Veinte años de la archidiócesis de Bostón
Hay cosas que ya no me sorprenden y no se me ocurre nada más triste. He leído un interesante artículo del Boston Globe en el que se hace balance de las últimas dos décadas, durante las cuales el cardenal O’Malley ha estado al frente de la archidiócesis de Boston. En el artículo se describen esos veinte años como muy positivos e incluso, en palabras de un profesor de la universidad jesuita Boston College, se dice que “el cardenal O’Malley ha sido un regalo de Dios”.
Para el autor del artículo, el balance positivo se debe sobre todo al tratamiento por el cardenal del tema de los abusos que se habían dado anteriormente en la archidiócesis, una labor que aparentemente justificará que O’Malley sea “recordado” en el futuro y que le valió entrar a formar parte del pequeño grupo de cardenales que aconseja al Papa Francisco. No conozco ese tema, así que no voy a meterme en él, más que para señalar que, como ya es habitual, los 170 millones de dólares (probablemente muchos más) que oficialmente ha pagado la archidiócesis en diversas indemnizaciones no salieron del bolsillo del cardenal ni tampoco de los curas abusadores, sino de los donativos de los fieles. Es decir, una vez más pagaron justos por pecadores.
Sea como fuere, creo que es más conveniente que nos fijemos en otra cuestión que también se trata en el artículo y me parece más importante aún: en los veinte años del cardenal al frente de la diócesis, la asistencia de católicos a Misa en Boston se ha reducido a menos de la mitad. En 2003, unos 316.000 católicos participaban semanalmente en la Misa, mientras que en 2022 esa cifra no llegaba a los 127.000. Supongo que es posible que este año pasado haya subido un poco el número, una vez que se han dejado completamente atrás los efectos de la pandemia, pero aunque hubiera subido un diez o incluso un increíble veinte por ciento, aún no se alcanzaría la mitad de los católicos que asistían a Misa cuando el cardenal llegó a la archidiócesis.
En ese mismo tiempo, además de haber perdido a más de la mitad de los católicos practicantes, se han cerrado casi la mitad de los colegios católicos y un centenar de parroquias (en torno a un tercio del total). ¡En solo dos décadas! Habría que retroceder a la peste negra, a las invasiones bárbaras o a una de las grandes persecuciones para encontrar una caída semejante. Con el agravante de que esos fieles desaparecidos no han muerto cristianamente ni han sido obligados a apostatar, sino que se han marchado de la Iglesia porque han querido.
En el artículo-entrevista, por desgracia, y eso es lo que no me ha sorprendido, pero sí entristecido, no hay ningún rastro de admisión de responsabilidad por esta hecatombe. La culpa, según parece, es de la secularización o de los abusos sucedidos antes de su pontificado, que sin duda habrán tenido su efecto, pero lo curioso es que no hay ningún mea culpa, como si el pastor no tuviera nada que ver con el hecho de que más de la mitad de sus ovejas hayan sido devoradas por los lobos.
Me gustaría pensar que el cardenal sí que ha hablado largamente de esa responsabilidad suya y que, por alguna razón, el periodista ha olvidado reseñarlo, pero la experiencia me dice que eso no sucede prácticamente nunca. No hace mucho hablábamos de otra diócesis norteamericana, la de Brooklyn, en la que ha pasado algo similar en las últimas décadas, sin que sus pastores expresaran tampoco el más mínimo sentimiento de culpa o responsabilidad por ello (Cuando las barbas de Brooklyn veas pelar). Vivimos en una época adolescente, en la que nadie se hace responsable de nada, algo que es especialmente triste entre católicos, que deberían haber aprendido de pequeños a empezar cada Misa diciendo “yo confieso… que he pecado mucho… por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”.
Tiendo a creer que, mientras no se proclame una “gran penitencia” de toda la Iglesia, las cosas no podrán cambiar a mejor. Del mismo modo que la conversión y el perdón de los pecados de cada uno requieren decir nuestras culpas al confesor, para salir de esta crisis la Iglesia necesita reconocer públicamente que, a menudo capitaneados por nuestros pastores, nos hemos apartado de la fe y de la voluntad de Dios para seguir al mundo en su locura. Pero como esto no se hace, seguimos hundiéndonos en la crisis más y más, hasta que finalmente Dios se vea obligado a enviarnos una persecución purificadora.
A fin de cuentas, si no hay pecado, no puede haber conversión y, si no hemos hecho nada mal, ¿por qué deberíamos cambiar nada? El mismo cardenal parece pensar algo parecido a esto, porque no pierde la ocasión de elogiar Fiducia supplicans, con la que el Papa “nos dirige hacia una mayor misericordia”, y ofrece su opinión de que, sea lo que sea lo que la Iglesia decida sobre la ordenación sacerdotal, “lo importante es que las mujeres desempeñen más funciones de liderazgo en la Iglesia”. Me resulta especialmente difícil comprender esta forma de pensar, según la cual lo que conviene es continuar haciendo las mismas cosas que han hundido a la Iglesia en todo el mundo occidental y que han causado esa desbandada de fieles en su diócesis y en otras mil. Como si lo que necesitáramos fuera plegarnos más a la inmoralidad mundana y aguar aún más la fe. En palabras de un simpático comentarista: “Capitán, tenemos una vía de agua y el barco se está hundiendo". “Pues abrid más agujeros para que el agua pueda salir".
A eso se suma una idea que también se encuentra por todas partes cuando hablan prelados y religiosos: somos menos pero mejores. Para el cardenal, aunque hayan desaparecido la mitad de los católicos practicantes y los colegios católicos y un tercio de las parroquias, eso es culpa de los católicos de antes y el descenso “muestra la debilidad de un catolicismo cultural, que está siendo sustituido por una religiosidad más intencionada”, porque “la gente hace una elección; ya no son católicos simplemente porque son irlandeses o italianos”.
Si la idea de seguir igual por el camino hacia el abismo me resultaba difícil de comprender, esta me parece tan absurda como negar el principio de no contradicción. ¿Quién, en su sano juicio, puede pretender que ahora somos mejores? La generación de la apostasía, en la que la inmensa mayoría de los católicos que aún quedan viven expresamente al margen de la moral de la Iglesia y no creen la mitad de sus dogmas, ¿esa es la generación que es realmente católica? La generación de la apostasía, que no solo no es capaz de evangelizar, sino que ni siquiera puede mantener la fe de los que ya son católicos, ¿esa es la generación que es realmente católica y tiene una “religiosidad más intencionada”? Los clérigos que dejan que sus ovejas sean devoradas a miles por los lobos, ¿esos son los clérigos verdaderamente católicos? Los religiosos cuyas órdenes se han derrumbado por completo, ¿son ejemplos de religiosos auténticos? La época en la que, cuando todo un Papa dice barbaridades contrarias a la fe en sus documentos, la gran multitud de los obispos no se atreven a chistar, ¿esa es la generación de fe y verdaderamente católica? Desde luego, el que no se consuela es porque no quiere.
