Bendición embotellada
No es necesario reinventar la rueda a cada momento, basta mirar un poco alrededor y aprender de otros. En la Iglesia hay infinidad de parroquias donde se hacen cosas estupendas que pueden simplemente copiarse, porque, como decían los antiguos, bonum diffusivum sui, el bien tiende a difundirse.
Por ejemplo, cópiese lo que se hace en la parroquia de la foto. No hay nada más fácil que llenar pequeñas botellitas con el agua bendita de la pila bautismal de la vigilia de Pascua y repartirlas el domingo siguiente entre los fieles a la salida de la Misa. Es un signo precioso de la Resurrección de Cristo celebrada en la vigilia, del bautismo de los catecúmenos y de la alegría pascual después del desierto de la Cuaresma.