22.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Rastros y huellas de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – Rastros y huellas de Dios

 

“A Dios, como a los planetas, los virus y los átomos, no se le ve, pero hay que irle acusando por los rastros que deja y el modo como actúa.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas de ven de noche)

 

Hay quien cree que sólo puede tener por bueno y existente aquello que ve. Así, el expediente de la existencia de Dios lo resuelve con total rapidez y velocidad: no existe… y ya estaría dicho todo. 

Sin embargo, bien sabemos que las cosas no son tan sencillas ni tan necias porque, en materia de fe y, sobre todo, de la existencia de Dios, hay que ir un poco más allá de lo que vemos o, incluso, sentimos. Vamos, un poco más allá de nuestras narices… 

Por ejemplo, Las personas que no creen en Dios e, incluso, las que creen pero tienen del Creador una visión alejada y muy distante de sus vidas, no tienen la impresión de que Quién los mira, ama y perdona y puede manifestarse de alguna forma en sus vidas.

Así, cuando el Amor de Dios lo entendemos como el actuar efectivo de quien no vemos puede llegar a parecernos que, en definitiva, poco importa lo que pueda hacer o decir Aquel que no vemos, tocamos o, simplemente, podemos sentir.

Actuar de tal manera de permanecer ciego ante lo que nos pasa y no posibilitar que Dios pueda ser, en efecto, alguien que en diversos momentos de nuestra vida, pueda hacer acto de presencia de muchas maneras posibles es lo que no creía el Beato de Linares (Jaén, España)

En diversas ocasiones, por tanto, se producen inspiraciones del Espíritu Santo en nuestro corazón que muestran la presencia de Dios de forma firme y efectiva. Las mismas son, precisamente, “Huellas de Dios” en nuestras vidas porque, en realidad, nosotros somos su semejanza y, como tal, deberíamos encontrar a nuestro Creador, sencillamente, en todas partes.

No es algo dado a personas muy cualificadas en lo espiritual sino posibilidad abierta a cada uno de nosotros. Por eso no podemos hacer como si Dios estuviera en su reino mirando a su descendencia sin hacer nada porque cada día, a nuestro alrededor y, más cerca aún, en nosotros mismos, se manifiesta y hace efectiva su paternidad.

Las huellas de Dios son, por eso mismo, formas y maneras de hacer cumplir, en nosotros, la voluntad de Creador que, así, nos conforma para que seamos semejanza suya y, en efecto, lo seamos porque, como ya dejó escrito San Juan, en su primera Epístola (3, 1) es bien cierto que, a pesar de los intentos de evadirse de la filiación divina, no podemos preterirla y, como mucho, miramos para otro lado porque no es de nuestro egoísta gusto cumplir lo que Dios quiere que cumplamos. 

El caso es que debemos entender exactamente qué quiere decir Lolo con eso de que “no se le ve”. Y es que, evidentemente, a los planetas, virus y átomos no se les ve, digamos, a simple vista sino que hay que hacer uso de instrumentos con los cuales sí se les ve y en tiempos de Manuel Lozano Garrido eso ya era posible. 

¿Entonces? 

Nosotros creemos que, haciendo un símil con tales realidades físicas, Lolo nos quiere decir que a Dios tampoco se le ve a simple vista. Sin embargo, hay otras formas de “verlo” que van más allá de las que pueden proporcionar la técnica más actualizada. 

Sin embargo, el Creador no ceja en su voluntad de llamarnos y sus huellas brillan en nuestro corazón siendo, en él, la siembra que más fruto produce.

De todas formas, ya sabemos eso que se dice de que “ver es creer”. Pero eso lo puede decir quien, en realidad, no es creyente porque quien lo es como Lolo lo era sabe muy bien y más que bien que la fe es creer sin ver. O, si no, que se lo digan a Tomás…

Y si con lo dicho no es suficiente lo dicho en cuento a lo hecho por el Todopoderoso en nuestras vidas… ahí tenemos su modo de actuar. Y es cierto y verdad que, de tenerlo en cuenta y no estar ciego para ver las cosas como son… entonces, en tal caso, bien que podemos darnos cuenta de que Dios está y permanece a nuestro lado. Y eso Lolo lo tenía más que claro. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (75)

 

“No hay ni un cabello nuestro que no tenga encima el temblor de una caricia de Padre”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

21.07.24

La Palabra del Domingo – 21 de julio de 2024

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Mc 6,30-34

“30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. 31 Él, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.’ Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. 32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. 33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”

 

COMENTARIO 

Estar como oveja sin pastor 

Podemos imaginar que, en un mundo donde el pastoreo era una actividad muy importante, que el Hijo de Dios haga uso de determinadas palabras, era cuestión principal y que sostenía su predicación.

Lo que pasa en este texto bíblico es síntoma de necesitar mucho más que alguien a quien escuchar. Muchos buscaban porque, en realidad, no habían encontrado a quien pudiera iluminar sus caminos.

También es más que cierto que el pueblo judío se sentía oveja de un Pastor grande que era Dios. Y a él debían seguirlo. Y eso es lo que quieren hacer bastantes con aquel hombre que enseñaba con autoridad y que muchos conocían, ya, en su casa de Nazaret.