No es mi intención centrarme en criticar al cardenal O’Malley, que seguro que tendrá muchas cosas buenas y, como los obispos de Brooklyn que mencionábamos en el artículo anterior, ciertamente no es de los peores prelados de la Iglesia. Creo, sin embargo, que es importante mencionar casos como el que estamos analizando, porque estas reacciones ante la tremenda crisis de la Iglesia que hemos visto en el artículo son prácticamente universales y muestran que nuestros prelados, religiosos y sacerdotes, con honrosas excepciones, viven fuera de la realidad más evidente. Temo que, mientras no sean capaces de mirar de frente a la verdad de las cosas a la luz de la fe, por muy dura que sea esa verdad, será imposible tomar de vuelta el camino a casa y seguiremos perdidos en tierra extraña, ansiando llenarnos el estómago con las bellotas que comen los cerdos.
97 comentarios
Lejos de tratarse de un "escándalo de dimensiones inconcebibles", lo que publicó el Boston Globe fue una investigación sobre cinco sacerdotes. Y los abusos que se han encontrado después son a grandes rasgos equivalentes a los que se dan también entre profesores, pastores protestantes, rabinos y los propios familiares de víctimas, pero, claro, siempre produce más morbo cuando es un sacerdote, y el mundo, que odia a la Iglesia, gusta de publicitar unos casos mientras hace la vista gorda sobre otros, a la vez que pone tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias.
Sin embargo, coincido en una cosa con el mundo en esta ocasión: son mucho más graves los abusos realizados por sacerdotes por ser quién son. Y, a mi juicio, debían haber sido castigados sumariamente con la pena de muerte, con perdón de las ideas del Papa Francisco sobre esa cuestión.
Dicho eso, por favor deje de desviar el tema, que, como se explica claramente en el post, no es ese.
Por cierto, nueva entrevista de Su Santidad. Espero una nueva coz a la doctrina bajo el manto de la misericordia. En fin, que Dios nos asista
"Un pastor que elogia Fiducia Suplicans no puede ser de lo menos malo de la Iglesia"
Je, je. Es que el listón está muy bajo.
Por otro lado, lo que he dicho no es que sea "de lo menos malo", sino "no es de los peores prelados", que es algo muy distinto y, a mi entender y vistos por ejemplo los obispos alemanes, creo que está claro
"Lo que me parece una barbaridad es que hayan diocesis con 170 millones de dolares en el banco"
Bueno, creo que vendieron de todo, incluido el seminario.
¿Entonces no tienen seminario? ¿O vendieron un inmueble donde se alojaba el seminario y, al tener tantas vocaciones, hubo que comprar otro más grande para albergarlas?
"Excelente" obispo debe ser si lo primero, carca y retrógrado si lo segundo. El modernismo es el suicidio del cristianismo, donde llega arrasa con las vocaciones y la fe.
Pero el mundo moderno no deja de alejarse de Dios en una senda de radicalización anticristiana y contraria a la naturaleza. Por ejemplo, la exaltación de la sodomía era inimaginable en los años 60 del pasado siglo y hoy se ha convertido en obligatoria.
En realidad, cuando uno se equivoca de camino, cualquier persona sensata vuelve atrás para retomar el camino correcto. No se empecina en alejarse cada vez más del punto de destino.
Errar es humano, perseverar en el error es diabólico.
"(...) mientras no se proclame una “gran penitencia” de toda la Iglesia, las cosas no podrán cambiar a mejor".
Cada vez más de acuerdo con esto. Me gustaría empezar aplicándolo en mí. Pero no sé por dónde empezar y mi corazón no es muy inclinado a la penitencia.
Aunque yo diría que en USA el paso del catolicismo a otra denominación cristiana debe ser más frecuente que en Irlanda, donde se pasan màs al ateísmo o indiferentismo antes que hacerse protestantes.
Tambien con la calefacción.
Hacer penitencia es negarse a si mismo en muchos gustos o en hacer nuestra propia voluntad.
Pequeñas cosas que nos negamos pueden valer mucho, si se hacen ofreciendolo a Dios, y es como una gimnasia espiritual que nos mantiene en forma.
El prójimo es la más grande fuente de penitencia, y la más heroica muchas veces.
"¿Entonces no tienen seminario? ¿O vendieron un inmueble donde se alojaba el seminario y, al tener tantas vocaciones, hubo que comprar otro más grande para albergarlas?"
Vendieron todas las propiedades que pudieron, incluidos los terrenos, la biblioteca y parte de los edificios del seminario, que, por cierto, terminaron comprando los jesuitas, creo, pero parece que conservaron un edificio.
En cuanto a lo de las vocaciones, no es fácil de determinar. El seminario que mencionaba antes ahora es interdiocesano, según la moda que tanto le gusta al Papa. Y cuando uno intenta buscar el número de seminaristas de la archidiócesis al principio parecen bastantes, pero luego se da cuenta de que a) no todos los "seminaristas" son lo que llamamos seminaristas, sino que cuentan a chicos que están interesados pero aún no han entrado al seminario propiamente dicho y b) buena parte de los verdaderos seminaristas, si no la mayoría, corresponden al seminario Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal, que cuentan como diocesanos pero no son vocaciones suscitadas en la propia diócesis, sino que vienen de fuera. Así que no lo sé, pero no parece que la situación sea como para echar cohetes.
De otro lado, todos los obispos deben de responder de esta omisión de sus disciplina que ha implicado el empobrecimiento personal, patrimonial y económico de una diócesis.
Los obispos saben que por muy mal que sea su gobierno y aunque tengan que pagar 200 millones a costa de venderlo todo, seguirán formando parte de la Iglesia conservando su oficio.
¡Qué gran hallazgo literario para retratar la situación!
"Siguiendo la lógica de considerar que la disminución del número de católicos implica un aumento de la calidad de los mismos, podríamos llegar a la conclusión de que si la diócesis solamente tiene un único católico, entonces éste es verdaderamente equivalente a la piedra filosofal de la pureza y perfección absoluta, o sea que casi casi es un Dios..."
Gran principio teológico. Se lo paso a los amigos de la Caverna, para que le den la publicidad que merece.
"toda la situación de la Iglesia hoy en día"
Eso es lo que importa. La mayoría de nosotros vivimos lejos de la archidiócesis de Boston, pero como ejemplo de algo que está pasando en toda la Iglesia, su caso nos interesa a todos.
Tenemos que rezar mucho por nuestros obispos.
