(79) La verdad en las Escrituras –y IV. José Antonio Pagola
–Perdone, padre, pero es que «una cosa es un estudio histórico y otra un tratado teológico».
–Tu quoque fili mi?… Casi ochenta artículos conmigo, y ahora me sale con eso… ¿O lo dice en broma?
La última cena ni es pascual, ni instituye la Eucaristía. Cuando Jesús se reúne al final de su vida con sus apóstoles, según Pagola, no celebra una Pascua renovada, ni instituye una Alianza Nueva sellada en su sangre, ni un sacrificio expiatorio para la remisión del pecado del mundo, ni tampoco establece un acto litúrgico que, como la Pascua judía, ha de ser actualizado siempre, en memoria suya, hasta su vuelta al final de los tiempos. «Lo que hace es organizar una cena especial de despedida con sus amigos y amigas más cercanos… Al parecer, no se trata de una cena pascual» (363). «Probablemente no es una cena de Pascua» (364).
Esta falsificación enorme que hace Pagola de la Eucaristía dista años luz de la fe católica. La Eucaristía, «el centro y el culmen» de toda la vida de la Iglesia, según fórmula feliz del Vaticano II, en el Jesús de Pagola queda prácticamente nadificada. Lo que sí es cierto es que «Jesús vivía las comidas y cenas que hacía en Galilea como símbolo y anticipación del banquete final en el reino de Dios» (364). Algo es algo.
Cristo no pre-conoce su muerte, ni la entiende como un sacrificio de expiación. No quiere Pagola reconocer que Jesús avanza hacia su muerte libremente, con un dominio sobrehumano, y que la anuncia varias veces a sus discípulos. No admite estos anuncios de su muerte, aunque consten, según lo comprobamos, por el testimonio unánime de los evangelistas sinópticos (77). Y también por el testimonio de San Juan: «nadie me quita la vida; soy yo quien la doy por mí mismo. Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla» (Jn 10,17-18). El anuncio exacto de su muerte es demasiado divino, y por eso no es histórico, es pura creación literaria de apóstoles y evangelistas.
«Era inevitable que, en su conciencia, se despertaran no pocas preguntas: ¿cómo podía Dios llamarlo a proclamar la llegada decisiva de su reinado, para dejar luego que esta misión acabara en un fracaso? ¿Es que Dios se podía contradecir? ¿Era posible conciliar su muerte con su misión?» (349). «Al parecer, Jesús no elaboró ninguna teoría sobre su muerte, no hizo teología sobre su crucifixión… Jesús no interpretó su muerte desde una perspectiva sacrificial. No la entendió como un sacrificio de expiación ofrecido al Padre. No era su lenguaje» (350). Son los primeros cristianos los que, para explicar la cruz, se la representan como «sacrificio de expiación», como una «alianza nueva», establecida en el «siervo sufriente» (442).
La descripción que hace Pagola de Jesús, en su aproximación a la muerte, nada tiene que ver con la que hace el Evangelio. Es contraria. Podríamos traer tantos discursos y parábolas de Jesús que contradicen su composición ideológica –los anuncios de su pasión, el asesinato del heredero de la Viña, «Jerusalén, que matas a los profetas», el Pastor bueno que da su vida por las ovejas, «éste es mi cuerpo que se entrega, mi sangre que se derrama», etc.–. Pero todo sería inútil, si niega la historicidad de los textos que podamos aducir.
La muerte de Cristo no es voluntad de Dios providente. Lo afirma Pagola con insistencia, y argumentándolo de muchos modos. No podemos ni pensar que el Padre «quisiera» la muerte de Cristo, ni que dispusiera libremente reconciliarse con la humanidad por el sacrificio de la sangre de un inocente. En la cruz no hay ofrenda ni sacrificio expiatorio que cumpla un plan divino, sino la muerte cruel que sufre Jesús por mantenerse a toda costa fiel a su misión profética (440-441).
Todo esto es contrario tanto a la historia de la Escritura sagrada como a la fe de la Iglesia. Anuncia Jesús su muerte varias veces a sus discípulos: «se lo decía con toda claridad» (Mt 8,31). Rechaza violentamente a Simón Pedro cuando éste se escandaliza de la cruz: «piensas como los hombres, no según Dios» (Mt 16,22-23). Impide que sus discípulos, llegada la hora, le defiendan: «¿cómo entonces se cumplirían las Escrituras, según las cuales debe suceder así?» (Mt 26,54). En Getsemaní hace suya la voluntad del Padre, «obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Flp 2,89); obediente a la voluntad del Padre; ¿a la de quién si no?… Reprocha a los discípulos de Emáus: «¡hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera?» (Lc 24,25-27). Por lo demás, éste es el Evangelio que, exactamente en esos mismos términos, fue predicado desde el principio como mensaje central de la Buena Noticia (Hch 3,18; 1Pe 1,19-20; Rm 5,8; etc.). Y que se sigue predicando hoy (Catecismo 599-623).
Los relatos evangélicos de la pasión no son históricos, según Pagola, prácticamente en nada.
«Las noticias de Marcos y de Juan, que presentan a los fariseos buscando la muerte de Jesús, no son creíbles históricamente» (338). «En realidad, todo hace pensar que esta comparecencia de Jesús ante el Sanedrín nunca tuvo lugar» (377). «¿Hubo realmente un proceso ante el prefecto romano?… el episodio legendario de Barrabás…». Hay que «sospechar que nos encontramos ante una composición cristiana y no ante una información histórica» (384). Tampoco las comparecencias de Jesús ante Caifás y ante el pretorio, «probablemente, tal como están descritas, ninguna de estas dos escenas goza de rigor histórico» (393)… Más aún:
La causa de la muerte de Cristo tampoco es la que dicen los Evangelios. El Sanedrín no condena a muerte a Jesús «por blasfemo» (Mt 26,65; Mc 14,64), por declararse «el Hijo de Dios» (Lc 22,70): «estamos ante una escena que difícilmente puede ser histórica. Jesús no es condenado por nada de esto» (379). Jesús no es condenado por blasfemo, sino por revolucionario, y más concretamente, por enfrentarse con el régimen sacerdotal del Templo. «De hecho, esta intervención en el templo es lo que desencadena su detención y rápida ejecución» (358). En fin, «aunque se ha dicho con frecuencia que la presencia [junto a la Cruz] de estas mujeres [María, su madre, y otras] ha podido reconfortar a Jesús, el hecho es poco probable» (404). Tampoco son históricos los diálogos del Crucificado con su Madre, con San Juan o con los dos malhechores (405).
