La estatua de Juan Pablo II en Notre Dame es un «regalo del pueblo ruso»
La semana pasada se inauguró la estatua dedicada a San Juan Pablo II en el jardín que da paso a la Catedral de Notre Dame. Me temía lo peor después de la experiencia italiana. Y, gracias a Dios, mis augurios no sólo no se cumplieron, quizá porque el escultor no es un «artista católico», de esos que tanto abomino.
El autor es Zurab Tsereteli, presidente de la Academia de Arte de Rusia. La escultura de bronce de 3,6 metros (más de un piso de altura) es un «regalo del pueblo ruso a la comunidad polaca de París». Me ha parecido un detallazo teniendo en cuenta las relaciones entre las dos naciones y que la iniciativa es de la Misión Polaca
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