El caso de Boston tiene variantes en todo el globo terráqueo. Y el problema tiene muchas aristas, pero que el Obispo sea un problema o EL problema, lo hace todo mucho más "problemático". Si el "episcopo" falla cómo estará todo lo demás.
¿Será que no existen sacerdotes lo suficientemente sabios y santos como para ser episcopables? ¿O la Iglesia está condenada a promover sólo a trepas sin fe y de la propia cuerda ideológica, como sucede hoy en nuestra zaherida Iglesia?
"Me gustaría empezar aplicándolo en mí. Pero no sé por dónde empezar y mi corazón no es muy inclinado a la penitencia"
Je, je. Ninguno de nuestros corazones está inclinado a la penitencia. Por eso se llama "penitencia" y no "pasarlo bien". A eso se suma que la sana penitencia es otra de esas cosas que, simplemente porque sí, se han echado por la borda en la Iglesia en las últimas décadas, contra la tradición de siglos, así que no nos han catequizado en ellas.
Por suerte, o mejor dicho, providencialmente, la semana que viene empieza la Cuaresma, con el ayuno del Miércoles de Ceniza (que, sugiero, debería hacerse de verdad, es decir, sin comer nada de nada, por mucho que las normas aguadas actuales permitan prácticamente comer lo mismo que los demás días). Como dice Argia, no hacen falta grandes cosas. A Dios le gusta lo pequeño y tiene la asombrosa costumbre de darle un valor eterno.
Tanto los alemanes como los defensores de Fiducia (y sus promotores) son iguales.
Por cierto, no estaría mal un post con una propuesta cuaresmal exigente. El hecho de "ayunar" de la forma que se hace el miércoles de ceniza y el viernes Santo y la abstinencia de carne los viernes me parece muy blandurrio. Básicamente porque yo los viernes me da igual comer carne y otra cosa.
No estaría de más retomar la costumbre de no comer carne ni gun viernes del año
Bruno, dices que no nos han catequizado en ls penitencias, pero la realidad es peor, porque con esas normas aguadas actuales, nos catequizan a dejar todo tipo de penitencia. Yo recuerdo que al comienzo de mi conversión era mucho más fervoroso e inclinado a las penitencias, pero nunca recibí guía ni apoyo de un buen clérigo, y al final esas normas aguadas pudieron más y me fueron convenciendo de abandonar ese entusiasmo por la penitencia, y buscar disfrutar de todo lo que brinda el mundo con moderación, lo que es la puerta ancha para abandonar la moderación.
En inventarnos excusas para nuestros pecados y nuestros fracasos somos insuperables.
¿Seminario interdiocesano? No soy la persona más formada, en teología, lo se, pero la ciencia profana no me es del todo desconocida y lo que debe hacerse es disminuir el número de obispos: las diócesis que no tienen suficiente católicos practicantes deben ser absorbidas por otras, o quizás un nombre más políticamente correcto seria tener "obispos interdiocesanos".
Eso debe hacerse antes de malvender todo y liquidar la los bienes de la Iglesia y eliminar seminarios. Soy mal pensado, alguien está siendo beneficiado con estad ventas.
Un abrazo.
Mientras haya dinero en las arcas, nos van a controlar y domesticar estos jerarcas que se eligen entre ellos con la avenencia de los poderosos. En Gerona no hay obispo porque nadie de ellos quiere ir a una diócesis arruinada moral y económicamente. Cuando todo sea como Girona, las cosas irán mejor porque peor es imposible.
Es garantía de .....
eh.....vamos a ver ...ehhh....
No me sale la palabra....
¿Alguien me puede ayudar,?...
"En Gerona no hay obispo porque nadie de ellos quiere ir a una diócesis arruinada moral y económicamente. Cuando todo sea como Girona, las cosas irán mejor porque peor es imposible"
Sí. Cuando no nos convertimos voluntariamente, al final Dios termina por convertirnos a la fuerza, mediante persecuciones, pobreza y sufrimientos.
Por lo demás, igual que hay gente que odia a la Iglesia, tampoco estaría de más que ésta dedicase apologetas a desenmascarar a abusadores de otras confesiones. Qué menos que defenderse incluso señalando, digo yo...
En cuando a la petición de pena de muerte, tampoco es el tema del post, pero ya que lo saca, le recuerdo que no va simplemente "contra las ideas" del Santo Padre, sino de (juraría) la gran mayoría de católicos, no sé si le parecerá a usted "cronolatría" o algo así. Pero bueno, no es el tema.
¿Existe alguna?
Por cierto Bruno lei por kendle el libro San Atanasio contra el mundo, muy bueno ¿era tuyo, no?
Hoy se multiplican ante nuestros ojos como la hierba mala. Queda claro que no fueron elegidos de manera accidental... Muchos de ellos se cuidaron muy bien de esconder sus verdaderas convicciones mundanas y heréticas durante los pontificados de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI.
"Por sus frutos los conoceréis...". (San Mateo 7,16).
"Necesitamos pastores Santos como San Atanasio"
Amén. Recemos para que Dios nos los dé.
"Por cierto Bruno lei por kendle el libro San Atanasio contra el mundo, muy bueno ¿era tuyo, no?"
Yo solo lo traduje, lo escribió una monja escocesa. La vida de aquellos santos padres era más emocionante que la mejor de las novelas.
En cualquier caso, la editorial siempre agradece la amabilidad de poner una reseñita en Amazon, cuando buenamente se pueda.
"Eso es un balance positivo, pero aquejado de ¨proselitismo¨"
Je, je. Muy bueno. Y también muy significativo que, a buena parte de los eclesiásticos de hoy, la vida de los santos les avergüence, en vez de gustarles.
Soy una oveja perdida y encontrada, me perdí precisamente por esa basura inmunda de relajar las normas, crecí sin conocer los dogmas de la iglesia, sin saber defender la fe, sin conocer acerca de los milagros, y pensando que la iglesia era una institución con un pasado corrupto sin nada rescatable. De no ser por la tradición, la apologética, los milagros, la Virgen María, la ortodoxia, etc. No habría vuelto a la verdadera fe.
Si da igual tomarse la fe en serio que tomársela a broma. ¿para qué me la voy a tomar en serio?
Si da lo mismo ser católico que un ateo fornicador porque igual todos van al cielo ¿para que voy a sufrir si es mas fácil ir con el mundo?
Esos que dicen que la tradición y la ortodoxia alejan a la gente y matan la fe, no podrían estar más equivocados. Y mi impresión es que lo dicen porque están tan embarrados de pecado, que se engañan a sí mismos pensando que se van a salvar sin arrepentirse; no es que la rigurosidad aleje a la gente, es que gente como tú quiere vivir en pecado, PUNTO.
