¿Qué está pasando en la Pontificia Academia para la Vida?
Como sabrán los lectores, en los últimos dos años se ha llevado a cabo una reforma radical de la Pontificia Academia para la Vida, fundada por el Papa Juan Pablo II en 1994 y cuyo primer Presidente fue el candidato al Nobel y admirable católico Jerome Lejeune. En 2016, Mons. Vinzenzo Paglia, uno de los fundadores de la Comunidad de San Egidio, fue nombrado nuevo Presidente de la Academia, probablemente para realizar esta reforma.
Según los estatutos aprobados por Juan Pablo II, los miembros ordinarios de la Academia lo eran de forma vitalicia y debían firmar una declaración de aceptación de la enseñanza de la Iglesia. Con la reforma esto cambió, de manera que los miembros lo serían solamente por cinco años y dejó de exigirse que declarasen su aceptación de la enseñanza de la Iglesia. A eso se sumó que todos los antiguos miembros, nombrados por Juan Pablo II o Benedicto XVI, fueron expulsados. Algunos de ellos serían readmitidos posteriormente, pero casi cien quedaron fuera de forma permanente (entre ellos, el filósofo Josef Seifert).
Una reforma de este calado indica, necesariamente, que en algún sentido se quiere dar por completo la vuelta a una institución, especialmente cuando se prescinde de gran cantidad de los antiguos miembros. ¿Qué es lo que se quiso cambiar en este caso? No es fácil verlo. Podríamos citar algunas de las declaraciones públicas a este respecto, pero por desgracia son tan políticamente correctas que su contenido informativo se aproxima al cero absoluto. Ciertamente, en la antigua Academia hubo en varias ocasiones problemas y tensiones, pero nada que justificase un cambio tan radical. Quizá podamos conseguir un poco de luz considerando a algunos de los nuevos miembros:
- Nigel Biggar, pastor anglicano, Profesor de Teología Moral y Pastoral en la Universidad de Oxford y Director del McDonald Centre for Theology, Ethics & Public Life, fue nombrado como miembro de la Academia por sugerencia del arzobispo anglicano de Canterbury. Se muestra claramente favorable al aborto: «Estaría inclinado a trazar la línea para permitir el aborto en la decimoctava semana después de la concepción, que es aproximadamente la primera vez en que hay evidencia de actividad cerebral y, por tanto, de conciencia […] No está claro que un feto humano sea el mismo tipo de cosa que un adulto o un ser humano maduro, de forma que merezca el mismo tratamiento. Entonces la cuestión es dónde trazamos la línea, y no hay una razón absolutamente convincente para situarla en un lugar o en otro». Por lo tanto, no todo aborto es un crimen. Es contrario a la legalización de la eutanasia en general, pero apoyaría la eutanasia de algunas personas que ya no deberían considerarse “humanas”, cuando su cerebro esté irreparablemente dañado.
- Avraham Steinberg, rabino, Director de Ética Médica en un hospital de Jerusalén y autor de la Enciclopedia de Ética Médica Judía, defiende que el embrión no es “plenamente humano” hasta los 40 días desde la concepción, de manera que su destrucción “no es un asesinato en ningún sentido”. Por lo tanto, el “daño psicológico” de la madre por un embarazo no deseado puede hacer que el aborto sea permisible en esa etapa. Asimismo, considera aceptable el aborto por razones de enfermedades del feto y la investigación con células madre, con la consiguiente destrucción de embriones humanos.
- El P. Maurizio Chiodi, profesor de teología moral en Milán, negó hace unos días que el uso de los anticonceptivos fuera intrínsecamente malo (según la enseñanza de Humanae Vitae, Familiaris Consortio, Casti Connubii, Veritatis Splendor, entre otros documentos) y señaló que “hay circunstancias” que, “precisamente por el bien de la responsabilidad, requieren la anticoncepción”, que no se puede “rechazar a priori”. En ese sentido, negó que los métodos naturales fueran el único medio lícito de regulación de la paternidad responsable, señalando que esto podría necesitar “ser interpretado de manera más amplia”. También rechazó que la Iglesia pudiese dar normas definitivas sobre moral y defendió claramente el subjetivismo moral. Aunque ya anteriormente había tratado de relativizar la doctrina de la Humanae Vitae con apelaciones confusas al “discernimiento” y a la “conciencia”, sus últimas declaraciones no dejan lugar a dudas de que rechaza frontalmente la doctrina de la Iglesia sobre la anticoncepción y sobre el principio moral fundamental de la existencia de actos intrínsecamente malos.
