Polémicas matrimoniales (XXX): no tienen vergüenza
Hemos hablado un par de veces ya de una petición pública que algunos “teólogos” españoles han hecho al Papa para que dé la comunión a los divorciados en una nueva unión. Se trata de una iniciativa realizada a través de la plataforma Change.org, que permite que los particulares recojan firmas para todo tipo de cosas. El hecho de que haya sido urdida por Religión Digital con la colaboración de un grupito de teólogos heterodoxos ya dice mucho sobre la propuesta. Como era de esperar, la calidad de los argumentos esgrimidos es ínfima y, de no ser por los firmantes originales, uno estaría tentado de imaginar que es obra de algún becario adolescente al que le parezca muy significativo tutear al Papa, por ejemplo.
Al margen de todo eso y para aviso de navegantes desprevenidos, conviene señalar que la petición empieza con una falsedad descomunal, cuyo único camuflaje es la desvergüenza y el desparpajo con los que se propone como si fuera cierta. En efecto, a nadie se le ocurriría que una persona normal vaya a mentir de forma tan descarada y en eso precisamente reside la fuerza del engaño. Veámoslo.

Hace unos meses, dediqué un par de
Participante invitado: Higinio Fernández, licenciado en Teología Pastoral Buenista por la Universidad Koinonía de Teología a Distancia y profesor en el Instituto de Ciencias Sociorreligiosas de Parla (Madrid). Está casado y mantiene el blog Todos somos hijos de Dios en Multirreligión Digital.
Así dice el Señor: “No os engañéis” (Jer 37,9; cf 1Cor 6,9-10).
Vivimos en un mundo desesperanzado. El entusiasmo por la razón separada de la fe en el siglo XVIII dio lugar a una proliferación de “esperanzas secularizadas” o utopías, con resultados desastrosos. Esas utopías, desde la propia Revolución Francesa hasta el nacionalsocialismo o el marxismo, pasando por darwinismos sociales, cientifismos, eugenesias y revoluciones sexuales, han ido dando lugar a una deshumanización y unas matanzas sin precedentes.