Era una persona que vivía en cierto concubinato. Logré convencerla de que fuera a confesarse, y el resultado fue peor; porque el sacerdote le dijo que podía comulgar; si el sacerdote le dice que puede comulgar y yo le digo que no puede, ¿a quien le va a creer? al principio esta persona se tomó su "conversión" más en serio, pero luego con el tiempo dejó de darle importancia.
A fin de cuentas en las misas lo único que se escucha es que tal o cual cosa es mas importante que la Eucaristía, tal o cual otra es mas importante que ir a misa; que darle mucha importancia a la fe es fanatismo, seguir la ley de Dios es fariseísmo. No se habla de nada sobrenatural, y si se habla es para ponerlo en duda. Bajo esas circunstancias ¿quién va a querer ir a misa y seguir siendo católico?
Luego en el mundo todo lo que ves y oyes es para darte motivos de no ser católico. Si nos alejamos de los sacramentos y nos relajamos en el mundo, el mundo nos arrastra hacia la perdición destruyendo nuestra fe. Así de cruel es el mundo, un enemigo traidor que paga la confianza que le das con la eterna condenación.
Una vez en el confesionario salió el tema de mi condición, casado por la iglesia, pero que mi mujer me dejó. El cura me preguntó, literalmente: "¿tienes ya pareja?".
"De qué, de gorriones o de canarios", me salió responderle.
Oiga!!! Qué es ese lenguaje en un sacerdote de Cristo! Así está el tema. Habrá que rezar mucho por ellos porque están siendo machacados por arriba y por abajo. Otro asunto es el de los que ya entraron al seminario con taras ideológicas o ambicionando "cositas chulas", que diria la ministra tucán
Sí, todo lo friki que quieras pero tú bien que te empapas con lo que se escribe por aquí. Pudiendo irte al Forocoche o al chat del Marca no sé qué haces en un blog católico. En el pecado -piensalo- llevas la penitencia.
Y por extensión, ¿Qué responsabilidad tiene en que baje la asistencia dominical un 25 o un 40% en 20 años? La responsabilidad admite grados. Y que sea compartida entre varios actores. El cristiano, o las masas de cristianos, que dejan la Misa escojen el pecado frente al amor al Señor y es suya y en un grado elevado la responsabilidad. Concluyo: creo que tienes que matizar tus afirmaciones. Un comentario: estoy de acuerdo que es una estupidez decir que los pocos que vamos somos los mejores. Somos igual de pecadores. Toca siempre ser humildes.
La mayoría de la gente que conozco no se ha planteado nada, ni siquiera si es increible o no por su inmensa ignorancia sobre la Fe. Se puede vivir sin Fe, desde luego, porque no es un instinto básico razón por la cual ni se lo plantean, pero no plantearse algo no significa que sea increible, significa solo que dejo al margen esa cuestión.
Si fuera gnóstica estaría de acuerdo contigo porque para ellos la chispa divina es solo para los elegidos, como no lo soy lo que advierto es que hay una peligrosa tendencia de vivir al margen de Dios.
Los problemas del terrorismo durante generaciones no llevan a la conversión sino al cinismo. Lo que has hecho, lo que has tenido que tolerar como bueno siendo malo, consiguen cambiar estructuras del pensamiento donde Dios ya no tiene cabida. La destrucción del catolicismo en el País Vasco es terrorífica, pero es que allí la inmensa mayoría tuvo que justificar los crímenes de ETA por su nacionalismo, de manera que necesitarían una conversión radical y darse cuenta que se han pasado la vida justificando el asesinato indiscriminado hasta el de Hipercor y eso es una sacudida sísmica.
A mi me tocó contemplar algo que pone los pelos de punta: el 12 de septiembre de 2001, cuando fui a tomar el autobús escolar, me encontré a los niños saltando de contento y dando vivas a Ben Laden. Esos niños, de alrededor de nueve años, tendrán ahora 32. Imagínate lo que habrían oído en su casa el día anterior para que estuvieran tan eufóricos. A mi aquello me pareció el Infierno de Dante.
"¿Porque tiene que tener responsabilidad un obispo por la caída en picado del número de feligreses? Mi ejemplo personal..."
Buena pregunta. Por supuesto, cada persona es libre y tiene su propia responsabilidad, que nadie le puede quitar. Ni siquiera Dios, que es un caballero, se la quita.
Dicho eso, no todo el mundo tiene el mismo grado de responsabilidad. Pepe Fernández, de profesión contable, casado y con dos hijos, tiene una gran responsabilidad por lo que le suceda a sí mismo y a su familia, pero muy poca responsabilidad por lo que le suceda a su diócesis (aunque alguna sí tiene). ¿Quién es el responsable principal de una diócesis? El obispo. Eso es lo que significa ser obispo, que ha sido llamado por Dios específicamente a pastorear esas ovejas. Luego, en principio, si se pierden la mitad de esas ovejas, la responsabilidad es del pastor. De otro modo, ser pastor no significa nada.
Puede haber circunstancias que atenúen esa responsabilidad o, en algún caso extremísimo, que la anulen. Por ejemplo, si vienen los vándalos y pasan a espada la diócesis del obispo, puede que el pobre no pudiera hacer mucho. Pero no es el caso.
Es normal que haya algunas personas que se vayan de la Iglesia, porque son libres, pero si voluntariamente se van más de la mitad de tus ovejas, algo estás haciendo fatal. O más probablemente, estás haciendo fatal muchas cosas. Y lo que se impone, antes que ninguna otra cosa, es asumir esa responsabilidad: yo soy responsable de esto. Yo debía haber puesto los medios para que no sucediera, y no lo he hecho. Eso es lo que hace un hombre (y lo que no hace un adolescente), no pretender que la culpa es del pasado y de cualquiera menos él. Después, puede decir que son tiempos difíciles, que las cosas son complicadas y no sabía qué hacer y lo que quiera, pero sabiendo que eso no le quita responsabilidad, porque en ese caso lo que debía haber hecho era renunciar a su cargo.
La culpa correspondiente será mayor en el caso de algunos obispos (que no han hecho nada para evitar la pérdida) y menor en otros (que han hecho de todo y se han gastado y desgastado por sus ovejas), y de eso no juzgamos porque es algo que solo sabe Dios, pero responsabilidad siempre la hay, por razón de la misión que se les ha encomendado. Dios quiera que el card. O'Malley sea de los primeros.