Muchos de ellos, por tanto, no encontraban el camino para llegar al definitivo Reino de Dios. Y seguían a Jesucristo porque veían, en aquel hombre sabio, a un verdadero Mesías, al Mesías. Y eso, como bien sabemos, no le venía nada bien a Quien todo lo iba a dar por sus hermanos y, sobre todo, por los más pobres y necesitados.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

También es fácil imaginar que aquel mundo, aquellas tierras de oriente, no eran, en territorio, demasiado extensas. Todos se conocían y no es nada extraño que supiera dónde podía estar Cristo e, incluso, dónde se podía dirigir cuando quería estar a solas con sus Apóstoles para ensañarles. Pero había muchos otros que querían aprender y no podían dejar la oportunidad de escuchar al hijo de María y del carpintero José.

¡Qué dedicación no tendría Cristo que, como se nos dice aquí, no tenía tiempo ni para comer! Y es más que seguro que no hacían remilgos cuando alguien le pedía alguna merced o veía que se necesitaban sus manos y su corazón.

Al parecer no había forma. Y es que fueran donde fueran siempre había gente esperando al Hijo de Dios. Seguramente serían de los más sencillos de entre los del pueblo elegido, aunque no podemos descartar que también estuvieran allí gentes notables y de importancia no pequeña.

Dice el Hijo de Dios que creían que aquellos que allí estaban parecían como ovejas sin pastor. Y eso era más que importante.

Jesucristo conocía y reconocía la situación por la que muchos de aquellos que querían escucharlo no era buena. Muchos eran de los sencillos, de los que lloraban, de los que querían justicia o, en fin, de aquellos a los que se dirigía con un amor más que importante aquel Maestro bueno.

Ellos eran como ovejas, pero no tenían quien las dirigiese. Y querían que fuese Jesucristo quien las condujese a su redil y, también, quien les enseñara a orar y a buscar mejor camino para llegar a Dios. 

Ante aquella situación… ¿qué hacer?

Más de uno de aquellos Apóstoles debió pensar que tampoco iban a descansar en aquella ocasión. ¡Y ellos eran hombres como otros que también necesitaban el reposo! Pero aquel Maestro parecía que nunca se cansaba y no dejaba de enseñar. En realidad, era para lo que había venido al mundo. Y lo cumplía de forma más que eficaz. 

 

PRECES 

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren seguir a Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que están perdidos en el mundo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a querer siempre a tu Hijo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Querer buscar a Cristo es, en cierto sentido, haberlo encontrado.

…………………………….
Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

15.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – No nos damos cuenta de que la felicidad está en Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

 

 

Frases que bien valen la pena – No nos damos cuenta de que la felicidad está en Dios

 

“Si tu ardor se llama deseo de felicidad, no te recortes a ras de tierra. En mi plenitud está el manantial, ¡si hasta saciaros ya aquí es mi justicia!” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

Es verdad que todo hijo de Dios (más aún si es consciente de que lo es) tiene un anhelo y ansia de felicidad. Es decir, no ha de ser posible encontrar a quien no quiera ser feliz a no ser que haya un gran desorden en su vida… 

Hoy también traemos a esta casa un texto del libro de Manuel Lozano Garrido de título “Reportajes desde la cumbre”  y como otras veces hemos dicho, es algo así como que Lolo pone en su libro palabras dichas por Dios Padre que nos escribe desde su cumbre, el Cielo mismo. 

Aquí tratan, sus palabras, precisamente de la felicidad. Y Dios tiene más que claro (es así como debería pensar nuestro amigo Manuel) que la felicidad, sí, seguramente es cosa nuestra pero que debemos hacer algo más o, por decirlo pronto, mirar hacia otro lado e ir más allá de nosotros mismos… 

Aquí, de todas formas, hay tres palabras que tienen mucho que ver con el tema que quiere introducir Lolo y son, a saber, ardor, recortar y saciar. 

Por “ardor” podemos entender el ansia y el anhelo de la felicidad. Y sobre esto bien nos dice Lolo que la palabra siguiente, a saber, “recortar” (“recortes”, dice Dios, en primer persona por ser un Dios personal) tiene mucho que ver con lo que, en realidad, ansiamos o anhelamos o, mejor, con la formad de ansiar o anhelar. Y aquí entre en liza Quien nos ha creado y mantiene. 

Dios mismo nos dice que si lo que queremos es ser felices no debemos atenernos a lo que de horizontal hay en nuestra vida. Es decir, que no debemos ir a “ras de tierra” que es lo mismo que decirnos que no debemos tener en cuenta solamente lo que a nosotros corresponde y, en todo caso, lo que pueda corresponder al prójimo. 

En realidad, como decimos “horizontal” queremos decir, como es lógico entender, que es lo que nosotros vemos o hacemos en nuestra propia vida y, es decir, sin mirar hacia arriba o, mejor, sin tener una visión vertical de nuestras cosas pero, sobre todo, de las del alma. 