Cristo muere turbado y angustiado: «Tú lo puedes todo. Yo no quiero morir. Pero estoy dispuesto a lo que tú quieras… Quiero vivir» (401-402). Pagola añade en nota: «Esta imagen de un Jesús turbado y angustiado, caído en tierra para implorar a Dios que lo libere de su destino, contrasta fuertemente con la muerte de Sócrates descrita por Platón. Obligado a tomar veneno, Sócrates acepta su muerte sin lágrimas ni súplicas patéticas, con la certeza de dirigirse al mundo de la verdad, de la belleza y la bondad perfectas» (401)… Sócrates, según esto, tuvo otra altura, otra serenidad ante la muerte que se le impuso.
Tampoco son históricos los relatos de la resurrección de Cristo, el sepulcro vacío y las apariciones del Resucitado a sus discípulos.
–En cuanto al sepulcro vacío, Pagola estima que
…«se trata de un relato tardío… No es fácil saber si las cosas sucedieron tal como se describen en los evangelios» (429)… «Para muchos investigadores, tampoco queda del todo claro si las mujeres encontraron vacío el sepulcro de Jesús» (431). «Más que información histórica, lo que encontramos en estos relatos es predicación de los primeros cristianos sobre la resurrección de Jesús… Todo hace pensar que no fue un sepulcro vacío lo que generó la fe en Cristo resucitado, sino el “encuentro” que vivieron los seguidores, que lo experimentaron lleno de vida después de su muerte» (432). «Es más fácil pensar que el relato nació en ambientes populares donde se entendía la resurrección corporal de Jesús de manera material y física, como continuidad de su cuerpo terreno» (433). Evidentemente, «Jesús tiene un “cuerpo glorioso”, pero esto no parece implicar necesariamente la revivificación del cuerpo que tenía en el momento de morir… Para esta transformación radical no parece que el Creador necesite de la sustancia bioquímica del despojo [se refiere el cadáver] depositado en el sepulcro» (433).
Por otra parte, la permanencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro durante «tres días» no es un dato cronológico: simplemente «significa el “día decisivo”» (414-415). De hecho, en Jesús muerte y resurrección son simultáneas: «En el mismo momento en que Jesús siente que todo su ser se pierde definitivamente siguiendo el triste destino de todos los humanos, Dios interviene para regalarle su propia vida» (418). «Dios estaba con Jesús. Por eso, al morir, se ha encontrado resucitado en sus brazos» (442).
Pagola, pues, niega la identidad entre el cuerpo muerto de Jesús y su cuerpo resucitado, contra los múltiples testimonios de los evangelistas (Lc 24, por ejemplo) y contra la fe profesada por la Iglesia siempre y en todo lugar. Los últimos Papas han defendido esta fe con especial empeño frente a los errores de los últimos tiempos, al ver que éstos entraban en el campo católico (Pablo VI, 4-IV-1979; Benedicto XVI, 12-IV-2008). Es la fe que Juan Pablo II afirma con gran fuerza en su Catecismo: «El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas, como lo atestigua el Nuevo Testamento» (639), concretamente en el «sepulcro vacío» (640) y más aún en «las apariciones del Resucitado» (641-644).
–Tampoco son históricas las apariciones del Resucitado, que Pagola reduce a meras «experiencias» espirituales:
Los evangelistas «no pretenden ofrecernos información para que podamos reconstruir los hechos tal como sucedieron, a partir del tercer día después de la crucifixión. Son “catequesis” deliciosas que evocan las primeras experiencias para ahondar más en la fe en Cristo resucitado» (417, en nota). Más aún, «los relatos evangélicos sobre las “apariciones” pueden crear en nosotros cierta confusión. Según los evangelistas, Jesús puede ser visto y tocado, puede comer, subir al cielo hasta quedar ocultado por una nube» (417).
Los cristianos, por lo visto, hemos de recibir con no poca desconfianza el testimonio de apóstoles y evangelistas sobre Jesús. Eran personas bienintencionadas, sin duda, pero incultas; y que, por supuesto, no habían sido iluminados por las luces del señor don Manuel Kant, autor de La Religión dentro de los límites de la sola razón (1793). No incurramos, pues, en «cierta confusión» que Pagola nos quiere evitar: no hay propiamente apariciones del Resucitado, sino experiencias interiores de los cristianos primeros, que después de la muerte de Jesús, captan su presencia viva. Por otra parte,
«el esquema de Lucas limitando las manifestaciones del resucitado a cuarenta días es meramente convencional» (420, nota). «En algún momento caen en la cuenta de que Dios les está revelando al crucificado lleno de vida» (423). «Hemos de aprender a leer correctamente estos textos viendo en esas escenas tan gráficas no descripciones concretas sobre lo ocurrido, sino procedimientos narrativos que tratan de evocar, de alguna manera, la experiencia de Cristo resucitado» (425, nota). No vayamos, pues, a creer que los Evangelios nos dan el testimonio de lo que apóstoles y evangelistas habían «visto y oído».
