Un nuevo beato carmelita
Probablemente, mucha gente pasará de largo ante el título de este post, sin pulsar en él. Por desgracia, los nuevos beatos o santos “no venden” ni llaman la atención, a no ser que resulten polémicos por alguna razón. Sin embargo, creo que las cosas habrían sido muy diferentes si hubiera puesto en el título el nombre del nuevo beato: Juan Pablo II. Poca gente sabe que Juan Pablo II era carmelita. En su niñez, entró a formar parte de la Tercera Orden Carmelita y siguió perteneciendo a ella hasta su muerte.
A menudo, se piensa que los movimientos laicales son algo moderno, creado por el Concilio Vaticano II, pero, en realidad, han existido desde la Edad Media, como mínimo. Diversas órdenes religiosas de la antigüedad, como carmelitas, dominicos o franciscanos, estaban formadas en realidad por tres órdenes distintas. Las dos principales, una masculina y otra femenina, estaban destinadas a consagrados con votos. La tercera estaba formada por laicos asociados a esa orden religiosa. De ese modo, había y sigue habiendo terciarios dominicos, franciscanos, carmelitas, agustinos, etc., laicos pero miembros de la orden, que viven la espiritualidad de ésta.