Francisco: papa de palabras
Hace un par de días hablaba con un buen amigo que, como es natural, no dejo de preguntarme por el papa Francisco. Su visión coincidía con la de buen número de periodistas y miembros de la Iglesia: es un papa de signos. Le respondí: y de palabras sobre todo. ¿Has escuchado lo que ha dicho sobre la confesión? Repuso: sí, y no me ha gustado nada.
Naturalmente lo que más se ve son los gestos. Llama la atención que el papa no se vaya a trasladar a los apartamentos pontificios según parece, que lleve un pectoral de plata o que celebre la misa de la cena del Señor en una cárcel de jóvenes y lavado los pies incluso a dos chicas y una de ellas musulmana. Nos resulta chocante que llame a los amigos por su cumpleaños, más chocante aún que los amigos lo cuenten y lo cuelguen en las redes sociales, que pague sus facturas personalmente o el color de los zapatos. Son gestos que salen ellos noticiarios y que “caen bien". Incluso en portales de información religiosa es el aspecto más destacado.