Por tanto, las apariciones y diálogos de Cristo con María Magdalena, con los de Emaús, con Pedro y con los Doce, con «más de quinientos hermanos, de los cuales muchos viven todavía» (1Cor 15,5-6), son siempre composiciones literarias y catequéticas, creadas por quienes «llevan ya cuarenta o cincuenta años viviendo de la fe en Cristo resucitado» (424). [Nota: la 1Cor es del año 54-57]. No proporcionan, pues, datos válidos para fundamentar una «aproximación histórica» a Jesús. De esto modo Pagola, sin esforzarse demasiado, niega todo lo que la Iglesia, con especial empeño en los últimos años, afirma acerca de las apariciones del Resucitado. Véase la afirmación fortísima que hace el Catecismo de la Iglesia sobre la autenticidad histórica de las apariciones (641-644).
La Ascensión del Señor a los cielos, por supuesto, no es histórica: «Lucas es el único evangelista que narra la “ascensión” de Jesús al cielo… La “ascensión” es una composición literaria imaginada por Lucas con una intención teológica muy clara» (428-429, nota).
El acontecimiento de Pentecostés es aún menos histórico. Se supone. Hasta el punto que Pagola ni siquiera se toma la molestia de considerar. Termino ya mi análisis de la obra.
El Jesús de Pagola
–no es una «aproximación histórica» a Jesús, ya que ignora todas las principales fuentes históricas que hacen objetivamente posible esa aproximación. El Concilio Vaticano II declara que «la Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo» (Dei Verbum, 19). Pero Pagola niega lo que la Iglesia afirma, y como hemos ido comprobando, niega la historicidad de casi todo el Evangelio:
Niega Pagola la historicidad de todos los relatos sobre la infancia de Jesús, y de todos los grandes milagros –tempestad calmada, multiplicación de los panes, ciego de nacimiento, resurrección de muertos–. Ignora aquella palabras de Cristo–«anterior a Abraham», «Yo soy», «creed en mí»– y aquellos momentos –como la transfiguración en el monte– que más revelan su divinidad. Niega la historicidad del ciclo evangélico de la pasión, la cena, los juicios religiosos y civiles sucesivos, la causa real de su condena, la Virgen y las mujeres al pie de la cruz. Niega igualmente el ciclo evangélico de la resurrección: el sepulcro vacío, todas y cada una de las apariciones, y por supuesto la Ascensión y Pentecostés. Toma, pues, Pagola los Evangelios en sus manos y, negando su historicidad, va eliminando casi todas sus páginas. Se queda, pues, con un cinco o un diez por ciento de ellas. Y muy arrugadas. No más.
Desconfía Pagola de la mayor parte del Evangelio y del resto del Nuevo Testamento, que tantas noticias históricas da sobre el Señor. No está, pues, en condiciones de hacer un estudio histórico sobre Jesús, ya que rechaza casi todas las principales fuentes históricas documentales: el testimonio de los apóstoles, que vivieron durante años con Él como compañeros, y el de los discípulos directos de los apóstoles.
–No es tampoco una «cristología», un estudio teológico, ni lo pretende. Para ser teología, al menos para ser teología católica, tendría que fundamentar su estudio en Tradición, Escritura y Magisterio, que «de tal modo están unidos entre sí, que ninguno puede subsistir sin los otros» (Dei Verbum 10).
–El Jesús de Pagola es, pues, una composición ideológica, que desfigura a Cristo y al cristianismo. Partiendo casi siempre de otros autores precedentes –protestantes liberales, modernistas, exegetas racionalistas, progresistas, liberacionistas, etc.–, enseña una ideología arbitraria sobre Cristo, la Iglesia, la Virgen, la Eucaristía, la conversión, el perdón, el sacerdocio ministerial, el sacrificio expiatorio de la Nueva Alianza, las normas morales, la necesidad de la fe y de los sacramentos, etc., claramente inconciliable con la fe católica.
Conclusión. Hago mía la que formula la Nota de la Comisión Episcopal de la Doctrina de la Fe al final de su estudio sobre el Jesús de Pagola, donde dice entre otras cosas:
«El Autor parece dar a entender que, para mostrar la historia se debe dejar de lado la fe, logrando como resultado una historia que es incompatible con la fe»… Este mal resultado procede también de «reconstruir una historia, a partir de un uso arbitrario de los evangelios, que resulta incompatible con la fe. Si el “Jesús histórico” que muestra el Autor es incompatible con el Jesús de la Iglesia, no es porque ésta haya inventado, con el pasar del tiempo, a un Jesús diferente del que aconteció, sino porque la “historia” que se propone es una historia falseada, aunque ésa, ciertamente, no sea su intención» (n. 20).
Ocho ediciones de esta obra se difundieron rápidamente (2007-2008), y la novena, «renovada» (2008), casi idéntica a las anteriores, con su nihil obstat, fue retirada de las librerías por la propia Editorial.
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
46 comentarios
De otros post anteriores, por cuestiones "similares" a lo que ocurre con el libro de Pagola, la CDF ha emitido notificaciones. ¿Y a este libro no? Entiendo que lleva su tiempo revisar y dictaminar, pero un libro que lleva desde el 2007 y con amplia difusión (como los de De Mello, Sobrino) merecería, aunque sea tres años después de su salida, algún tipo de actuación para que sirviera de aclaración a los fieles.
Saludos.
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Padre Iraburu, a decir verdad, no ha sido retirada de las libreriaa (al menos de todas). Pues ayer mismo estuve en Libreria de las Paulinas de Zaragoza y vi que en la sección de Cristologia tenían algún ejemplar del libro en cuestión. A estas alturas ya no me sorprendo de casi nada, pero al menos desde mi humilde entendimiento cuesta entender que en una librería que se dice cristiana (por lo tanto debería estar en unión con la Iglesia y sus enseñanzas) haya bastantes libros de autores más que cuestionados (entre ellos a los que les a dedicado usted varios post). Y no digamos nada de otros libros como novelas... Me pareció más una libreria general (con no pocos libros paganos y anticatólicos). En fin, para verlo.
