4.07.14

La gran bufonada en el Congreso

Imagínense la situación. Llevaban meses esperando que llegara el gran día. Habían convencido a parlamentarios provida de medio mundo para que vinieran a España a jalear una reforma de la ley del aborto que dejará todo más o menos igual a como estaba antes de la ley Aído -luego hablo de esto-.

El nuevo Moisés del peperismo “provida", don Alberto Ruiz-Gallardón, a la sazón Ministro de Justicia, había prometido acudir. Cosa lógica porque al fin y al cabo le iban a dar la razón. Pero, ¡oh, misterios arriolistas del oportunismo político!, el gran patriarca se quedó en casa o se fue a rezar Laudes con sor Teresa Forcades. Dejó tirados a los provida como si fueran una colilla de cigarrillo caída del labio de un anciano con enfisema pulmonar.

¿Reacción de los diputados del PP que son los organizadores del evento? Uno, José Eugenio Azpiroz, le restó importancia. Otra, Lourdes Méndez, dijo que entiende “perfectamente” la prudencia del ministro. Es decir, les da un plantón de los que hacen época, pero como ellos son fieles siervos de la dirección del partido, no osan protestar. Saben que si protestan, lo mismo en las próximas listas electorales les mandan al cementerio de elefantes del Senado. Que es exactamente a donde el PP envió a don Ángel Pintado, el único diputado provida -hoy senador- que tenían en Aragón.

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3.07.14

Un sacerdote favorable al budismo zen llega al Pontificio Consejo de la Cultura

Entre los aspectos más peculiares de los papados de San Juan Pablo II y Benedicto XVI figura, sin la menor duda, la elección de los responsables para algunos organismos de la Curia romana. Ahí tenemos el caso del cardenal Kasper, nombrado responsable del ecumenismo por el papa polaco y mantenido en el cargo, hasta julio del 2010, por el pontífice alemán. Tiene su aquel que alguien tan cercano a las tesis exegéticas del liberalismo teológico fuera el encargado de esa tarea.

Y ¡qué no decir del cardenal Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura! En el Vaticano se le conoce como “el último bultmaniano de la Curia”. No sé si será tan liberal como Bultmann, pero cuando el río suena, agua lleva.

Ayer hemos sabido que el sacerdote madrileño Pablo D’Ors ha sido como consejero del Pontificio Consejo de la Cultura. Si uno busca su perfil en la red, se encuentra con lo siguiente: “Ha sido profesor y crítico de teatro y de estética y, desde hace años, dirige el proyecto de `Buscadores de la Montaña´, para profundizar en la dimensión contemplativa de la vida cristiana e iniciar y acompañar a otros en la aventura de la interioridad“. He aquí otra descripción: “Pablo d’Ors nace en Madrid, en 1963. Es sacerdote católico, discípulo zen y escritor“.

¿Qué es eso de “Buscadores de la Montaña"?, se preguntarán ustedes. Pues he aquí la descripción de una de sus últimas actividades:

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1.07.14

Comentarios sobre el Instrumentum Laboris (III)

Tercera parte de la serie sobre el “Instrumentum laboris”. Recuerdo de nuevo que el texto es más una descripción de la realidad que un manual de soluciones, aunque ciertamente se ofrecen algunas indicaciones que conviene tener en cuenta.

Llegamos al Capítulo IV “La familia y la vocación de la persona en Cristo":

31 … la gran mayoría de las respuestas afirma que la familia puede ser ese lugar privilegiado, dejando entender —y a veces constatando explícitamente— que existe una distancia preocupante entre la familia en las formas como se la conoce hoy y la enseñanza de la Iglesia al respecto. La familia se encuentra objetivamente en un momento muy difícil, con realidades, historias y sufrimientos complejos, que requieren una mirada compasiva y comprensiva.

La Iglesia va por un lado y el mundo por otro. Y dentro de la Iglesia, hay familias que viven más según las formas y maneras del mundo que lo indicado por la Iglesia. Como quiera que convivimos todos bajo el mismo cielo, es evidente que se producirá un contraste cada vez más acusado entre el modelo de la familia cristiana, que va camino de ser minoritario en muchos países, y el resto.