- El P. Alain Thomasset, SJ, rechaza militantemente la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, defiende el uso de anticonceptivos y niega la doctrina de la existencia de actos intrínsecamente malos. Está a favor del reconocimiento de las parejas del mismo sexo en la Iglesia, porque considera que “una relación homosexual vivida en la estabilidad y la fidelidad puede ser un camino de santidad”. Niega la capacidad de la Iglesia de definir verdades morales de forma definitiva. Considera que en el aborto hay un “conflicto de deberes” y que la mujer debe decidir, de manera que el magisterio “ilumina, pero no puede dar más que referencias", porque “la complejidad de las situaciones hace imposible respetar todos los valores que están en juego".
- Anne-Marie Pelletier, feminista y especialista en estudios bíblicos, es partidaria de la recepción de la comunión por los divorciados en una nueva unión, porque en su opinión, contra lo que enseña el Concilio de Trento, solo algunos bautizados reciben la fuerza para ser fieles, a veces la segunda unión es “la del verdadero amor”, el “sensus fidei” indica que el pecado del adulterio sin arrepentimiento es una “configuración herida de la vida cristiana” (en lugar de la muerte de la vida de la gracia por el pecado grave) que no puede constituir un “obstáculo insuperable” y que la pastoral debería “reconciliar” a los divorciados en una nueva unión con su pasado y con el “recuerdo” de su “primera unión” para permitirles “confiar una relación muerta al poder del Resucitado”. Es decir, cualquier cosa menos arrepentirse y dejar el pecado.
- P. Humberto Miguel Yáñez, SJ, Director del Departamento de Teología Moral de la Universidad Pontificia Gregoriana, considera que el uso de anticonceptivos puede ser lícito en algunas ocasiones, porque “la técnica no se puede contraponer a la naturaleza de las personas”.
- Monseñor Pierangelo Sequeri, sacerdote diocesano, doctor en teología y nombrado por el Papa Francisco Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, es partidario de aplicar los razonamientos de la exhortación postsinodal Amoris Laetitia a la anticoncepción, de manera que su uso ya no se considere siempre inmoral, sino que dependa de la conciencia de cada uno.
- Otros miembros, como el P. Carlo Casalone, SJ, Director de la Fundación Cardenal Carlo Maria Martini, parecen ser favorables también a los anticonceptivos, aunque no de forma tan abierta como los anteriores. El P. Casalone, al ser preguntado el año pasado si compartía el rechazo de la encíclica Humanae Vitae manifestado por el cardenal Martini antes de su muerte, respondió que había “algunas presuposiciones que necesitaban más clarificación y la recopilación de más datos”. Uno tiende a pensar que, si alguien no puede responder claramente a una pregunta tan sencilla, quizá se trate de que no quiere responder a ella.
Curiosamente, Mons. Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia Pontificia para la vida y Rector del Instituto Juan Pablo II para la Familia, nos aseguró que “los nuevos estatutos requieren un compromiso más fuerte de los miembros con las enseñanzas pro-vida de la Iglesia que el que requerían los antiguos” y que “los nuevos estatutos están redactados de un modo que expresa ese compromiso más claramente y con mayor firmeza que los antiguos”. ¿Cómo se conjuga esto con la realidad innegable de que varios de los nuevos miembros rechazan frontalmente las enseñanzas pro-vida de la Iglesia? Es más, ¿cómo puede ser que varios de esos miembros, que eran conocidos precisamente por defender los anticonceptivos, el aborto y las parejas del mismo sexo, como el P. Thomasset, SJ, fueran nombrados miembros? Más aún, después de que Mons. Paglia nos asegurase que los nuevos estatutos “exigen que los Miembros promuevan y defiendan los principios del valor de la vida y la dignidad de la persona, interpretados en conformidad con el Magisterio de la Iglesia”, ¿cómo se entiende el hecho indiscutible de que, cuando sale a la luz que varios nuevos miembros de la Academia rechazan frontalmente la enseñanza de la Iglesia, no son expulsados de ella?
Por un lado, casi se diría que Mons. Paglia se está riendo de nosotros cuando nos habla del “fuerte” compromiso de los miembros con la doctrina de la Iglesia. Por otro, quizá podríamos encontrar una pista sobre lo que entiende por el compromiso con la doctrina de la Iglesia si recordamos las declaraciones públicas del propio Mons. Paglia con ocasión de la muerte de Marco Pannella. En marzo de 2017, Mons. Paglia afirmó que Marco Pannella, uno de los más famosos defensores de la cultura de la muerte en Italia (aborto, divorcio, anticonceptivos, liberalización de las drogas, matrimonio homosexual y eutanasia), había luchado “para defender la dignidad de todos” y había “dado su vida por los más postergados”, por lo que su muerte era “una gran pérdida para nuestro país”.
