7.09.10

Lo que no puede ser, no puede ser

Y, además, es imposible.

El título y el principio del artículo forma una expresión que se atribuye al torero llamado “Guerrita” cuando, ante una determinada situación, enmarcó, en la realidad más certera, lo que a veces son las cosas.

Eso es lo que pasa con un caso particular en el que hay muchos empeñados en que se resuelva de forma distinta a como, seguro, se va a resolver.

Sakineh Mohammadi Ashtiani, mujer que, para su desgracia, es iraní, ha sido condenada por dos delitos que, al parecer, tienen la misma consideración para el régimen extremista que dizque dirige Irán: adulterio y complicidad en el asesinato de su marido.

La condena fue, como es de imaginar en un régimen islamista, la lapidación de Sakined. Ahora le han añadido, a la ya salvaje pena, 99 latigazos, al parecer por la divulgación en la prensa británica de unas fotografías a las que les atribuyen, las autoridades judiciales iraníes, “la corrupción y la indecencia”.

Como el que esto escribe no ha visto tales imágenes, pero reconociendo la verdadera corrupción e indecencia de un régimen político-religioso que permite tales cosas, a lo mejor se trata de unas en las que la mujer condenada aparecía con pantalones o fumando. No sé, o algo por el estilo. Y es que ya sabemos el tipo de moral que se defiende en determinados sitios.

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6.09.10

José Arregui: el oportuno silencio

El católico tiene, en el silencio, un gran aliado para mejorar su espíritu y el estado de su alma. Por eso muchas personas deciden tomar, para sí, el voto de silencio y hacer, del mismo, un instrumento para mantener con Dios una relación gozosa y fluida.

De tal forma es así, que el orar en silencio, fuera el ruido del mundo exterior, favorece en nosotros, hijos de Dios, una mirada que se acerca, mucho, al Padre y Creador nuestro.

Esto viene al caso porque el franciscano José Arregui, que tan gran polémica ha levantado en tierras vascongadas y en la Iglesia católica en su conjunto, ha dicho que va a la dejar la orden de la que forma parte. Y esto, bien visto y según lo sucedido está más que bien.

A la hora, pues, de marcharse, se pueden adoptar dos posturas o, mejor, existen dos posibilidades de actuar: irse con honor o irse deshonrando a la Iglesia católica y a la orden a la que, pues, había pertenecido.

Antes tales posibilidades parece que ha escogido la segunda.

Dice, o dijo cuando anunció que abandonaba la orden franciscana, “no callaré”.

No callar es algo bueno; es más, recomendable y obligado cuando se tienen que decir cosas que puedan dar solución a problemas aparecidos, digamos, en la diócesis donde se vive o donde se está por las razones que sea.

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5.09.10

La Palabra del Domingo - 5 de septiembre de 2010 - No es fácil ser discípulo de Cristo

Lucas 14, 25-33: El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

biblia

25 Caminaba con él mucha gente, y volviéndose les dijo:
26 «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.
27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
28 «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?
29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:
30 “Este comenzó a edificar y no pudo terminar.”
31 O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con 10.000 puede salir al paso del que viene contra él con 20.000?
32 Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.
33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.


COMENTARIO

No es fácil ser discípulo de Cristo

(Antes de nada: todo lo que aquí se dice de aquellos primeros discípulos tiene que ser convenientemente aplicado a los de hoy)

Alguno de los que seguían a Jesús, en un principio, debían pensar que su reino sería uno humano y que, por eso mismo, hasta era posible que mejoraran su vida si se le seguían.

Jesús, sin embargo, tenía la respuesta a tal situación. Era, no hay que decirlo, algo que muchos no querían oír y, ni siquiera, pensar.

¿Qué debería suponer seguir al Maestro? ¿Qué debían dejar atrás aquellas personas?

Sin duda alguna Jesucristo no se calla nada de la verdad para ser políticamente correcto ni por quedar bien con aquellos que le seguían. Así, bien podía haber dicho, para congraciarse a sus discípulos, que tendrían una vida opulenta y que serían los mejor considerados en la sociedad judía.

No fue, sin embargo, así. Todo lo contrario.

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4.09.10

En la Fe no todo es igual

Cuando el Cardenal Xavier Nguyen Van Thuan (que retornó a la Casa del Padre el 16 de septiembre de 2002) escribiera, en su libro “Mil y un pasos en el Camino de la Esperanza”, como preguntando a alguien (a casi cualquiera, podríamos pensar hoy día) “¿Te vas a unir a varias Iglesias?/ ¿Te vas a acomodar a todas las morales y vas a ajustarte a todas las conciencias?” puso en evidencia un asunto de no poca importancia: podría parecer que cuando hablamos de Fe todo vale o, también que tanto da una creencia como otra.

