La Iglesia Católica y la Contra-fe: Un estudio de las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización
Por Philip Trower
Contenidos
Parte 1. La civilización occidental en los siglos XX y XXI: creencias centrales
Capítulo 1. Por favor use la puerta principal
Capítulo 2. ¿Qué fue la Ilustración?
Capítulo 3. Las denominaciones
Capítulo 4. El progreso perpetuo
Capítulo 5. Los principios de 1789
Capítulo 6. LA SALVACIÓN POR LA POLÍTICA
Ahora es más o menos un lugar común que la Revolución Francesa fue dos revoluciones en una. Una rebelión iniciada por la aristocracia contra los intentos de la monarquía de reformar el ancien régime [antiguo régimen] se convirtió en una revolución de un sector de las clases medias cultas, que en nombre de los derechos del hombre y la democracia arrebataron el poder al rey y a la aristocracia, para ser seguida por una revolución social en la que un proletariado urbano trató de arrebatarle el poder a las clases medias cultas. La primera [revolución] tuvo éxito. El triunfo de la segunda se retrasó durante más de cien años, y cuando finalmente tuvo lugar, bajo la bandera del socialismo, en un país del otro extremo de Europa, resultó ser no el triunfo del proletariado, sino el de revolucionarios profesionales y una intelectualidad gobernando para el supuesto beneficio del proletariado, con un rigor muy superior al de cualquiera de sus amos anteriores.
¿Son la democracia y el socialismo, entonces, teorías políticas opuestas o partes integrantes de lo mismo? La respuesta es un poco de ambas cosas. Los objetivos son los mismos —la felicidad humana a través del reinado de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Las diferencias son acerca de las prioridades. ¿Deben primar la libertad y los derechos e intereses del individuo, o la igualdad y los derechos de la colectividad? Echemos un vistazo más de cerca.
La democracia — ¿Qué es?
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