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20.06.22

Liturgia: Misterio y vida, mucha vida en lo cotidiano

pío xiiMirar la liturgia es descubrir en ella la acción misma de Dios. Se necesita una iniciación a la liturgia y una mirada de fe. Entonces se descubre cómo la Palabra es eficaz, más que una sesión didáctica, y que el tejido de los ritos sacramentales, con sus gestos litúrgicos y fórmulas, son intervenciones de Dios.

La liturgia es más un obrar eficaz de Dios que una manifestación del grupo o de la comunidad, o una acción del “nosotros”, una fiesta secular, un acto reivindicativo. La liturgia es el actuar de Dios, y por ello el protagonista es el Señor y no los participantes o los que intervengan.

Con sus cantos y silencios, ritos y acciones, lecturas y plegarias, gestos y elementos santificadores, incienso y ceniza, agua y aceite, pan y vino, etc., es Dios quien santifica y es el Misterio de Cristo que se hace presente. La liturgia es ante todo opus Dei, ¡obra de Dios!

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8.06.22

«Con los santos apóstoles y mártires»: ¡el cielo, un gran familia santa! (los santos del Canon Romano)

Procesión santos, San Apolinar en Rávena

Dos series de santos se incluyen en el Canon romano; una primera serie en el Communicantes:

“Reunidos en comunión… los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago y Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos”;

la segunda serie, casi concluyendo el Canon:

“admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia y Anastasia] y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad”.

¡Hermosas listas, evocación solemne! ¡Qué bella cadencia la comunión de los santos, los nombres de la Compañía celestial!

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17.02.22

Lo que posee la catedral (Tu Catedral - VI)

Pila bautismal, Catedral de Sevilla

La madre y cabeza de todas las iglesias de la diócesis, la catedral, posee tesoros magníficos, que van dando vida a los fieles, a las almas cristianas. Esos tesoros no se pueden cifrar ni calibrar ni ponderar como riquezas materiales, obras artísticas expuestas en las vitrinas del museo catedralicio.

Lo que la catedral posee es vida de Dios, distribuida a raudales. Lo que la catedral posee es capacidad de regeneración de las almas, santificación abundante, guía y luz para la vida, impulso para la misión y evangelización, sentido sobrenatural y fraternidad eclesial. ¡Esto es su principal tesoro, su riqueza invisible y real a un tiempo!

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9.02.22

La iglesia de la cátedra única (Tu Catedral - V)

Cátedra arzobispal de Madrid. S. XX

La iglesia de la cátedra única es la catedral. Es la iglesia donde el obispo ejerce para todos la plenitud de su sacerdocio sacramental.

Es la cátedra única, la Iglesia principal por ser la iglesia de esa cátedra episcopal. ¡Dignidad y honor! Esa cátedra es todo un signo eclesial, de comunión, santificación y magisterio

La iglesia catedral debe su nombre a que en ella, en lugar preeminente, central, normalmente en el ábside, reside la cátedra del obispo, su sede. Baste recordar la cátedra de san Juan de Letrán, hermosísima, o la basílica de san Vital de Rávena con su cátedra y el banco corrido para los presbíteros y otros tantos ejemplos de basílicas y cátedras.

Única, hermosa, algo elevada es la cátedra que sólo el obispo titular puede ocupar, mientras que los demás, canónigos u otros sacerdotes, deberán ocupar otra sede si presiden la Misa catedralicia: la sede es única y es del obispo, cabeza de esa iglesia local.

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3.02.22

Ofrendas y símbolos: «no necesita enfatizarse con añadiduras superfluas»

ofrendas

Sería deseable asimilar y asumir lo que Benedicto XVI trazaba en la exhortación Sacramentum caritatis:

“llevamos también al altar todo el sufrimiento y el dolor del mundo, conscientes de que todo es precioso a los ojos de Dios. Este gesto, para ser vivido en su auténtico significado, no necesita enfatizarse con añadiduras superfluas” (n. 47).

Realmente el rito es sencillo y sobrio para la presentación de ofrendas si seguimos el Misal:

  • Es una “procesión”, por tanto van uno tras otro, juntos, en procesión al altar (IGMR 74)
  • Mientras, se canta el canto del ofertorio (IGMR 37) o bien suena el órgano
  • Se llevan los dones “que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo” (IGMR 73), “las ofrendas: el pan y el vino” (Ibíd.)
  • “También pueden recibirse dinero u otros dones para los pobres o para la iglesia, traídos por los fieles o recolectados en la iglesia, los cuales se colocarán en el sitio apropiado, fuera de la mesa eucarística” (IGMR 73)
  • Se insiste en la realidad (no cosas simbólicas o abstractas) que ayudan a las necesidades de la Iglesia o de los pobres: “Es conveniente que la participación de los fieles se manifieste por la presentación del pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, o de otros dones con los que se ayude a las necesidades de la iglesia o de los pobres” (IGMR 140). 

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