(Catholic Herald/Infocatólica) The Synodal Process is a Pandora’s Box (El proceso sinodal es una caja de Pandora), escrito conuntamente por José Antonio Ureta y Julio Loredo de Izcue, presenta a los lectores una serie de 100 preguntas y respuestas destinadas a informar al público en general sobre un debate que, según ellos, ha estado «limitado en gran medida a los iniciados» a pesar de su «impacto potencialmente revolucionario», según relata Diane Montagna para el Catholic Herald.
En su prólogo, el cardenal Burke, ex prefecto de la Signatura Apostólica, escribe:
«Se nos dice que la Iglesia que profesamos, en comunión con nuestros antepasados en la fe desde el tiempo de los Apóstoles, ser Una, Santa, Católica y Apostólica, ahora debe ser definida por la sinodalidad, un término que no tiene historia en la doctrina de la Iglesia y para el que no existe una definición razonable.
La sinodalidad y su adjetivo, sinodal, se han convertido en eslóganes tras los que se esconde una revolución para cambiar radicalmente la autocomprensión de la Iglesia, de acuerdo con una ideología contemporánea que niega mucho de lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado. No se trata de una cuestión puramente teórica, pues la ideología ya se ha puesto en práctica, desde hace algunos años, en la Iglesia en Alemania, difundiendo ampliamente la confusión y el error y su fruto, la división -incluso el cisma-, con grave perjuicio para muchas almas. Con el inminente Sínodo sobre la sinodalidad, es de temer, con razón, que la misma confusión, el mismo error y la misma división lleguen a la Iglesia universal. De hecho, ya ha comenzado a suceder a través de la preparación del Sínodo a nivel local.»
Anunciado por el Papa Francisco en 2021, el Sínodo sobre la Sinodalidad se está celebrando en tres fases: local, continental y universal. En octubre comenzará la etapa universal con la decimosexta Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que reunirá a 300 obispos y laicos en el Vaticano. En 2024 se celebrará una segunda asamblea. A principios de este año, el papa Francisco dio un paso sin precedentes al conceder el mismo derecho de voto a los miembros episcopales y no episcopales.
Publicado el 22 de agosto en ocho idiomas, el mencionado libro responde de forma clara y concisa a toda una serie de preguntas en torno a este controvertido acontecimiento. Basándose en los documentos oficiales del Sínodo y en una amplia gama de fuentes, los temas incluyen la naturaleza del Sínodo de los Obispos y los cambios que ha introducido el papa Francisco, el proceso sinodal y si los organizadores consultaron realmente al «Pueblo de Dios», así como el significado de «sinodalidad», «escucha» e «inclusión», eslóganes repetitivos utilizados en las conferencias de prensa del Sínodo.
El libro también examina lo que los promotores del Sínodo consideran el «principal problema» de la Iglesia, lo que su solución significaría para una Iglesia jerárquica y cómo afectaría a la sagrada liturgia. A continuación, los autores examinan la muy controvertida vía sinodal alemana y sus posibles ramificaciones para la Iglesia universal. En concreto, analizan el impulso a la democratización de la Iglesia, la ordenación de mujeres y lo que significa para sus promotores la «inclusión» de los homosexuales en la Iglesia. Por último, examinan las reacciones a la sinodalidad, si se llegará a un «compromiso a la romana» y qué tipo de Iglesia surgiría si el proceso sinodal se llevara hasta sus últimas consecuencias.
La publicación del libro se produce en medio de un creciente rechazo en los medios de comunicación. El 14 de agosto, el diario francés Le Figaro publicó en portada un largo y mordaz artículo del respetado periodista Jean-Marie Guénois, en el que acusaba al Vaticano de avanzar sin tener verdaderamente en cuenta la espiritualidad de los católicos franceses.
«La gente piensa que la consulta que condujo al documento preparatorio fue tendenciosa, como una maniobra para llegar a conclusiones escritas de antemano», dijo una fuente a Guénois. Según el vaticanista francés, el nuevo documento de trabajo del Sínodo, Instrumentum laboris, «ha provocado una agitación sin precedentes entre los sacerdotes moderados y un buen número de obispos. Hasta ahora acríticos, muchos están preocupados por el asalto autoritario y voluntarista de Francisco a una reforma que consideran arriesgada y confusa. Esta nueva desconfianza entre los moderados es global».
Tal agitación y desconfianza no se verán apaciguadas por una reveladora entrevista reciente concedida por uno de los nuevos miembros laicos con derecho a voto elegidos por el Papa Francisco para el Sínodo de octubre: La laica suiza Helena Jeppesen-Spuhler, que en junio presentó el documento de trabajo en el Vaticano. Ella admitió abiertamente que está «a favor de la ordenación de mujeres», que cree que «la cuestión LGBTQIA+ debe tomarse muy en serio» y que «¡es nuestra última oportunidad!».
Según Diane Montagna, los organizadores del sínodo han insistido en que no existe una agenda oculta, pero la realidad de esa agenda está empezando a salir de esta Caja de Pandora, junto con tantas otras cosas que el Cardenal Burke y muchos otros temen que causarán un gran daño a la Iglesia y a las almas que está encargada de salvar.
Puede leer una versión en línea en inglés de «El proceso sinodal es una caja de Pandora»