El relator sinodal despeja dudas
En artículos anteriores sobre el Sínodo de la Sinodalidad, hablábamos de algunos aspectos sinodales, como el tema o las aportaciones solicitadas, que hacen sospechar que sus reuniones estarán dañadas de raíz. En consecuencia, es de temer que, en el mejor de los casos, esas reuniones serán una forma de perder el tiempo pareciendo que estamos muy ocupados y, en el peor, podrían ser la puerta para intentar cambiar la enseñanza de la Iglesia como desean, por ejemplo, tantos obispos alemanes y belgas.
Nos queda por analizar, sin embargo, a los encargados del Sínodo. A fin de cuentas, aunque fuera con los materiales más pobres e inadecuados, unos responsables con fe y valentía podrían tomar firmemente las riendas de la reunión sinodal y conseguir algo bueno en ella. ¿Será eso lo que ocurra con el Sínodo? A falta de un milagro, habría que decir que parece que no. Al menos a juzgar por las declaraciones que hizo ayer el cardenal Jean-Claude Hollerich en una entrevista publicada por L’Osservatore Romano, el periódico del Vaticano.
Este cardenal jesuita, además de ser arzobispo de Luxemburgo y Presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea, ha sido nombrado relator general del Sínodo por el Papa Francisco. Es, pues, a la vez un peso pesado de la Iglesia y la voz más autorizada en cuestiones sinodales, después del propio Papa. Haríamos bien, por lo tanto, en prestarle atención.
¿Qué tiene que decirnos el relator general del Sínodo? Por lo visto, que el sexto mandamiento y toda la doctrina de la Iglesia sobre las relaciones sexuales fuera del matrimonio y las relaciones entre personas del mismo sexo siempre han estado equivocados.
“¿Parejas gay? Dios no las maldice. ¿Cree que Dios pueda alguna vez ‘decir-mal’ sobre dos personas que se aman? En el Reino de Dios ninguno está excluido: ni siquiera los divorciados vueltos a casar, ni siquiera los homosexuales, todos. El Reino de Dios no es un club exclusivo. Abre sus puertas a todos, sin discriminaciones. Muchos de nuestros hermanos y hermanas nos dicen que, sea cual sea el origen y la causa de su orientación sexual, ciertamente no la han elegido. No son manzanas podridas”.
Y a continuación añadió:
“No creo que haya lugar para un matrimonio sacramental entre personas del mismo sexo, porque no hay un objetivo procreativo que lo caracterice, pero esto no quiere decir que su relación afectiva no tenga ningún valor”.
Antes de que alguien lo pregunte, conviene señalar que no se trata de una expresión imprecisa o puntual. En febrero declaró algo similar en otra entrevista en Alemania, en la que afirmó, con respecto a la doctrina sobre las relaciones entre personas del mismo sexo que creía que “el fundamento sociológico-científico de esta doctrina ya no es correcto”, indicando que debía revisarse la doctrina de la Iglesia y sugiriendo que la forma de hablar del Papa Francisco sobre la homosexualidad podría llevar a un cambio de la doctrina.
El cardenal dijo otras muchas cosas, sin que faltaran la patética y ya casi obligatoria adulación al Papa, pero creo que las frases citadas son suficientes para que nos hagamos una idea de cómo piensa este purpurado. No sé qué es más llamativo, que un cardenal arzobispo niegue frontalmente la doctrina de la Iglesia en público, que ese cardenal precisamente haya sido elegido relator del nuevo sínodo o que las “razones” que da para sus heterodoxias sean de un nivel intelectual ínfimo, que cualquier seminarista de primero de Teología o incluso cualquier catequista parroquial con dos dedos de frente podría rebatir sin ninguna dificultad.
Veamos sus argumentos uno por uno. Primero, sugiere que Dios bendice las parejas del mismo sexo (ya que, si no dice mal de ellas, es evidente que tendrá que decir bien). Por supuesto, Su Eminencia es muy libre de afirmar lo que quiera, aunque no tenga nada que ver con la fe católica, pero quizá habría sido una buena idea tener la cortesía de preguntar primero al propio Dios, que dejó muy clara esta cuestión: hombre y mujer los creó, los bendijo (Gn 5,1). El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne (Gn 2, 24). Y, por si había dudas, Cristo repitió exactamente esas frases. Es decir, lo que bendijo fue la pareja de hombre y mujer, no la pareja del mismo sexo. ¡Qué olvido tan extraño! Menos mal que el cardenal Hollerich ha venido a recordarle al mismo Dios su omisión y a corregir el Génesis, porque sabe mejor que Dios mismo lo que Dios quiere y bendice.
También podría haber acudido al Magisterio y a la Tradición de la Iglesia, que afirman unánimemente que las relaciones entre personas del mismo sexo no solo son un pecado, sino algo aún más grave: uno de los pecados que claman al cielo (Catecismo 1867), por vulnerar la naturaleza y el orden creado de forma radical. Las afirmaciones de papas, concilios, santos y doctores de la Iglesia sobre el particular son clarísimas y, a menudo, terribles (véanse, entre innumerables otros ejemplos, el Concilio de Elvira del año 306, el Concilio de Nablús de 1120, el tercer Concilio de Letrán de 1179, San Pío V, San Agustín, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino, San Bernardino de Siena, Santa Catalina de Siena, San Pedro Damián, San Alfonso María de Ligorio, etc.).