Por supuesto que no es únicamente responsabilidad suya, sino que también tienen responsabilidad muchos otros, como por ejemplos los sacerdotes de su diócesis, pero la responsabilidad principal es suya y si esos sacerdotes no hacían lo que debían era responsabilidad suya que lo hicieran. O echarlos y, si fuera necesario, pastorear solos la diócesis. Ha habido obispos que han evangelizado ellos solos una diócesis nueva, mientras que muchos lo que hacen ahora es, en la práctica, desevangelizarlas, tolerando la heterodoxia, dando a los fieles una enseñanza aguada de la doctrina católica y dedicándose a absolutamente todo menos a evangelizar, desde la ecología hasta la política, las reuniones interminables, los planes y documentos que nadie lee, la fraternidad al margen de Cristo, el diálogo interreligioso, la adulación constante al Papa, todas las modas mundanas del momento y un larguísimo etcétera.
Seamos brutalmente sinceros. La parábola de los talentos ya no nos llama la atención, porque estamos muy acostumbrados a oírla, pero es una de las páginas más terribles de todo el Evangelio y, si yo fuera un obispo, me causaría una inmensa preocupación. La gran mayoría de los obispos actuales ni siquiera son como el siervo que fue durísimamente castigado porque se limitó a conservar el talento recibido, sino que han ido mucho más lejos y han perdido ¡la mitad! de los numerosísimos talentos recibidos. ¿Qué merecerán ellos, si el siervo que al menos conservó el talento oyó estas palabras: "Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes"?
Todo esto es de cajón y nadie lo dudaría si no fuera porque vivimos en una época adolescente en la que nadie se responsabiliza de nada. Las cosas simplemente "suceden" y nadie tiene responsabilidad. Cuando veo que los obispos, después de perder talentos a mansalva, no hacen más que felicitarse unos a otros y continuar por el mismo camino sin la más mínima inquietud, no puedo evitar sospechar que, en realidad, no creen en el Juicio. No encuentro otra explicación.
La Iglesia está sumida en una crisis muy, muy profunda y la mejor muestra de que así es reside en que la mayoría de los católicos, incluidos obispos, sacerdotes y religiosos, ni siquiera son conscientes de ello a pesar del claro signo de la apostasía masiva, porque no tienen suficiente fe para verlo. Dios tenga misericordia de nosotros.
Ezequiel 3,18
"Cuando yo diga al malvado: "Vas a morir", si tú no se lo adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, y de esa manera salve su vida, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre."
(El Obispo tiene que advertir a los fieles sobre lo que está mal)
San Mateo 23,13
"¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran."
Jeremías 23,2
"Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-."
Ezequiel 34 (Todo el capítulo)
En Ezequiel 34, queda claro que ambos tienen responsabilidad, tanto la oveja como el mal pastor. Porque la primera parte del capítulo el Señor reprende a los malos pastores, y la segunda parte del capítulo reprende a las ovejas, y de como incluso unas ovejas son responsables de la perdición de otras por su mala conducta.
Palabras de Cristo:
San Lucas 11,23
"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."
2 Corintios 6,14
"No tengan relaciones indebidas con los que no creen. Porque, ¿qué tienen en común la justicia con la iniquidad, o la luz con las tinieblas?"
2 Juan 10-11
"Si alguien se presenta ante ustedes y no trae esta misma doctrina, no lo reciban en su casa ni lo saluden. Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras."
Efectivamente, hay mucha gente que no piensa demasiado en cuestiones de religión pero eso también se ha podido decir siempre de los "creyentes". La mayoria de los creyentes lo han sido siempre porque serlo es lo que toca, lo aceptado socialmente (piensa en la España de hace 40 ó 50 años). Cuando desaparece esa presión social, muchos dejan la Iglesia también sin pensarlo demasiado. Pero aún esos que no piensan demasiado, sí que piensan de vez en cuando en cuestiones de religión, cuando surge en alguna conversación, cuando van a un bautizo o una boda... Y si hace 50 años aceptaban de manera natural el pecado original, el infierno, etc. ahora no lo aceptan, les parece increíble.
Y, como decía, eso no es culpa de los obispos sino de que la mentalidad de la sociedad en general ha cambiado y se ha hecho más crítica.
Evidentemente la historia y la religión se han puesto patas arriba como resultado del interés progresista de avanzar sin mirar atrás, pero la actualidad tiene que ser aceptada a pies juntillas.
Se aceptó a ciegas la vacuna, se acepta a ciegas que todo lo que no sea progre es facha, se acepta a ciegas el aborto, la eutanasia y el LGTBI y ni siquiera que no se pueda definir lo que es una mujer alarma a nadie. ¿Dónde ves tú la crítica?
Todos los ateos que entran aquí nos critican a nosotros por tener Fe, pero la fe en los gobiernos progresistas nunca ha sido puesta en cuestión por ninguno de vosotros.
El otro día una señora a la que le preguntaron por quién votó en las últimas elecciones dijo que por el PSOE, como siempre, y el periodista, un tanto asombrado, le dijo que si no contemplaba la posibilidad de de que el gobierno del PSOE lo hiciera muy mal, a lo que ella contestó que por muy mal que lo hiciera, y aunque llevara a España al desastre, ella no podía votar "fascista". ¿Te parece que la señora fue muy crítica? Pues hay millones de personas como ella.
El nivel de credulidad va in crecendo, la religión está mal vista por los estados que no cejan en dejarla como algo destinado a incultos y supersticiosos, y la gente lo acepta, no porque sea crítica sino por todo lo contrario.
Si creéis que la religión tenía muchos adeptos porque todos eran borregos la progresía ha heredado con gusto a esos mismos borregos que, por apoyarles a ellos, ¡alehop!, "s'han tornat bons", que diría un catalán, y ahora los borregos son cultos y críticos, o eso es lo que les dicen. No sabemos las "verdades" que te hayas podido tragar acríticamente porque siempre hablas de nosotros y tú quedas al margen.
En cambio las democracias, que supuestamente van de abajo a arriba, han descubierto que las masas acríticas son mucho más manejables y que, poniéndoles a la fachosfera por delante, aceptan cualquier cosa, por lo tanto el problema del acriticismo se ha desplazado de la Iglesia al Mundo.
Los jóvenes que ponen en cuestión lo que el estado les da son tan pocos como los católicos que quedamos dentro de la Iglesia.
Si miras en Youtube ves que, efectivamente, hay jóvenes que sí se dan cuenta de la maniobra, pero son tan pocos como los católicos que vamos a Misa.
Naturalmente al gobierno del PSOE no le interesa la verdad porque el Imperio Español no se puede entender sin el Catolicismo y, ante eso, es preferible decir que nuestros antepasados fueron unos genocidas que no reconocer que, por influjo de la Iglesia, se pudiera hacer algo bien. Tampoco es casual que tal cosa suceda ahora, cuando el predominio anglosajón se tambalea, pero el gobierno todavía está sujeto al vasallaje. El día en que los chinos hundan a los anglosajones éstos darán cuenta de su historia, pero para eso hace falta tiempo.