Que Dios nos diga que no debemos quedarnos en nosotros mismos, en tal “a ras de tierra” quiere decir que lo tenemos ahí, siempre, y que podemos (debemos, en todo caso) dirigirnos a Quien a tenido a bien crearnos y amarnos. 

Recordamos ahora aquel salmo que habla de la cierva que busca el agua para su subsistencia (Salmo 42, 2) Pues Dios es el manantial al que debemos acogernos, al que debemos acudir, para saciar la sed que seguramente tenemos y para, por tanto, alcanzar la ansiada y anhelada felicidad. 

Lolo tenía muy claro a qué atenerse en tales cuestiones espirituales pues, al fin y al cabo, ser feliz va más allá de tener tales o cuales bienes y es en Dios en Quien debemos hacer residir la felicidad en la seguridad de que, entonces, no será tan pasajera como es la que se cimenta en nuestro mismo ser y nuestras mismas apetencias. 

Tal es la necesidad que debemos tener de abocarnos a Dios para alcanzar la felicidad que, incluso aquí mismo nos dice el Creador (o Lolo pone en su boca) que en el Cielo saciar a las almas que allí están es la justicia de Quien todo ha hecho y mantiene. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (74)

 

“Nuestro Dios es un padre con fiebre de amor. Que es la más hermosa calentura.”

 

……………………………

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

14.07.24

La Palabra del Domingo - 14 de julio de 2024

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Mc 6, 7-13

 

 

“7 Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. 8 Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; 9 sino: ‘Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.’ 10 Y les dijo: ‘Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. 11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.’ 12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; 13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

      

 

COMENTARIO

 

Para cumplir una santa misión enviados

 

No puede decirse que Jesús no se preocupase por lo que había venido a llevar a cabo en el mundo. Sabía que su labor debía ser continuada por aquellos que había elegido como sus discípulos más cercanos, sus apóstoles. 

Los envía de dos en dos. Y lo hace no de una forma cualquiera sino que les otorga un poder grande. Ellos podrán tener preeminencia sobre los espíritus inmundos, sobre los demonios que, por orden del Maligno, dominan a muchas personas y las hacen ir por el camino de la perdición. Por eso, al final de este texto del evangelio de san Marcos nos dice su autor que “expulsaban muchos demonios” porque tan tipo de exorcismo era muy necesario para limpiar el alma de muchos sometidos. 

Pero Jesús, al enviarlos, les de unas instrucciones que tienen mucho que ver con lo que supone ser discípulo suyo. Así, a saber: 

-Les impone una pobreza material porque sabe que Dios, su Padre, siempre proveerá para los trabajadores de su mies. La confianza, pues, de Cristo, en la santa Providencia del Creador es absoluta. Y es que resulta curioso que sólo les permita lleva un bastón porque les ha de servir de apoyo en su caminar. Todo lo demás será proporcionado por el Todopoderoso. 

ELLOS, SALIERON A PREDICAR LA CONVERSIÓN

-Ofrecer la fe. Cuando Jesús los envía no les dice, por ejemplo, “debéis obligar a que crean y se conviertan”. Tal proceder está muy lejos de lo que es la bondad y la misericordia de Dios. No. Lo que ellos deben hacer es, simplemente, ofrecer la Buena Noticia, poner sobre la mesa de aquellos corazones que los reciben, que el Reino de Dios ha llegado al mundo, que es Jesucristo y que, por tanto, les conviene muy mucho seguirlo, convertir el corazón y seguir al Maestro. 

Pudiera parecer que Jesús establece una especie de castigo para aquellos que no acepten a sus enviados. No es así la cosa porque lo único que les dice Jesús es que dejen en evidencia su falta de fe. Y es que es a Dios a quien le corresponde juzgar la falta de vista espiritual que tendrán aquellos que no quieran acoger, entre ellos, a los enviados de su Hijo. 

El caso es que aquellos apóstoles, aquellos Doce no parece que se opongan a lo que les dice el Maestro. Ni dicen que no a tal mandato ni, tampoco, a las especiales y específicas condiciones que les impone Jesús. Tal es la confianza que tienen en el Mesías que, ni cortos ni perezosos se lanzan a los caminos del mundo conocido y cercano para predicar que lo que tanto había estado esperando el pueblo elegido por Dios había llegado a hacerse efectivo: había sido enviado el Hijo para que el mundo se salvase. Es más, cumplen a rajatabla todas las indicaciones que les ha dado Jesús antes de partir. Por eso consiguen convertir a muchos y curar a los que estaban necesitados de curación. 

Y es que la confianza, la fe, tiene tal tipo de poder.

 

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren ser apóstoles de Cristo en el mundo de hoy.

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan el mensaje de Cristo. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a aceptar aquello que tu Hijo nos dice a lo largo de nuestra vida.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  Eleuterio Fernández Guzmán

  

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Hoy día, también nosotros somos enviados al mundo para que el mundo conozca la Buena Noticia. No se puede esconder debajo de ningún celemín de conveniencia.

