(AVAN) Los niños de la parroquia de San Patricio, regida en Nicaragua por el misionero valenciano Enrique Molina, han enviado un vídeo de solidaridad a la diócesis de Valencia «para que sepan que estamos rezando por la salud de todos los españoles, y de todo el mundo, y para pedirles que tengan ánimo y fe, todo va a pasar porque Dios está con ustedes».
En Nicaragua «según los datos, sólo hay dos casos registrados de coronavirus pero estamos preocupados por la situación en Valencia, y en todo el mundo, por eso rezamos por todos ustedes», ha explicado Enrique Molina, que se ocupa desde hace más de un año de esta parroquia ubicada en la localidad de Comalapa cerca de Managua, tras haber sido párroco de otra parroquia nicaragüense durante 13 años.
Por el momento «estamos celebrando las misas -el gobierno nicaragüense no ha implementado medidas por ahora- aunque asiste menos gente y esperamos que el virus no llegue como en España, pues aquí no tenemos los medios necesarios para hacerle frente», según Molina.
Asimismo, Molina ha enviado «un saludo especial a la parroquia de la Inmaculada Concepción de Anna y a la parroquia de La Pobla de Farnals, que nos han ayudado en la construcción de nuestros salones parroquiales, que hemos tenido que parar por estas circunstancias» y ha agradecido el apoyo del Arzobispado que, a través de la Fundación Ad Gentes, también ha sufragado otras obras realizadas.
César Buendía, misionero en Perú: en estado de emergencia «con las iglesias cerradas y toque de queda»
Por su lado, Perú cuenta con 416 casos confirmados y 7 fallecidos por el coronavirus y el país se encuentra desde hace 9 días en estado de emergencia, tal como ha señalado el misionero valenciano César Buendía, al frente de la parroquia de Santa María de la Providencia, que atiende a más de 100.000 personas en la zona norte de Lima, la capital, que concentra la mayor parte de los contagios registrados.
Tal como ha explicado Buendía, «en las parroquias pusimos en marcha medidas preventivas antes de que el Gobierno decidiera establecer las suyas: por ejemplo, multiplicar las misas para dividir la asistencia de los feligreses, pedir el lavado de manos antes de entrar, no dar la paz, dar la comunión en la mano y la colecta detrás de la comunión para que el dinero no sirviera de vehículo de infección con el compromiso de lavarse al salir, entre otras».
El 16 de marzo «comenzó el confinamiento y después el toque de queda, por lo que cerramos las iglesias y los fieles participan en misa por televisión», según Buendía, que ha añadido que «los curas nos hemos repartido y uno está en un convento de monjas, otro en otro convento, y algunos en la casa parroquial, donde vienen otras monjas». La medida de confinamiento «está hasta el lunes próximo, por eso no sabemos qué pasará el domingo, y suponemos que no levantarán la medida».