El Imperio Español fue atacado desde el principio, el de los anglosajones solo rendirá cuentas cuando termine porque nadie les inventó una Leyenda Negra y han sido los dueños de la historia y mejores propagandista que Goebbels.
Ahora mismo una multitud se agolpa ante mis ventanas por ser Carnaval, pero el Carnaval tenía sentido antes de la Cuaresma, sin ella el Carnaval da más pena que gloria porque será sucedido por el Mes Gay, en junio, y luego por otra cosa del mismo tipo en una sucesión de ininterrumpidos festejos desprovistos de sentido alguno. Y, además, tienen que cubrir la falta de festejos taurinos, de campeonatos de boxeo, de partidas de caza, de teatros con carteleras atractivas, de deportes populares (da pena ver el frontón de pelota de mi pueblo totalmente abandonado) ...porque ya solo queda eso o Netflix. Progresamos adecuadamente hacia un mundo transhumano.
Ateos que hacen eso no pueden venir dónde nosotros a decirnos nada porque nosotros no decimos que Dios sea objeto de estudio de la ciencia, pero la genética y la biología son ciencias, humilladas y achantadas por la ideología progre.
La postura lógica de un ateo materialista sería decir: "La biología, la genética y todas las ciencias muestran bien a las claras que esta persona es un hombre y no podemos ir más allá porque nos metemos en un terreno en el que la ciencia no puede decir nada y si la ciencia no puede decir nada es que no existe". ¿Dicen eso? No, se callan, porque están todos callados.
Lo mismo se puede aplicar al que se niega a creer en el infierno.
Para esas dos existencias, tarde o temprano todos creen, lo triste es que la mayoría cree cuando ya es demasiado tarde.
"La mayoria de los creyentes lo han sido siempre porque serlo es lo que toca, lo aceptado socialmente (piensa en la España de hace 40 ó 50 años). Cuando desaparece esa presión social, muchos dejan la Iglesia también sin pensarlo demasiado. Pero aún esos que no piensan demasiado, sí que piensan de vez en cuando en cuestiones de religión, cuando surge en alguna conversación, cuando van a un bautizo o una boda... Y si hace 50 años aceptaban de manera natural el pecado original, el infierno, etc. ahora no lo aceptan, les parece increíble".
No he estado echando balones fuera, he contestado a eso párrafo tuyo porque esas personas a las que les parece increible el pecado original y el infierno, como creo haber demostrado, han pasado a creer cosas igualmente increibles con toda facilidad.
Y los que entran aquí hablando de las cosas increibles que nosotros creemos y que llevan a la apostasía tienen la habilidad de callarse de las cosas increibles que ellos creen para que no se les pueda atacar el fuerte.
¿Crees tú en el género? Porque siempre es más fácil preguntar que responder y ya se sabe que en los carnavales cualquier enmascarado se puede reir de un tipo feo siendo más feo que él.
A no ser que pensaras que, efectivamente, dado lo incongruente de nuestra fe los obispos no podían hacer nada por haber sido arrollados por la ciencia y la razón, pero, evidentemente, no es el caso.
Cuando lleguen a nuestra altura sufrirán el mismo proceso, se volverán tan listos que creerán en el género. Porque el género es una creencia absolutamente degradada que hay que sostener en todas las universidades de Occidente so pena de que te expulsen.
Pero, a pesar de eso, sí, mantengo que tenemos cada vez un manera de pensar más crítica e independiente y que esa es la principal razón de que la gente se vaya alejando de la Iglesia hacia el ateismo y hacia la indiferencia.
Y en cuanto a la responsabilidad de los pastores, mira el ejemplo que te he puesto antes: la gente encuentra increíble la doctrina católica del pecado original y el infierno. ¿Qué podrían haber hecho los pastores para hacer eso más creíble? Nada. Cuanto más intentas explicarlo, más destacan las incongruencias y más increíble resulta.
De hecho, lo que ocurre es que los que más meditan sobre el contenido de la fe, que son los pastores, son los primeros que dejan de creer, precisamente porque piensan mucho y piensan de manera crítica, cosa que no pueden evitar porque son hijos de su tiempo.
Y también mantengo que, si se insistiera más en la enseñanza tradicional, no habría más católicos, sino menos. Si se exigiera lo que, en principio, se debería exigir antes del bautismo a los padres y padrinos, antes del matrimonio a los cónyuges, antes de la confirmación y en relación con la penitencia y la eucaristía a todos y, por supuesto, antes de la ordenación a los seminaristas, habría menos bautizos, menos matrimonios y menos católicos. No hace falta que te diga que hay una gran masa de "católicos" (énfasis en las comillas) que siguen ahí porque ahora ya nadie va al infierno, porque los dogmas son cosa del pasado y porque este cura es muy majo y no da la vara.
En cuanto al hecho de que aumenten los católicos en África, no he hecho ningún estudio sociológico sobre el tema pero se trata del cambio de una religión a otra con toques de sincretismo, así que es un fenómeno distinto y que sospecho tiene que ver más con lo buenos que son los misioneros, que dan clases a los niños, cuidan a los enfermos y dan de comer a los que lo necesitan que con una evaluación y aceptación racional de las verdades de la fe.
Pero ya ves que te aplauden y yo no me preguntaría el grado de criticismo del aplaudidor porque ese es, exactamente, el personaje dominante en la sociedad actual.
Es un poco plasta usted. Mire, la gente no tiene ni idea de lo que enseña la Iglesia sobre el pecado original. Por no saber, no se sabe ni el Credo.
Entonces, en estas circunstancias, no piense que la caída del cristianismo es porque es increíble. Usted siempre pone de ejemplo el infierno y el pecado original porque son problemáticos para usted... Y proyecta esos problemas sobre los demás. Para mí, creer en esto no es para nada problemático. A la vista está. Mucho más difícil es creer en la resurrección del cuerpo, cosa que solo podemos saber por la fe.
Y mire si las masas están cretinizadas, que se saltaron el estado de derecho a nivel global en la pandemia y no ha pasado nada. Los hay que creen que en España existe democracia y separación de poderes. Que Cataluña es una republica independiente. Que el hombre puede ser mujer. Que un embrión no es vida humana. Que existe el karma... Y así hasta el infinito. Nuestra época se caracteriza por negar la pura realidad.