 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

8.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Materia y espíritu; vida y eternidad

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

 

 

Frases que bien valen la pena –Materia y espíritu; vida y eternidad

 

El corazón dice: ‘Vivo, vivo, vivo’. Y el alma le responde: ‘Yo también, pero en mí es para siempre” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor ( 144)

 

Las personas que tienen del mundo una visión puramente terrestre y se pegan cuanto pueden a esta vida de peregrinación hacia el definitivo reino de Dios aplican a sus vidas un criterio basado, esencialmente, en lo que se puede tocar y ver, mantener como propio o sentir como ajeno y, en general, en todo aquello que es materia y es demostrable como puro ejemplo de pragmatismo. Y Lolo era totalmente contrario en su pensar y hacer a todo eso.

Hay, como sabemos, algo que es mucho más importante y que Jesús supo definir a la perfección cuando dijo algo que recoge el evangelista san Mateo y que muestra y demuestra qué es lo que debe ser importante para nosotros. Dijo en una ocasión que no deberíamos amontonar tesoros en esta tierra porque aquí la polilla y la herrumbre todo lo corroen.

¿Dónde, pues, tenemos que acumular nuestros espirituales tesoros y a qué debemos atender?, ¿Dónde acumuló Manuel Lozano Garrido?

En realidad, de ser tan sencillo todo resulta que no es tan fácil de llevar a cabo a no ser que se tenga un espíritu como el del Beato Lolo (Linares, Jaén, España) Por eso aquel joven rico se fue de la presencia de Jesús muy triste cuando le dijo el Maestro que debía dar todo a los pobres y, entonces, seguirlo. Prefirió la acumulación de riqueza en este mundo pero no atesorar para el que tiene que venir. No supo ni entendió, en definitiva, la Verdad y con tal ausencia espiritual siguió una vida de opulencia material pero de no comprensión de lo que de verdad le interesaba comprender.

Decíamos que nos preguntamos qué es más importante para la vida que queremos y que no es la que ahora tenemos. No es que no sea importante pero no podemos olvidar que estamos hechos para volver al Padre y que, por eso mismo, debemos mesurar muy bien cuáles son nuestros (aunque sean egoístas, santo egoísmo es éste) intereses particulares y tener muy claro, como lo tuvo nuestro amigo Lolo, lo que es importante.

No está, nuestro querer (no debería estar) en lo mundano ni en lo que nos atrae hacia abajo y no nos deja escapar hacia la relación vertical que debemos mantener con Dios. Muy al contrario es la verdad.

Debemos, ante todo, no perder de vista el espíritu que nos mora en el corazón (muy bien lo dijo esto san Pablo cuando escribió acerca del posible olvido en el que caemos de que somos su templo) y que es quien nos lleva por el mundo tratando de que no seamos torpes en nuestra relación al prójimo (como no lo fue Lolo) y en nuestros ordinarios haceres y decires. Todo lo que tenemos de bueno lo tenemos por el espíritu y todo lo que tenemos de malo lo alcanzamos por nuestro proceder alejado del mismo. Así son las cosas. Y esto es así porque Dios es misericordioso y bueno y nos permite el ejercicio de la libertad, donación suya, a la cual respondemos ora obrando bien ora obrando mal y como no debemos obrar.

Somos, como sabemos, materia y espíritu, y en nosotros debería prevalecer lo que tenemos de espiritual que debería, así, regir lo material o el comportarse, ser y estar. No son compartimentos estancos de nuestra existencia sino que la relación de una con otro es tan esencial que de romperse la misma a favor de lo material nuestra perdición eterna está casi asegurada pues salvo la voluntad de Dios (que puede lo imposible) de nuestra parte habríamos apostado por lo que se apolilla y no por lo que se amontona en el cielo. Allí, en la vida eterna, no hay ladrones que roben lo bueno que tenemos con propuestas que nos alejan de Dios por bien de alcanzar un deleite mundano, temporal y mortal. Por eso debemos mantener un espíritu limpio y lleno del amor del Creador. Y por eso, exactamente por eso, la eternidad se alcanza con haber sabido escoger entre materia y espíritu y con reconocer que la vida eterna es para siempre, siempre, siempre.

El caso es que el alma también como bien nos dice aquí Lolo. Pero, en efecto, es para siempre, siempre, siempre, como diría Santa Teresa de Jesús.

Así de sencilla es la cosa pero, a la vez, así de difícil de comprender según somos lo cual, como es obvio, no le sucedió a Manuel Lozano Garrido.

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (73)

 

“La rosa y el jilguero son dos garantías de la amplia ternura del Padre”

 ……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

7.07.24

La Palabra del Domingo -Domingo, 7 de julio de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaMc 6, 1-6

“1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: ‘¿De dónde le viene esto? y ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus  manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Jose, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?’ Y se escandalizaban a causa de él. 4  Jesús les dijo: ‘Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.’ 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó pudiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.”

COMENTARIO

Escuchar  y comprender a Cristo

Suponemos, porque lo hemos leído y porque, lógicamente, sería así, que Jesús iría muchas veces a Galilea. Es decir, en el tiempo en el que estuvo anunciando la Buena Noticia no es de extrañar que quisiera ir a su tierra para decir que el Reino de Dios había llegado. Y qué significaba eso. 

