5.09.11

Algunos antecedentes históricos del voluntarismo y el nominalismo modernos.

Santo Tomás de AquinoEl pensamiento de Santo Tomás encontró la oposición de los teólogos medievales partidarios del agustinismo, principalmente en la orden franciscana, y también algunos en la orden dominicana o en el clero secular. Desde ya advertimos que según historiadores como Gilson los agustinianos medievales no siempre eran buenos discípulos de San Agustín y a veces estaban influenciados más bien por el filósofo musulmán Avicena.

La oposición se daba principalmente en dos terrenos: la filosofía aristotélica de la naturaleza frente a la teoría agustiniana de la “iluminación”, y el primado tomista de la inteligencia frente al primado que los agustinianos de su tiempo daban a la voluntad. Veremos solamente algunos aspectos de la misma.

En el primer punto, los agustinianos se oponían al reconocimiento tomista de la consistencia y actividad propias de lo creado, en lo que veían un atentado al teocentrismo propio de la fe cristiana. La respuesta de Santo Tomás fue que no se aumenta la gloria del Creador disminuyendo la perfección de sus obras.

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27.08.11

Acerca del Nominalismo

Santo Tomás de AquinoHabíamos prometido un quinto “post” sobre la moción divina de la voluntad humana y cómo se puede conciliar con el libre albedrío, pero nos parece más urgente por ahora el tema que vamos a tratar aquí, si bien esperamos cumplir con aquella promesa en breve.

En el primer “post” decíamos que el conflicto filosófico fundamental en la época moderna es el conflicto entre realismo e idealismo, pero también apuntábamos que la raíz del conflicto está en la mentalidad nominalista que se va imponiendo gradualmente a partir del siglo XIV en la cultura occidental.

El primer problema con el nominalismo es que no parece muy claro en qué consiste. Hay muchas definiciones del nominalismo, y parece que eso se debe a la propia inconsistencia interna de semejante postura filosófica.

Lo esencial del nominalismo va a ser siempre la negación de la realidad de lo universal y lo común a muchos individuos. Es decir, según el nominalismo, existen solamente los individuos singulares, lo común, lo universal, no existen fuera de nuestra mente.

Eso se dice fácil, pero resulta que después es difícil encontrarle un sentido coherente. En primer lugar, ¿no hay nada en común, en la realidad de las cosas, entre los diversos individuos? Por ejemplo, si Pedro y Juan son en la realidad hombres ¿no es que tienen en común algo que los hace ser hombres? ¿O será que Pedro y Juan no son, en la realidad, “hombres” los dos?

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2.08.11

Fe y Razón en el tomismo

Santo Tomás de AquinoParece útil ofrecer un breve resumen de lo que entendemos son algunos principios fundamentales del tomismo en esta materia, como base para toda discusión filosófica o teológica sobre estos temas.

La fe cristiana y católica es infaliblemente verdadera por estar fundada en la Palabra de Dios; la inteligencia humana conoce la verdad con certeza metafísica en los primeros principios evidentes y en las conclusiones que derivan necesariamente de los mismos.

Así entendidas, la fe y la razón no pueden oponerse, porque la verdad no puede ser contraria a la verdad. Por el principio de no contradicción, dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas.

Teológicamente, tanto la verdad de la fe como la verdad de la razón proceden de Dios, como Creador del hombre y de la razón humana, y como Autor de la Revelación sobrenatural. Y Dios no puede contradecirse a Sí mismo.

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29.07.11

Causalidad divina y voluntad creada

Santo Tomás de AquinoPara no alargar excesivamente el tren de los comentarios del “post” anterior, y teniendo en cuenta que aquí introducimos otro tema que puede dar para bastante conversación, abrimos esta nueva intervención respecto de la moción de la voluntad humana por parte de Dios.

En efecto, hay que aclarar que la moción de la voluntad creada por Dios no se da solamente en el caso de la gracia. También para sus operaciones naturales, la voluntad creada necesita ser movida por Dios como Causa Primera, con una moción que no es “gracia", porque no mueve a la voluntad, esta vez, a realizar actos sobrenaturales, sino a realizar sus propios actos naturales.

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26.07.11

Conocer y querer

Sentidos y voluntad¿Qué pensar de esta proposición: Lo preliminar en el saber no es el problema gnoseológico: es un tema ético, de buen amor, que es como puede empezar a saberse bien”? Como decíamos en la respuesta a un mensaje del “post” anterior, hay que distinguir.

En este caso, las distinciones necesarias pienso que son la que hay entre el orden de la especificación y el orden del ejercicio, y la que hay entre el conocimiento de fe, el conocimiento filosófico y teológico, el conocimiento místico, y el conocimiento que el justo tiene de lo que se debe hacer en una situación concreta dada. Igualmente, se debe distinguir entre la evidencia inmediata y la evidencia mediata, y también entre el conocimiento sensible y el intelectual.

El orden de la especificación es aquel en que cada esencia y cada facultad son analizadas en sí mismas, en forma aislada, según lo que específicamente le corresponde a cada una. El orden del ejercicio es el de la existencia real, en el que las esencias y las facultades se dan simultáneamente y en forma coordinada, de diversas maneras.

Pero si en el orden del ejercicio estas cosas se dan unidas, no se dan confundidas o mezcladas, y si en el orden de la especificación hay que distinguirlas, no por eso hay que separarlas en el plano del ejercicio.

Por ejemplo, si preguntamos si la visión (sensible) depende de la voluntad, tenemos que responder que en el orden de la especificación, no, porque la vista, como toda facultad, es determinada solamente por su objeto, que en este caso es lo visible: el color, la luz, etc. Y así, por más que yo quiera, si miro en dirección a un elefante no voy a poder ver un caballo o un vaso lleno de agua. Pero en el orden del ejercicio, sí, porque según quiera, voy a mirar en dirección al elefante, o en otra dirección, o voy a cerrar los ojos.

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