Yo si que pienso que bajar el listón hace que se pierdan católicos, no al revés. Porque si yo me puedo salvar sin sacramentos, sin seguir la doctrina católica, si todos vamos al Cielo... Al final estás negando que Cristo sea Dios. Y si no es Dios... ¿Para qué la Iglesia? Muchas opiniones en ese sentido se vertieron en el postconcilio. La adaptación de la fe al espíritu del mundo lleva a la perdida total de ésta. Vendieron un catolicismo guay, blando, sin cruz, sin penitencia. Y eso nadie lo compra, porque es falso. Y es cierto que mucha gente que no cree lo que la Iglesia enseña se considera católica. Pero, si le quitamos a un pato la alas, el pico, las patas... ¿Seguiría siendo un pato? Igual con el catolicismo. ¿Se puede seguir siendo católico si se niega la doctrina sobre casi todo? Pues claro que no.
Yo creo que para buscar la causa de la perdida de fieles está, a parte de la crisis interna (dicen unas patochadas increíbles y actúan según ellas) en el materialismo. Sin más, vivimos muy bien. Y, en ese sentido, es mucho más fácil vivir como si Dios no existiera. Más cómodo es el WhatsApp y el Tinder mientras vivo en 20 M2 en coliving sin familia y solo. No se piense que la gente se pregunta por eso demasiado, viven en una burbuja. El pecado original, el infierno... les resultan muy elevados. ¡Si ni siquiera se preguntan sobre Dios! Pero, según usted, eso es ser mas crítico...
Y sobre la decadencia eclesial, el ejemplo está en Sudamérica. Dejó la Iglesia de hacer apologética, de hablar sobre la salvación, la necesidad del bautismo, los sacramentos y empezaron a hablar de teología de la liberación,indigenismo... ¿Cual es el resultado? La mitad de fueron a las sectas protestantes que hablan precisamente sobre lo que la Iglesia hablaba. ¿Es más creíble el protestantismo? Yo creo que todo lo contrario. Si el catolicismo estuviese bien, el protestantismo no se comía ni un colín. Así que su argumento en ese sentido se cae. Nada más que vea lo único que está en pie en la propia Iglesia: los movimientos tradicionales o conservadores. El resto, es una higuera estéril apunto de morir. Créame , sé de lo que hablo. Pero parece que nuestros prelados les parece muy bien dicha higuera
Lo de los africanos convirtiendose por comida es el típico argumento anticatólico. La comida está muy bien, pero cuando uno muere por esa conversión, me da a mí que el argumento también se cae.
Benditos mártires, que nos sacan de nuestro letargo
Mi honradez me hace decir que yo soy cristiana, creo en Jesucristo y en el Depósito de la Fe, aunque eso haga saltar los emoticonos, pero tú, que hablas en una blog católico de la irracionalidad de la Fe, no eres capaz de hablar de las irracionalidades de esta sociedad para que no se sepa si es que te las has tragado o simulas que lo has hecho porque te autocensuras. Así que con todo mi derecho pienso que te has creído lo del género y toda la ideología que eso importa y que no lo defiendes porque sabes que no puedes. Te estás haciendo trampas en el solitario.
Alguna vez he pensado algo así. Si los grupos ateos furibundos antirreligiosos fueran listos, y quisieran sembrar cizaña, apoyarían económicamente a los grupos más tradicionalistas y fundamentalistas de las religiones de occidente.
Por poner un ejemplo claro, yo conozco gente que se ha convertido leyendo a Ratzinger pero nunca he conocido NADIE que se convierta por Francisco. Es más, se convierten a pesar de él, muchos lo dicen.
Ahí están las dos iglesias: la mas tradicional y la de "todos, todos". Juzguen ustedes
Tengo una dificultad enorme de encontrar un contertulio con el menor interés por analizar este tipo de cuestiones, por eso escribo tanto aquí, y no por estar rodeada de rezanderos sino por estar rodeada de superficiales.
Yo si tengo la bendición de conocer a alguno que otro. Ni uno quiere un cristianismo aguado y son férreos defensores de la Tradición.
Ratzinger, San Agustín o Santo Tomás son sus mentores. La belleza de la Liturgia o del arte les inspiraron para interesarse en el catolicismo. La defensa de la virtud por parte de la Iglesia los llamó en muchos casos después de una vida vacía, llena de hedonismo pero carente de amor... A nadie le interesa que le digan lo mismo que ya dicen todos.
Ahí tenemos las sectas protestantes más progres: vacías y completamente desnortada. El problema es que nuestra jerarquía parece querer ir por el mismo camino
Hoy en día el colchón del estado del bienestar hace que la gente trague con cualquier cosa. Es evidente como el "primer mundo" se ha infantilizado o adolescentizado, valga el palabro.
Por no hablar de la decadencia en el ámbito educativo, incluyendo la irrupción de las teorías del pedagogismo.
Y por supuesto, el poder es consciente de estas cosas y por eso las memorias históricas o el desprecio por la filosofía.
Se ve mucho en las redes sociales, donde el emotivismo reina por encima de la razón, con protagonismo especial de los medios de propaganda.
Aunque hay que decir que esa "adolescentización" también produce un efecto inverso, una reacción. De eso habla este artículo de Jorge Soley (no se si lo publicará aquí, jeje): cómo los "nuevos ateos" también acabaron provocando esa reacción consecuencia de la no mucha altura de sus críticas:
eldebate.com/cultura/20240210/nuevos-ateos-nuevos-teistas-acabar-nuevos-cristianos_173472.html#utm_source=rrss-comp&utm_medium=tw&utm_campaign=fixed-btn
La mayoría de gente con la que me hablo (mayormente profesionales liberales, empresarios, trabajadores, funcionarios...) yo está de vuelta de todo y no se cree NADA de lo que le cuentan los medios o el poder político/administrativo.
También hay que tener en cuenta por qué tipo de ideología ha sido sustituído el cristianismo. Es otra forma de indagar el origen de los argumentos que utiliza hoy en día la gente
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Otra vía para la no creencia en el pecado original es la de la ideología. El marxismo y sus ramificaciones caen casi -o sin el casi- en el determinismo social, y el liberalismo en una especie de optimismo economicista.
Una sociedad en la que el bien y el mal no existen, y todos pueden tener la razón. Para esta sociedad es fácil pensar que Dios existe y no existe, que el cielo es para los que creen en él, etc.
Antes de mi conversión yo tenía una idea muy extraña acerca de esto, pensaba que si creía en el infierno podría terminar allí. Había pasado del relativismo moral al relativismo religioso. Lo curioso es que cuando pensaba en la idea de la muerte, lo que más me incomodaba era la idea de dejar de existir; para mucha gente el infierno como tal es un lugar para cometer pecados gobernado por el diablo, el cual ellos consideran un rey. Así se vende en la cultura popular.
Una de las cosas que me hizo darme cuenta de mi error, fue el ver que el diablo es adorado por muchísima gente, en muchísimas culturas, por masones, por judíos, por santeros, por políticos, etc. Ellos te venden un mundo en el que no existe el bien y el mal, pero por otro lado se oponen a la iglesia católica como si fuera el mal.