El texto de este Evangelio nos dice, precisamente, que “salió de allí y vino a su patria”. No sabemos de dónde salió exactamente. En el capítulo 5 de su Evangelio, san Marcos escribe acerca de la curación de la hija de Jairo. Podemos entender, pues, que salió de la Decápodos y fue a Galilea. 

Cuando llegó allí Jesús esperaba que sus vecinos, aquellos con los que había vivido y convivido, aceptaran de buen grado lo que estaba a punto de decirles. Jesús creía que viendo a quien había estado con ellos durante, al menos, treinta años, prestarían atención a lo que les iba a decir. Además, es más que seguro que ya tuvieran noticia de lo que su antiguo vecino hacía y decía. 

Y Jesús acude a la sinagoga. Lo hace siguiendo la santa costumbre judía de ir al templo a escuchar. Y, también, a enseñar. En el lugar santo las personas especialmente preparadas explicaban las Sagradas Escrituras. Y eso es lo que hace Jesús muchas veces. También en su pueblo. 

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Imaginamos que, teniendo el texto sagrado ante sus ojos, Jesús explicaba según el conocimiento total que tiene del mismo, de la Verdad en su realidad y, en fin, de todo lo que el Hijo de Dios atesoraba en su corazón. 

Nos dice san Marcos que cuando le escuchaban se quedaban maravillados. Es decir, que gozaban escuchándole y que sus palabras tocaban sus corazones. 

Pero no todos los presentes eran del mismo pensamiento. Aquel “¿De Belén puede salir algo bueno?” cuando se dijo de dónde sería el Mesías toma ahora forma con las dudas de algunos de los que han conocido a Jesús en su tiempo de vida en Nazaret en la casa de José y María. 

¿Es posible que un carpintero pueda decir lo que dice? 

Resulta curioso que se hicieran aquella pregunta. Podían haberse dado cuenta de que si un carpintero decía tales palabras era porque estaba tocado por Dios y porque hablaba bajo inspiración divina. Si no podían creer que fuera el Hijo de Dios… al menos podían haber caído en el hecho de que Alguien le inspiraba lo que decía. A más no podían llegar según parece. 

Pero Jesús, que conoce sus corazones, sabe la verdad de todo aquello. Sabía que el pueblo judío tenía la mala costumbre de no escuchar a muchos de los que Dios les había enviado. Incluso les había matado… 

De todas formas, no por eso iba a dejar Jesús de cumplir la misión para la que había sido enviado: enseña en la sinagoga para quien quiera escucharlo, entenderlo y seguirlo (propone, pues, pero no impone) y cura a los enfermos que le llevan o conoce. Eso sí lo hace. 

Y luego… nos dice san Marcos que continuó recorriendo los pueblos del contorno. Y es que el Hijo de Dios no iba a venirse abajo porque sus propios vecinos, algunos de ellos, no comprendieran lo que estaba diciendo o, mejor, no quisieran comprender.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Jesús.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en la sabiduría de Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escucharte, a comprenderte y a seguirte.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Saber Quién es el Enviado de Dios; creer en Él… así de sencillo

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

1.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena - Ejemplos que seguir tenemos muchos... Lolo mismo 

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Ejemplos que seguir tenemos muchos… Lolo mismo

 

Pensar en Teresa, Francisco de Asís, Ignacio o Vicente de Paúl como hermanos de Cielo es desmenuzar un himno de alabanza al portento, el milagro y la grandeza del que extrema sus maravillas sobre el ánfora peligrosa y frágil de un hombre.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

 

Nosotros podemos pensar y estar seguros de eso de que cuando Manuel Lozano Garrido escribió el texto que traemos hoy aquí distaba mucho de su pensamiento situarse al nivel de los santos a los que hace referencia. Y, es más, cuando en una ocasión (estando en medio de la Guerra Civil española) le dijeron que tenía fama de beato respondió diciendo que ni lo era ni lo esperaba ser…

La vida, como bien sabemos, acaba dando muchas vueltas a esta noria que es nuestra existencia. Y lo mismo le pasó a Lolo.

Ya podemos imaginar que nuestro amigo de Linares (Jaén, España) tenía mucho aprecia por los fieles católicos que nombra en su libro El sillón de ruedas.

Él piensa en Santa Teresa de Jesús, en San Francisco de Asís, en San Ignacio de Loyola o, al fin, en un San Vicente de Paúl que, con los demás, alcanzó un Cielo más que merecido… Y no podemos negar que haya tomado ejemplos de poca importancia sino de mucha y más que mucha. Y, en realidad, aquí no hace siquiera falta decir nada de ninguno de los santos citados por el linarense universal porque son conocidos y más que conocidos.

Antes queda debemos decir que, no queriendo ser siquiera Beato (lo decimos por la “escala” celestial) la verdad es que Lolo se refiere a los “hermanos de Cielo” y eso, se diga lo que se diga, manifiesta, por lo menos, un ansia de alcanzar el definitivo Reino de Dios.

