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26.08.24

Sin hijos, sin futuro

Los que hace mucho que pintamos canas recordamos cuando en los 70 se hablaba mucho de la liberación de la mujer que iba a suponer su acceso al mercado de trabajo. Las mujeres podrían «realizarse» trabajando fuera sin tener que dedicarse solo al hogar. Maravilloso, ¿verdad? Pues hete aquí que hoy no tienen esa libertad. No pueden elegir trabajar o quedarse en casa. Tiene que trabajar sí o sí. 

La gran mayoría de los de la generación boom nacieron en una familia de clase media donde trabajaba solo el padre. Y en España, con más o menos holgura, llegaban a fin de mes. Algunos incluso aprovechaban la extra de junio para irse de vacaciones en verano. Hoy eso solo lo pueden hacer las familias ricas.

A eso se le llama progreso. Así lo explica un artículo del diario El País en su edición de hoy: Acercarse a los 40 y no tener hijos: “Ya no sé si es que no quiero o no quiero porque no puedo ni planteármelo”

Hay quien piensa que con políticas de apoyo económico a las familias, la natalidad puede despegar. Hungría está demostrando que eso no es así. Tras dedicar ni más ni menos que el 5% de su PIB a fomentar los nacimientos, estos se mantienen estables e incluso bajan.

Seamos claros, en Europa la gente no quiere tener hijos. La secularización y la apostasía están muy extendidas y también llegan a países como Hungría y Polonia. Las razones económicas son solo un factor que explica lo que está ocurriendo. Pero lo que de verdad está convirtiendo al continente en un país de viejos, es la adopción masiva de los métodos anticonceptivos y, en no poca medida, el aborto. Europa no solo no quiere hijos, sino que en casi todos los países los mata a mansalva antes de nacer. 

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13.06.24

Habrá eutanasia para todos aunque no quieran

En marzo del 2010 escribí un artículo sobre la “muerte digna”, que es el eufemismo que los defensores de la eutanasia utilizan para suavizar la indignidad de su postura. Dije:

Creo que todos estamos de acuerdo en que cuando alguien está en una fase terminal de una enfermedad, es apropiado aliviarle los sufrimientos si así lo pide. Ahora bien, no es lo mismo estar muriéndose que querer morir porque la vida que se lleva es muy “complicada” por causa de una enfermedad….

… el Estado no puede dedicarse a ayudar a morir a los que no quieren vivir. Por esa misma regla de tres, una persona que haya perdido mujer, hijos, padres o hermanos en un accidente, puede decidir que su vida no merece la pena ser vivida y pedir al Estado que le ayude a quitarse de en medio. Si dejamos en manos del hombre cuándo merece vivir y cuándo no, abrimos la puerta a la justificación social del suicidio y todo tipo de eutanasia. Y llegará un momento en que sea el Estado, y no la persona, quien tenga la última palabra sobre quién merece seguir viviendo y quién no.

En octubre del año anterior, 2009, le dediqué otro post al tristemente famoso, y ya fallecido, doctor Montes, a quien se acusó de dedicarse a sedar hasta la muerte a pacientes que él consideraba que no deberían seguir viviendo. Entonces escribí:

El doctor Montes es un médico peculiar. Partidario de la eutanasia, tenía como costumbre el practicar sedaciones propias de los enfermos terminales a los ancianos incautos que caían en sus manos en el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés. Algunos de ellos murieron aunque, por lo que tengo entendido, la falta de una autopsia a tiempo impidió que se pudiera demostrar la relación directa entre la sedación y las muertes. Juzgado por ello salió indemne, a pesar de que los peritos médicos reconocieron que en no pocos de esos casos su praxis médica había sido inadecuada.

…. la figura del doctor Montes es el paradigma de lo que nos espera cuando el zapaterismo dé el siguiente paso en su «solución final» para lanzar a España por el abismo de la cultura de la muerte. Una vez que aprueben el aborto, es cuestión de tiempo que se metan con la eutanasia. Y aunque nos venderán que la misma será sólo legal por petición de los pacientes o sus familiares -cuando aquellos no puedan expresarse-, se abrirá la puerta para que los médicos sin escrúpulos decidan cuándo, cómo y a quién aplicar sedaciones «montesinas».

