En la muerte de mi madre, Alicia
Este pasado viernes, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, de quien era especialmente devota, falleció mi madre, Alicia, a punto de cumplir los cien años de edad.
Como en el caso de mi padre, Dios me ha concedido el extraordinario favor de administrarle los últimos sacramentos y recoger su último aliento mientras le impartía la absolución sacramental y la bendición de Dios. Finalmente he tenido la dicha de presidir la misa de corpore insepulto y el entierro de sus restos junto a los de mi padre.