Respecto al post (cuarto y último dedicado a Pagola), me parece impecable. Yo resaltaria el hecho de que usted no refuta y enseña con sus propias ideas sino que expone el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia de forma muy clara. Aunque haya gente que no vé (más exactamente que se empeña en no querer ver) más allá de sus narices y den más crédito a cualquier insensatez dicha por cualquiera o no tan cualquiera (como podría pensarse en un principio. En fin, para verlo.
Hoy en día, desgraciadamente, abunda mucha ideología y muy poca cristología.
Por cierto, muy bueno el diálogo con el que comienza el post.
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JMI.- La misma información me han dado sobre la permanencia del libro en otras librerías religiosas y diocesanas.
El Rvo. Iraburu tiene toda la razón en lo que escribe, sobre el errado y dañino libro de Pagola.
He escrito comentarios perfectamente correctos y educados, que NO SON PUBLICADOS.
Mi pregunta es : ¿ Por qué la santa Iglesia tolera las herejías y abusos doctrinales y no han mandado ya este libro a la basura y a la oscura papelera ?.
¿ Como es posible que el sr. Obispo Uriarte,haya dado su visto bueno y su aprobación a este vulgar engendro ?.
Como no estamos ni en Cuba, ni en Venezuela, ni en la Rusia de Putin, espero en Dios, mis preguntas sean contestadas.
Cordiales saludos.
Como es posible que el boca a boca haya funcionado en los conventos etc y los religiosos lo hayan comprado.
Como se ha vendido en librerías religiosas.
Como el sr. Pagola no ha sido apartado de su ministerio por su obispo.
Asi vamos.
"Perdone, padre, pero es que «una cosa es un estudio histórico y otra un tratado teológico».
–Tu quoque fili mi?… Casi ochenta artículos conmigo, y ahora me sale con eso… ¿O lo dice en broma?"
Pues no creo que sea una broma. Una cosa es la investigación histórica y la otra es el misterio de la fe que las iglesias cristianas lógicamente intentan preservar. Yo soy un católico de cultura mediana, he leído el libro, y no tengo conciencia que mi fe haya temblado, y los domingos en Eucaristía continúo rezando el Credo, y en cambio ciertas reacciones exacerbadas según como las considerara quizás sí que me harían temblar mi débil fe en algún momento.
Y finalmente lo que no tiene desperdicio es el final de la Nota. Cito textualmente: "se propone es una historia falseada, aunque ésa, ciertamente, no sea su intención". Resulta que los redactores de la Nota ya no hablan como teólogos de problemas dogmáticos en la formulación de la fe sino como académicos e historiadores de historia falseada.
Apaga y vámonos, sinceramente,
Y le prometo que esta será mi última intervención sobre este triste caso que al menos ha conseguido que unos cuantos miles de personas se interesen por la figura histórica de Jesús
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JMI.- Ya, ya... ¿Pero Ud. cree que Cristo ni pensó en fundar una Iglesia? ¿Ud. cree que la Cena no fue pascual, ni principio de la Eucaristía, sacrificio de expiación, anunciado por los Profetas?... Etc. etc.
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JMI.- Parece ser que el Cristo histórico es uno y el Cristo de la fe otro distinto. Si ve Ud. los comentarios de los discípulos de Pagola, el mismo de Jordi Morrós, verá que confiesan tener fe, y adherir al mismo tiempo al Cristo "pseudo-histórico" de Pagola, incompatible con esa fe. Resulta esquizofrénico. Pero...
Quería hacer solo un pequeño hincapiè en una pregunta que me puede explicar muchas cosas.
Para ud. ¿es el sacerdote superior al resto de personas?, o ¿tiene una dignidad especial?.
Soy Católico y orgulloso de mi fe, creo que si bien no soy perfecto, busco cada día actuar lo mas parecido posible a mi Señor.
Pero no puedo dejar de ver y sentir, tradiciones, costumbres que han anquilosado a la Iglesia y que no son parte del espíritu de Jesús.
A eso el P. Pagola critica, si bien no comparto su poca fe hacia los evangelios, si comparto su espíritu que clama por reformas, una aproximación al espíritu de Jesús y no de las tradiciones.
Fíjese ud. mismo la forma en cómo su público "inquisidor" se refiere al P. Pagola, mientras ud. por escribir artículos "conservadores" de su agrado es el "Padre José María", el P. Pagola es simplemente "Pagola" en forma despectiva.
Mientras haya en la Iglesia mentes cerradas que no busquen oir ni ver mas allá de sus etiquetas, nuestra Iglesia perderá aquellas ovejas que necesitan ir confiadamente a los brazos de una Madre Santa, y no al museo de ancianos en decadencia o un club social.
Un cordial saludo en Cristo Jesús.
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JMI.- Ya, ya... ¿Pero Ud. cree que Cristo ni pensó en fundar una Iglesia? ¿Ud. cree que la Cena no fue pascual, ni principio de la Eucaristía, sacrificio de expiación, anunciado por los Profetas?... Etc. etc.
Me quedo con su última y definitiva conclusión:
"Jesús, aproximación histórica" es UNA COMPOSICIÓN IDEOLOGICA disfrazada de "aproximación histórica". Que de histórica, nada de nada. Antes bien, mucho de A-HISTORICA, al punto que el título más adecuado para ese libelo se me ocurre podría ser : "Jesús, falsificación histórica".
Pero claro, es sabido que los títulos los pone siempre quien escribe, y que jamás un embustero va a descubrir su juego voluntariamente.
Comentario de Miriam:
De verdad, Padre, que estos "teólogos" me repugnan... me asquean.. y a la vez me dan pena: están "bastante" viejos (más cerca de la lira que de la guitarra) y no tienen temor al Justo Juez.