No fue Zapatero quien legalizó la eutanasia. Ha sido el gobierno de Pedro Sánchez, que es una versión aún más maléfica del primero. Por supuesto, el Tribunal Constitucional ha cumplido su papel de ser la voz de su amo dando el visto bueno a esa ley, como daría el visto bueno a otra que decretara que las personas altas y obesas deben ser sacrificadas. No se puede dar credibilidad a ese tribunal político, que sirve al gobierno de turno. 

Cuando querían justificar la aprobación de la ley, insistían en que solo se aplicaría en casos muy extremos. Siempre hacen lo mismo. Lo hicieron con el aborto (hoy derecho), luego con las primeras leyes de parejas de hecho homosexuales (hoy matrimonio), y lo hacen con la eutanasia (mañana eugenesia). Lo que iba a ser una excepción se convirtió en la norma. 

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17.09.20

El bien común

Una de las cosas buenas que tiene internet y las Redes Sociales es que de vez en cuando te encuentras con católicos a los que el Señor ha concedido el don de explicar con brillantez los fundamentos de nuestra fe. Es el caso de Javier de Miguel Marqués, católico tradicional, español, valenciano de origen y gerundense de adopción, economista, a quien “descubrí” hace medio año en un vídeo sobre un tema más raro que un perro verde: carlismo y libertarismo. O sea, algo así como si habláramos de castidad en los locales de alterne.

Más adelante ha publicado dos vídeos (1 y 2) sobre el recto ejercicio de la autoridad política. Y hace un mes inició una serie sobre una cuestión que pertenece a la doctrina social de la Iglesia, sobre la que muchos hablan pero pocos saben explicar en qué consiste: el bien común.

He esperado a que Javier acabara la serie para publicarla en este blog. Son vídeos de breve duración y absolutamente didácticos. Accesibles a todos los fieles, no hace falta tener una gran preparación filosófico-teológica para sacarles provecho. Es más, me parecen especialmente útiles para catequesis de adultos o incluso de jóvenes para confirmación.

Sospecho que D. Javier nos seguirá ofreciendo vídeos “sustanciosos", así que recomiendo que se apunten ustedes a su canal de Youtube. Y quién sabe si en un futuro no muy lejano contamos con su pluma en InfoCatólica (*) como ya han contado en la Revista Verbo de la Fundación Speiro.

Pasen y vean:

EL BIEN COMÚN (I) ACOTACIÓN CONCEPTUAL

El BIEN COMÚN (II) SU NEGACIÓN POR LA FILOSOFÍA MODERNA

EL BIEN COMÚN (III) LIBERTAD, DIGNIDAD Y BIEN COMÚN

EL BIEN COMUN (IV) UNA PERSPECTIVA TRASCENDENTE

BIEN COMUN (V) CONCLUSIONES

Laus Deo Viriginque Matri

Luis Fernando Pérez

(*) Para que InfoCatólica siga existiendo necesitamos su ayuda

23.08.20

Razones liberales para no votar al PP

En estos días ha sido portada y objeto de editoriales, artículos de opinión y análisis muy sesudos la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del grupo parlamentario popular. El presidente del PP, Pablo Casado, ha puesto en su lugar a Concepción Gamarra (Cuca), ex alcaldesa de Logroño.

La diferencia entre ambas es que Cayetana es una liberal jacobina de manual. La segunda es una rajoyista/sorayista, igualmente de manual. La primera cree que hay que dar alguna batalla cultural a la izquierda, aun partiendo de principios liberales. La segunda asume gran parte de los principios culturales de esa izquierda. De hecho, se plantó en la última manifestación feminista cuando la pandemia ya estaba causando estragos. Y es autora de uno de esos mensajes en Twitter que sirven para que se entienda bien cuál es la ideología de una persona (*):

51 años de lucha a favor de la igualdad, de la diversidad, del respeto, de la libertad; 51 años luchando por normalizar lo que es normal. 51 años desde que, en Stonewall, se iniciará el movimiento #LGTBI. Ama a quien quieras. #DiadelorgulloLGTBI #Orgullo2020

Eso sí, ambas son partidarias de la despenalización del aborto, con todos los matices que se quieran (vean el de Cayetana, vean el de Cuca)-.

Cayetana aboga por dejar libertad de voto en temas moralmente delicados, Cuca es hija fiel y aplicada del sistema político del 78, en el que la disciplina de partido está por encima de cualquier consideración.

El que quizás sea el liberal más influyente en la opinión pública española, Federico Jiménez Losantos, ha escrito un artículo que deja bien a las claras por qué la causa del liberalismo pata negra está perdida, otra vez, en el PP. 