¿En qué sentido “lucha para defender la dignidad de todos” alguien que defiende el asesinato de unos cien mil niños al año en su país? ¿Esos no son los “más postergados”? ¿Los anticonceptivos, el divorcio, las drogas, las uniones del mismo sexo y la eutanasia no son contrarios a la dignidad humana? ¿Cuántos buenos cristianos y no cristianos que realmente defienden la vida en vez de oponerse frontalmente a ella han fallecido pero no han recibido esos disparatados elogios de Mons. Paglia? ¿Cómo vamos a confiar en que la Academia para la Vida defienda la vida, cuando a su Presidente le parece que luchar por la “dignidad de todos” y fomentar el aborto son la misma cosa?
Llama la atención que, cuando se le criticó por no defender los valores cristianos, Mons. Paglia aseguró en una entrevista que estaba “tan seguro del poder de los valores cristianos que no siento la necesidad de defenderlos, se defienden solos”. No se entiende muy bien, entonces, para qué existe la Pontificia Academia para la Vida. Claro que la clave puede estar en lo que se entiende por estar “seguro", porque, en la misma ocasión, el arzobispo afirmó que también estaba “seguro” de que ninguno de los miembros de la Academia tomaría “una posición contraria a la enseñanza de la Iglesia”, una afirmación sorprendente, teniendo en cuenta que precisamente eso es lo que varios de los miembros han hecho ya en diversas ocasiones, como señaló entonces el P. Gerald Murray, y lo que siguen haciendo, como muestran las recientes declaraciones del P. Maurizio Chiodi.
Por supuesto, hay miembros de la Academia que son fieles a la doctrina de la Iglesia y que verdaderamente defienden la vida. Sin embargo, amedrentados por la postura tomada por la dirección de la Academia, permanecen callados acerca de la evidente heterodoxia de algunos de sus compañeros. En efecto, una vez que en la Academia se admiten como posturas legítimas tanto la eutanasia como el rechazo de la misma, tanto el uso legítimo de anticonceptivos como su inmoralidad, tanto el matrimonio exclusivamente entre un hombre y una mujer como su ampliación a las parejas del mismo sexo, el daño ya está hecho. La ortodoxia se ha convertido en una postura más, entre otras, en el seno de una Academia Pontificia supuestamente dedicada a defender esa ortodoxia en el ámbito de la bioética, al igual que ya sucedió en el Sínodo sobre la Familia. Esta equiparación de la verdad y el error, como nos recuerda por experiencia propia el P. Hunwicke, converso del anglicanismo, siempre conduce, a la larga, a la desaparición de la ortodoxia.
Es muy difícil no pensar que la Academia Pontificia para la Vida se está transformando, ante la pasividad de los católicos, en un bastión en el que pueden refugiarse los abanderados del rechazo de la enseñanza de la moral católica, para blindar así su propaganda de la ideología mundana en el interior de la Iglesia y su cómplicidad en la cultura de la muerte. Es decir, parece que la Academia se esté convirtiendo exactamente en lo contrario de lo que debería ser según la intención de su creador, San Juan Pablo II.
62 comentarios
No se obsesione con el tema del Opus Dei. Ya se dice en el artículo que la Academia tenía sus problemas antes del nombramiento de Mons. Paglia, como todas las realidades humanas de este mundo. Y esos problemas, con Mons. Carrasco y también con Mons. Fisichella, fueron criticados en su momento. Por ejemplo, por el prof. Seifert. Sin embargo, aquellos problemas no tenían ni punto de comparación con los actuales, en los que se ha salido de las zonas grises o prudenciales (sobre las que siempre puede haber discusión) para entrar de lleno en el terreno de la heterodoxia.
Como muestra de esa clara diferencia, basta considerar que la disputa entre Seifert y Mons. Carrasco fue simplemente eso, una disputa, que de hecho terminó con una petición de perdón del Presidente y, si no recuerdo mal, con la cancelación de la conferencia inadecuada. En cambio, en la nueva etapa, el Prof. Seifert y un buen grupo de defensores de la doctrina de la Iglesia que podían resultar incómodos han sido, simplemente, defenestrados, para dejar paso a miembros que reclaman abiertamente el abandono de los principios morales fundamentales del catolicismo.
Más preocupante es escucharle predicar una cosa en sus homilía y eventos eclesiales y favorecer lo contrario en estos ámbitos que envenenan el clima de la fe y la moral en el seno mismo de la Iglesia de Cristo.
Como escribí hace unos días en un comentario bajo un artículo del blog del Profesor Eudaldo Forment, la defensa de esa posición por S. Tomás fracasa por su incompatibilidad con los textos magisteriales y patrísticos que S. Tomás mismo referencia, y no por cualquier conflicto que esa posición pueda tener con la biología moderna.
infocatolica.com/blog/sapientia.php/1801010858-xxv-momento-de-la-animacion-h#c532997
Ese es exactamente el criterio de "muerte cerebral" que se usa para justificar la extracción de órganos de seres humanos cuyo corazón todavía está latiendo para ser transplantados a otros. La única diferencia es que en vez de decir que "no deberían considerarse humanas" dicen que "no deberían considerarse vivas".
