Conserve cada cual su puesto
Había una vez un anciano fraile que siempre que surgía un conflicto en la comunidad exclamaba: “conserve cada cual su puesto”. Sabio religioso. Porque aquí los grandes conflictos de las parroquias estriban justamente en esto.
¿Y cuál es el puesto de cada cual?
El mayor problema en todo esto es que a los curas nos encanta hacer de laicos, especialmente de trabajadores sociales. Es mucho más gratificante dar bolsas de comida a los necesitados, arreglar los papeles de Mohamed, buscar un trabajo para Oswaldo Humberto y acompañar al médico a la señora Rafaela que esa ingrata tarea de educar en la fe, celebrar los sacramentos, animar a la oración, echar buenos ratos en el confesionario y ayudar y exhortar a sus fieles a vivir no según el beneplácito de los hombres, sino conforme a las exigencias de la doctrina y de la vida cristiana.