Tampoco esto es nuevo. Cuando el cristianismo se extendió por el mundo pagano, se encontró modelos familiares muy diversos. Desde la poligamia hasta el fenómeno de la división de familias de esclavos, que sin duda suponía un drama espantoso. La moral sexual entonces era bastante laxa, tal y como atestigua San Pablo. La mirada compasiva y comprensiva que propuso el apóstol no fue otra que la de evangelizar y sacar a esas familias del pecado.

34.. Las familias no son sólo una entidad que el Estado debe proteger, sino que deben recuperar su papel como sujetos sociales. En este contexto, son numerosos los desafíos para las familias: la relación entre la familia y el mundo del trabajo, entre la familia y la educación, entre la familia y la salud; la capacidad de unir entre ellas a las generaciones, a fin de que jóvenes y ancianos no sean abandonados; el desarrollo de un derecho de familia que tenga en cuenta de sus específicas relaciones; la promoción de leyes justas, como las que garantizan la defensa de la vida humana desde su concepción y las que promueven la bondad social del matrimonio auténtico entre el hombre y la mujer.

Todo eso está muy bien, y por pedir que no quede, pero las leyes las hacen aquellos a quienes votamos y no parece que entre sus prioridades figure la promoción de esas leyes justas. Más bien lo contrario.

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30.06.14

Comentarios sobre el Instrumentum Laboris (II)

Segunda parte de la serie sobre el “Instrumentum laboris”. Vuelvo a recordar que el texto es más una descripción de la realidad que un manual de soluciones. Cuando me sea posible, citaré párrafos más cortos. Al indicar el número, cualquiera puede ir y leerlo entero.

El Capítulo III tiene como título “Evangelio de la familia y ley natural".

20. En el contexto de la acogida de la enseñanza de la Iglesia sobre matrimonio y familia es necesario tener presente el tema de la ley natural… La perplejidad acerca del concepto de ley natural —que hoy existe a gran escala— suele repercutir de modo problemático en algunos elementos de la doctrina cristiana sobre el tema.

21. …para la gran mayoría de las respuestas y observaciones, en los distintos contextos culturales, hoy el concepto de “ley natural” resulta ser, como tal, bastante problemático, incluso incomprensible. Se trata de una expresión que se entiende de modos diferentes o sencillamente no se entiende.

Difícilmente se puede aceptar aquello que no se entiende. La falta de conocimiento de lo que es la ley natural es prácticamente total fuera de la Iglesia, pero las cosas no están mucho mejor dentro de ella. A los fieles no se les explica en qué consiste. En Corazones.org leemos esta definición: “Distinta a la ley revelada, la ley natural es lo que los seres humanos podemos conocer, por medio de la razón. Es lo que está al alcance de la razón sin recurso a la fe. La ley natural es `La participación de la criatura racional en la ley eterna´” Ç(Sto. Tomás de Aquino; Summa Theologica, 1a, 2ae, quest. 91, art.2.)

El problema es que la razón, desde la caída de Adán, no pasa por buenos momentos, por decirlo suavamente. San Pablo lo explica de forma bastante contundente: “Os digo, pues, y os exhorto en el Señor a que no viváis ya como viven los gentiles, en la vanidad de sus pensamientos, oscurecida su razón, ajenos a la vida de Dios por su ignorancia y la ceguera de su corazón” (Ef 4,17-18). En Romanos 1,19-32 el apóstol explica el por qué de ese “oscurecimiento” y las consecuencias del mismo. Si leemos dichas consecuencias nos daremos cuenta de que muchas, por no decir todas, las tenemos hoy delante de nuestros ojos en medio de la sociedad.

Ahora bien, que los no creyentes no entiendan o rechacen la ley natural es lógico. El drama viene cuando ocurre lo mismo con alguien que se supone que está iluminado por la fe, de tal manera que su razón puede captar más fácilmente dicha ley. Cabe preguntarse si dicha persona tiene una fe viva o la tiene ahogada por el pecado y la influencia del mundo.

22. Asimismo, de las respuestas y observaciones resulta que el adjetivo “natural” suele ser interpretado según un matiz subjetivo de “espontáneo”. Las personas son orientadas a valorar el sentimiento y la emotividad; dimensiones consideradas “auténticas” y “originales” y, por tanto, que “naturalmente” hay que seguir.

La ley natural, en cuanto ley, tiene unas normas bien concretas. No depende de lo que a cada cual le parezca en un momento dado. Tampoco está sujeta a los vaivenes de una sociedad o de unas urnas. La gente actúa por “lo que me dicta el corazón” -o conciencia- sin dejar que el mismo sea moldeado por la ley divina. Pero como dice el profeta Jeremías, “Tortuoso es el corazón sobre todo y perverso. ¿Quién puede conocerle?” (Jer 17,9).

