Santas Justa y Rufina y otros santos, ídolos derribados y el Tíber fluyendo (Liturgia frente a ídolos - III)
4.- Los santos derribaron ídolos
Definitivamente, la idolatría repugna a la fe católica en el Dios único y verdadero, Santa Trinidad. Nunca el camino fue la integración de los cultos paganos e idolátricos, jamás se aceptó fabricar un sincretismo religioso: “se excluirá toda clase de sincretismo y de falso particularismo”, pide el Vaticano II (AG 22); “conservando la propia cultura y las propias tradiciones, siempre que no estén en contraste con el Evangelio” (Juan Pablo II, Redemptoris missio, n. 24).
En estos tiempos de tanta corrección política, con la etiqueta “tolerancia” cargada de relativismo para no ofender a nadie y ocultar la Verdad, no se entenderá lo que hicieron y se les juzgará duramente. ¿Habrá alguna nota de algún Dicasterio pidiendo perdón por derribar ídolos y demostrar la falsedad de deidades que estaban sedientas de sangre humana y sacrificios? ¡Esperemos que no!
Caso famoso hubo en la historia de unas santas mártires que incluso derribaron el ídolo y lo destrozaron. Ocurrió en el siglo IV, en un barrio de Sevilla, Triana, junto al río Guadalquivir, dedicado a la marinería y a la cerámica. Santas Justa y Rufina eran alfareras en aquel barrio. En una fiesta pagana, entre el 17 y el 19 de julio, dedicada a Adonis, llevaron en andas el ídolo de Salambó, una diosa de origen babilónico. En la procesión a todos se les pedía cuantiosa limosna para la diosa. Pasaron por el mercado y requirieron a Justa y Rufina que adoraran al ídolo y que ofrecieran a la diosa vasijas de las que vendían: en vez de eso, derribaron el ídolo y lo rompieron. El gobernador Diogeniano las encarceló, torturó y sufrieron martirio en Sevilla por no apostatar de la fe cristiana[1].