Comentario de javivi
el Sr. Pagola no puede decirse ni siquiera cristiano (lo de católico ya ni lo planteo), sino miembro de alguna de las grandes confesiones que sostienen la misma visión que él de ese presunto Jesús "histórico": la fe hebraica o la mahometana. ---------------------
Esto es lo que ha buscado?
fíjese en todos los comentarios que le escriben, parecen más una fila de neonazis que creyentes en Cristo.
¿Como sacerdote no es acaso su primera responsabilidad buscar la unión y paz entre creyentes e incluso no creyentes?
¿No busca un mundo de respeto y tolerancia? Fíjese en el espìritu que impulsò al P. Pagola. Luego reconozca que hay algo de cierto, pero que también se equivocó.
Enseñe a tolerar... no a destruir.
Mientras los jóvenes Católicos de todo el mundo buscamos construir, uds los mayores y sus fanáticos destruyen.
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JMI.- Ya, ya... ¿Pero Ud. cree que Cristo ni pensó en fundar una Iglesia? ¿Ud. cree que la Cena no fue pascual, ni principio de la Eucaristía, sacrificio de expiación, anunciado por los Profetas?... Etc. etc. ¿Y qué cree Ud., que rechazando esas barbaridades deterioramos la unidad? Rompen la unidad los que dicen barbaridades. Sólamente podemos estar unidos en la verdad de la fe.
Por cierto Padre, ¿el libro este se puede leer?
Si, ¿no? Como ya no hay Index...
Gracias por sus comentarios. Con unos estoy de acuerdo, con otros no, con otros a medias. Pero no se metan en insultos contra don José Antonio Pagola, ni en descalificaciones de su persona.
Nombrar al autor solo por su apellido: en este caso, Pagola, como lo hago yo, no tiene nada de despectivo, es la costumbre normal en las recensiones de libros.
El tema de estos posts no es Pagola, es el libro JESUS. APROXIMACIÓN HISTÓRICA. Ya se comprende que fácilmente se vincula el Autor y la Obra, pero moderen sus comentarios contra la persona, por favor.
¿ Puede usted dignarse a contestar las preguntas que le he formulado ?.
(Y siguen tres preguntas).
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JMI.- Como ve, no voy a contestar sus tres preguntas, más aún, las elimino.
1) son excesivamente agresivas,
2) y además ya en las preguntas que hace Ud. van implícitas las afirmaciones que exige Ud. como respuesta.
Ya vale, pues.
No me considero discípulo de ninguna persona humana más allá de la dimensión bumana de nuestro señor Jesucristo (Dios y hombre verdadero, no me vaya a considerar hereje a mí también), pero algunas veces me pregunto si usted no debe ser discípulo de una cuasi secta de los más papistas que el Papa y de los más inquisidores que don Tomás de Torquemada, inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV, y en cuya cuasisecta aún hay muchos católicos que no nos consideramos incluidos.
Todo sea dicho con el máximo respeto y con sólo un leve toque de fresco humor primaveral.
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JMI.- Todo el humor primaveral que quiera. Pero si yo, p. ej., contra-pongo a un texto de Pagola, que niega la realidad histórica de las apariciones del Resucitado, otro del Catecismo, que la afirma, no hago más que cumplir con mi deber evidente de católico y de profesor de teología. De secta y de Torquemada nada de nada.
El entramado teológico de Pagola se resume en un expurgamiento de los Evangelios de todo aquello que no se ajusta a su teoría preconcebida: que Jesús fue un revolucionario religioso humano, ejecutado por sus actividades político-religiosas, sin ningun sentido trascendente o sacrificial. Para montar esa teoría (ya antigua, por cierto), le sobran 3/4 partes del relato de la Pasión de Cristo, y lo tramita con el expediente de frases hechas como considerarlo "ahistórico" o "una construcción de la comunidad cristiana postpascual", sin más prueba ni apoyatura que su criterio. No son más que construcciones semánticas carentes de sentido alguno, al servicio de una especulación, y una negación de la verdadera investigación histórica. Si tal ejercicio de saqueo de una fuente documental fuese llevado por cualquier otro investigador histórico en cualquier otro texto contemporáneo a los Evangelios, saldría a gorrazos de cualquier congreso de expertos.
Lo que más me está sorprendiendo del "estudio histórico" sobre Jesús de Pagola es la absoluta falta de rigor investigador que alberga.
Tal vez miles de personas se interesen por Jesús después de leer este libro. Sobre quién seguro que no se interesan es por Cristo.
Yo ayer compré 10 volumenes al módico precio de 25€ la unidad, para regalarlos a tantas otras personas. Con toda la propaganda que le ha hecho, no me he podido resistir.
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JMI.- Bueno... "Al tercer día resucitó de entre los muertos". La verdad lo tienen Uds. mejor explicado en el CATECISMO (638-658).
Yo sì creo en que Jesùs tenia en mente fundar una "Iglesia", pero Iglesia como "Pueblo de Dios" y no como Instituciòn polìtico-social, que aún siéndolo, no es ni debe ser su principal imagen, aunque muchos Católicos asì lo crean.
Creo en que instaurò la Eucaristìa y todos los sacramentos que la Iglesia nos brinda para llegar a conocer plenamente a nuestro Padre y Señor. En eso estoy disconforme absolutamente con Pagola.
Lo que yo reclamo es que al abordar un libro, debemos no solo ver lo que dice, sino tambièn lo que quiere decir, vale decir que aunque yo no este de acuerdo con Pagola (lo llamo por su apellido, pero sin el desprecio de algunos de sus comentaristas), no dejo de reconocer que hay algo de cierto en el espìritu de reforma que lo mueve, espìritu mal encauzado y que atenta contra los principios evangélicos, pero que reclama la figura de un pastor mas social y atento a las necesidades espirituales de su pueblo.
