Sobre lugares y nombres sagrados
A propósito de los recientes eventos que tuvieron lugar en la Catedral de Santiago de Chile, y la consecuente misa de desagravio que llevó a cabo el Arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati, por correo electrónico nos consultan:
Más allá del daño material y de las pintadas ofensivas que hay que reparar y limpiar hay algo relacionado al propio altar que deben hacer, hablan de una misa de desagravio.
Mi pregunta surge a raíz de otra anécdota que no se si es real o no.
Se dice que en EEUU una maestra de religión (protestante) les pedía a sus alumnos que hicieran el siguiente ejercicio. Se escribíaa el nombre “Jesús” en un papel, se deposita en el piso y la maestra los incitaba a pisarlo. La lección era que el papel es solo un papel.
Que no se ofende a Jesús pisoteando un papel con su nombre ya que lo que es digno de adoración es el propio Jesús (o sus enseñanzas) pero no un símbolo.
Hubo un problema porque un joven alumno se negó a hacerlo, la maestra lo sacó de la clase pero por otros problemas generales de conducta, el joven la denunció por obligarlo a pisar el nombre de Jesús y la echaron del colegio.
El comentarista de esta noticia decía que él recordaba haber hecho el mismo “ejercicio” en sus clases dominicales de religión.
Volviendo a lo de la catedral la pregunta es:
Deben realmente hacer una misa de desagravio??
Sabe o cree usted que un ejercicio similar al descripto de la profesora se haga o se puedas hacer en una clase de catequesis católica???
Respecto a la primera pregunta, sobre la necesidad de hacer una misa de desagravio, se hace necesario entender previamente que los altares y los edificios que los albergan son lugares sagrados y consagrados, es decir, apartados del tráfico humano para servir a la función más alta a la que puede aspirar un ser humano: alabar y dar gracias a su Creador.