En Santa María del Taulat de Barcelona van pocos a la meditación semanal. Afortunadamente.
Nos quejamos de que en demasiadas ocasiones apenas viene gente a las convocatorias parroquiales. Sin embargo hoy he de decir que me alegro de que a algunas llamadas no aparezca nadie o casi nadie. Mucho mejor.
Me han hecho llegar un texto repartido en una parroquia de una ciudad española en el que se da a conocer a los fieles la experiencia de meditación que se lleva a cabo semanalmente en una parroquia de Barcelona. Parece ser que a esta extraordinaria y fantástica experiencia acuden, según se dice en la hojita repartida, entre cinco y quince personas cada semana. Afortunadamente. Menos mal.

Tengo el mejor de los recuerdos de monseñor
Ayer mismo. Y que me perdone si cuento su historia, pero como me imagino que no me va a leer, y además cambio su nombre, pues todos felices. De todos modos, si alguien llegara a identificarla, tampoco pasa nada.
Anda que no está contenta la buena mujer. Me extrañaba no tener noticias suyas en tanto tiempo, pero supuse que como era verano estaría más entretenida. Pues no. Nada de eso. Parece que se ha apuntado a unas clases en el CAPI del pueblo y que ya navega y todo. Pero es que por lo visto hay más. Para su santo su sobrino le ha montado un ordenador en casa y ahora se conecta cuando quiere.