Vivimos en un mundo donde obispos, sacerdotes y miembros de la jerarquìa eclesiàstica pugnan por reunir valor material, mientras el pueblo se queda sin esperanzas de encontrar a Cristo en sus pastores.
No lo neguemos, negarlo serìa ir contra la verdad, lo cual es tan antievangèlico como muchas de las ideas que acà se critican. He escuchado a muchas personas pobres (vivo en un país del tercer mundo)hablar con dolor de aquellos que deberìan ser como Cristo. En mi paìs abunda un ejemplo gigante, un Cardenal detestado por gran parte del clero y los fieles, excepto los mal llamados "conservadores", suena escandaloso, pero muchas de sus palabras y medidas, atentan contra el Espìritu que inspirò a Vaticano II.
Creo como ud. dice que debemos estar unidos en la verdad de la fe, pero tambièn con los ojos y oìdos lo suficientemente abiertos para saber que el Espìritu de Dios se mueve y transforma en cada generaciòn (hace 300 años tener esclavos negros estaba bien, hasta algunos sacerdotes los tenìan). No sea que nos volvamos como los fariseos, incapaces de reconocer a su propio Dios.
Por esa misma "Uniòn en la Verdad", debemos ser compasivos con quienes estan en el error. Hace poco en una radio católica, entrevistaron a personas que salìan de Misa, una mujer mayor, con velo y rosario a la mano, fue escogida, la mujer, en un acto de "piedad", contò lo importante de ir a misa, pero al preguntàrsele por los drogadictos que vivìan por la zona, ella respondió: "a esos, hay que matarlos, porque no sirven para Dios". Fìjese no mas en el comentario de Juan Stuse.
Tengo 22 años y soy catequista. No es mi intenciòn situarme sobre alguien mayor, pero hay situaciones, como los comentarios de muchos que acà escriben, que atentan al espìritu de Iglesia, tanto o màs que el P. Pagola en algunas de sus ideas.
Finalmente, querìa agradecerle la intervenciòn en la que ha pedido moderaciòn a sus comentaristas. He valorado mucho eso, discùlpeme si en algùn momento mi lenguaje ha sido duro o le haya faltado el respeto.
Un cordial saludo en Cristo, Señor y Amigo Nuestro.
Rodolfo
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JMI.- Mejor si los comentarios son más cortos. En casi todas las págs-webs les ponen un límite.
Permítame que le dé un consejo, que es joven: déjese de "aproximaciones históricas" inventadas y agárrese al Catecismo: ahí va a encontrar la luz de Cristo. Y el que le sigue no anda en tinieblas.
Permítame por esta sola vez enviarle un comentario largo. Le aseguro que no se repetirá.
En primer lugar, muchas gracias por el esfuerzo que está realizando en esta serie de artículos. En cuanto al «Jesús histórico», la historieta ya es muy vieja. Como ejemplo, les copio un pasaje de la carta 23 del libro «Cartas del diablo a su sobrino» de C.S. Lewis. Seguro que todos ustedes conocen el libro y el pasaje en cuestión, pero lo considero tan acertado, que me atrevo a proponerles esta relectura. Copio:
«Descubrirás que muchos escritores políticos cristianos piensan que el cristianismo empezó a deteriorarse, y a apartarse de la doctrina de su Fundador, muy temprano. Debemos usar esta idea para estimular una vez más la idea de un "Jesús histórico", que puede encontrarse apartando posteriores "añadidos y perversiones", y que debe luego compararse con toda la tradición cristiana. En la última generación, promovimos la construcción de uno de estos "Jesuses históricos" según pautas liberales y humanitarias; ahora estamos ofreciendo un "Jesús histórico" según pautas marxistas, catastrofistas y revolucionarias. Las ventajas de estas construcciones, que nos proponemos cambiar cada treinta años o así, son múltiples. En primer lugar, todas ellas tienden a orientar la devoción de los hombres hacia algo que no existe, porque todos estos "Jesuses históricos" son ahistóricos. Los documentos dicen lo que dicen, y no puede añadírseles nada; cada nuevo "Jesús histórico", por tanto, ha de ser extraído de ellos, suprimiendo unas cosas y exagerando otras, y por ese tipo de deducciones (brillantes es el adjetivo que les enseñamos a los humanos a aplicarles) por las que nadie arriesgaría cinco monedas en la vida normal, pero que bastan para producir una cosecha de nuevos Napoleones, nuevos Shakespeares y nuevos Swifts en la lista de otoño de cada editorial. En segundo lugar, todas estas construcciones depositan la importancia de su "Jesús histórico" en alguna peculiar teoría que se supone que Él ha promulgado. Tiene que ser un "gran hombre" en el sentido moderno de la palabra, es decir, situado en el extremo de alguna línea de pensamiento centrífuga y desequilibrada: un chiflado que vende una panacea. Así distraemos la mente de los hombres de quien Él es y de lo que Él hizo. [...] Nuestro tercer objetivo es, por medio de estas construcciones, destruir la vida devocional. Nosotros sustituimos la presencia real del Enemigo, que de otro modo los hombres experimentan en la oración y en los sacramentos, por una figura meramente probable, remota, sombría y grosera, que hablaba un extraño lenguaje y que murió hace mucho tiempo. Un objeto así no puede, de hecho, ser adorado. En lugar del Creador adorado por su criatura, pronto tienes meramente un líder aclamado por un partidario, y finalmente un personaje destacado, aprobado por un sensato historiador. [...]
El "Jesús histórico", pues, por peligroso que pueda parecer para nosotros en alguna ocasión particular, debe ser siempre estimulado. »
Este texto fue publicado en 1942, y se inspiraba en “aproximaciones históricas” bastante anteriores. O sea, que no escarmentamos.
Saludos cordiales.