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27.06.14

Comentarios sobre el Instrumentum Laboris (I)

El pasado jueves se presentó el “Instrumetum Laboris”, documento de trabajo previo al próximo Sínodo Extraordinario sobre la Familia. Como quiera que me ocupa 62 páginas en un archivo de Word, es imposible que lo comente punto por punto. Pero sí compartiré con vosotros mis impresiones sobre algunos párrafos. Pondré el punto donde se encuentran. Las negritas, siempre son mías.

Ante de empezar, creo que conviene recordar que este texto es más una descripción de la realidad que un manual de soluciones. De eso se encargará el Sínodo, con la ayuda de Dios. En InfoCatólica aportaremos lo que creamos mejor para la Iglesia y los fieles:

8. En las zonas en las que sigue viva una tradición cristiana y una pastoral bien organizada, se encuentran personas sensibles a la doctrina cristiana sobre el matrimonio y la familia. En otras partes, por motivos distintos, se encuentran numerosos cristianos que incluso ignoran la existencia de estas enseñanzas.

Obviamente hay que llevar esa pastoral bien organizada allá donde los fieles ni siquiera conocen lo que la Iglesia enseña. Porque si no lo conocen, ¿cómo van a poder ponerlo por práctica o usarlo como guía para sus vidas?

9. En general, se puede decir que hoy la enseñanza de la Biblia, sobre todo de los Evangelios y las Cartas paulinas, es más conocida. Sin embargo, de parte de todas las Conferencias Episcopales se afirma que queda mucho por hacer para que tal enseñanza se convierta en el fundamento de la espiritualidad y la vida de los cristianos también en relación a la familia. Asimismo, en no pocas respuestas, se observa entre los fieles un gran deseo de conocer mejor la Sagrada Escritura.

La Palabra de Dios no basta con conocerla. Tiene que ser guía para la vida del cristiano. Si no, se queda en papel mojado, en texto muerto. Dice Hebreos que “la palabra de Dios es viva, eficaz y tajante, más que una espada de dos filos, y penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4,12). Hagamos que eso sea algo más que una bonita definición.

10. En esta perspectiva, resalta cuán decisiva es la formación del clero y en particular la calidad de las homilías, sobre lo que recientemente el Santo Padre Francisco ha insistido (cfr. EG 135-144). En efecto, la homilía es un instrumento privilegiado para presentar a los fieles la Sagrada Escritura en su valor eclesial y existencial. Gracias a una predicación adecuada, se pone al pueblo de Dios en la condición de apreciar la belleza de la Palabra que atrae y conforta a la familia.

Muy bien. ¿Se hace? Y si no se hace, ¿qué se piensa hacer para que se haga? ¿deberían los obispos dar instrucciones claras a sus sacerdotes para que ofrezcan una predicación adecuada, conforme a lo que enseña la Escritura y la Iglesia?

11. El conocimiento de los documentos conciliares y postconciliares del Magisterio sobre la familia, de parte del pueblo de Dios, en general es escaso. Ciertamente, los entendidos en ámbito teológico los conocen. Sin embargo, al parecer estos textos no impregnan profundamente la mentalidad de los fieles. También hay respuestas que reconocen con franqueza que, entre los fieles, dichos documentos no se conocen en absoluto. En algunas respuestas, se observa que a veces los documentos se perciben como realidades un poco “exclusivas”, especialmente entre los laicos que no gozan de una preparación previa. Se nota un cierto cansancio a la hora de tomar estos textos y estudiarlos. A menudo, si no hay alguien preparado, que sea capaz de hacer una introducción a su lectura, estos documentos se consideran difíciles de abordar. Sobre todo, se siente la necesidad de mostrar el carácter existencial de las verdades que se afirman en los documentos.

Volvemos al mismo problema. Si no se conoce lo que enseña la Iglesia, difícilmente se puede vivir conforme a esas enseñanzas. Es cierto que los documentos magisteriales suelen ser largos, con una terminología que no se usa comúnmente en la vida diaria, y que finalmente leen muy pocos en su integridad. Pero no hay nada que impida a las parroquias, diócesis, movimientos, etc, hacer resúmenes con lo esencial del magisterio.

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