No hace falta decir, aunque por si acaso lo recordaremos, que esto no supone decir que las personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo sean en ningún sentido malas en sí mismas, inferiores en dignidad a las demás ni nada por el estilo. Son hijas de Dios o están llamadas a serlo (y no existe dignidad más alta que esa) y, como señala el Catecismo, son dignas de respeto y están llamadas a “realizar la voluntad de Dios en su vida” y a unir sus dificultades al “sacrificio de la cruz del Señor” (Catecismo 2358). En una palabra, están llamadas a ser santas, como los demás.
La afirmación del purpurado, en cambio, produce vergüenza ajena desde el punto de vista teológico. Pregunta el cardenal: “¿Cree que Dios pueda alguna vez ‘decir-mal’ sobre dos personas que se aman?”. La más básica Teología moral, que nuestro cardenal tuvo que estudiar alguna vez, enseña que por supuesto que Dios puede decir mal de dos personas que se aman. Por la sencilla razón de que absolutamente todos los pecados se producen “por amor”, ya que el ser humano está creado por Dios y solo puede moverse por amor. El problema en el caso de los pecados es que ese amor es un amor desordenado.
Por ejemplo, cuando un chico y una chica que no están casados se acuestan juntos, están cometiendo un pecado grave por mucho que digan que se quieren, porque se trata de un amor desordenado, un amor que no es conforme al plan de Dios para el hombre en la entrega total del matrimonio, un amor que no respeta al otro como debe y un amor que encubre, en realidad, un enorme egoísmo y utilización del otro. Como recuerda el Catecismo, “la sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer” (Catecismo 2360). Luego cualquier uso de la sexualidad al margen del matrimonio es, por su propia naturaleza, desordenado, contrario al plan de Dios y un pecado grave, ya se trate de la masturbación, la fornicación, el adulterio o las relaciones entre personas del mismo sexo.
Veamos la siguiente afirmación del cardenal, también de una osadía sorprendente: “En el Reino de Dios ninguno está excluido: ni siquiera los divorciados vueltos a casar, ni siquiera los homosexuales, todos. El Reino de Dios no es un club exclusivo. Abre sus puertas a todos, sin discriminaciones”. Uno está tentado de pensar que el purpurado lleva toda su vida padeciendo un problema de ceguera y sordera completas, porque de otro modo habría escuchado o leído los cientos de pasajes de la Escritura que muestran que eso no es cierto.
Bastará dar como ejemplo el más pertinente, en el que la Palabra de Dios dice expresamente que los pecados graves, incluido el de las relaciones sexuales con personas del mismo sexo, excluyen del Reino de los Cielos: “No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, poseerán el reino de Dios” (1 Co 6, 9-10; cf. 1Tim 1,10). ¿Será que Dios no sabía que nadie está excluido del Reino de Dios? ¿O será que el cardenal desconoce o rechaza la doctrina básica de la Iglesia sobre el pecado mortal? Lejos de ser una discriminación injusta, esta realidad es la base misma de la justicia. El que peca, por su propio pecado, se excluye del Reino de Dios. Si Dios tratase igual a buenos y malos, entonces sí que sería injusto y nos estaría enseñando que es lo mismo la bondad que la maldad.
Consideremos otra afirmación del cardenal: “no creo que haya lugar para un matrimonio sacramental entre personas del mismo sexo, porque no hay un objetivo procreativo que lo caracterice, pero esto no quiere decir que su relación afectiva no tenga ningún valor”. Con esta afirmación, Mons. Hollerich niega directamente el sexto mandamiento, porque reconoce que no hay matrimonio entre personas del mismo sexo, pero afirma que sus relaciones sexuales tienen “valor”, en lugar de ser un pecado mortal, como todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Es difícil no ver aquí una continuación del razonamiento de Amoris Laetitia, porque, si el adulterio a veces es lo que Dios quiere para nosotros, ¿por qué no decir lo mismo sobre las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, como pretende el cardenal? El pecado mortal se convierte en más o menos bueno y el sexto mandamiento, aparentemente, queda obsoleto.
Además de ser directamente contrario a lo que enseña la Palabra de Dios, lo que dice el cardenal también es contrario a la doctrina expresa de la Iglesia, que enseña que este tipo de relaciones “no pueden recibir aprobación en ningún caso”, porque “cierran el acto sexual al don de la vida” y “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual” (Catecismo 2357). Al contrario de lo que nos dice el relator del Sínodo, la Iglesia enseña que las personas homosexuales, tan amadas por Dios, “están llamadas a la castidad” (Catecismo 2359), como lo estamos todas las personas, cada una según sus circunstancias y precisamente por el amor que Dios nos tiene.
Observemos también que el cardenal Hollerich, en lugar de aclarar la cuestión, intenta ofuscarla y reducirla al sentimentalismo, diciendo que “muchos de nuestros hermanos y hermanas nos dicen que, sea cual sea el origen y la causa de su orientación sexual, ciertamente no la han elegido. No son manzanas podridas”. ¿Qué tiene eso que ver con nada? Por supuesto que las personas que sienten atracción por otras del mismo sexo no son, en sí mismas, “manzanas podridas”. Como un casado que siente atracción por su secretaria no es, por ese hecho, una “manzana podrida” y tampoco ha “elegido” esa atracción, pero, si engaña a su mujer con la secretaria, está actuando mal consciente y libremente en una materia grave y se excluye de la comunión con Dios y de la vida eterna. Exactamente igual que cualquier otra persona, incluidas las que sienten atracciones homosexuales. Los seres humanos somos seres racionales y, a diferencia de los animales, estamos llamados a controlar nuestras pasiones de conformidad con la ley natural, que es la ley que Dios ha puesto en nuestra conciencia. Recordar esto no es un ataque contra los casados ni contra los solteros ni contra las personas homosexuales, sino lo contrario: reconocer su dignidad humana y su capacidad de hacer libremente el bien o de elegir el mal, con las consecuencias que tiene cada una de esas elecciones.