"¿Los anticonceptivos, el divorcio, las drogas, las uniones del mismo sexo y la eutanasia no son contrarios a la dignidad humana?"
Pues una y mil veces NO, ¡no todos y no en esos términos de manipulación y de mismo saco! Y porque ya está bien de decirle a alguna gente, que ni se drogan ni se eutanasian, que "lo suyo" es contrario a la dignidad humana. ¡Porque lo diga QUIÉN! ¡INDIGNOS POR QUÉ!
¿Por que indigno? Porque mata al alma y al cuerpo. ¿Quién lo dice? El sentido común y la ética natural lo tiene muy claro, y antecede a la religión católica en el tiempo.
La homosexualidad, por ejemplo, le quita a quienes la practican la misma cantidad de años de vida que el alcoholismo, 20 años. La razón, los contagios de SIDA, hepatitis, cáncer de ano....... y un muy largo etcétera.En los países con sistemas de salud robustos, el SIDA casi es exclusivo de homosexuales y la tendencia es la misma en todo el mundo.
Su situación personal lastra su visión de las cosas.
La doctrina de la ICAR en cuestiones de ley natural y sexo viene siendo la misma desde hace siglos... ¿ Se cambió para adaptarse a la Roma pagana ? No, porque el fin de la Iglesia no es adaptarse al mundo, sino mostrar el evangelio.
¿ Y qué dice el evangelio ? Pues que la vida es un don de Dios. Que uno se casa con una y para siempre. Que la fornicación es pecado y no es ortodoxia sino palabra de Dios.
Pero vd. es como muchos herejes actuales: pretenden corromper la Iglesia desde dentro, convirtiéndola en una fulana irreconocible, y eso, señor mío, muchos, no lo vamos a consentir.
Puntualizar tan sólo que el doctor Lejeune no fue premio Nobel precisamente por ser provida.
Lo que sí me llama la atención y creo que va contra derecho es que alguien haya sido nombrado a perpetuidad conforme a los anteriores estatutos y ahora le quiten. El nombramiento por 5 años podía ser justo para los nuevos miembros nombrados tras la reforma de los Estatutos pero me parece contra derecho que afecte a los anteriores. De hecho es dejar en papel mojado lo que establecían los estatutos anteriores
No tengo respuesta. Me siento engañado, estafado, y cabreado. Porque o me engañaron antes, o lo están haciendo ahora. No cabe otra. ¿QUE IGLESIA FUE O ES LA MENTIROSA?. Es incompatible esto que se dice como verdad, con lo de antes.
Y si hago caso a la promesa que Cristo de que Él prevalecerá, que el guardará la Iglesia, tampoco puedo irme.
¿Qué me queda pues?
Que quiere decir eso de que hay que "hacer" algo? En sentido politico? Peticiones a change.org? Manifestaciones en la plaza de san pedro? Que hace un trabajador como mi marido y un ama de casa como yo?
Envestir papas por aclamacion polpular ya no se puede, e incluso aunque se pudiera a ver a quién pondria el pueblo de Roma....
Que sigan intentando de todo menos lo que tienen que intentar. No hay peor ciego que el que no quiere ver, y estos son todos ciegos voluntarios queriendo guiar al hombre y dirigir a Dios.
"La honestidad intelectual nos obliga a señalar que la posición del rabino Avraham Steinberg de que el embrión no es “plenamente humano” hasta los 40 días desde la concepción es exactamente la que S. Tomás de Aquino sostiene en ST III, q.33, a.2. Más aún, los 40 días eran en el caso del embrión varón, porque en el caso del embrión mujer eran 90. Todo por seguir al "Filósofo" (Aristóteles)"
No. La honestidad intelectual nos obliga a decir exactamente lo contrario. Su postura no es la misma que la de Santo Tomás. Santo Tomás hace una valoración moral de una cuestión basándose en los conocimientos de la ciencia de su tiempo, que asemejaban el proceso de concepción a la germinación de una semilla (semen) que requería un tiempo y solo llegaba a producirse en torno a los 40 días, que es cuando la mujer empieza a notar un cierto movimiento y se da cuenta de que algo ha pasado. En cambio, Steinberg hace una valoración moral disparatada teniendo en cuenta los conocimientos de la ciencia de su tiempo, que muestran, sin la más mínima duda, que la concepción se produce al cabo de unas horas.
El primero discierne adecuadamente hasta donde se lo permiten los conocimientos que hay en su época de un proceso aún muy poco conocido; el segundo prescinde por completo de los conocimientos mucho mayores que hay sobre ese proceso porque prefiere sus propios prejuicios. Es lo contrario.
