Para Juan Masiá la procreación es… según y cómo
En su eco de “El País” ha vuelto a desnortase el jesuita Juan Masiá Clavel. Aunque reconozco que lo ha hecho con mucha finura intelectual y con mucho disimulo.
Empezamos bien:
“Un punto débil muy criticable, antropológica y éticamente, en los documentos eclesiásticos sobre familia, sexualidad y procreación asistida, es la obsesión injustificada por no distinguir ni separar los aspectos unitivos y procreativos en la relación sexual”.
Es decir que se puede criticar desde dos puntos de vista lo que la Iglesia católica dice al respecto de la procreación: como aplicación a lo que es el ser humano (o material) y desde el punto de vista espiritual.
Pues no está nada mal para un católico que dice comulgar con la misma fe de las personas que, acto seguido, ataca:
“En este punto se mantienen sin ceder tanto Pablo VI, como Juan Pablo II y Benedicto XVI. Por citar solamente un texto típico, me remito al n. 4 de la instrucción Donum vitae (CDF, 1987). Dice así: “La contracepción priva intencionalmente al acto conyugal de su apertura a la procreación y realiza de ese modo una disociación voluntaria de las finalidades del matrimonio. La fecundación artificial homóloga (sic), intentando una procreación que no es fruto de la unión específicamente conyugal, realiza objetivamente una separación análoga entre los bienes y significados del matrimonio”.