Tamayo y la historia alternativa de Benedicto XVI
Reconozco que hay personas que, como Juan José Tamayo, no me dejan de sorprender. Resulta, por eso, curioso, que sean capaces (sea, él capaz) de darle tantas vueltas a lo mismo para llegar a las mismas falsas conclusiones.
También reconozco que la perseverancia que manifiesta en contra del Santo Padre es, digamos, digna de tener en cuenta. Al menos, en eso, se comporta de forma honrada.
El pasado día 19 de abril, domingo, publicó en el diario laicista “El País” un artículo titulado “El integrismo de Benedicto XVI”.
Nada más y nada menos. El integrismo, ha escrito Tamayo.
Escribe, al igual que hiciera Juan Arias, en el mismo diario laicista, de las ansias de poder de Benedicto XVI cuando dice que “No tardó, sin embargo, en distanciarse de todos ellos e incluso de responsabilizarles de los abusos posconciliares, para seguir la senda de la ortodoxia y la escalada hacia el poder, que le llevó primero al arzobispado de Múnich, después al cardenalato, luego a la presidencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, finalmente, a la cúpula del Vaticano”.
Sin embargo, persona más autorizada que Tamayo pudo dejar las cosas en su sitio. No fue otra que Olegario González de Cardedal que manifestó la verdad de las cosas.