InfoCatólica / Liturgia, fuente y culmen / Categoría: Liturgia general

17.02.22

Lo que posee la catedral (Tu Catedral - VI)

Pila bautismal, Catedral de Sevilla

La madre y cabeza de todas las iglesias de la diócesis, la catedral, posee tesoros magníficos, que van dando vida a los fieles, a las almas cristianas. Esos tesoros no se pueden cifrar ni calibrar ni ponderar como riquezas materiales, obras artísticas expuestas en las vitrinas del museo catedralicio.

Lo que la catedral posee es vida de Dios, distribuida a raudales. Lo que la catedral posee es capacidad de regeneración de las almas, santificación abundante, guía y luz para la vida, impulso para la misión y evangelización, sentido sobrenatural y fraternidad eclesial. ¡Esto es su principal tesoro, su riqueza invisible y real a un tiempo!

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9.02.22

La iglesia de la cátedra única (Tu Catedral - V)

Cátedra arzobispal de Madrid. S. XX

La iglesia de la cátedra única es la catedral. Es la iglesia donde el obispo ejerce para todos la plenitud de su sacerdocio sacramental.

Es la cátedra única, la Iglesia principal por ser la iglesia de esa cátedra episcopal. ¡Dignidad y honor! Esa cátedra es todo un signo eclesial, de comunión, santificación y magisterio

La iglesia catedral debe su nombre a que en ella, en lugar preeminente, central, normalmente en el ábside, reside la cátedra del obispo, su sede. Baste recordar la cátedra de san Juan de Letrán, hermosísima, o la basílica de san Vital de Rávena con su cátedra y el banco corrido para los presbíteros y otros tantos ejemplos de basílicas y cátedras.

Única, hermosa, algo elevada es la cátedra que sólo el obispo titular puede ocupar, mientras que los demás, canónigos u otros sacerdotes, deberán ocupar otra sede si presiden la Misa catedralicia: la sede es única y es del obispo, cabeza de esa iglesia local.

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3.02.22

Ofrendas y símbolos: «no necesita enfatizarse con añadiduras superfluas»

ofrendas

Sería deseable asimilar y asumir lo que Benedicto XVI trazaba en la exhortación Sacramentum caritatis:

“llevamos también al altar todo el sufrimiento y el dolor del mundo, conscientes de que todo es precioso a los ojos de Dios. Este gesto, para ser vivido en su auténtico significado, no necesita enfatizarse con añadiduras superfluas” (n. 47).

Realmente el rito es sencillo y sobrio para la presentación de ofrendas si seguimos el Misal:

  • Es una “procesión”, por tanto van uno tras otro, juntos, en procesión al altar (IGMR 74)
  • Mientras, se canta el canto del ofertorio (IGMR 37) o bien suena el órgano
  • Se llevan los dones “que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo” (IGMR 73), “las ofrendas: el pan y el vino” (Ibíd.)
  • “También pueden recibirse dinero u otros dones para los pobres o para la iglesia, traídos por los fieles o recolectados en la iglesia, los cuales se colocarán en el sitio apropiado, fuera de la mesa eucarística” (IGMR 73)
  • Se insiste en la realidad (no cosas simbólicas o abstractas) que ayudan a las necesidades de la Iglesia o de los pobres: “Es conveniente que la participación de los fieles se manifieste por la presentación del pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, o de otros dones con los que se ayude a las necesidades de la iglesia o de los pobres” (IGMR 140). 

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26.01.22

La oración es liturgia, culto privado (Notas de espiritualidad litúrgica - XV)

La oración es liturgia, culto privado

Por el Bautismo, recibimos el sacerdocio común. El Bautismo nos hace entrar en un reino de sacerdotes para nuestro Dios en medio de este mundo concreto. Y este sacerdocio nos habilita, nos capacita, para orar y ofrecer. Es derecho y obligación: ¡dar gloria a nuestro Dios!

Es nuestra vida cristiana: orar y glorificar, ofrecer y alabar. Y la vida litúrgica es oración. En ella entramos y participamos cuando descubrimos su verdadero rostro: la liturgia es oración con ropaje ceremonial y ritual, comunitariamente desarrollada, con ministerios diversos y jerarquizados. Es oración.

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16.01.22

Repasar el Misal y sus rúbricas (I)

Sede De vez en cuando hay que repasar las rúbricas, las normas de obligatorio cumplimiento para el desarrollo de la Santa Misa, de los sacramentos y de la Liturgia de las Horas.

Las rúbricas son, de algún modo, teología en acto, responden a un porqué, y evitan el capricho y la arbitrariedad de unos y otros, para crear unidad en la liturgia, unidad que es comunión eclesial. Sí, las rúbricas hay que cumplirlas y obedecerlas: es la Iglesia –nadie en particular, nadie por iniciativa propia- quien dispone cómo hay que celebrar. También en esto, “sentir con la Iglesia” y “sentir la Iglesia” es fidelidad a las rúbricas, obediencia fiel de hijos a la Iglesia madre. Se llaman “rúbricas” porque se escriben con tinta roja en los libros litúrgicos.

La primera parte del Misal es un amplísimo documento que se llama Ordenación General del Misal Romano (OGMR) donde se ofrece la teología del sacramento eucarístico y la normativa y rúbrica para su celebración. Este documento merece ser conocido y estudiado.

En la tercera edición de la Ordenación General del Misal romano (OGMR) se explican y se matizan muchas normas litúrgicas, se aclaran algunas rúbricas y se añade alguna más. Para ser fieles, hay que conocer estas rúbricas y, lógicamente, obedecerlas.

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