Si de verdad el bien y el mal no existe, tampoco sería malo ser católico tradicional y practicante. Por tanto, lo que realmente te enseña el mundo, es que no existe el bien, pero sí existe el mal. Y ese mal es la iglesia católica a la que el mundo persigue, incluyendo los mismos miembros de ella, entre los que hay muchos obispos.
Su teoría estaba basada en que la delincuencia no era posible en la Unión Soviética y, si se daba, bastaba con cursos intensivos de marxismo para cambiar su conducta. El liberalismo no tenía una postura clara ni en un sentido ni en otro.
El irracionalismo-ateo-nihilista ha borrado la noción del misterio. Ni la inteligencia ni la voluntad navegan fuera de la charca.
Es comprensible que los Pastores, ignorantes de lo que no se les enseñó, atinen sólo a seguir los caminos de un “progreso” de autómatas que da vueltas sobre sí mismo, sumando vacíos a vacíos, sin hallar la salida del atolladero que lo aprisiona, enloquece y autodestruye.
La Iglesia ha estropeado su condición de Madre y Maestra, si ella no cuenta con nuevos horizontes que acompañen su misión de evangelizar, porque la ciencia y la técnica se adelantaron y determinaron los caminos que debe seguir la humanidad, si ha perdido la noción de lo trascendente, no sabrá de otro camino que el que el mundo moderno le señala.
Y si ha perdido su capacidad y autoridad docente, se ha transformado en una menesterosa y apocada pupila de la ramera del Apocalipsis.
Ignorante de la realidad del Reino, renuncia a administrarlo, reducida a administrar los basurales de la humanidad.
Se nos ha dado el Reino en posesión, más valioso que los imperios, los poderes económicos y nucleares. Un Reino que debemos edificar en sustitución del mundo moderno detenido por los límites infranqueables de su pensamiento estéril, que agota sus esfuerzos aumentando el poder de autodestrucción hasta que llegue a un nivel inmanejable que desate su hecatombe.
La Iglesia tiene la misión de incorporar al Reino de Cristo los feudos de la Tierra y del espacio, debe “liberarlos de la esclavitud del pecado al que están sometidos contra su voluntad, pero con la esperanza de participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8).
Cuando abandone el extravío del irracionalismo-ateo-nihilista descubrirá la dimensión trascendente y sacra de la Creación, nuestra inmediata y fundamental relación de señorío fraterno con las cosas, por titularidad, soberanía y dominio de sacerdotes, reyes y profetas.
Entonces, los Pastores atraerán a las ovejas porque les ofrecerán pastizales nunca pisados por la ciencia ni la técnica, ni por filósofos y demás; pastizales más extensos y excelentes que lo que una guerra pueda destruir.
Asumir la misión sobre el universo supone una sabiduría que lo abarque, penetre y gobierne. Ante lo infinito cesan las pullas, las chácharas y los menequeteos.
Los héroes saben de ello; los santos, mucho más; los genios lo atisban; los poderosos lo ignoran.
Pues yo, gracias a la destrucción, cisma y división que ha traído Bergoglio a la Iglesia de Cristo, me estoy convirtiendo aceleradamente ya que, todo es bueno para los que aman al Señor. Es decir, que lo que la luz de Ratzinger produjo en mí, conversión, también lo produce las tinieblas de Bergoglio.
Bendito sea Dios.
Buena oportunidad para reflexionar sobre la parálisis de la Iglesia y su carencia de un rumbo original, como lo tuvo siempre frente al mundo.
Porque ésta es su Misión: abrir el camino hacia el Reino a fin de que éste crezca como la planta de mostaza.
Y el camino es siempre el de la Cruz. “Con éste Signo vencerás” vio Constantino escrito en el cielo.en octubre del 312.
Frente a la civilización moderna del “bienestar”, la Iglesia debe oponer y predicar la civilización de la Cruz de Cristo, bajo cuya participación se abrirá el camino del laberinto que nos impide convertir la humanidad al Evangelio.
La Cruz es estandarte que preside la marcha y ariete que derriba los muros que nos aprisionan. Es antídoto eficaz contra el engaño de los escaparates del consumo.
El mundo moderno de la ciencia y de la técnica ha trazado una red de satisfacciones que atrapa con sus cantos de sirena, mientras sume a la humanidad en delirios destructores.
Los Pastores tienen en sus manos el Cayado, golpeen con él fuerte sobre el suelo y señalen el camino estrecho que conduce al Reino.
Cuando abandonen las autopistas del mundo y se internen por nuevos rumbos que conducen a los misterios guardados como tesoro de la Iglesia, han de atraer nuevamente a la multitud de sedientos que perecen de sed junto a los manantiales de la Cruz.
“Un mundo que debe ser edificado desde sus fundamentos” (Pío XII), una Civilización del Amor a ser instaurada (S.Pablo VI), luego de “Cruzar el umbral de la Esperanza” (S.J.P. II).
Debemos luchar contra el Dragón blasfemo, para eso contamos con la Cruz y la oración. Los Pastores elevarán su voz y su sitial cuando rompan las cadenas de su prisión, tal como sucedió a Pedro: “ Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él” (Hechos 12).
Opongamos resistencia a la red del consumismo, aceptemos la Cruz como el báculo que nos sostiene, que irradia el señorío de sabiduría, santidad y dominio que necesitamos para derribar la moderna Babilonia y edificar el Reino.
En el caso del marxismo no hay exactamente darwinismo, pero sí la dialéctica de clases. El motor no es tanto la supervivencia del mas adaptado, sino el conflicto de clases que genera una dialéctica histórica.
El problema de ambos planteamientos es que tienen su parte de verdad, por eso son atractivos, pero ni todo ello es verdad, ni la verdad es reducible a ello. No deja de ser gracioso cuando la gente se refiere a este tipo de teorías como realismo (realismo político), frente a la posición cristiana. Como con el maquiavelismo: el maquiavelismo era realismo político italiano frente a la España de los místicos. ¿Qué mayor realismo que la Inquisición, Trento o la teología de Melchor Cano? Claro, es otro tipo de realismo, otro tipo de antropología.
En España se investigó a varios místicos y se les diferenció de los alumbrados. Pero, como siempre ocurre con el que lo que busca es criticar, si en España se vive la época de sus grandes místicos, es que la Iglesia es una institución de locos que flotan en el aire, si se les distingue de los alumbrados es que la religión reglada perseguía a la religión natural y la libertad de espíritu. Si remo porque remo, si no remo porque no remo, cuando lo que hay es un ejemplo de realismo y sana crítica. Comparémoslo con lo que hay hoy.
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