Por último, es fácil ver que la explicación que dio el cardenal de su rechazo de la enseñanza de la Iglesia en una entrevista anterior no era más que una excusa: “creo que el fundamento sociológico-científico de esta doctrina ya no es correcto”. Digo que se trataba de una excusa porque, a poco que lo haya pensado, Mons. Hollerich tiene que ser consciente de que eso no significa nada, ya que la doctrina sobre las relaciones entre personas del mismo sexo no tiene ningún “fundamento sociológico-científico”. La ciencia y la sociología no tienen nada que ver con el tema. El fundamento de la doctrina es teológico: la Revelación del mismo Dios, transmitida por la Escritura y la Tradición y preservada por el Magisterio. Eso es lo que niega el purpurado, pero, como decirlo queda feo en todo un cardenal, intenta desviar la cuestión hacia la sociología y la ciencia, que, por su propia naturaleza, no tienen nada que ver con este tema moral y teológico.
En fin, después de ver que Su Eminencia afirma repetidas veces con toda claridad y literalmente lo contrario que la Palabra de Dios, el Magisterio y la Tradición, no hace falta decir mucho más. Nadie que piensa así puede ser firme en otros aspectos de la fe, porque, como enseñaba Santo Tomás, quien rechaza una parte de la fe en realidad rechaza la fe entera. En efecto y a modo de ejemplo, el cardenal también ha afirmado en el pasado, contra la doctrina irreformable de la Iglesia, que las mujeres podrían recibir la ordenación sacerdotal en el futuro. Mons. Hollerich parece haber reducido la revelación divina a una simple enseñanza de carácter sociológico y en permanente transformación, según vayan cambiando los deseos del mundo.
¿Qué sentido tiene que un prelado que rechaza públicamente la fe católica sobre multitud de cuestiones sea el relator general del Sínodo? Son afirmaciones hechas, además, en el periódico oficial del propio Vaticano, L’Osservatore Romano, luego es imposible que la Santa Sede las desconozca. Este hecho, junto con otros como la tolerancia para los errores públicos de obispos alemanes y belgas o la aceptación de aportaciones contrarias a la fe de la Iglesia en las primeras etapas sinodales, lleva a pensar que el Sínodo podría estar destinado a abandonar discretamente las doctrinas de la Iglesia que son molestas para el mundo.
Recemos, recemos, recemos.
100 comentarios
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NOTA 2:
En los dos párrafos citados del cardenal Hollerich, he unido varias frases suyas para no alargar el artículo. Es posible que algunas estuvieran separadas en el artículo original.
¿Dónde va el Sínodo sobre la sinodalidad? (1)
¿Dónde va el Sínodo sobre la Sinodalidad? (2)
¿Corrección a los obispos alemanes? Parece que no
El último sínodo
"Lo increíble es que tenga que ser un fiel"
Pues sí. Debería actuar la autoridad, pero, en vez de corregirle, le nombra relator del Sínodo, dándole un espacio para que haga daño con sus heterodoxias.
Al menos deberían actuar públicamente los obispos "buenos", que conservan la fe católica y saben perfectamente que todo esto es contrario a esa fe. Pero se callan y dejan las ovejas a merced de los lobos. ¿Por qué? Ellos sabrán.
"Da pena e impotencia ver el silencio reinante..."
Cuando soy débil, entonces soy fuerte. Cuando no puedo nada, lo puedo todo en Cristo. La oración es omnipotente para el bien. Recemos.
Dios y la historia juzgarán este pontificado.
Nos va quedando claro cuál ha sido el nivel en seminarios y universidades católicas los últimos años. Centros de formación que se crearon con aportación de fieles comprometidos con la enseñanza de la fe y la recta formación de los sacerdotes. Y nosotros, los fieles, financiando todo eso como idiotas.
Bueno, como idiotas no, como obedientes. Uno de los mandamientos que no derogan es el de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, ¿verdad monseñores?.
Nuestros pastores son los que acumulan las culpas de este desastre, quiera Dios que se arrepientan a tiempo.
Bruno, o estoy muy equivocada o lo último que debe esperarse en unas conclusiones generales es la opinión o el criterio del propio relator, que, en rigor, no puede apartarse de lo discutido o concluido (con carácter principal) en las reuniones/documentos que deba relatar. Un relator se debe limitar a escuchar (leer), seleccionar y sintetizar las idas fuerza, buscando -y eso es lo difícil- el mejor hilo conductor. De ahí que quizás sea un exceso decir que va a ser la voz más autorizada en cuestiones sinodales después del Papa. Si acaso, y ya es mucho decir, a la que más atención vaya a prestar la prensa, que terminará cogiendo el rábano por las hojas...
Comparto contigo, sin embargo, la prevención de prestar atención al relato del documento que finalmente confeccione. Pero más que nada, por si, entre col y col, como quien no quiere la cosa, mete alguna lechuga de su propia cosecha, como las perlas que transcribes de su entrevista en el L’Osservatore Romano...
"Sin ánimo de contradecir a nadie, pero sigo pensando que todos estos clérigos, conocen al dedillo todo lo que sobre Dogma y Moral nos enseña la Iglesia"
De todo hay, al menos según mi experiencia. La ignorancia es asombrosa en muchos casos, porque la formación recibida es desastrosa, pero, por supuesto, también hay otros muchos casos en los que no se trata de ignorancia, sino de rechazo directo de la fe católica. De hecho, yo diría que quizá la tercera posibilidad, ignorancia y también rechazo, sea la más frecuente.