Aquí Lolo afirma, aún si decirlo, pero se entiende eso, que hay una clara diferencia entre lo que somos y lo que podemos llegar a ser…

El caso es que nosotros somos como somos y Teresa, Francisco, Ignacio o Vicente también eran como eran y cada cual tenía sus cosas y sus pensamientos sobre las cosas más ordinarias y sobre las que eran y son extraordinarias por sobrepasar nuestra mundana vivencia.

Con esto queremos decir que nosotros, que podemos considerarnos un ánfora y que es, como dice Lolo, “peligrosa y frágil” porque podemos rompernos con mucha facilidad y dar al traste con nuestra vida espiritual, no por eso debemos desesperar. Eso nunca.

A tal respecto, y como bien sabemos, si hay algo que se puede predicar de Manuel Lozano Garrido es que tenía un corazón, además de fuerte, alegre y dado a la esperanza. Es decir, que no solía venirse abajo con mucha facilidad, sino que se apoyaba en todo lo que de espiritual había en su vida para salir adelante en aquella vida tan dolorosa y dolorida que lo llevaba por el camino recto que va al Cielo.

Nos quiere decir Lolo que podemos evitar nuestra fragilidad y que podemos hacerlo sabiendo que hay algo, mucho, más que nuestra vida ordinaria que, como decimos, puede quebrarse con mucha facilidad. Y eso es lo que hace que consideremos que nuestro ser es un puro milagro obrado por Dios y que la grandeza que eso nos otorga no puede ser dilapidada por un comportamiento ajeno a Quien nos ha creado y mantiene.

Alabar eso o, lo que es lo mismo, reconocer que debemos tanto a Dios, y tanto le debemos, que no es posible siquiera pensar en hacer otra cosa que no sea, precisamente, dar las gracias por tanto portento, por tanto milagro y por tanta grandeza como nosotros, que somos como somos, atesoramos en nuestro corazón gracias al Todopoderoso.

Y eso, estamos más que seguros, lo supo y bien que lo supo el Beato que, aún no ansiando serlo, lo fue.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (72)

No estaremos muy lejos del secreto de Dios si le pensamos mirándonos con ojos empañados por la ternura.”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

30.06.24

La Palabra del domingo – Domingo, 30 de junio de 2024

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Mc 5, 21-30. 33-43

“21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar. 22   Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, 23      y le suplica con insistencia diciendo: ‘Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva. 24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, 27   habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

28 Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.’ 29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. 30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: ‘¿Quién me ha tocado los vestidos?’ 31 Sus discípulos le contestaron: ‘Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: “¿Quién me ha tocado?"‘ 32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. 34 Él le dijo: ‘Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.’35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: ‘Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?’ 36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: ‘No temas; solamente ten fe.’ 37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.39 Entra y les dice: ‘¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.’ 40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. 41   Y tomando la mano de la niña, le dice: ‘= Talitá kum =‘, que quiere decir: ‘Muchacha, a ti te digo, levántate.’ 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. 43 Y es insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.”

  

COMENTARIO

Evangelio de la confianza; el Evangelio de la fe

 

La labor evangelizadora de Jesús suponía que, en determinadas ocasiones, se tuviese que servir de actos llamados extraordinarios para enseñar. También así enseñaba qué es la voluntad de Dios y, sobre todo, para qué había venido Él al mundo.

Aquí vemos, o contemplamos como si estuviéramos como espectadores, dos casos distintos, muy distintos: Jairo, jefe, entre otros, de la sinagoga, poderoso entonces, necesita, porque ha confiado en Él, la intervención del Maestro y acude a demandarlo; la hemorroísa, pobre, apartada de la sociedad, también necesita, aunque para ella misma, la mano salvadora y obradora de maravillas de Jesús. Ambos, como sujetos pasivos, que para recibir, creen que la única, y última, posibilidad de salvación, la tienen en aquella persona que camina llevando, en su camino, a tanta gente que confía en su amor, en su entrega, en su don.

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | «Hija, tu  fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad»

Entre el planteamiento del caso de Jairo y su resultado, entre la desesperación y la alegría, por la enfermedad y muerte y su curación, la hemorroísa, sufridora de flujos de sangre que la imposibilitan para vivir con igualdad entre sus semejantes (debido a la concepción que, entre los judíos, se tenía de la sangre y el manar de la misma) es un caso de especial importancia. No sólo la incorpora a la sociedad sino que, además, lo hace como lo hace con aquel paralítico llevado a su presencia por aquellos amigos grandes en esperanza: primero tiene fe y, por lo tanto, Jesús le perdona sus “pecados” (según la concepción judía) y, luego, su enfermedad se cura. ¡Qué prueba para la fe tan significativa!

También podemos darnos cuenta de que ambas personas, Jairo y la hemorroisa, a pesar de que Jesús sabía lo que querían y quiénes eran, espera a que ambas personas se identifiquen mediante la manifestación de fe que les impele a demandar su intervención. Es aquí, también, donde el Enviado nos da a entender lo que ya recoge la oración del Padre nuestro e indica; es decir, que hemos de ser nosotros los que demostremos, ante una necesidad, la intervención de quien sabemos que será seguro salvador, sanador, liberador de pecados y enfermedades. Sin embargo, creo yo que esto no debe de hacernos pensar que Dios es un instrumento, alguien del que podemos hacer uso y luego, tras conseguir lo que queremos, lo olvidamos y seguimos con nuestra vida. Esto no puede ser así pues una cosa es la misericordia de Dios, que es inacabable, y otra el abuso que podemos hacer de ella, y nuestro pensamiento, corazón y conciencia han de hacernos ver que esto es una grave tergiversación de la posibilidad que Dios nos da de actuar en nuestra vida diaria.

