¿Cuántos santos conoces?
En un artículo anterior, en el que se hablaba del deber especial de ser santos que tenemos los padres de familia, uno de los lectores hizo una pregunta muy interesante:
“si existe el deber especial de ser santos, apañados vamos. No sé usted, pero yo no conozco personalmente ningún santo”
Un comentario algo descorazonador, claro, pero con mucha miga, porque, en efecto, parece haber muy pocos santos. Incluso en estos tiempos en que se han acelerado las canonizaciones, apenas se canonizan un puñado al año. Así que, como dice el comentarista, en la práctica ser santo es algo imposible estadísticamente hablando, es probable que ni siquiera conozcamos a ninguno y, si no nos conformamos con menos que la santidad, estamos apañados, ¿no?