...con un ejemplar de este número L´Observattore en la mano le voy a decir a mi esposa que estar con mi amante es lo que Dios me pide que haga por ahora...porque al menos es una y no muchas...acabo de discernir que es lo que en este momento me pide el Señor!!!!!!!
Yo tengo mis dudas de que estos señores clérigos se sepan al dedillo todo lo que tienen que saber. Saben muy poco en primer lugar porque sus formadores detestaban la Tradición. No leyeron tanto a los clásicos y a los doctores como a los teologuchos de moda, esos de jersey gris de cuello alto. Y en segundo lugar porque tienen un miedo atroz al mundo, y sólo han estado atentos a las ideologías del siglo.
Y estos ignorantes mundanos son ahora nuestros obispos y cardenales, los que tienen el oficio de enseñar al pueblo de Dios.
Dios mío, no hay quien nos de amparo, solo nos queda clamar al cielo.
"porque al menos es una y no muchas...acabo de discernir que es lo que en este momento me pide el Señor"
Bueno, si es lo que pide y bendice el Señor, mejor muchas bendiciones que una sola, digo yo.
Ambos están subvirtiendo el orden y apoderándose de las instituciones para conformar un solo Gobierno mundial con una sola religión sincrética y políticamente correcta.
En conclusión, los habrá extraviados o malformados pero lo importante es que los hay con intención diabólica de destruir la Iglesia.
No caigamos en una ingenuidad mortal.
Bruno, o estoy muy equivocada o lo último que debe esperarse en unas conclusiones generales es la opinión o el criterio del propio relator, que, en rigor, no puede apartarse de lo discutido o concluido..."
Entre "no debe" y "no puede" hay un abismo, me temo. Como decía Stalin, lo importante no es quién vota, sino quién cuenta los votos. Cualquiera que ha escrito un acta sabe que las mismas cosas que se han dicho se pueden enfocar de formas opuestas en el resumen, sobre todo si el relator cuenta con el apoyo del jefe, como obviamente es el caso. Ya en el Sínodo de la Familia los textos menos ortodoxos no obtuvieron la mayoría necesaria... pero la autoridad suprema decidió que aun así se iban a aprobar.
Por otro lado, lo más importante es la señal que esto manda a los participantes en el Sínodo y que no es otra, como decía Percival, que "el Papa lo quiere así", porque, de otro modo, no habría elegido un relator general que hace estas declaraciones públicamente y además en el periódico del Vaticano, sin recibir ninguna corrección. Si unimos esto a la falta de corrección de los obispos alemanes y belgas, cualquier obispo con dos dedos de frente saca las conclusiones apropiadas: en el Sínodo se puede negar la fe católica sobre estos temas sin consecuencias y, de hecho, conviene hacerlo para estar a bien con la autoridad.
Pero a estos judas, más les valdría no haber nacido.
"Bueno, como idiotas no, como obedientes. Uno de los mandamientos que no derogan es el de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, ¿verdad monseñores?"
Sí, aparentemente hay supermandamientos que no pueden cambiar y otros que sí. ¿El sexto mandamiento, la fe de la Iglesia, los dogmas, la Escritura? Bah, son otros tiempos. ¿La obediencia al Papa y al obispo en todo, incluso en contra de la fe y la moral? Ay de ti como se te ocurra dudarlo siquiera (excepto si desobedeces en la dirección correcta, claro, que es la mundana y políticamente correcta, porque entonces la cosa cambia y hay cien años de indulgencia).
Yo también creo que estos tipos saben perfectamente lo que la Iglesia enseña. A este señor habría que hacerle la pregunta clave: ¿Es usted homosexual? Solo así se entiende la obsesión con el tema
Cuánto más vamos a escuchar de estos elementos , sicarios de Satanás, contra la Iglesia?
"Si ves colocado al frente de un pueblo a un mal sacerdote, has de afligirte, temer y pensar que quizás nuestros pecados han merecido tan horrendo castigo; pues que la Sagrada Escritura nos enseña que el mayor y más terrible de los azotes que Dios envía a un pueblo, es darle malos sacerdotes. Cuando la ira del Señor aún no ha llegado a su colmo, permite que las naciones se armen unas contra otras, que queden estériles los campos, que el hambre, la desolación y la muerte ejerzan su dominio sobre la tierra; pero cuando su justa indignación llega al exceso, envía el último y más atroz de sus castigos, permitiendo que ministros infieles, sacerdotes manchados, pastores escandalosos se coloquen entre los hombres. Entonces se verifica que las abominaciones del pueblo son causa de los malos sacerdotes y los malos sacerdotes son el mayor castigo con que Dios aflige al pueblo".
Se avecina el harakiri Vaticano de la Iglesia Catolica, que no suicidio catolico. No lo lograran con los que somos de Cristo, los catolicos de a pie, que superaremos a los usurpadores, infiltrados y traidores.
"Según mi inexistente alemán, el nombre del Cardenal con alguna diéresis significaría algo así como "Infierno Rico"."
A veces sueño despierto que una serie de personajes que pululan por la Iglesia en realidad no existen más que en mi imaginación, que solo son parodias estrafalarias e imposibles. If only...
Pero ahora tenemos a multitud de eminencias intelectuales teológicamente hablando surgidas, de la EX-Compañía de Jesús: Bergoglio (con muchísima pena), Martin, Hollerich, Ladaria (¿callado o silenciado?), etc.
Creo que, como muy bien dices al final, la únicas solución es recemos, recemos, recemos, confiando en la Divina Providencia que nunca abandonará a su Iglesia en manos del demonio, se disfrace como se disfrace.
