En el “post” anterior concluimos con el Magisterio de la Iglesia que además de la gracia que es necesaria para poder cumplir los mandamientos y que puede ser rechazada y de hecho es rechazada a veces por el hombre, a la que llamamos “gracia suficiente”, hay una gracia que mueve de hecho el libre albedrío de la creatura racional a obrar el bien meritorio de la vida eterna, a la que llamamos “gracia eficaz”, y que si bien siempre puede ser rechazada por la creatura, de hecho nunca lo es.
En el tema de cómo entender esa gracia eficaz es que se separan tomistas y molinistas.
Al final no hablamos todavía acerca de la voluntad salvífica universal de Dios, que es una verdad de fe. Lo prometemos para el próximo “post”, Dios mediante. Es que entendemos que lo que sigue es previo, y por otra parte, el tema de la voluntad salvífica universal y la predestinación merece un “post” para él solo.
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