"Ese es exactamente el criterio de "muerte cerebral" que se usa para justificar la extracción de órganos de seres humanos cuyo corazón todavía está latiendo para ser transplantados a otros. La única diferencia es que en vez de decir que "no deberían considerarse humanas" dicen que "no deberían considerarse vivas""
Ese es un debate muy interesante, pero se aparta demasiado del tema del blog. Quizá podríamos hablar del tema otro día.
Saludos.
No teníamos ni idea, ni el blogger, ni los que le leemos, ni el director...
Todos tontos menos usted, ¡qué suerte!
"Y porque ya está bien de decirle a alguna gente, que ni se drogan ni se eutanasian, que "lo suyo" es contrario a la dignidad humana. ¡Porque lo diga QUIÉN! ¡INDIGNOS POR QUÉ!"
Puede gritar lo que quiera, pero, como ya sabe, no podemos decirle otra cosa. Tanto el uso de anticonceptivos como las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son inmorales según la moral católica, revelada por Dios, y lo que hacen es dañar a los propios interesados. Puede que eso no le guste, pero es que la moral no está ahí para gustarnos, sino para mostrarnos cuál es la Voluntad de Dios y cuál el único camino de plenitud y vida eterna para nosotros. Es más, para que cumpla su función, tiene que molestarnos en ocasiones, porque de otro modo se estaría equivocando cuando nosotros nos equivocamos y no nos serviría para nada.
Como comprenderá, los que se drogan o se eutanasian dirán lo mismo que usted, pero con respecto a su propio comportamiento. Ni tienen razón ellos ni la tiene usted, me temo.
Saludos.
"como bien dices: "La ortodoxia se ha convertido en una postura más, entre otras". Y si yo quisiera destruir la ortodoxia en un lugar donde está tan bien asentada como la Iglesia Católica ¿Cómo lo haría? La abrogación frontal de todo lo anterior no resulta posible así que la estrategia ¿cual sería? Pues convertir primero a "La ortodoxia ...en una postura más, entre otras"."
Sí. Por eso traje a colación al Father Hunwicke, que cuenta cómo entre los anglicanos se usaba siempre esa táctica: primero permitir "tolerantemente" todas las posturas sobre un tema y, solo después, con el tiempo, dejar que las ideas mundanas desplazaran y expulsaran a las ortodoxas, aprovechando para ello la presión social.
Una vez que la ortodoxia se convierte en una idea más entre muchas, en realidad se ha abandonado ya la Revelación y todo es un juego político en el que vence el más fuerte o el más popular.
"Los procesos están abiertos y más que abiertos y lo que el tiempo nos va a traer por ahí es más que predecible"
Como decía el Chapulín Colorado, no contaban con mi astucia. En este caso, no contaban con la acción de Dios. Como defienden una perspectiva que ha abandonado la Revelación, inevitablemente prescinden de la acción de la gracia, que puede hacer milagros y los hace, cambiando todo en un instante.
Como dicen los ingleses, si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.
"puntualizar tan sólo que el doctor Lejeune no fue premio Nobel precisamente por ser provida"
Corregido, gracias.
Que hace ese pobre sacerdote?
Me ha hecho mucha gracia lo del "acto subversivo".
"Lamentable. Pero no entiendo muy bien qué se quiere decir con lo de la "pasividad de los católicos". Al que le da igual o está de acuerdo, no es católico. Y los otros, qué hacemos? [...] Que quiere decir eso de que hay que "hacer" algo? En sentido politico? Peticiones a change.org? Manifestaciones en la plaza de san pedro? Que hace un trabajador como mi marido y un ama de casa como yo?"
Creo que, lo primero es lo que ha hecho usted inmediatamente: discernir que es lamentable. Eso es fundamental, porque el mayor efecto nocivo que tienen estas cosas es el de acostumbrarnos al mal. Así ha pasado en España, por ejemplo, con el aborto. Hace cinco o seis décadas, prácticamente a todo el mundo le parecía algo horroroso. Pero al convertirlo en cotidiano, la gente se ha acostumbrado y se ha destruido su capacidad de discernimiento en la materia, hasta el punto de que los no creyentes generalmente lo consideran algo bueno e incluso para muchos creyentes es malo... pero no tanto, resulta tolerable e incluso justificable en algunos casos.
A eso se suma, como es lógico, rezar. Todos los arsenales atómicos de D. Donald, D. Vladimir y D. Jong-Un no tienen ni la milésima parte de potencia que la oración de una viejecilla con su rosario o de una madre de familia que usa su segundo libre para alzar los ojos al cielo. La solución de los problemas de la Iglesia siempre ha venido y siempre vendrá del cielo.