Lo explico en mi trabajo "Pape Satan Aleppe", Ediciones Aleister Crowley, 1968, Buenos Aires, 1 página.
Mi confianza plena en Dios me lleva a la certeza de que la barca no se hundirá, a pesar de señores como el del escrito. Su corazón solo lo conoce el Padre.
Ahora voy a buscar la cita bíblica que alguien ha puesto en comentarios.
Saludos.
Lo digo con profundo dolor, por los cristianos y por estos mismos pastores que han renunciado a su papel y sólo parecen acomodarse al discurso del mundo.
“¿Parejas de abuelo/nieta? Dios no las maldice. ¿Cree que Dios pueda alguna vez ‘decir-mal’ sobre dos personas que se aman?....
“¿Parejas padre/hijo? Dios no las maldice. ¿Cree que Dios pueda alguna vez ‘decir-mal’ sobre dos personas que se aman? ....
“¿Parejas entre hermanos? Dios no las maldice. ¿Cree que Dios pueda alguna vez ‘decir-mal’ sobre dos personas que se aman? ...
Para el caso es lo mismo, no? O realmente no les importa nada o tienen una limitación intelectual que asusta. Llevados esos argumentos hasta sus últimas consecuencias todo es posible.
La desvergüenza de este Cardenal va mucho más allá que la que enfrentamos en 2014-16 con Amoris Laetitia, porque la de éste es expresa, patente, evidente, manifestada con regodeo.
Que todos entran en el Reino (todos), por ejemplo, pisotea la enseñanza que Cristo da en los Evangelios en 50 lugares “distintos” entre sí. +Dirá: alejaos de mí, malvados. +Todos resucitarán... Y los que obraron el mal tendrán una resurrección de castigo. +Los que n- n- n… no entrarán en el Reino de los cielos…
Hollerich pisotea directamente lo que Cristo enseña 50 veces en el Evangelio (más de 50, porque a veces un mismo dicho aparece en 2 o 3 evangelistas).
Cito las 50 veces en mi blog (08).
Deus nos adjuvet !!!
Cuando en 1572 los calvinistas tomaron Brielle (Holanda) él salió de su seguro refugio para llevar la Comunión a los sacerdotes detenidos "mucho más dignos que yo" metiéndose en la boca del lobo. Fue detenido y obligado a apostatar cuando soltó esa frase para la historia:
"Yo habré sido fornicador y bebedor, pero hereje nunca"
Fue torturado y asesinado junto a los demás mártires de Gorkum sin renegar de su fe, y hoy es santo . A pesar de su pasada vida, al final entró al cielo por la puerta grande.
Quiero decir con esto que las debilidades de la carne de un hombre de intensa fe que está dispuesto a ir al martirio por ella, tal vez sean más justificables ante Dios que las herejías de los pastores apoltronados que desconciertan y espantan al rebaño que les ha sido encomendado.
San Andrés Wouters.
Nunca oiremos hablar de san Jean-Claude Hollerich.
"Hollerich pisotea directamente lo que Cristo enseña 50 veces en el Evangelio (más de 50, porque a veces un mismo dicho aparece en 2 o 3 evangelistas). Cito las 50 veces en mi blog (08)."
Pongo aquí el enlace a su artículo en que detalla las veces en que Jesús habla de salvación y condenación, para que sea más fácil leerlo: (08) Salvación o condenación –I
"La desvergüenza de este Cardenal va mucho más allá que la que enfrentamos en 2014-16 con Amoris Laetitia, porque la de éste es expresa, patente, evidente, manifestada con regodeo"
Sin duda, aunque, desgraciadamente, va en la misma línea, como la conclusión sigue a la premisa.
Lo que es extraño es que pocos hablan de esto, ni aún entre los mejores; cuando es tan imperiosa la necesidad de conversión y oración para que el flagelo no sea la aniquilación nuclear, que por esto y la reciente consagración hecha por el Papa podemos albergar alguna esperanza. Pero no ya de la guerra, que es inevitable, y una guerra como nunca se ha visto, que hará parecer a la IIª un paseo por el parque, en comparación.
¿Que no se puede saber si la guerra que acaecerá es un castigo de Dios? «Cuando veis levantarse una nube por poniente, decís: "Va a llover", y así es. Y cuando sentís soplar el viento del sur, decís: "Va a hacer calor", y así sucede. ¡Hipócritas!, sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿y cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?" (Lucas 12, 54-56)
San Vicente Ferrer lo profetizó.
San Francisco de Asís lo profetizó.
Beata Ana Catalina Emmerick lo profetizó.
Sobre todo, San Juan y San Pablo lo profetizaron.
Hasta la Virgen de Fátima lo advirtió...
La cuestión es si esta situación será solo una de tantas por las que pasará la Iglesia. No lo creo. San Pablo dijo: la apostasía, en singular. No las apostasías, en plural. Ergo, todavía espero la plenitud del Apocalipsis.
Pero la ley civil no admite el matrimonio con uno de los padres, uno de los hermanos o uno de los hijos. Tampoco admite el matrimonio con un menor de edad ni con un alguien que ya esté casado.
Las palabras del cardenal dejan claro que él admitiría este tipo de uniones.
"Pero ay de aquel que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una gran piedra de molino, y ser arrojado a lo profundo del mar". San Mateo 18,6
En otros tiempos, tal desatino sería impensable en un medio tan respetado y cuidado en su ortodoxia como lo era este periódico oficioso de la Santa Sede. Ya me doy cuenta que la 'Abominación de la Desolación' también se apoltrona hoy en los medios de comunicación eclesial y el encargado de evitar esto no parece querer siquiera asomarse. No quiero pensar que quizá fue él mismo quien lo invitó.
