Así es la rosa
“No la toques ya más, que así es la rosa”, dice un feliz verso de Juan Ramón Jiménez. Es un buen consejo, que todo pintor, escritor y artista debería tener muy presente: cuántas veces una pintura, un libro o una obra de arte se estropean porque el autor se empeña en seguir haciendo cambios cuando ya no hay que tocarla más. Así es la rosa y no la vas a mejorar.
El consejo, sin embargo, no vale solo para artistas y los católicos haríamos bien en meditarlo también. En efecto, una tentación que siempre ha estado presente en la historia, pero más que nunca en nuestra época, es la de hacer cambios en la fe para “mejorarla”: quitamos esto, cambiamos un poquito aquello, añadimos esto otro y todo va a quedar mucho mejor, ¿no es cierto?