Fortea, la COPE y miscelanea
Aunque suele estar contraindicado empezar un post disculpándose, yo, voy a hacerlo. Las únicas obligaciones que tengo con este medio y los lectores son morales, pero son las que atan de verdad. Los motivos de la semana y pico de ausencia: personales y profesionales.
Hace una semana publiqué un post: Dios y el Mal. Primeras reflexiones, condicionando sucesivas entregas al interés. A decir verdad, tenía poca confianza en el éxito. Leer un libro o un ensayo sobre el tema, puede ser interesante, pero ¿en un blog? Una vez más me equivoqué. Y quiero dar las gracias a los comentaristas, altura, elegancia, sabiduría. Muchos comentarios, extensos e intensos. Me moría de ganas por intervenir pero no quise dirigir los diálogos. Creo de todas formas que el disfrute es compartido. La segunda parte vendrá en breve, pero no inmediatamente, hay muchos otros asuntos en cartera.
El primero la pesada cruzada antilosantiana —al menos como síntoma, pienso que el fondo es mucho más grave—. Mi primera impresión es positiva, sin ironías; clarifica posturas personales y profesionales, una especie de fotografía de fotomatón sin retoques. Como quien dice ayer, un director de sección religiosa pontificaba que Ratzinger nunca podría ser elegido Papa. Pocos días después de la elección del Pontífice publica un libro, Benedicto XVI: El Papa Enigma, quizá lo mejor la contraportada:
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