Por último, cada uno puede hacer lo que esté en su mano, si es que hay algo que lo esté. Un bloguero como yo puede denunciarlo. Un académico quizá deba luchar contra ello o incluso dimitir en protesta. Un obispo probablemente deba reafirmar la doctrina católica y señalar expresamente que es inadmisible que la Academia haga estas cosas. Un padre de familia educará a sus hijos para que conozcan la moral de la Iglesia y para que sepan que nadie, ni una Pontificia Academia ni siquiera el Papa, puede cambiarla a voluntad... Etcétera.
"Investir papas por aclamacion popular ya no se puede, e incluso aunque se pudiera a ver a quién pondria el pueblo de Roma..."
Je, je. Probablemente la nuestra sea la peor época de la historia del catolicismo para eso. Supongo que por eso hay quienes lo piden.
Pero quizá sea posible en unos añitos, cuando el puñado de católicos de cada diócesis se conozcan bien unos a otros.
Deseo señalar que los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, presidida por el Arzobispo italiano Vincenzo Paglia, son elegidos y nombrados directamente por el Papa Francisco. Y ahí radica la gravedad y la perversidad del asunto.
Es el Papa,en persona, quien nombra a estos indignos miembros de una Institución de la Iglesia Católica.
Y ante esta tristísima realidad, ¿acaso puede sorprender el que el venerable Cardenal Caffarra haya muerto de pena por la deriva del Magisterio Pontificio?
¡Qué responsabilidad más tremenda, y qué escándalo para los fieles¡
Que ya no es para la vida.
La verdad es que la seriedad católica de mi madre y su disponibilidad a todos imponía un respeto imponente a todo el mundo, era una apologeta nata en ese sentido.
La muerte encefálica es muerte, aunque por medios absolutamente artificiales se mantenga la respiración y el latido cardiaco de cara a preservar los órganos para la donación. Ese latido y esa respiración no son dirigidos por el cerebro, ya que el paciente está muerto. Este concepto, así como la donación de órganos están aceptados tanto por la ciencia como por la Iglesia desde hace décadas.
Por el contrario el cerebro puede estar muy dañado, y tal daño ser permanente, pero la persona no está muerta.
El diagnóstico de muerte encefálica exige la certificación de la ausencia total de actividad cerebral. Sí hay actividad, aunque sea mínima y solo dirigido a funciones vitales como respirar, la persona está viva.
Seguro que ni siquiera es lo que dice ser. Sólo le gusta venir aquí a repetir (contra viento y marea y aunque se las rebatan) sandeces que se dan de tiros, no sólo contra el Magisterio de la Iglesia, sino contra toda la lógica natural. Y lo hace por tocar las narices mayormente.
No puede haber nadie tan imbécil que afirme en serio que si mi mujer no es una desviada, una inmoral, una pervertida, una antinatural o una pecadora porque le gustan los hombres, un hombre no puede serlo porque le ponen los machotes. No puede haber nadie tan imbécil.
Un tocapelotillas revientaforos vulgar. No le deis cancha, como hay que hacer con cualquier troll.
Saludos cordiales.
No me obsesiono. Si se habla de hechos referidos a una institución y un tema hay que contarlos todos. Carrasco de Paula, que es español y lo que haga debería tener más repercusión aquí, no sólo hizo lo que denunció Josef Seifert. Transcribo parte de un artículo de Custodio Ballester en Germinans Germinabit, publicado el 9 de enero de 2014 con el título “La Academia Pontificia para la Vida bajo sospecha”
"Ya con Mons. Carrasco en la presidencia, en febrero de 2012 tuvo lugar en Roma una sesión de estudio de la Academia Pontificia para la Vida sobre la infertilidad. Aquello sí que fue apoteósico… Los ponentes, cantando las bondades de la Fecundación in Vitro (FIV), minimizando los efectos de la píldora del día después y recomendando los anticonceptivos como prevención del cáncer. Eberhard Nieschlag del Centro de Medicina Reproductiva y Andrología de la Universidad de Münster señaló con toda su cara dura que en la inseminación artificial "el proceso de fertilización es totalmente natural."
El descomunal cabreo de los académicos duró tanto que llegó a provocar la suspensión de un nuevo simposio organizado también por Mons. Carrasco -peor que el primero- convocado para el mes de abril: la III Conferencia Internacional sobre la Investigación Responsable sobre las Células Estaminales. Algunos de los relatores eran destacados experimentadores con células estaminales obtenidas a través de ¡embriones humanos!
Margarita Bofarull Buñuel, presidenta del abortista y eutanásico Instituto Borja de Bioética, fue nombrada miembro de la Academia Pontificia para la Vida Mons. Ignacio Carrasco de Paula ha nombrado miembro de la Academia Pontificia para la Vida, a la presidenta de un Instituto Bioético que ha hecho gala de posicionarse repetidamente con los promotores de la cultura de muerte”
Con la diferencia de que sostener el geocentrismo no tiene hoy consecuencia alguna en la fe y jamás la tuvo en la moral.
