Modo de pronunciar la Plegaria euc. los sacerdotes, y de los fieles asistir
Desgraciadamente vemos, padecemos, sufrimos, que la plegaria eucarística, casi siempre es la II, por ser la más breve tras una larga y enojosa y vacía homilía. Se recita la plegaria a la carrera, con un mínimo parón ritual para la consagración, pero corriendo en los demás textos como si no tuvieran importancia, ni valor, ni sentido para los fieles. “Es que se aburren”, decía uno que iba de pastoralista por la vida. Tal vez se aburrirían menos si se les hubiera explicado la Plegaria en catequesis y se celebrase ritualmente bien.
La Plegaria eucarística entera, no sólo el momento santísimo de la consagración, merece todo honor y solemnidad en su recitación, canto, inclinaciones, etc.

Cuando en la iglesia vemos el honor que merece el altar, debemos elevar los pensamientos.
De las muchas cosas que se deberían haber hecho, y no se hicieron, tal vez por precipitación, fue una catequesis o enseñanza sobre la Plegaria eucarística, su naturaleza, sus partes, sus gestos rituales, etc… No bastaba, ni mucho menos, con insertar estos textos en el Misal romano: sin una previa catequesis no se sabrían valorar, ni saborear teológicamente, ni meditar con piedad.
aria eucarística, en el rito romano, termina con un rito muy elocuente, significativo, incluso impactante cuando se realiza bien. Elevando el sacerdote la patena que contiene el Cuerpo del Señor, y el diácono elevando el cáliz, se canta solemnemente: “Por Cristo, con él y en él…", y todos a una cantan el “Amén".
La oración colecta es la primera oración que el sacerdote recita in nomine Ecclesiae. Pero va precedida por un “Oremos".