Los casos de Jairo, tan conmovedor (por pedir por una hija, por una niña) y de la hemorroísa, tan de práctico entender (por incorporar a la persona afectada por los flujos de sangre a la sociedad que la tenía olvidada, como si se tratase de una persona apestada) son dos ejemplos, a cada cual más maravilloso, para darnos a entender la inmensa bondad de nuestro hermano, y Dios, Jesús.

Que seamos, nosotros, como Jairo, que pide para otra persona, o como la hemorroísa, que pide para sí misma por algo que es algo más que una enfermedad, es caso de cada cual. Sin embargo, sí que debemos tener en cuenta el elemento común a ambos casos que no nos debe faltar: la fe.

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen fe como para encomendarse a Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en el poder del Creador.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el poder inmenso de tu sabiduría y su misericordia.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 Panecillo de hoy:

Confiar en Dios, tener fe en la bondad de Cristo, supone manifestar escasez de necedad.

…………………………….


Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

 

24.06.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena - Así es como Dios nos ayuda

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena - Así es como Dios nos ayuda


“Me gusta que se compare a los hombres con los árboles, siempre que se parta de una hermosa semilla. Abajo, la tierra, jugosa, esponjosa y fértil; el sol por encima, rebrillando en la bóveda azul, muy azul, y en medio nosotros, rama que se desgaja. Dios de su mismo corazón, hace un hoyo en el mundo, y nos ahínca profundamente.” (Beato Lolo, de su libro Las Golondrinas nunca saben la hora) 


Manuel Lozano Garrido, entre los libros que dio a la luz del mundo, había (y hay) uno que lleva por título “El árbol desnudo”. Se suele tomar como un, a modo, de biografía donde sale muy bien dibujada su misma persona, aunque no con su nombre sino con otro (Andrés) 

El caso es que no nos extraña nada que diga Lolo que le gusta que se comparen a los hombres con los árboles porque él mismo, como decimos arriba, hace uso de un árbol para ponerse, por decirlo así, ahí mismo… 

Bueno. 

El caso es que al Beato de Linares (Jaén, España) tiene a bien hacer uso de la imagen del árbol para poner sobre la mesa una gran verdad: Dios siempre nos echa una mano, aunque a veces tengamos por bueno que lo contrario es lo que pasa.

Debemos tener en cuenta que eso del árbol tiene todo que ver con que la semilla sea buena. Y a la fuerza ha de serlo porque la pone Dios con su santísima Voluntad y Providencia. Ahora bien, eso no es suficiente porque nosotros también debemos poner de nuestra parte. 

Dios, pues, pone la semilla. Pero nuestro corazón ha de ser tierra fértil donde pueda fructificar la misma. Y eso, en el caso de Lolo, bien sabemos que lo fue porque dio un tanto por cierto muy alto de fruto (como se dice en la Sagrada Escritura) y, seguramente, sobrepasó el 100% de bendito fruto el que salió de su corazón. 

Tierra buena, pues, ha de ser nuestro corazón. Y es que de no serlo resultará muy difícil que la semilla que Dios ha plantado pueda dar algo bueno y que se nos pueda conocer los frutos que demos… 

Todas las cualidades de la nuestra tierra, de nuestro corazón, han de cumplirse. Es decir, debe ser un corazón jugoso, ha de ser esponjoso y fértil. Y entonces, al leer esto, es cuando nos damos cuenta rápidamente de que ahí están las razones propias de que nosotros no demos tanto fruto como deberíamos dar. Pero tales son las evidentes condiciones para fructificar. 

Acerca de esto, que está más que bien, es seguro podemos decir que no siempre damos fruto (arriba ya hemos apuntado algo) Pero eso no debería hacernos desesperar (que es, además, un grave pecado) sino que, como nos dice Manuel Lozano Garrido, ahí tenemos a Dios, siempre omnipresente en nuestra existencia. 

En efecto, cuando creemos que nos estamos desgajando del árbol al que siempre deberíamos estar bien amarrados, aparece Dios para volvernos a plantar. Y es que por eso dice el Beato Lolo que Dios “nos ahínca profundamente” porque, siendo nosotros tan pecadores como somos tiene la santísima paciencia de volvernos a perdonar y querer que empecemos de nuevo, danto frutos… 

Bien sabemos que Lolo los dio abundantemente.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”(71)

“¿Cómo es Dios? – ‘Dime primero que Padre. Y ya después lo que quieras’”-

 

……………………………


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

23.06.24

La Palabra del Domingo - 23 de junio de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaMc 4, 35-41 

“35 Este día, al atardecer, les dice: ‘Pasemos a la otra orilla.’ 36 Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. 37 En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca.  38 Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: ‘Maestro, ¿no te importa que perezcamos?’ 39 El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Calla, enmudece!’ El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. 40 Y les dijo: ‘¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?’”. 41 Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: ‘Pues ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?  