De dicho artículo tomo una cita sobre una frase de Pablo Casado, actual lider de la “¿oposición?” en España:

“Un partido no puede pretender que una sociedad se parezca a él por mucha razón que tenga. Lo que debe hacer es parecerse a esa sociedad”

Como ven ustedes, el “no somos nadie” alcanza en Casado la perfección. En la Alemania de Hitler, el PP de Casado sería nazi, por eso de identificarse con la sociedad. Y en el Irán de los ayatollas, el PP de Casado sería la sección burguesa de los hijos de Jomeini.

Obviamente alguien así no se opone a nada. Es un mero ectoplasma russoniano que hace de tonto útil para el gobierno social-comunista.

La democracia, según Casado y el PP, es un mercado de votos. Por tanto, el cliente siempre tiene razón. Ese es su único principio. Ni valores ni nada. El que paga/vota, manda. Y si hay que cambiar, se cambia. Solo hay una excepción: cuando el cliente es católico. Entonces da igual sostener exactamente lo contrario de lo que se supone que quiere dicho cliente. 

Y sin embargo, millones de los españoles que van a Misa seguirán haciendo un acto de apostasía votando ese engendro de partido y de ideología vacua e inane. 

Concluyo. En el artículo de Losantos tienen ustedes argumentos para que un liberal no apoye a ese partido. De las razones católicas tradicionales, hoy ninguneadas y/o atacadas por la mayor parte de aquellos que deberían defenderlas y difundirlas, ya he escrito mucho. Hoy no toca.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) Como en todas partes cuecen habas, conviene recordar que la estrella emergente de Vox, Macarena Olona -una especie de Cayetana bis-, tuvo a bien echar en cara a un sacerdote católico que escribiera algo contra la bendición de parejas “homosexuales". 

9.08.20

El Rey de la apostasía

El sucesor de Francisco Franco en la Jefatura de Estado a título de rey, Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón, ha tenido que salir de España tras la avalancha de informaciones sobre su posible enriquecimiento ilícito, probable delito fiscal, etc. Enriquecimiento del que se aprovechó, sobre todo, una señora de castidad más que dudosa llamada Corinna zu Sayn-Wittgenstein, con quien el monarca emérito mantuvo una relación que iba bastante más allá de la amistad.

El revuelo en España es considerable, pero más allá de la rabiosa actualidad, conviene señalar una serie de hechos que pueden ayudar a formarse un juicio sobre la figura de don Juan Carlos:

1- Perjuro y usurpador del trono que correspondía a su padre

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I prestó juramento ante las Cortes españolas. El juramento se lo tomó Alejandro Rodríguez de Valcárcel, presidente de las Cortes: 

- Señor, ¿juráis por Dios y sobre los santos evangelios cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales del reino, y guardar lealtad a los principios que informan el movimiento nacional 

- Juro por Dios y ante los santos evangelios cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales del reino, y guardar lealtad a los principios que informan el movimiento nacional.

- Si así lo hiciereis, que Dios os lo premie. Y si no, que os lo demande.

No era la primera vez que el sucesor de Franco juraba defender los principios del movimiento nacional. La primera fue el 22 de julio de 1969, también ante las Cortes españolas. Justo después de su juramento dijo: “Quiero expresar en primer lugar, que recibo de su excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936“.

Pues bien, nadie puede dudar que Juan Carlos de Borbón y Borbón juró en falso sobre la Biblia y los Santos Evangelios. 

No está de más recordar en qué consistían las leyes fundamentales del régimen franquista. Para ello, basta citar lo que dijo sobre el propio Franco San Juan XXIII, Papa:

Da leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es un buen católico… ¿Qué más quieren?

Tampoco es baladí señalar que según las propias leyes de sucesión de la monarquía liberal borbónica, a quien correspondía ser Rey era a Don Juan, Conde de Barcelona, padre de Juan Carlos. El hijo, por tanto, usurpó el derecho del padre, aunque éste finalmente accedió a renunciar a sus derechos dinásticos. Señal, dicho sea de paso, de que dichos derechos existían, porque no se renuncia a lo que no se tiene. La cuestión tuvo su miga, como pueden comprobar ustedes escuchando el siguiente relato de Antonio García-Trevijano (*), posiblemente el único republicano auténtico que ha habido en España en el último medio siglo.

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