Si Dios no vuelve pronto, el estercolero se agrandara, y pobres de nuestros hijos y nietos... Saludos
Quien blasfema de la Verdad solo merece desprecio.
El 1 de septiembre de 2019 el papa Francisco anunció que sería creado Cardenal el 5 de octubre de 2019.
En cualquier caso, es interesante que este señor ponga el foco en cambiar la doctrina inmutable de la Iglesia, con la cantidad de cosas prudenciales que se pueden cambiar sin ningún problema. Por ejemplo, ¿hay alguna enseñanza infalible de la Iglesia que diga que los cardenales deben cobrar un sueldo? ¿Por qué no empezamos por ahí? Mejor empecemos por reformar lo reformable, que ahí hay mucho trabajo, aunque temo que para muchos va a ser más intocable su bolsillo que la doctrina de la Iglesia.
En fin, como decía San Atanasio, "es un hecho, que ellos tienen los edificios, los templos; pero, en cambio, vosotros tenéis la fe apostólica".
Recemos por este señor y por toda la Iglesia, y gracias Bruno por el artículo.
Hace falta mas pruebas para renegar de esta jerarquía apostata ?
No mires lo que digo, sino a quien nombro.......
Pampeano: la racionalidad, actualmente, ya no se lleva; ahora ya rigen los sentimientos. El sentimentalismo ha triunfado sobre la razón. No hay lógica que valga, tocar la fibra es lo que interesa a los que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino para servir al mundo y a los poderosos que lo controlan.
San Antonio María Claret, Catecismo de la doctrina cristiana explicado y adaptado a la capacidad de los niños y adornado con muchas láminas, Herederos de la Vda. Pla, Barcelona, 1849, p. 372-374.
"Si ves colocado al frente de un pueblo a un mal sacerdote, has de afligirte, temer y pensar que quizás nuestros pecados han merecido tan horrendo castigo; pues que la Sagrada Escritura nos enseña que el mayor y más terrible de los azotes que Dios envía a un pueblo, es darle malos sacerdotes. Cuando la ira del Señor aún no ha llegado a su colmo, permite que las naciones se armen unas contra otras, que queden estériles los campos, que el hambre, la desolación y la muerte ejerzan su dominio sobre la tierra; pero cuando su justa indignación llega al exceso, envía el último y más atroz de sus castigos, permitiendo que ministros infieles, sacerdotes manchados, pastores escandalosos se coloquen entre los hombres. Entonces se verifica que las abominaciones del pueblo son causa de los malos sacerdotes y los malos sacerdotes son el mayor castigo con que Dios aflige al pueblo".
e-spacio.uned.es/fez/view/manes:l_t_3385
Lo que este cardenal dice es que ya no hace falta la Gracia y, por ende, ni la contrición, ni la confesión ni la penitencia y que, perseverar en el pecado, es lo mismo que la inocencia de los que murieron vírgenes e inocentes. La degradación es tal que rebaja a los inocentes y a los arrepentidos para ponerlos a la altura de los pecadores impenitentes porque, al fin y al cabo, todos somos iguales porque a Dios no le importa ni lo que hagamos ni cómo vivimos. Jesucristo murió por todos sin que nosotros tengamos que hacer nada para estar en Gracia de Dios porque ésta o no existe o es innecesaria. A no ser, claro está que pretenda que todos estemos en Gracia de Dios independientemente de lo que hagamos, por lo que: "por sus frutos los conoceréis" ya está obsoleto.
¿Cuál es el fruto de un adúltero, un sodomita o un picaflor que va de una a otra o de uno a otro? ¿Cuál es el bien que se desprende de esa conducta? ¿y qué quiere decir con la palabra amor?
creo que empezáis a ver que cada día estáis más fuera que dentro.
Eso no es malo, ya sabes que yo creo firmemente que fuera de la Iglesia sí que hay salvación; pero como diría el cansino de José Mota: "que lo estáis, lo estáis"
Habrá más declaraciones en un sentido semejante al del cardenal y aunque luego el Papa hará más digeribles para los tradis las conclusiones del sínodo, como hizo con las de la AL, será un pasito más en la dirección correcta (a mi juicio) y al final, yo no creo que lo vea pero llegará tus hijos es posible que sí lo vean), la Iglesia Católica Romana cambiará, como ha hecho siempre.
Rezar es lo único que podéis hacer porque no parece que os vayan a hacer caso y los clérigos que piensan como vosotros serán represaliados a su debido tiempo. Ya está sufriendo eso algún colaborador de esta página, sea con el silencio o con el destierro.
Y con los Institutos más tradis serán aún más duros. Sencillamente los silenciarán con una buena ración de misericordia.
Ya lo sabes, no tengo que decirte que yo pienso que es el camino correcto, pero lo veo como algo inevitable.
En fin, sigue rezando que tus oraciones se compensarán con las mías en sentido contrario y Dios sabrá lo que inspira a los futuros jerarcas de la Iglesia Católica Romana.
Yo por mi parte, disfrutaré del momento. Ya pasé mi fielato cuando JPII y como buen aficionado del Atleti, ganamos poco pero cuando lo hacemos lo disfrutamos a muerte.
Un saludo
¿No te parece de muy mal gusto preguntarte si determinada persona tiene o no relaciones sexuales?
¿A ti que más te da si una persona es virgen o no?
Yo por ejemplo, nunca me permitiría cuestionar si tú lo eres.
Son okupas que hay que desalojar.
Si al final, lo que estan demostrando es que Lefebre tenia razon.