De cualquier manera, y estoy seguro de que S. Tomás aprueba desde el cielo que yo reitere esto, su intento de defender la hominización diferida era intrínsecamente incompatible con las afirmaciones magisteriales y patrísticas que él mismo referenció. Porque si la infusión del alma ocurre cuando el embrión tiene el grado de desarrollo alcanzado a los 40 días de gestación, entonces o el embarazo de la Virgen María duró 7 meses y 20 días, o el tamaño del Señor Jesús al nacer era el de un bebé de 40 días de edad.
Soy católico, nacido en Montevideo, Uruguay. En este país el aborto, la droga tetrahidrocanabinol o THC, y el matrimonio homosexual es legal desde hace unos pocos años. Ojalá un embrioncillo, gástrula, o cigoto pudiera hablar en este blog.
Me imagino esto como ejercicio para entrar en comunión con mi conciencia. Que importante que es la vida!!! Y porque no corro ahora y me ato a un árbol a protestar contra esta realidad. Porque Dios quiere primero que ore, reflexione y luego recién que actúe. (El enojo nubla la razón y nos lleva a decir cosas inadecuadas). Algunas declaraciones que he leído aquí, aparte de tener lapsos de irritabilidad, competencia intelectual y de sesuda confrontación y hasta de chismografía barata tienen un tufillo hipócrita-fariseico nada favorecedor al espíritu católico, y en ocasiones, de intolerancia hacia el otro, hacia el prójimo. Busquemos la unión, el respeto al que opina diferente, aunque esté ubicado en las antípodas de lo que uno opina. Pongámonos en el lugar del otro. Por ejemplo, una persona con desviaciones homosexuales dificilmente se sentirá comprendida como tal si se la lastima abiertamente. Tratemos de llevarnos bien con el otro. Preguntémonos que haría Jesús antes de decir esto y aquello. Reconozcámonos pecadores, seamos humildes, pues en eso nos jugamos la ropa, la salvación. Obviamente que a primera vista las declaraciones de estos académicos resultan lamentables, chocantes, anti-católicas, petulantes, inquietantes y me enfadan. Con bronca lo digo. Veamos primero que deciden hacer y no pongamos la carreta antes que los bueyes. Pensemos más las cosas, seamos mas astutos que el Tentador, que siempre quiere la división y detesta la unión y el amor entre los católicos. Antes nos reconocían por como nos queríamos, "ved como se aman" y ahora al mirarnos se mofa de nosotros y nos dice "ved cómo se separan". Búsquemos entonces la unión y la concordia de la Iglesia Santa de Dios. Y Dios tenga misericordia de nosotros para alabar su preciosísimo rostro eternamente.
Y desde luego, si un drogadicto dice como yo que lo suyo es perfectamente coherente con la dignidad humana, pues el problema evidentemente no es mío que sigo tan fresco con mi dignidad humana en la cumbre, es del que sigue matándose con la droga y también es problema del que necesita equipararnos a ese y a mí para que su prédica le funcione.
Tyto Alba, ya quisieras que yo y muchos como yo fuesemos "vulgares trolls tocapelotillas revientaforos". Ya quisieras porque, para tu desgracia, ESTAMOS en la Iglesia (y este portal es Iglesia, tengo entendido). Y por ahora, y como dicen los franceses, "Ni partir ni se taire". Ni irse ni callarse. Ni Dios te quiere a ti más que a mí ni desde luego tu fe es mejor que la mía.
De tu párrafo montándote una película cuyo guión me atribuyes (denominándome imbécil dos veces) no tengo nada que rectificarte porque ni me merece la pena ni realmente a ti tampoco.
Desengáñate, somos como somos, no hemos sido capaces de poder ser de otra manera (ni conversión ni perseverancia ni resignación, no hay manera) y al final va a ser que somos como todo el mundo, qué cosas.
Que se ha venido a convertir en la PONTIFICIA ACADEMIA DE LA MUERTE.
Pero una pregunta, por que crees que Dios "crea" segun tu opinion, personas homosexuales?
A que tipo de proyecto de Dios sobre esas personas correspondería el hecho de que fueran así porque Dios los ha hecho asi?
En que contribuiria al bien de la persona (cosa que Dios siempre quiere) y a mostrar su "imagen" en su criatura?
No digo que no tengas dignidad humana, pues la tienes y eres imagen de Dios por tu ser persona.
Pero me gustaria saber (sin animadversion) como compaginas la tendencia homosexual con la Voluntad de Dios en tu vida.
Un saludo.
Si se me permite, te puedo citar tres respuestas que no son mías, porque encuentro más elocuencia en ellas que la que yo pueda tener.