Un buen punto de partida para reconocer la Fe que verdaderamente nos asiste es lo que dejó dicho San Pablo en la Primera Epístola a los Tesalonicenses (5,21) cuando manifestó una gran verdad: “Examinadlo todo y quedaos con lo bueno”. Lo que no dijo es, por ejemplo, quedaos con todo porque, acto seguido (5,28) bendijo a los cristianos de Tesalónica con “la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros”. Por tanto, desde allí, hace ya tanto tiempo, hasta nuestro ahora mismo, queda claro que no todo es igual; en cuestiones de Fe no todo es igual.

Cuando Cristo dijo aquello de que nos debíamos “cuidar de los falsos profetas” (Mt 7,15) bien sabía a lo que se refería, pues muy conocida es, sobre todo hoy día, la proliferación de grupos que se dicen religiosos porque manifiestan algún tipo de creencia, pero que en realidad, son, por dentro, “lobos feroces” (Mt 7,15). La ferocidad que muestran es, a veces, poco vistosa, porque recurren a la adulación del ego humano o a vestir de divinidad sus proyectos cuando, en realidad, no son, sino, meros adalides de la mundanidad y del nihilismo, cuando no falsos interpretadores de las Sagradas Escrituras que abusan del desconocimiento, por parte de los católicos, de la misma Palabra de Dios e incluso de la más terrible preterición de la voluntad del Padre.

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3.09.10

Eppur si muove - ¿Qué es ser católico?

Muchas personas hemos nacido en el seno de una familia que profesaba la religión católica; nacimos, con el espíritu, a la vida del mundo, acunados en las manos progenitoras y divinas.

Así se es católico.

Muchas personas fuimos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, esa fórmula que nos une, en lo íntimo del corazón, a nuestro Creador porque por su voluntad existimos.

Así se es católico.

Muchas personas asistimos a una catequesis más o menos adecuada, con el tiempo y con la forma de ser actual, en la que trataron de que conociéramos mejor quién era Jesús y Dios, y qué era la Iglesia que fundó hace tiempo, mucho tiempo, seguramente desde la eternidad.

Así nos reconocemos católicos.

Muchas personas fuimos conformados en la Fe, cuando la razón descubre a Dios y hacemos uso de ella; conformados, y por tanto, afirmando lo que, por la edad, en la comunión, quizá no entendimos o se pasó, para nosotros, envuelto en un halo de misterio y fiesta.

Así nos confirmamos católicos.

Muchas personas nos sentimos acogidos cuando, en la Iglesia, contrajimos matrimonio sellando, en ella, una alianza con Dios y con la otra persona con la que quisimos formar una familia de las que ahora denominan tradicional.

Así nos vimos católicos.

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2.09.10

Eurabia: no se puede negar que dicen lo que piensan

Se quiera decir lo que se quiera decir al respecto, el caso es que la realidad es la que es y no se puede falsear para disimular o mirar para otro lado.

La cosa, el asunto, el caso de la situación de lo musulmán en Europa está que arde. No podemos decir otra cosa y no debemos decir otra cosa.

Y si a alguien se le ha ocurrido, que sí, hacer como si no pasara nada y favorecer todo lo musulmán en la vieja Europa ya se encargan los seguidores de Mahoma de poner los puntos sobre todas las letras que sean necesarias.

Tuvo que ser ante un grupo de 500 mujeres (tratadas a patadas por el islamismo, por cierto) ante el que Muamar el Gadafi describiera las bondades de su religión. Eso es como si Hitler, ante un grupo de 500 judíos, les perorara sobre lo bueno que era su régimen asesino. Exactamente igual.

Allí dijo unas lindezas a tener en cuenta por todas aquellas personas que amen la tierra que pisan y no quieran volver, por ejemplo, unos siglos atrás que son, precisamente, los que pisotearon los pies de los seguidores de Mahoma.

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1.09.10

Células durmientes católicas

Se suele hablar de “células durmientes” y referirse a grupos de musulmanes radicales que permanecen en el anonimato hasta que se les requiere para que “despierten” y cometan algún que otro atropello a la vida humana.

Algo parecido, pero en bueno y malo, pasa con los cristianos, aquí católicos: en bueno porque no se trata de estar ocultos para salir a matar y en malo porque supone, tal actitud, una forma de malversar nuestra fe.

Así, los cristianos, los católicos, somos células de las que se compone el tejido de la Iglesia, institución creada por el Mesías y entregada a Pedro para que la gobernara y, entregara, con el paso de los siglos, las llaves, de forma sucesiva, a Benedicto XVI, el Santo Padre.