COMENTARIO

Tener verdadera fe y confianza en Dios

Muy conocido es el hecho de que el Evangelio de Marcos es dado a la narración de milagros y otros hechos extraordinarios que, también y por otra parte, son de difícil aceptación para las almas dadas al apego al mundo. En este caso, también vemos como Jesús, a pesar de la falta de fe que parece atenazar a sus discípulos se ve en la obligación de actuar, presto, dominando la naturaleza que se muestra, así, sumisa a sus órdenes, como si no fuera Él quien creó, en la persona de Dios, a esa misma naturaleza…

Sin embargo, lo más importante no es el hecho mismo del dominio de las aguas pues también se ha dicho  que el lago donde se produce este hecho es dado a repentinos cambios de viento que pasan, de repente, de forma natural. Esto se dice, seguramente, para quitar importancia a este hecho milagroso. Y digo que esto no es lo más importante ya que, como casi siempre hace Jesús, sus hechos trascienden, es decir, lo que significan va más allá de lo que aparentan, de lo que la realidad misma muestra a los ojos de los que miran.

Aquí, pues, no es lo importante el movimiento de las aguas sino el movimiento del corazón que duda, que tiene miedo ante la adversidad, que se deja dominar por lo mundano que le rodea, por lo que sólo ven sus ojos.

Este texto que nos ofrece Marcos encierra una verdad evidente: ante lo incierto, ante las desviaciones que pueden producirse en nuestra vida por las acechanzas del Maligno, en todas sus formas, ¿Cómo reaccionamos?

Dice Dios: El viento se aplacó y sobrevino una gran calma

Muchas veces la fe se sustenta por el sutil hilo de nuestro mismo existir, es decir, está directamente relacionada con nuestro acaecer, y eso, querámoslo o no, es bastante triste.

Estos discípulos que acompañan en la barca a Jesús que, tranquilo, duerme, seguro de su poder, siendo Él mismo Dios, mientras que aquellos se atribulan por la tormenta que hace temblar el suelo que los acoge, el agua embravecida, que los impele al horror, los lleva al mismo pánico, al miedo como dice el texto, y a preguntarse si es que a Jesús no le importaba esa situación difícil por la que pasaban, que tan plácidamente dormía…

Puede más lo real que lo espiritual. En caso de que su fe hubiera ido pareja a su mundanidad, nada habrían temido, en la seguridad de que su Maestro, el Maestro, surgiría de ese descanso para, súbitamente, controlar aquella mala realidad. Sin embargo, han de dudar, de aquí la pregunta de Jesús; ¿Por qué estáis con tanto miedo?

Antes de dar solución a esto, volvamos al texto en el que se descubre no poca alusión a nuestra vida.

En nuestra vida, tan ocupada a veces, nos vemos acechados, de formas muy diversas, por el Maligno, y una fuerte borrasca atenaza nuestro corazón, pudiendo hacer, esto, que poco a poco, ese lugar de donde nace lo bueno y lo malo, ese corazón tan humano, llega a llenarse con el agua sucia del pecado (sea, o sean, el que, los que, sea o sean). Ante esto podemos acudir a la invocación a Dios, hacer uso de ese recurso que es la oración para pedir ayuda, auxilio, en esa necesidad que nos puede avocar al desastre espiritual. Hemos de estar seguros de que el Padre siempre acudirá para darnos su mano amorosa, para salvarnos en esa difícil situación. Ante esto no podemos responder con un apego tal a la tierra que nos haga huir de la fe, de ese creer sin haber visto, que tanto bien nos hace tanto a los espíritus creyentes como puede hacer a los que no creen (por desconocimiento o por voluntad propia). Eso supone tener un conocimiento equivocado del potencial que Dios nos da en nuestra particular creación, es desperdiciar unas posibilidades que se van, irremisiblemente, a perder.

Si, por tanto, acudimos a la fe, invocamos, pedimos, demandamos, seguro que seremos escuchados, que seremos respondidos y alcanzaremos el corazón de Dios del que sólo sale lo bueno, lo misericordioso, el perdón.

Así podrían haber actuado aquellos incipientes pescadores de hombres, pero no lo hicieron y se vieron abocados a acudir, in extremis, a la bondad de Jesús que, como no podía ser de otra forma, acude, presto, en su auxilio, pero planteándoles la terrible pregunta: ¿Cómo no tenéis fe? En esta inquisición, dirigida directamente a su corazón, trata de hacerles comprender lo que debían hacer: confiar, creer, amar, como él amaba, pues confiaba en Dios, creía en su misión y amaba siempre.

Ahora, preguntémonos nosotros que haríamos en ese caso porque, es de suponer, nosotros ya sabemos Quién era Aquel…

PRECES

Por todos aquellos que no confían en Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no confían en el poder total de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el Padre, a llamarlo y a buscarlo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Sabemos Quién era Aquel que dominó a las fuerzas de la naturaleza: era Quien las creó. 

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.