, una guerra mundial no menos importante, de hecho es una guerra contra la naturaleza, contra la civilización y contra la humanidad está en marcha en los últimos años. Esta guerra, desgraciadamente, atrae mucha menos atención y cobertura a pesar de su inmensa importancia. Es una batalla mundial que podríamos llamar «la Guerra Global contra las Niñas»

Los ecógrafos se han convertido en esta guerra en la gran arma femenicida, permite determinar el sexo del feto en estadíos muy tempranos, y no sólo en países como China, con la política de sólo un hijo, o en la India o en otras culturas asiáticas. También en Occidente, la baja natalidad fruto del egoísmo combinada con la posibilidad de la elección de sexo y la facilidad del asesinato, vía aborto provocado, hace que se prefieran a los varones sobre las mujeres.

Como demuestra Eberstadt es un hecho que ya tiene manifestaciones demográficas evidentes y terroríficas. La tasa de nacimiento de varones es algo superior al de mujeres en condiciones normales, entre 101 y 107 niños por cada 100 niñas. Parece que tiene su justificación natural en que la tasa de mortalidad infantil masculina es también mayor y en esos porcentajes precisamente.

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23.11.10

El preservativo y el «consecuencialismo»

Iba a tomarme una semana de holganza en el blog, de hecho, no publiqué el resumen semanal, ni creo que lo haga. Hay algunos temas a los que tengo que dedicar tiempo, y no es plan publicar post y no atender a los comentarios, al menos no me gusta ser de esos.

Pero lo del «libro del Papa» empieza a tomar proporciones có[s]micas, que diría una ministra española. Y porque no se diga que escurro el bulto, como me sugiere algún lector por correo.

Un caso con distintas facetas de las que me gustaría destacar dos:

Primero, la actuación de L’Osservatore Romano, LOR para los amigos. No estoy de acuerdo con las feroces críticas que se están vertiendo sobre su director, Giovanni Maria Vian. Está consiguiendo sus objetivos:

Informar cada vez mejor sobre el Papa y la Santa Sede. Respirar cada vez más internacionalmente. Participar cada vez más en el debate intelectual y servir al crecimiento del entendimiento entre mujeres y hombres de nuestro tiempo; entre católicos, entre cristianos, entre hombres creyentes y también entre los que no se reconocen como tales. Los objetivos son muchos, el problema, el reto principal es difundirlo cada vez más, y en eso estamos.

¿No estáis de acuerdo en que los está consiguiendo? Sois unos estrechos. Además ha puesto al LOR a la altura del resto de la prensa escrita internacional, ya comparten el mismo grado de descrédito. Le sugiero una edición electrónica con la posibilidad de votar las noticias o decir “me gusta/no me gusta".

E, ironías aparte, no se trata de matar al mensajero, pero el grado de caos que ha causado la publicación truncada del párrafo más polémico del libro creo que conseguirá ocultar las bobadas sobre Homero Simpson, Los Beatles o Mario Vargas Llosa.

Seamos serios, si publicas una noticia, y acto seguido tiene que salir tu jefe —a la sazón Lombardi— para matizarla y contextualizarla, es que las cosas no se han hecho muy bien, ¿no? La traca final es de hoy, en la que Lombardi nos cuenta que ha hablado con el Papa y que da igual prostituta que prostituto. Espero que no sea para no tener que retrasar las versiones basadas en la traducción italiana.

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22.09.10

Objetivos del Milenio: cuando el aborto no es ya una opción

One Child Policy en China

Li Hongmei, una joven madre de 23 años de Changfeng, China, daba a luz a su primer hijo en junio. No se imaginaba que sería el último, el 15 de julio fue secuestrada y obligada a firmar el consentimiento y esterilizada a la fuerza por los miembros de la «policía para el control de la población».

La madre de Hongmei fue encarcelada durante diez días «por obstaculizar el desempeño de funciones oficiales». El 'grave delito': denunciar la desaparición de su hija recién parida.

La «función oficial» no es más que asegurar que se cumplen los «Programas de Desarrollo Económico» que incluyen tanto la One Child Policy —política de sólo un hijo— como el mantenimiento de cuotas de población por territorio, que no pueden ser sobrepasadas en ningún caso y que facultan para hacer esterilizaciones forzosas (masculinas y femeninas) o abortos, incluso en el noveno mes de embarazo.

Desgraciadamente no es una novela futurista, los ejecutores son terriblemente reales, mucho más que los «bomberos» de Fahrenheti 451, o la «policía del pensamiento» de 1984. Y ahora que se está revisando la consecución de los Objetivos del Milenio en Nueva York, me estremecí recordando la historia.

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7.09.10

15 razones para usar los métodos naturales en la paternidad responsable

Evelyn y John Billings

La cuestión central no es el método, es el fin: apertura a la vida. Pero los medios también son importantes. Quizá sea útil dedicar algún tiempo a explicar en qué consisten, soy consciente de que hay mucha desinformación. Me apunto el tema. Los últimos avances técnicos y científicos ayudan a que los «métodos naturales» sean más exitosos, y, recordémoslo, sirven también para aumentar las posibilidades del embarazo.

Es el típico asunto que saca de sus casillas a defensores obstinados y contumaces de píldoras, DIUs gomas y abortos, qué se le va a hacer. Y, sí, abortos, que en muchos casos es un anticonceptivo más, el último, el de la «interrupción» que no puede ser reanudada cuando todo lo demás ha fallado.

Pero el uso de anticonceptivos no sólo tiene una dimensión teológica y moral, también la tiene social y humana, o quizá, precisamente porque tiene una trascendencia moral la tiene social, los «diez mandamientos» sirven de salvaguarda de nosotros mismos.

Hay quien lo vio muy claro, proféticamente diáfano, como Pablo VI en la Humanae Vitae, que se ha constituido el mayor signo de contradicción del cristiano en la sociedad moderna; o quien ha sido valiente con su propia experiencia y reconoce los estragos que produce en las familias y en el alma, como Raquel Welch.

Como todavía habrá escépticos, aporto datos de un estudio curioso, Divorce Rate Comparisons Between Couples Using Natural Family Planning & Artificial Birth Control, de esos a los que los estadounidenses son tan aficionados (y tienen tantos medios y datos, todo hay que decirlo).

Los autores, Physicians for life han correlacionado un montón de variables con aquellas parejas que usan métodos anticonceptivos artificiales y los que no.

Como viene a decir Mattew Warner en su blog: no voy a distinguir causas y efectos, todos están mezclados (algo así como no sé qué es antes, la gallina o el huevo). Comparto sus claras conclusiones, los matrimonios que usan métodos naturales:

  • son mejores, más fuertes y estables.
  • tienen más sexo
  • su vida es más feliz y satisfactoria
  • proporcionan a los hijos la madre y el padre que se merecen
  • no matan a sus bebés

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