A Cristo se le encuentra en el Evangelio y no en el catecismo.
saludos
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JMI.- Los católicos creemos ( = sabemos con certeza) que en el Catecismo es donde encontramos el Evangelio verdadero, no en "aproximaciones históricas" inventadas. Por eso somos católicos. Los que tienen solo el Evangelio, sin Tradición y sin Magisterio apostólico, son protestantes: el "libre examen" de la Biblia. La Iglesia Católica es una, una en Oriente y Occidente, una y la misma en XX siglos. Las comunidades o confesiones protestantes son más de mil.
A Cristo se le encuentra en el Evangelio y no en el catecismo.
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Con todo el respeto que usted me merece, déjeme decirle, que es muy triste que usted siendo CATEQUISTA, no lea y ame el catecismo,y aún más si se dice católico. Recuerde que la Iglesia de Jesús son los Santos y las personas que lo imitan en su vida cotidiana, y esto es imposible sin CONOCER la verdad verdadera.
Le recomiendo que si usted no conoce al padre Iraburu, más que por este blog, busque y lea sus libros o escuche los cds en la pagina de Gratis Date, aqui mismo en infocatolica la encuentra.
Yo también vivo en un país del "tercer mundo", pero la Iglesia es Universal y son los santos los que VERDADERAMENTE la sostienen.
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JMI.- Bueno, habiendo resucitado al tercer día, el fracaso, humanamente hablando, no es tal: es victoria.
Traiciona el mal entendido, del lugar de privilegio que Dios le concedió al ser humano para que transforme la creación para gloria de El y el bien en comunión con todos.
La religión es un sistema para creer y vivir continuamente una Alianza entre, lo Sobrenatural y lo natural.
Aunque con grandes diferencias, como la inteligencia, la movilidad, el raciocinio y la resurrección, podemos compararnos con un vegetal, recibe el alimento de la tierra, (de abajo, oscuridad), y la del sol, (de arriba, luz), sin este enlace no puede fabricar su propio alimento, sistema llamado fotosíntesis, con este proceso, que no sabemos como, desarrolla la estructura necesaria para dar la utilidad, por la cual a nacido.
El ser humano es heredero de una naturaleza divina, a través de Jesucristo, llamada espiritualidad, es un enlace con la naturaleza humana procreada por el hombre.
Crecer en estatura y Sabiduría es nuestro deber y derecho para recibir el don de saber discernir, donde encontramos vida en abundancia y donde no.
Es más fácil, productivo y armonioso creer en el Hijo de Dios hecho hombre, sin haberlo visto, que negar sus obras y su paso por la tierra, este último somete al hombre a vivir mal, como una planta sin sol, no alcanzar o no poder dar los frutos predestinados, desde su creación.
Un abrazo para todos, en comunión con la Iglesia de Jesucristo.
Borja, no se gasten el dinero en el libro de Pagola. Compren mejor el catecismo. O mejor, lo puede consultar gratis en la web del Vaticano. Que con la crisis esta la cosa muy achuchada.
Creo que el libro del P. Pagola tiene como objetivo mostrarnos un camino para encontrar a Jesús y que éste no pretende ser el único camino sino uno de tantos.
El análisis realizado por el P. Iraburu no niega la existencia de dicho camino sino que nos muestra que este camino no es el recomendado por la Iglesia Católica.
Con respecto a la discusión acerca de donde se encuentra a Jesús quisiera decir que mas bien es Jesús quien nos encuentra a nosotros y no al contrario. En este caso el libro del P. Pagola no ayuda nada.
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JMI.- "Si el 'Jesús histórico' que muestra el Autor es incompatible con el Jesús de la Iglesia" (según dice la NOTA de la Comis-Ep-Fe) eso significa que el camino que señala Pagola para llegar a Jesús es incompatible con el que enseña la Iglesia con autoridad apostólica.
Desde el punto de vista intelectual es sobrecogedor como lectores que creen ser sabios digieren un texto que pretende ser historico donde todas las fuentes historicas son despreciadas sin prueba alguna,para acto seguido hacer afirmaciones contundentes sin siquiera justificarlas con algo concreto.Es a todas luces una obra intelectualmente deshonesta que avergonzaria a todos en cualquier universidad decente.
Si hay gente que seguimos celebrando la misa es porque sabemos que el sacramento se realiza "ex opere operato" y porque creemos en la presencia real de Cristo, Señor nuestro, en la Eucaristía. Y porque creemos en la Fuerza real transformadora del Sacrificio de Cristo en la Cruz que se actualiza en cada Santa Misa. Y porque creemos que el Sacrificio de la Cruz es "por nosotros, para el perdón de los pecados", como Jesús dice en la Eucaristía.
Para mí es un gran misterio la causa de tantos años que hemos pasado por el desierto. Es algo que está por encima de mi comprensión. Solo sé que parece que los religiosos y sacerdotes han perdido la fe en Cristo Resucitado.
"Por sus frutos los conoceréis" y entiendo que, para ver los frutos, ha tenido que pasar el tiempo y ha tenido que llegar a vaciarse el seminario y han tenido que vaciarse las iglesias. Todo esto gracias a Pagolas, pagolistas, antipapas y herejes de todo tipo, por cierto, herejes de sesenta años para arriba.
Pero el camino del desierto creo que ha llegado a su fin.
Y a mis treinta y tres años creo que me va a tocar ver (¿y promover?) muchos cambios.
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JMI.- Así sea, con el favor de Dios.
Así será.
Pagola NO enseña en contra de la verdad de un solo detalle relatado en los Evangelios,y ni siquiera en las tradiciones piadosas populares y mucho menos de ninguna verdad de Fe.
