El cardenal Fernández se bate en retirada, aunque atacando
Dos semanas después de asegurarnos que la declaración Fiducia supplicans era “suficiente” y no cabía “esperar otras respuestas” (FS 41), el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publica otro documento sobre el tema, una nota de prensa aclaratoria. Parece que el hecho inaudito de que multitud de obispos y conferencias episcopales de todo el mundo hayan rechazado la declaración original ha obligado al Dicasterio a publicar urgentemente algo, lo que fuera, para intentar cubrir el desaguisado. El resultado es una nota de prensa que hiede a pánico y desesperación.
En la nota se hace referencia a las “comprensibles manifestaciones de algunas Conferencias episcopales” frente a Fiducia supplicans. Si esas reacciones resultan inauditas, pero a la vez son comprensibles, ¿no significa eso necesariamente que el documento en sí fue una chapuza inaudita? Porque, si los obispos, que nunca se atreven a cuestionar lo que viene de Roma, de pronto han rechazado en gran número esta declaración y esa reacción es “comprensible”, nos vemos obligados a deducir que hay un grave problema en la propia declaración.