InfoCatólica / Liturgia, fuente y culmen / Categoría: Año litúrgico

1.09.20

Naturaleza de la liturgia (Notas de espiritualidad litúrgica - IV)

 coro     La liturgia ante todo tiene un fin latréutico: realiza el deber individual y social de glorificar a Dios. Y por Cristo, Sumo Sacerdote, Mediador, la liturgia santifica las almas.

      La santa Misa es sacrificio: glorifica y alaba a Dios, santifica, pide perdón por los pecados expiando, impetra la gracia. ¡Qué lejos de considerarla “fiesta”!

      La liturgia de las horas posee un carácter predominantemente latréutico: su base son los himnos, salmos y cánticos. Todo es expresión, primeramente, de alabanza: los diversos Gloria, antífonas, responsorios, etc…

     Hay que dejarse envolver de este espíritu de la liturgia, que eleva el alma a Dios, dedicando tiempo, dejándose llenar por la liturgia misma, bien y solemnemente celebrada, con unción, con devoción, con recogimiento, con amor de Dios:

     “Esta solemnidad cultual y este perder tiempo para dedicarlo a Dios en su alabanza litúrgica tiene tanto más sentido y valor latréutico cuanto más se echan de menos en el mundo los medios de subsistencia, y cuanto más precioso parece el tiempo para emplearlo en obras de apostolado activo” (Brasó, Liturgia y espiritualidad, Barcelona 1956, p. 148).

     La liturgia hace presente a Jesucristo en sus misterios comunicándonos la gracia. Es contacto de fe, pero real: ¡la liturgia es Jesucristo!, comunicándose, dándose, santificándonos, agraciándonos:

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25.08.20

Si no hay coro, ¿se canta en la Misa dominical?

sacerdote

El coro parroquial presta un gran servicio con el canto litúrgico, fiel al texto del Ordinario de la Misa, sosteniendo el canto de todos en algunos momentos, ayudando siempre a la solemnidad y a la oración (Canto de entrada, el Gloria, el salmo responsorial, el Sanctus, Agnus Dei, canto de comunión).

Pero si no hay coro parroquial, ni organista siquiera, la Misa sigue requiriendo su solemnidad, su prestancia y calidad orante, el canto. No es normal, no es tampoco pastoralmente bueno, que si no hay coro (como suele suceder desde el Corpus hasta principios de octubre) o si el coro sólo canta en una de las varias Misas dominicales, no se cante nada porque el canto en la liturgia no es prerrogativa exclusiva del coro parroquial, sino que el canto es –cada cual en su nivel- del sacerdote, de los ministros y de los fieles a una voz.

La Misa dominical santifica el domingo, es la Gran Liturgia, pide, es connatural a ella, el canto, un tono reposado y solemne: ¡es el domingo, día del Señor resucitado!

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14.04.20

Cosas que se ven por la web: la sede, la Cruz, el cirio pascual...

sede Con esto de la pandemia, confinamiento, Misas y liturgia por Internet, Facebook, canales de Youtube, TV, etc., se ven muchas cosas, y no todas fieles a la liturgia precisamente. Tal vez por falta de formación, porque nunca lo enseñaron bien en Seminarios, Juniorados o clases de liturgia, o porque imitan lo que han visto en otros sitios, sin saber si está bien o mal, simplemente imitan porque les gustó o les pareció novedoso.

La sede

La sede es un elemento obligatorio en el Misal actual: y desde la sede se comienza la Misa y se realizan los ritos iniciales. El diácono, o un acólito, presenta el libro al sacerdote, y si no hay ministro, se coloca un atril discretísimo, sin paños ni adornos, para sujetarlo. Pero la Misa no se comienza en el altar, ni los ritos iniciales (saludo, acto penitencial, Gloria, Oración colecta) se hacen desde el altar. No, simplemente no. El sacerdote va a la sede. ¡La sede! También desde la sede haría la homilía (aunque es verdad que se permite hacerla desde el ambón) y en la sede dirigiría la oración de los fieles y los ritos finales de la Misa.

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26.12.19

El canto litúrgico en la Navidad («litúrgico», no cualquier cosa de pandereta y guitarra...)

adoraciónSi normalmente nuestro canto litúrgico en general es muy pobre (lleno de buena voluntad, sí, pero pobre), cuando llega el tiempo de Navidad, la liturgia en muchísimas ocasiones baja aún más en calidad, al introducir sin criterio alguno, villancicos populares como cantos de entrada, ofrendas o comunión ("Los peces en el río", “El camino que lleva a Belén", “Hacia Belén va una burra…", etc., etc.), ignorando los cantos principales tales como el “Gloria” o el Salmo responsorial. Se convierte la liturgia en un concurso de villancicos y disfraces de pastorcitos que no cuadra con la naturaleza de la liturgia, y se califica de “antiguo” a quien no pueda admitir semejantes inventos en la liturgia.

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23.12.19

Navidad de papel de regalo

 Nacimiento Siempre me ha parecido que el hombre pretende disimular u ocultar la fuerza del Misterio escondiéndolo tras lo banal o lo cultural, a lo mejor no tanto porque no se sepa preguntar al Misterio, cuanto que prefiere la comodidad del quedarse quieto y no indagar, no buscar para no hallar. Se amordaza el Misterio tras expresiones humanas o culturales y así se sobrevive con el Misterio sin atreverse a dejarse fascinar por lo bello y verdadero del Misterio.

     El ciclo litúrgico de la Navidad es, en verdad, un Misterio, el gran Misterio, el Misterio accesible y palpable del Verbo, de la Presencia del Dios-con-nosotros, que descubre el hombre al hombre, le revela sus inmensas posibilidades, le señala el camino de su sobrenatural vocación a la santidad (desde las I vísperas de la Navidad el día 24 de diciembre hasta las II Vísperas del Bautismo del Señor que cierra este ciclo).

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