El "brutal" ecumenismo del autor de Las Crónicas de Narnia
El 18 de enero comienza la «Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos», que termina el día de la fiesta de la Conversión de San Pablo.
Como es una semana en la que se lee y se oye mucha tontería «ecumenista», como que los dogmas no importan, me ha parecido propio traer la opinión sobre el ecumenismo de otro quasi-converso: C.S. Lewis. El autor de numerosos ensayos y obras de apologética que tanto bien han hecho o de Las Crónicas de Narnia, por el que es más conocido en la actualidad.
Su testimonio tiene quizá más relevancia, porque aunque ateo en su juventud aceptó la existencia de Dios en 1929, ya pasados los treinta años, tras un contacto intelectual y estético con el cristianismo, particularmente influyente fue G.K. Chesterton. Y especialmente por el trato con sus amigos católicos, entre los que destaca Tolkien, de quien dijo
Al entrar por primera vez en el mundo me había advertido (implícitamente) que no confiase nunca en un papista, y al entrar por primera vez en la Facultad (explícitamente), que no confiara nunca en un filólogo. Tolkien era ambas cosas.
Con su sensibilidad relata en su autobiografía, «Sorprendido por la Alegría»:
Me tienen que imaginar estando solo en Magdalen, noche tras noche, sintiendo, cada vez que mi mente se alejaba por unos segundos de mi trabajo, el lento venir de Él a quien yo honestamente había tratado de no conocer. A aquel a quien yo le había temido finalmente me alcanzó. En 1929 me entregué, y admití que Dios era Dios, y me arrodillé y oré. A lo mejor, aquella noche yo era el converso más desanimado e indispuesto de toda Inglaterra.
Un par de años después vuelve a la Iglesia de Inglaterra (anglicanos). Para alguien nacido y criado en Belfast, la Iglesia Católica ya era un paso inimaginable, al menos en aquel momento.
En 1944 mantiene un coloquio con los asistentes a la conferencia One Man Brains Trust. Las respuestas se incluyeron también en el libro «Lo eterno sin disimulo». Uno de los espectadores le preguntó sobre la división de los cristianos:
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