Siempre lo mismo, siempre la última tontería que ha encontrado por ahí en una página anticatólica, siempre sin saber nada sobre lo que dice y siempre sin que venga a cuento. O bien es incapaz de participar en estas conversaciones o bien lo único que quiere es molestar, confundir y trollear. En cualquiera de los casos, no merece la pena.
"Con esta licencia, que don Quijote se tomara aunque no se la dieran, se llegó a la cadena y al primero le preguntó que por qué pecados iba de tan mala guisa. Él le respondió que por enamorado iba de aquella manera,
—¿Por eso no más? —replicó don Quijote—. Pues si por enamorados echan a galeras, días ha que pudiera yo estar bogando en ellas.
—No son los amores como los que vuestra merced piensa —dijo el galeote—, que los míos fueron que quise tanto a una canasta de colar atestada de ropa blanca, que la abracé conmigo tan fuertemente, que a no quitármela la justicia por fuerza, aún hasta agora no la hubiera dejado de mi voluntad. Fue en fragante, no hubo lugar de tormento, concluyóse la causa, acomodáronme las espaldas con ciento, y por añadidura tres precisos de gurapas, y acabóse la obra.
—¿Qué son gurapas? —preguntó don Quijote.
—Gurapas son galeras —respondió el galeote".
Yo no me estoy preguntando si determinada persona persona tiene o no relaciones sexuales, estoy hablando de los que son vírgenes: "Regina Virginum" dicen las Letanías y cómo tú no rezas no tienes que decirlo.
Pues no, no es de mal gusto, los hay que lo son y los hay que no lo son, los hay que pecan por no serlo y los hay que no pecan, según su estado.
Se pueden borrar los comentarios de Tamayo por una razón pero los de éste son aún más repugnantes.
Está hablando de represalias, se burla de algún bloguero y se refocila de la inmundicia en que estamos. Ni Satanás que entrará aquí lo haría en tono más hiriente.
He estado a punto de contestar al tal Hugo, pero me da pereza. Es como lavar a un burro, gasta uno jabón y tiempo. Pero vamos, os lo digo yo como joven y conozco a los jóvenes católicos (que son los que tienen hijos, familias y tal). El sueño del que habla Hugo, morirá. Esa iglesita es ñoña, fea y muy muy poco creíble. Hacer lo que hace todo el mundo no te hace exclusivo, te hace uno del montón. Y eso no es auténtico es una copia. Yo no lo compro
Si Hollerich dice herejías y sandeces y el Papa Francisco no le corrige será porque está de acuerdo, dado que la primera y principal obligación de un Papa es la de confirmarnos en la fe. ( Christus dixit ).
Si el Papa Francisco está de acuerdo con Hollerich muy mala cosa.
Si el Papa Francisco no nos confirma en la fe por no buscarse problemas y vivir tranquilo está mal , pero al menos no es tan grave como lo anterior.
Saludos
No mucho más. Ya viene la guerra a borrar toda la podredumbre. Cree el pobre que logrará cambiar la Iglesia de Jesucristo, fundada por el mismísimo Dios sobre la roca de san Pedro. Imposible. Y si no, que espere un poco más, cuando le sobrevenga el espanto de la peor de las guerras que jamás haya visto la humanidad entera. Ahí se enterará que hay un Dios sobre toda la tierra y que su santa Iglesia Romana es invencible. Pero ya será tarde. Le sucederá como al mal ladrón, que fue castigado en esta tierra y luego fue arrojado al infierno.
Pero haciendo una abstracción, y tratando de pensar como si fuera joven, a mi también me parece que no tiene gran cosa que ofrecer porque la culpa de todo la tenemos los viejos, ¿por qué no lo vamos a confesar? que hemos cedido demasiado y este señor es viejo.
El que se inventó a D. Higinio lo vio viejo porque ni modo que un joven dijera tantas tonterías.
Como verás el tal Hollerich es otro viejo, o eso es lo que parece, aunque tiene 14 años menos que yo, pero está fatal el hombre. Nació en 1958 y le cogió Mayo del 68 con diez años y muy cerca, por lo que debió perder el sentido de la realidad. Yo ya estaba trabajando y a mi aquellos señoritos de las barricadas me parecieron, como a los obreros franceses, niños de papá y los más listos han seguido viviendo de aquello, como Cohn-Bendit que tiene mi edad, y ahí sigue con sus cosas metido en política y viviendo de la mamandurria.
No nos hagas caso a los viejos, al menos por ser viejos, que poco tenemos que enseñar a nadie. Escucha a Dios y a quién sigue a Jesucristo que la falsedad habla por si sola.
Con ese nombre nos da la rima asonante para mandarle con recia expresión hispana a mandarle a otras funciones, y así nos deja en paz.
Gen 18:20-21 y 19:1-25; Lev 18:22 y 26-27, 20:13; Deut 23:17, 29:22; IRey15:12;
Isaías1:7.9-10, 3:9;
Jer 23:14; Eze 16:46-58; Amos 4:11; Sof 2:9;
Sab 19:13-17; Lam 4:6
NUEVO TESTAMENTO:
Mt 10:15; Mt 11:23-24; Lc 10:12, 17:28-30; Rom 9:29;
Rom 1, 24:27;
I Cor 6, 9:10; I Tim 1, 8:11; Gal 5, 19-21; Judas 7;
Ef 5, 5:7; II Pedro 2, 6:9;
Apoc 22:15
En el artículo aparece un enlace al lugar de donde yo tomé la traducción. Si quiere el original italiano, está aquí.