Como tales células damos vida al tejido que, tras el paso del tiempo, ha dado en ser la imagen de Dios en el mundo. Por más errores que se hayan cometido por parte de las personas que, como seres humanos, han dado en llevar a la Esposa de Cristo hasta la situación en la que se encuentra hoy día, lo bien cierto es que aquel manojo de llaves que Jesús entregó a quien lo negara sigue siendo válido. Abre nuestro corazón, lo llena de la Palabra de Dios y, por así decirlo, lo conforma según la voluntad del Padre.

Por eso, a veces, resulta necesario preguntarse cómo es posible que los que hemos de dar forma, de conformar, el sí a Dios, el sí a Cristo, el sí al Espíritu, permanezcamos en estado de letargo, cual embrión que espera que llegue el día de salir al mundo, cuando nosotros somos herederos del Reino más importante que en el mundo ha sido: el Reino de Dios que Jesucristo ya anunció y trajo, siendo Él, siendo Hijo, siendo Padre y Espíritu.

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31.08.10

Serie Vida de santos, santos en vida - Santo Dominguito del Val

NOTA: por un error ha salido publicado, en este blog, hace casi dos horas (10:54 am), el artículo de mañana miércoles 1 de septiembre. Por esa razón lo he tenido que retirar. Siento si he producido algún tipo de malestar, sobre todo a las 4 personas que habían hecho comentarios.

De todas formas, los cuatro comentarios los recuperaré para mañana miércoles, 1 de septiembre pues los tengo guardados vía correo electrónico.

………………….

Sto. Dominguito del Val

Con este primer artículo doy comienzo a una serie que lleva por título “Vida de santos, santos en vida” y que espero sea fructífera.

Hace algo más de dos meses, con motivo de la celebración, el 26 de junio, de la festividad de S. Josemaría, un comentarista (Martín Ellingham) dijo que sería importante escribir sobre Sto. Dominguito del Val porque hoy, precisamente, la Iglesia católica, celebra su día.

Tengo que decir, siendo esto muy grave, que no conocía a tal santo de la Iglesia católica y no sabía ni podía entender el interés que podía haber en tratar, en un artículo, el caso particular de tal santo.
Sin embargo, recogí, entonces, el guante de tal proposición y hoy, día en el que se celebra su recuerdo, vengo a escribir lo que sigue.

Si no sé tratarlo bien, que Dios me perdone.

En la catedral de Zaragoza, en una capilla hay una urna de alabastro que contiene los restos de un niño. Su nombre es Domingo del Val y sobre aquella la inscripción “Aquí yace el bienaventurado niño Domingo del Val, mártir por el nombre de Cristo“.

¿Quién fue Domingo del Val?

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30.08.10

Una mala expresión panfletaria

Los habitantes de una nación de la que se predica que es una democracia tenemos el secreto pensamiento de pensar que, en efecto, tal es el estado del lugar donde nacimos, vivimos y morimos.

Es bien cierto que a lo largo de la historia de la humanidad se han difundido y aplicado sistemas políticos donde lo arriba apuntado no era, sino, un sueño o, en el mejor de los casos, un ejercicio exagerado de la imaginación. Al fin y al cabo, el desarrollo del ser humano ha sido el que ha sido y es ahora cuando, en verdad, podemos decir que en algunos lugares la democracia es, en efecto, una realidad.

Al menos eso es lo que queremos pensar.

Pero, claro, siempre hay excepciones que hacen que la regla se venga abajo y no, precisamente, que la confirmen. Es decir, que si la regla es que en el sistema democrático el poder establecido respeta la dignidad de la persona y hace de los derechos inviolables que la misma tiene la causa fundamental de su ser, lo que pasa entre las naciones políticamente correctas y en aquellas donde el relativismo se ha hecho dueño de casi todo, es, precisamente, lo contrario: escaso respeto a tales derechos e implantación de un verdadero sistema totalitario apoyado en la legitimidad que otorgan unas elecciones.

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29.08.10

La Palabra del Domingo - 29 de agosto de 2010 - El sentido de la Ley de Dios

biblia

Lucas 14, 1. 7-14: El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido

1 Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando.
7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola:
8 «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, 9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto.10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»
12 Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. 13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.»

COMENTARIO

El sentido de la Ley de Dios

Es bien cierto que Jesús no daba puntada sin hilo y que aprovechaba cada ocasión que le ofrecía su vivir común y, digamos, ordinario, para transmitir el verdadero contenido de la Ley de Dios.

Sin que haya mucha diferencia entre el pensamiento de aquellos tiempos y el de ahora también se consideraba que los mejores puestos junto a los más conocidos o tenidos por los mejores de la sociedad era lo más importante para una persona. La apariencia, al fin y al cabo, no dejaba de ser una forma de conducta muy extendida.

También es cierto que el Hijo de Dios no daba consejos que fueran fáciles de seguir sino, muy al contrario, que costaban un verdadero esfuerzo por tener que someter a la misma naturaleza humana y a las tendencias de la misma.

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