Una es de los Proverbios y Cantares de Machado (alguien que sé que por aquí no cae muy bien, pero que si a mí me conmueve con “anoche soñé, bendita ilusión, que era Dios lo que tenía… etc. significa que luego su ideología me resbala): “En preguntar lo que sabes, el tiempo no has de perder; y a preguntas sin respuesta, ¿quién te podrá responder?” Y es que para mí es la pura verdad porque he comprobado, en la ya “cuesta abajo” de mi vida, que nadie me da otra respuesta, porque no la tienen, ni la que creen que tienen me puedo creer que ellos se la crean, por lo tanto ¿qué favor puedo hacerles -y hacerme- secundándoles? [...]
Y la tercera es de Thomas D’Ansembourg, un psicoterapéuta que casualmente cayó en mi ordenador hace unos años (ojo, no consumo autoayuda ni mindfullness ni similares, gracias, antes volvería a buscar confesor): “Solemos vivir la diferencia del otro como un riesgo, como una amenaza: Si el otro es distinto, puede que yo tenga que cambiar, que adaptarme, que ser lo que espera de mí, que dejar de ser lo que creo ser. Esta inseguridad interior puede ser tan grande que se exteriorice en forma de racismo, integrismo, antisemitismo, homofobia, pero es más habitual que se manifieste mediante el juicio, la crítica, el reproche y la sospecha. La diferencia no despierta la curiosidad benévola, sino la duda y la desconfianza: ¡Esas gentes no son como nosotros!”
Puedo entender tu vivencia de no "elegir" ser homosexual. Al igual que yo tengo otras vivencias de cosas que no he elegido, que desearía que no estuvieran ahí, u otras que he aceptado que están y ya está. Algunas fruto de mis propios pecados, otras fruto del pecado de otros. Guillermo, no eres tan diferente....De hecho, todos nos parecemos mucho en pensar que nuestra cruz es la peor.
Y también entiendo, en parte, una cierta rebeldía hacia la doctrina y algunas personas de la iglesia, si has vivido cosas groseras de su parte o la doctrina te ha sido presentada como un mazacote para aprisionar gente y señalar su vulnerabilidad.
Pero la pregunta es y no para que me la respondas a mí, ni a nadie de este chat: Puede Dios introducirme en la Cruz de Hijo y crucificar las obras del demonio en mi vida (mías o de otros), destruirlas, y hacer que algún día el Rostro de su Hijo sea mi propia faz?
Si Dios no puede hacer esto es una patata de Dios. Mejor apostatemos. No tiene sentido ni la pregunta por la homosexualidad, ni tantas otras preguntas que se hace más gente que tiene vivencias distintas a las tuyas, pero no menos dolorosas y de las que no podrán zafarse nunca.
Pero es que además nada más entrar en su casa la escuché otra expresión que también me chocó, por su brevedad y porque no me lo esperaba. Dijo: “El sábado, la matanza”. Seguramente escuchó hablar de la matanza del cerdo pues por aquí todavía queda alguna familia que se ocupa en esos menesteres.
Lo traigo a colación porque leyendo esta noticia no puedo dejar de pensar que aborto y eutanasia son la gran matanza humana de nuestro tiempo y de esta sociedad en la que vivimos, de los lunes, los martes…, los sábados y acaso también de los domingos.
Una vez escuché hablar de los pecados veniales y de lo importante que es evitarlos. Los comparaban con el pinchacito de un alfiler, en principio no parece algo muy grave, pero nos invitaban a imaginar cómo sufriría Jesús, Nuestro Señor, si le pinchamos aunque sea solo un poquito, con la punta de un alfiler en su pie crucificado. Pues cuanto más doloroso será para Él, el autor de la vida y de la vida del hombre por cuya salvación entregó la suya, cualquier gesto favorable, sonrisa o guiño a la cultura de la muerte, o la promoción franca de la misma.
En su pequeña locura y sin saber lo que pasa en el mundo, esta mujer estaba muy acertada al pedirle a Dios que nos librara de todo mal. Creo que nosotros debemos hacer lo mismo.
Líbranos Señor de participar con nuestros pensamientos, deseos, palabras, obras o silencios de la cultura de la muerte.
Líbranos Señor de participar con nuestras acciones u omisiones de la destrucción de la Verdad revelada que finalmente conduce a la muerte.
Líbranos Señor de querer entenderlo todo, de querer controlarlo todo, de querer ordenarlo todo, antes concédenos la gracia de confiar en ti, de descansar en ti, de esperarlo todo de ti.
Líbranos Señor, de pensar lo que tú no piensas, de querer lo que tú no deseas, de amar lo que tú no amas. Líbranos Señor de no buscarte en todo, de no hacer tu voluntad.
Líbranos Señor, de todo mal.
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