Unicamente recopila los hechos que pueden acreditarse por la ciencia historica independientemente de la Revelacion, para concluir "Asi de infinitamente bueno solo Dios" y asi confirma todos esos hechos. Su Libro es una replica al Fideismo basado en la Pastor Aeternus del Vaticano I: La infinita Bondad de Jesus comprobable historicamente demuestra, a quien no rechaza los auxilios espirituales, lo siguiente: La Divinidad de Jesus (sin perjuicio de su humanidad), su Resurreccion y todos los relatos y enseñanzas de su vida revelados den los Evangelios.
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JMI.-Me figuro que éste es el último de sus numerosos comentarios. Bueno, puede Ud. estar seguro de que lo es. Y le respondo:
Las fuentes históricas fundamentales para aproximarnos al Jesús histórico son los cuatro Evangelios y los escritos apostólicos. Son muchas las afirmaciones de Pagola que no sólamente son inconciliables con la fe-dogmática de la Iglesia Católica, sino con esas fuentes históricas.
Cuando Pagola dice que Jesús no pensó en fundar una Iglesia, que solo reunió discípulos todos iguales, sin constituir entre ellos un grupo especialmente autorizado, los apóstoles, cuando dice que da su perdón sin más, sin llamar a conversión real, cuando niega las apariciones posteriores a la resurrección, cuando niega que Jesús pre-conociera su muerte y le diera un valor de sacrificio expiatorio, etc. etc. etc. etc.,
>>>no solamente se opone a los datos de la fe católica,
>>>sino que se opone frontalmente a las fuentes históricas que disponemos acerca de Jesús de Nazaret.
Por tanto el Jesús fabricado por Pagola ni es dogmático-católico ni es histórico-evangélico: es simplemente una creación ideológica suya, un Cristo pagólico.
Es pura imaginación, puro cuento. Y el hecho de que a él y a otros muchos pagólicos les guste esa imagen no nos vale para nada. No es la de los Evangelios, no es la de la Iglesia, que fundamenta siempre su imagen de Jesús en los Evangelios.
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JMI.-El Sr. Irribaru nos es desconocido.
Del Sr. Pagola y de Cristo Rey sí tenemos conocimiento.
Este es el caso de este libro de PAGOLA.
Yo lo he leido y en ningun moemento he renegado de mi fe catolica-cristiana, al contrario veo en este libro la gran necesiddad de AVANZAR A LA VERDAD, y esto lo dijo Jesus , LA VERDAD LO HARA LIBRE, con esto no estoy diciendo q el Sr. Pagola tiene absolutamente la verdad.
Lo q yo personalmente saco de positivo de esta situacion ES Q LA IGLESIA DEBE DE PONER SUS BARBAS EN REMOJO Y HACERSE UN EXAMEN A CONCIECIA si realmalente esta siendo LA SAL Y LUZ Q SU FUNDADOR HA QUERIDO Q SEA.
Observe cuanta injusticia estructural esta habiendo alrededor del mundo , y en especial en paises Sub desarrollados como en el q yo vivo.
Y YO LE PREGUNTO PORQUE NUNCA SALIMOS DE ESTO?
YO E LO RESPONDO COMO DICE EL PROFETA , PERROS MUDOS,
En esto se ha convertido la Iglesia en un perro mudo q no DENUNCIA, solo anuncia .
Y CUANDO ANUNCIA , ANUCIA UN EVANGELIO FACIL, DESCARNADO, INDOLENTE APATICO .
AHORA LE PREGUNTO A USTED COMO TEOLOGO, SACREDOTE , Y RESPONSABLE DE LA VERDAD.
COMO ESPERA USTED Q NO SURGAN PERSONA COMO PAGOLA Q LO EN EL FONDO TRATAN DE DECIRNOS Q DIOS PADRE NO SOLO ESTA PREOCUPADO DE VAYAMOS AL CIELO.
SINO Q DESEA Q TAMBIEN YA AQUI EN LA TIERRA ESPERIMENTEMOS NO SOLO EN ESPIRITU SINO HUMANAMENTE SU AMOR, MEDIANTE FORMAS JUSTAS Y HUMANAS DE VIDA.
PERO LO COMPRENDO ASI SON USTEDES LOS EUROPEOS , SON MIOPES, TIENEN OJSO Y NO VEN , ESCUCHAN OIDOS Y NO OYEN LOS CLAMORES DE Q SUFREN.
SOLO SE LE VA EN VEIBORREA TEOLOGICA,
ESTO ULTIMO ESTA HACIENDO Q HAYA UNA EMIGRACION DE VERDADEROS CRISTIANOS A OTRAS IGLESIA, QUEDANDONOS SOLO LOS Q NO QUQREMOS VER NI PENSAR, YA Q SEGUN LO VEO , PARA USTEDES ES PECADO RAZONAR LO Q ESTA HACEINDO LA IGLESIA ACTUALEMNTE.
ATE
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JMI.-Todas las argumentaciones críticas que hago sobre Pagola en estos escritos están fundamentadas en la Escritura, la Tradición y el Magisterio. Los católicos tenemos estas fuente unica-trina para fundamentarnos en la verdad verdadera de Cristo. La otra posibilidad es fundamentar la propia fe en las enseñanzas de Pagola o de otros. No se la aconsejo. Es decir, se la desaconsejo.
Rev. Padre Irribaru he releido sus sanas criticas a Pagola y he visto que usted tiene no mas razon que un santo, pues usted procura (con exitoy ayuda de Dios )serlo.
Pagola promete en otros terminos " aproximacion historica" quedarse en los signos de credibilidad y mete de contrabando casi todos los errores modernistas.
Ese libro hace daño por lo mismo.
Le ruego a Dios prosiga usted su santa y abnegada mision apologetica.
Nota: Para evitar errores en filosofia, historia y demas ciencias no debemos nunca dejar de iluminar la investigacion con el Magisterio Eclesial y la Divina Tradicion, para evitar caer en errores.
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JMI.-Así es la cosa.
Lo que no es Irribaru; es Iraburu.
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