¿Qué podemos aprender de Fiducia supplicans?
Gracias a Dios, de todo podemos aprender algo y la reciente declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe no es una excepción.
En este caso, con todo el respeto, sugiero no intentar aprender nada del propio documento. Está viciado de raíz por la idea de que no existen actos que sean malos en sí mismos y parece haber sido escrito con una forma mentis que no es católica. Eso hace que, a mi entender, sea dañino, incluso en las partes que pretenden ser consideraciones piadosas. Como decían los escolásticos, bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu o, dicho de otra manera, basta una cucharada de veneno para estropear un gran pastel.
Podemos, sin embargo, aprender dos importantísimas lecciones de lo que ha sucedido con la declaración. A fin de cuentas, ha sido rechazada públicamente por multitud de obispos y conferencias episcopales enteras, algo que apenas tiene precedentes en el último siglo de la Iglesia, así que por fuerza ha de ser un acontecimiento significativo.