En cuanto a la afirmación anterior sobre su deseo de cambiar la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad, puede encontrarla aquí (en inglés). Afirma que solo se prohibían los actos homosexuales antiguamente porque creían que en el esperma estaba el niño entero y porque los actos homosexuales se producían en contextos idolátricos. Algo que es falso y que hay que ser un enorme ignorante para creer.
Que necesitamos una manera de ejercer presión hacia la jerarquía para que estas cosas tan desquiciadas ya no ocurran gratuitamente. La sensación de que en la Iglesia no tenemos derechos, es algo de lo cual muchos están muy convencidos. Algo de eso nos han inculcado, quizá debido a la santidad de muchos sacerdotes de otros tiempos.
¿Solo podemos ejercer presión con la oración?
A que no. No estamos acostumbrados, pero deberíamos empezar por ensayar algunas estrategias.
¿Siempre, absolutamente siempre, se ha de dar eso de que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la Luz?
Supongo que no, entonces ¿por qué no hacer "lío" ya?
Personajes como este son como su padre, el príncipe de la mentira.
Demostración palmaria de que cuando se abandona el orden sobrenatural se cae en lo antinatural, no en lo natural.
Podemos empezar por recoger firmas para que echen a este tío, para que hablen los obispos y terminen con el Sínodo alemán. Vamos a por ellos. Hay ponerles en un aprieto. ¿No querían sinodalidad? Pues vamos a por ella.
Bruno:
¿Te atreves a llevar la voz cantante? Eres laico y tenemos más libertad que los curas.
“En el Reino de Dios ninguno está excluido”
Dios Padre:
“Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los fornicadores, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el estanque que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte.” (Ap 21,8)
El Señor Jesús:
“¡Fuera los perros, los hechiceros, los fornicadores, los homicidas, los idólatras, y todo el que ama y practica la mentira!” (Ap 22,15)
(El "fuera" en la segunda cita es respecto a la Nueva Jerusalén, mencionada en el versículo anterior.)
Decía
'...
Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones.
Recuerdo una frase de Santa Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor. Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra.
...'
Que pasó? Pueden todos replicar esa carta por.todos los medios posibles?
Si bien anomia en ese pasaje es usualmente traducido como "iniquidad", "pecado" o "impiedad", percibo que una traducción exacta es importante particularmente en estos tiempos. Anomia es la condicion de alguien sin ley, sea porque la ignora sea porque la viola, y la posicion que algunos "pastores" muy visibles de la Iglesia han venido tomando desde 2014 (recordemos a Kasper) es precisamente ignorar voluntariamente, en el sentido de dejar de lado, normas fundamentales de la ley moral, convirtiendose así literalmente en "hombres de la anomia".
Dado que el concepto del "hombre de la anomia" está ligado al de lo que lo "está reteniendo" ("katejon") (2 Tes 2,6), me parece oportuno compartir una reflexión sobre este último. Dado que katejon es participio activo presente, debe referirse a una entidad que ya estaba actuando cuando S. Pablo escribió eso en 51-52 y que desde entonces ha seguido actuando ininterrumpidamente hasta ahora o a lo sumo hasta hace poco. En mi humilde opinion, el mejor candidato no es el imperio romano y sus sucesores cristianos sino el ministerio de los sucesores de los apóstoles en comunión con el sucesor de Pedro. Cuando éste último deja de ejercer su ministerio propio de alimentar las ovejas con la verdadera doctrina y de confirmar a sus hermanos en la fe, podemos pensar que el katejon ha sido sacado del medio.
[1] «Estamos llamados a anunciar la buena noticia, no un conjunto de normas y prohibiciones.».
www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=44741
Es decir, tenemos por obispos a una jauría universal de perros mudos que callan cobardemente ante la destrucción de la Iglesia.
Ellos, que tienen todo el día del CVII en la boca, no hacen caso a uno de los textos que merecen la pena de ese concilio. Está en Lumen Gentium 23:
23... Cada uno de los Obispos que es puesto al frente de una Iglesia particular, ejerce su poder pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios a él encomendada, no sobre las otras Iglesias ni sobre la Iglesia universal. Pero en cuanto miembros del Colegio episcopal y como legítimos sucesores de los Apóstoles, todos y cada uno, en virtud de la institución y precepto de Cristo, están obligados a tener por la Iglesia universal aquella solicitud que, aunque no se ejerza por acto de jurisdicción, contribuye, sin embargo, en gran manera al desarrollo de la Iglesia universal. Deben, pues, todos los Obispos promover y defender la unidad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia, instruir a los fieles en el amor de todo el Cuerpo místico de Cristo...
Ni caso, oigan.
Bah, ¡¡¡cobardes!!!
Sálvanos, Señor, que perecemos.
"Que pasó? Pueden todos replicar esa carta por todos los medios posibles?"
Hermano: estos hermanos y pastores nuestros, afiliados a la diabólica confusión, en palabras del Señor: 'aunque se les aparezca un muerto', no creerán ni cambiarán.
Bien sabes que son diestros en el viejo arte del camaleonismo doctrinal: bajo Juan Pablo y Benedicto eran dechados de ortodoxia y moralidad, derribadas las trancas de la fidelidad papal ya pueden pecar, mentir y ofender al Señor y a Su Pueblo abiertamente y a sus anchas. Y tienen patente de corso 'desde arriba'.
Y que ese hecho mueva menos escándalo que el que un niño diga que el emperador está desnudo es lo realmente grave.
Creo que no va a haber un acuerdo en torno de este tema: asumo que la cosa se va a resolver en un cisma, una iglesia oficial muy importante organizacionalmente sin muchos fieles y otra, pequeña, pero con más fieles - a la que el mundo va a acusar de hipócrita y falsa por sus exigencias.
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